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Pérdida de bosques tropicales puede llevar a una reducción de entre el 10 y 20 % en las lluvias | ESTUDIO

Chiribiquete provee el 60 % del agua superficial de toda la Amazonia colombiana. Foto: Parques Nacionales

Chiribiquete provee el 60 % del agua superficial de toda la Amazonia colombiana. Foto: Parques Nacionales

  • Un reciente estudio publicado en la revista Nature encontró que existe una relación entre el aumento de la deforestación de los bosques tropicales y la reducción de las precipitaciones.
  • Por cada punto porcentual de incremento en la deforestación, las reducciones en las lluvias de la Amazonía pueden variar entre 0.11 y 0.35 milímetros por mes.

Diversas investigaciones han demostrado que los bosques tropicales juegan un papel importante en la regulación del clima local, regional y global a través de su impacto en los ciclos de energía, agua y carbono. La presencia o ausencia de lluvias, por ejemplo, depende de la situación en que se encuentren los bosques tropicales, pues de su evapotranspiración —el agua que ellos “transpiran”— contribuye hasta con el 41 % de la precipitación media en la Amazonía y hasta con el 50 % en el Congo. Así que al aumentar la deforestación, disminuyen las lluvias.

Un artículo publicado a principios de marzo de 2023 en la revista Nature analizó cómo la deforestación de los bosques tropicales tiene consecuencias en la cantidad de lluvia que recibe una región. Los investigadores analizaron la pérdida de cobertura forestal y los datos de lluvias en los bosques tropicales entre 2003 y 2017, encontrando una reducción en las precipitaciones en las zonas deforestadas y entre los 5 y los 200 kilómetros alrededor de esas áreas. Las reducciones en las lluvias fueron mayores a medida que se analizaban espacios más alejados de los bosques.

“Está claro que se necesitan políticas globales para frenar y detener la deforestación. Debe haber incentivos significativos para que las personas y las comunidades conserven los bosques restantes y desincentiven la tala”, asegura Callum Smith, autor principal del artículo La deforestación tropical provoca grandes reducciones en las precipitaciones observadas y candidato a doctor en la Escuela de la Tierra y el Ambiente de la Universidad de Leeds en el Reino Unido.

gran chaco argentino
La tierra reseca en las orillas de un río muestra los efectos de la escasez de lluvias en el Chaco. Foto: Hernán Pérez Aguirre/Greenpeace.

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Aumenta la deforestación y disminuyen las lluvias

Los investigadores de la Universidad de Leeds utilizaron imágenes satelitales para identificar los cambios de cobertura vegetal en los bosques entre 2003 y 2017, así como 18 bases de datos sobre precipitaciones: 10 con información proveniente de satélites, cuatro de estaciones de monitoreo dentro de los bosques y cuatro que se obtuvieron al reanalizar y aplicar un mismo modelo climático tanto a los datos satelitales como a los de estaciones de monitoreo.

Si bien se tuvieron en cuenta todos los bosques tropicales del mundo, la investigación hizo especial énfasis en las selvas de la Amazonía, el Congo y el sudeste asiático.

Entre las principales conclusiones del estudio está que la pérdida de bosques provocó reducciones importantes en las lluvias a escalas superiores a 50 kilómetros de distancia con respecto a las zonas deforestadas. “Las mayores disminuciones en la precipitación ocurrieron a 200 kilómetros, la escala más grande que exploramos, para la cual 1 punto porcentual de pérdida de bosque redujo la precipitación en 0,25 ± 0,1 mm por mes”, indica el artículo.

Bosque deforestado para palma de aceite en Indonesia. Foto: Rhett A. Butler - Mongabay.
Bosque deforestado para palma de aceite en Indonesia. Foto: Rhett A. Butler – Mongabay.

Esta conclusión se sustenta principalmente en los análisis de información de satélites. Los autores destacan que los resultados de los reanálisis y los datos de las estaciones de monitoreo dentro de los bosques, no apuntan en la misma dirección en cuanto a la fuerte relación entre la deforestación de los bosques tropicales y la reducción de las lluvias. Es decir, en esos dos escenarios las lluvias no observan fuertes variaciones debido a la deforestación. Sin embargo, los autores dejan en claro que “atribuimos esos resultados a escasas mediciones in situ”.

