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Estudios muestran que la carroña para buitres representa tanto un beneficio como una amenaza para el lince ibérico

  • La recuperación del lince ibérico en España ha sido considerada una historia exitosa de la conservación. La cantidad de linces ibéricos, una de las especies más amenazadas del mundo, se redujo a sólo 200 ejemplares silvestres hace 20 años, pero aumentó en los años siguientes debido a un programa intensivo de rehabilitación. Hoy día, hay más 1300 ejemplares.
  • En 2022, unos científicos que investigaban el comportamiento de los buitres colocaron carroña para las aves carnívoras y descubrieron algo sorprendente: unos cuantos linces ibéricos también buscaban carroña. Los científicos sugirieron que la carroña podría ofrecer un recurso alimenticio adicional cuando la presa natural del félido, el conejo europeo (en peligro de extinción), se reduce.
  • En respuesta a ese estudio, otro grupo de investigadores advierte de que los comederos de buitres, utilizados con frecuencia en la península ibérica para mantener las poblaciones de carroñeros, podrían suponer una potencial amenaza para la conservación del lince.

Durante un estudio realizado en España para evaluar la forma de alimentación de los buitres, los investigadores descubrieron algo sorprendente e inesperado. Un pequeño número de linces ibéricos (Lynx pardinus), una de las especies de felinos más amenazadas del mundo, se dio un festín con los restos de carroña. De acuerdo con los autores del estudio, este es uno de los primeros casos documentados de semejante comportamiento, que podría tener implicaciones tanto positivas como negativas para la conservación.

Los investigadores descubrieron que 12 de los 17 linces presentes en el área de estudio se alimentaron con la carroña, incluidos dos adultos y un joven. También registraron que algunos de los felinos silvestres marcaron con su olor algunos de los restos y, en algunos casos, intentaron esconder o “almacenar” su botín. Los investigadores publicaron los descubrimientos en la revista Biological Conservation.

Por un lado, los científicos creen que podría ser un “recurso potencial importante” para la especie en recuperación en las áreas donde su presa natural —el conejo europeo (Oryctolagus cuniculus), en peligro de extinción— se ve gravemente mermada a causa de las enfermedades. Sin embargo, el comportamiento también ha causado preocupación entre los conservacionistas, ya que los restos de los animales pueden ser vectores de enfermedades o de contaminación por balas de plomo o veneno presentes en los animales cazados.

“Pensamos que este comportamiento carroñero podría ser un problema para el lince”, dijo a Mongabay Jorge Tobajas, autor principal del trabajo junto con investigadores de la Universidad de Córdoba y del Instituto de Recursos Cinegéticos. “Tal vez se haya pasado por alto este efecto del comportamiento carroñero porque hasta ahora se pensaba que el lince era un depredador especialista en España, que depredaba sobre todo conejos”.

Jorge Tobajas and his team recorded Iberian lynx scavenging on carrion specifically placed out for vultures during a study.
Jorge Tobajas y su equipo grabaron a linces ibéricos alimentándose de la carroña colocada de manera específica para buitres durante una investigación. Este comportamiento podría indicar una intervención de conservación potencialmente positiva cuando las presas naturales de la especie son limitadas, pero también podría suponer una amenaza debido al riesgo de transmisión de enfermedades. Foto: cortesía de Rafael Finat.
A European rabbit.
El conejo europeo es la presa preferida del lince ibérico. La merma de la población, debido sobre todo a brotes de enfermedades, es un reto constante para la conservación del lince. Foto: Sergey Yeliseev vía Flickr (CC BY-NC-ND 2.0).

Recuperación del lince ibérico

Hace 20 años, el número de linces ibéricos se había reducido a unos 200 en libertad. La especie fue llevada al borde de la extinción por la pérdida de hábitat, la persecución y, quizás, el declive de una de sus principales presas, el conejo europeo, debido a la introducción de la enfermedad hemorrágica viral (EHV) en España. Los conservacionistas temían que el félido se enfrentara a una extinción inminente en estado salvaje.

Hoy día, luego de un amplio programa de reintroducción, consistente en la liberación de ejemplares criados en cautiverio, la repoblación y la recuperación de presas, hay más de 1300 individuos en toda la península ibérica, la gran mayoría en España y en poblaciones más pequeñas en Portugal. Los linces están ampliando ahora su área de distribución y los conservacionistas siguen trabajando para conectar a las poblaciones.

La recuperación es motivo de celebración, comenta Alejandro Rodríguez, de la Estación Biológica de Doñana, que lleva varias décadas estudiando el lince ibérico. Desde su punto de vista, este repunte no habría sido posible sin una sólida comprensión científica de las necesidades ecológicas de la especie, más que nada, de la estrecha dependencia a los conejos silvestres.

Sin embargo, Rodríguez cree que es importante no dormirse en los laureles. “Es excelente recuperar el número de linces a niveles similares a los que teníamos 40 años atrás, pero todavía hay incertidumbres sobre la conservación de la especie a largo plazo”, escribió. Añadió que, de acuerdo con algunas estimaciones, el número de linces puede aún necesitar cuadruplicarse para que la especie sobreviva sin una atención a la conservación intensiva.

A lynx scavenging on carrion.
Doce linces en total se registraron comiendo carroña. Quedan muchas preguntas por responder sobre cuán raro puede ser este comportamiento en el conjunto de la población y sobre el riesgo que supone. Foto: cortesía de Rafael Finat.

