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Los enfoques de conservación locales podrían ser los más eficaces, según un nuevo estudio

  • Unos investigadores han llevado a cabo un estudio comparativo sobre las tasas de deforestación y degradación forestal tanto en zonas de la Amazonía peruana protegidas por gestión local o gubernamental como las no protegidas.
  • Descubrieron que en cuanto a la conservación de bosques en general las iniciativas de conservación locales son las que tienen más éxito comparadas con las dirigidas por el Estado.
  • Este estudio se suma a la creciente evidencia de que dejar a las comunidades locales e indígenas manejar oficialmente sus bosques podría ser una manera muy eficaz de preservarlos.
  • Sin embargo, el reconocimiento oficial de derechos sobre la tierra es a menudo un obstáculo para iniciativas de conservación locales. Los investigadores instan a que el proceso se simplifique de modo que más territorios indígenas puedan establecerse y manejarse por la gente que los puebla.

Investigaciones anteriores han demostrado que las zonas protegidas se conservan de forma más eficaz cuando están bajo gestión local y no externa. El mes pasado se publicó un nuevo estudio en Scientific Reports, una revista asociada con Nature, que respalda esta argumentación. Concluyó que iniciativas de conservación dirigidas por comunidades locales y pueblos indígenas en el Perú suelen ser igual de eficaces o incluso más eficaces que las encabezadas por Estado.

El estudio se realizó por investigadores de universidades del Reino Unido y el Ministerio del Ambiente del Perú. Mediante el uso de imágenes de satélite y datos socioeconómicos y del medio ambiente investigaron enfoques distintos de conservación adoptados en la Amazonía peruana entre 2006 y 2011. No solo compararon unos enfoques con otros sino también zonas protegidas con las no protegidas.

Descubrieron que en promedio las zonas protegidas bajo gestión local tienen una tasa menor de deforestación y de degradación forestal frente a las dirigidas por el Estado.

“Nuestro análisis demuestra que en cuanto a la reducción de la degradación y la conversión forestal en la Amazonía peruana una gestión local de bosque puede ser muy eficaz”, señaló Judith Schleicher de la Universidad de Cambridge y autora principal.

Aunque no se han estudiado a fondo las razones que explican el éxito general de iniciativas de conservación locales, algunos investigadores especulan que dar a comunidades el control oficial de la gestión de sus territorios podría hacer que aumente la presión reguladora. Según otros se debe a los intereses personales que tienen las comunidades en manejar de manera sostenible los bosques de los que dependen.

En conjunto, los resultados de Schleicher y sus compañeros indicaban que la conservación de la cubierta forestal es mejor en todas las zonas protegidas, con independencia de quien las gestione, que en las no protegidas. Sin embargo, el estudio también descubrió que la efectividad de iniciativas de conservación varía considerablemente según el tipo de tierra con que se comparan. Por ejemplo, en general, las concesiones forestales mostraron menos pérdida de bosque y menos degradación que las concesiones mineras.

“De todos los tipos de designación del uso del suelo evaluados, la mayor tasa de deforestación y degradación forestal era provocada por las concesiones mineras, como era de esperar considerando el reciente aumento de la explotación de oro destructiva en el sur de la Amazonía peruana”, escribieron los autores.

La minería, que se realiza en minas como esta enorme mina de oro, ha provocado graves daños medioambientales en el Perú. Foto: Rhett A. Butler/Mongabay.

Schleicher insta a los responsables políticos a que “se centren en un conjunto de mecanismos más diverso para remediar la pérdida acelerada de bosques tropicales”.

Carlos Peres de la Universidad de East Anglia es coautor de Schleicher y secunda su recomendación: “Nuestro análisis demuestra que no hay una única forma de proteger los bosques tropicales sino que se requiere el uso de varios enfoques para contener la marea incesante de conversión y degradación forestal”.

Schleicher urge a que la atención se centre aún más en proyectos de conservación dirigidos a nivel local en el marco de la diversificación de mecanismos de protección.

“Las iniciativas de conservación locales merecen más apoyo tanto político como financiero y jurídico del que actualmente reciben”, comentó.

Unas investigaciones anteriores que se publicaron este año en Proceedings of the National Academy of Sciences (el PNAS por sus siglas en inglés) descubrieron que una forma de aumentar la capacidad de las comunidades locales para proteger bosques es hacer que se reconozcan sus derechos sobre la tierra.

Este estudio se llevó a cabo en el Perú por investigadores de la entidad investigadora de los Estados Unidos Resources for the Future, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Instituto Carnegie. Llegó a la conclusión de que otorgar títulos de propiedad de la tierra a comunidades locales e indígenas tenía correlación con una mejor protección forestal. El equipo de investigadores también descubrió que la deforestación y la degradación forestal se redujeron respectivamente en un 75 y un 67 por ciento durante los dos años siguientes a la concesión de titulación formal de propiedad sobre sus tierras tradicionales a una comunidad indígena.

“Otorgar a comunidades locales e indígenas títulos formales sobre los bosques que tradicionalmente les han sustentado es probablemente la tendencia más importante de la política forestal a lo largo de los últimos 30 años” ─afirmó Allen Blakcman, autor principal e investigador de Resources for the Future, en una declaración─ “Ahora esas comunidades locales manejan casi un tercio de los bosques en países en desarrollo, es decir, más del doble de los que se encuentran actualmente en zonas protegidas por el gobierno”.

Según datos sobre la tenencia de la tierra, las comunidades indígenas o usan o tienen propiedad de aproximadamente un 56 % de la superficie del Perú. Sin embargo, unas investigaciones han demostrado que el gobierno solo reconoce algo más de la mitad de esta cifra. En su estudio publicado en Scientific Reports, Schleicher y sus compañeros revelan que actualmente existen varios obstáculos que dificultan el logro de derechos oficiales sobre la tierra por parte de comunidades indígenas.

Instan a las autoridades gubernamentales a que aborden esos obstáculos además de facilitar el establecimiento y la dirección de iniciativas de conservación para las comunidades locales.

“Entre ellos se incluyen (i) reducir tanto la complejidad como la duración del proceso de solicitud que a menudo tarda varios años en completarse, además de (ii) incrementar los pocos [territorios indígenas] que se han otorgado a comunidades indígenas durante la última década”, escribieron los autores.

“Eso es de especial importancia dado el amplio interés político en resistir o retroceder la descentralización y la transferencia de control sobre bosques y otros recursos naturales”.

Imagen del banner: Rhett A. Butler/Mongabay

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