En entrevista con Mongabay Latam, Smith explica que esta falta de información es una gran carencia, pues tener datos in situ siempre será un gran aporte. “Podemos usarlos para verificar lo que observan los satélites y para restringir mejor los modelos climáticos que usan estos datos para proyectar el clima futuro. En las regiones forestales remotas hay tan pocas estaciones de medición que la variabilidad espacial de la lluvia no se puede captar bien”. Sin embargo, comenta que la información satelital también es confiable, ya que los datos de precipitación in situ solo pueden informar sobre las lluvias en la ubicación exacta de la estación.

Por cada punto porcentual de incremento en la deforestación, las reducciones en las lluvias a 200 kilómetros de las zonas deforestadas oscilaron entre 0.12 y 0.82 milímetros por mes en el sudeste asiático, entre 0.11 y 0.35 milímetros por mes en la Amazonía, y entre 0.02 y 0.40 milímetros por mes en el Congo. Los investigadores encontraron que la pérdida de bosques en el sudeste asiático provoca mayores reducciones en las lluvias que las observadas en la Amazonía y el Congo.

Lluvias sobre el río Ivindo en las selvas africanas. Foto: ZB - Mongabay.
Lluvias sobre el río Ivindo en las selvas africanas. Foto: ZB-Mongabay.

El periodo de análisis también incluyó el fuerte fenómeno de El Niño que se vivió entre 2015 y 2016. “Sobre la Amazonía y el sudeste asiático vemos una reducción más fuerte en las lluvias sobre las regiones que experimentaron pérdida de bosques durante los años de El Niño”, señalaron los científicos. Además, los investigadores se refirieron al cambio climático e indicaron que este puede provocar un aumento de las sequías en muchas regiones tropicales, lo que puede verse agravado aún más si la deforestación continúa.

Smith destaca que importantes reducciones en las lluvias pueden causarse por cantidades relativamente pequeñas de pérdida de bosques. Esta es una conclusión importante, ya que el artículo también destaca que los resultados del análisis “deben verse como una estimación conservadora de la posible respuesta de las precipitaciones a la deforestación futura [proyectada a 2100 en los análisis]” y que la deforestación puede generar cambios en las lluvias, a niveles locales y regionales, que pueden igualar o superar las predichas en el estudio debido a qué tan intenso sea el efecto del cambio climático.

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Los bosques que se pierden en la Amazonía se están llevando las lluvias

“La deforestación total [de los bosques tropicales] podría resultar en reducciones en la precipitación anual de 10 a 20 %. Estimaciones previas del impacto de la deforestación total oscilan entre un 16 % y un 55–70 % de reducción de lluvias en la Amazonía y entre un 18 % y un 50 % de reducción en el Congo”, indica el artículo.

Quemas en la Amazonía colombiana. Foto: Ministerio de Ambiente de Colombia.
Quemas en la Amazonía colombiana. Foto: Ministerio de Ambiente de Colombia.

Al ahondar en la Amazonía, el estudio indica que, en regiones de bosque que se encuentran en la dirección hacia la que se dirige el viento, como el suroeste de la Amazonía, hasta el 70 % de las lluvias pueden provenir de la evapotranspiración, por lo que la pérdida de bosques tropicales podría tener graves consecuencias para las lluvias en regiones que se encuentran a cientos o miles de kilómetros de distancia respecto a la zona donde ocurrió la pérdida de bosque.

“Los impactos más fuertes sobre las precipitaciones se observarán donde ha habido la mayor deforestación. En la Amazonía, esto está históricamente en el arco de la deforestación en el sureste de la región”, comenta Callum Smith.

El investigador también asegura que el cambio en las lluvias, debido a la pérdida de bosques en la Amazonía, es similar al que ocurre en los bosques tropicales en general. “En el futuro, esperamos que la deforestación en la Amazonía disminuya, mientras que en el Congo esperamos que haya más pérdida de bosques, debido a la industrialización. No esperamos que las lluvias disminuyan mucho más en la Amazonía, ya que allí se proyecta que habrá menos deforestación”.

El resguardo Nonuya de Villazul está en la zona media del río Caquetá, muy cerca del mítico cañón y raudal de Araracuara, en la Amazonía colombiana. Foto: Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS)/Rodrigo Botero.