Saltando la valla

En otro proyecto de monitoreo llevado a cabo durante dos años en el sur de España, los investigadores descubrieron que los linces y otras especies, como los zorros, entraban en los comederos de buitres para alimentarse de la carroña. Estas estructuras cercadas son muy usadas en toda España para mantener poblaciones de aves carroñeras, como el buitre leonado (Gyps fulvus).

En la zona de estudio, sólo cuatro linces entraron en los comederos. Sin embargo, según Carlos Rouco, ecólogo de fauna silvestre y profesor asociado de la Universidad de Sevilla, es un motivo de preocupación, ya que existe un potencial alto riesgo de transmisión de enfermedades como la tuberculosis, la enfermedad de Aujeszky (también conocida como seudorrabia) y la hepatitis. Rouco, junto con otros investigadores, publicó hace poco un artículo en el que expresa sus preocupaciones en respuesta al estudio de Tobajas.

Aunque existen controles veterinarios de estos cadáveres, a menudo no son suficientes para identificar algunas enfermedades, afirma Rouco: “En realidad, hay que recoger muestras y realizar análisis… En otras zonas en las que se utilizan estos comederos, [la gente] debería asegurarse de que no están creando posibles focos de patógenos. La verdad es que muchas especies pueden meterse en estos comederos”.

Sin embargo, según Tobajas, es una situación que debe ser abordada con precaución. “No debemos ser demasiado alarmistas”, dice, ya que cualquier medida drástica podría repercutir de manera negativa en la conservación de los buitres. No obstante, en la reciente refutación al artículo del grupo de Rouco, su equipo de investigación está de acuerdo en que la situación de la carroña requiere un mayor monitoreo para entender si este comportamiento del lince es realmente raro o no.

Researchers monitoring vulture feeding stations in southern Spain found that Iberian lynx and other species scaled fences to scavenge on carcasses.
Los investigadores que vigilan los comederos de buitres en el sur de España descubrieron que los linces ibéricos y otras especies trepaban las vallas para alimentarse con la carroña. Creen que ese comportamiento podría suponer una amenaza de enfermedad para el félino en peligro de extinción y proponen nuevas investigaciones para determinar si los linces de otras áreas actúan de manera similar. Foto: cortesía del Grupo de Investigación en Sanidad Animal y Zoonosis (GISAZ)/Universidad de Córdoba, España.

Para Rodríguez, que no participó en ninguno de los dos proyectos de investigación, sigue habiendo múltiples interrogantes y el consumo de carroña sólo sería un posible motivo de preocupación si se descubriera que tal comportamiento se ha extendido entre estos felinos.

“En mi opinión, se tiene que confirmar que el consumo de carroña de ungulados (mamíferos que tienen patas terminadas en pezuñas) subvencionados por parte de los linces ibéricos sea un patrón general”, escribió Rodríguez en un correo electrónico a Mongabay. “De ser así, esperaría que los restos de ungulados aparecieran con bastante frecuencia en las heces de los linces, pero esto no se ha observado en estudios dietéticos realizados en áreas donde los ungulados silvestres son muy abundantes”.

Agregó que este comportamiento poco frecuente puede ser imitado o aprendido por la descendencia sin que se extienda de forma necesaria a poblaciones más amplias. “Los cadáveres de ungulados resultantes de la caza suelen ser retirados y es necesario estudiar de cerca si la disponibilidad de carroña podría ser lo suficientemente alta como para promover el carroñeo [del lince]”.

Los especialistas coinciden en que es necesario seguir investigando para determinar si este comportamiento carroñero en realidad existe, está extendido y supone una amenaza real para la conservación. Rouco y sus colegas también sugieren que se tomen medidas precautorias para “proteger de los depredadores” los comederos de buitres en España y en otros lugares del mundo donde se identifique un comportamiento carroñero por parte de especies terrestres amenazadas.

“Un buen diseño [de vallado] cuesta dinero”, dice Rouco, “así que depende de cuánto se quiera invertir en un cercado adecuado a prueba de otras especies que no son objetivo”.

* Imagen principal: El lince ibérico es una historia de conservación exitosa. A principios de la década de 2000, el número se había reducido a unos doscientos ejemplares. Hoy, tras grandes esfuerzos de conservación, la especie cuenta con más de mil trescientos individuos. Foto: Animal Record vía Flickr (CC BY 2.0).

Referencias:

Tobajas, J., Finat, R., Ferreras, P., & Margalida, A. (2023) Iberian lynxes scavenging on ungulate carcasses: An overlooked important resource and potential risk for an endangered predator. Biological Conservation, 277, 109855. doi:10.1016/j.biocon.2022.109855

Gonzálvez, M., Jiménez-Ruiz, S., Paniagua, J., Rouco, C., & García-Bocanegra, I. (2023) Vulture feeding stations threaten Iberian lynx. Biological Conservation, 109960. doi:10.1016/j.biocon.2023.109960

Tobajas, J., Finat, R., Ferreras, P., & Margalida, A. (2023) Can vulture feeding stations have detrimental effects on Iberian Lynx conservation? Biological Conservation, 109971. doi:10.1016/j.biocon.2023.109971

Artículo original: https://news.mongabay.com/2023/04/vulture-carrion-potential-boon-and-threat-for-endangered-iberian-lynx-studies/

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