Otros estudios han hecho un fuerte llamado de atención sobre la pérdida de bosque en esta gran selva sudamericana y sobre los riesgos de que el fenómeno siga en aumento. “Nuestros datos demuestran que la protección del 80 % de la Amazonía es necesaria y posible, pero sobre todo, urgente. De continuar la tendencia actual de deforestación, la Amazonía tal como la conocemos hoy, no llegaría al 2025”, dice el informe La Amazonía contra reloj: un diagnóstico regional sobre cómo proteger el 80 % al 2025, elaborado por la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG).

A eso se suman los efectos aún poco estudiados de la degradación, un proceso entendido como el cambio perjudicial transitorio o de largo plazo (entre 10 y 1000 años) en la condición de los bosques. “La degradación de los bosques amazónicos puede provocar tanta pérdida de biodiversidad como la propia deforestación. Además, los bosques degradados por el fuego y la extracción de madera pueden tener una reducción del 2 al 34 % en la evapotranspiración durante la estación seca”, indica el estudio “Los impulsores y los impactos de la degradación de los bosques amazónicos”, publicado en la revista Science en enero de este año.

Uno de los datos más preocupantes es que las sequías extremas se han vuelto cada vez más frecuentes en la Amazonía, a medida que avanzan los cambios en el uso de la tierra y el cambio climático inducido por el hombre. “Las sequías golpean áreas mucho más grandes en la cuenca, por eso es el más importante de los impulsores de degradación”, le dijo David Lapola, investigador de la Universidad de Campiñas (UNICAMP) de Brasil y autor principal del artículo.

Incendio en la Serranía de La Lindosa 2023. Foto: Marandua Stereo.
Incendio en la Serranía de La Lindosa, Amazonía colombiana. 2023. Foto: Marandua Stereo.

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Una ola de efectos por la reducción de las lluvias

La deforestación de los bosques tropicales tiene consecuencias en la cantidad de lluvias que recibe una región y eso, por lo tanto, afecta a las economías locales. El estudio liderado por el investigador Callum Smith muestra cómo la disminución de las lluvias, debido a la deforestación, afecta a la agricultura y la generación de energía hidroeléctrica. “Nuestros resultados indican que los cambios en la precipitación anual, inducidos por la pérdida de bosques, podrían hacer que el rendimiento de los cultivos disminuya en un 1,25 % por cada 10 puntos porcentuales de pérdida de cubierta forestal, lo que podría exacerbar los impactos del cambio climático y las futuras sequías”, se lee en el artículo.

Además, el análisis de los científicos de la Universidad de Leeds revela que las reducciones en las lluvias sobre las áreas de bosque tropical que se mantienen en pie, conducen a una pérdida forestal adicional, así como a cambios en la composición de especies, el secuestro de carbono y la frecuencia de incendios.

“Las reducciones en las lluvias de la estación seca representan una amenaza particular para la viabilidad de los bosques al exacerbar las sequías estacionales y retrasar potencialmente el inicio de la estación húmeda y extender la duración de la estación seca”, destaca el artículo.

Imagen de 2022 en Bolivia, país que según pronósticos meteorológicos, ha entrado en un ciclo de cinco años de sequías. Foto: Fundación Nativa.

El estudio también hace un llamado a generar esfuerzos globales para restaurar grandes áreas de bosques degradados y deforestados, ya que esto podría llevar a un aumento en las lluvias, revirtiendo la disminución de precipitaciones causada por la pérdida de bosques.

“En este artículo proporcionamos evidencia de que la pérdida de bosques puede afectar directamente el clima, en particular a las lluvias. El cambio climático que surge de la deforestación tropical es grande y potencialmente devastador. Ahora estamos interesados ​​en evaluar qué tan bien nuestros modelos climáticos pueden proyectar cambios futuros y cómo la mitigación de la pérdida de bosques, si se actúa ahora, podría cambiar la tendencia actual”, concluye Smith.

*Imagen principal: Chiribiquete provee el 60 % del agua superficial de toda la Amazonía colombiana. Foto: Parques Nacionales Naturales de Colombia.

REFERENCIA:

* Smith, C., Baker, J. C. A., & Spracklen, D. V. (2023). Tropical deforestation causes large reductions in observed precipitation. Nature, 1-6.

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