- Tipuani es un municipio amazónico y vive inundaciones constantes, que sus autoridades y habitantes adjudican al desvío del cauce del río donde operan mineras informales.
- Pero no es el único afectado: las autoridades piden un freno a los actores mineros para evitar el traslado de al menos cuatro municipios.
- En Guanay, se iniciaron procesos legales para evitar la minería en áreas urbanas, pero la autoridad local sostiene que no hay resultados.
- Los pobladores de los municipios alertan que la minería sigue operando a pesar de los impactos y aseguran que perdieron todas sus pertenencias por las inundaciones.
Gran parte del municipio amazónico de Tipuani -ubicado a 265 kilómetros de la ciudad de La Paz, Bolivia- vive constantemente inundado y sus autoridades y habitantes sostienen que se debe al desvío de ríos, atribuido a la minería del oro. La situación se complicó aún más durante los últimos días, con las primeras lluvias que llegaron a esta zona. Las autoridades locales solicitan trasladar el pueblo a una zona de altura. El Gobierno boliviano culpa a la minería informal e ilegal por el desvío de los cauces de ríos y hay otros municipios que pueden correr el mismo riesgo, según reconocen las autoridades en diálogo con Mongabay Latam.
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Fidel Veliz asegura haber perdido todas sus posesiones. Él es dirigente vecinal de Tipuani, un municipio con tradición minera. “Esta es la tercera vez que pierdo mi casa y esta época fue la peor, ya que la inundación se mantuvo desde el año pasado”, afirmó Veliz.
El dirigente vecinal culpó a la minería aurífera por las inundaciones. Veliz dijo que las cooperativas mineras que están en la zona no resguardan al pueblo y que siguen con sus actividades a pesar de que se les llamó la atención. “Incluso, ahora, que estamos sufriendo tanto, [los mineros] siguen trabajando y no asumen responsabilidad”, lamentó.
Cinco barrios del municipio de Tipuani estuvieron inundados desde diciembre de 2024 hasta junio de este año. Los habitantes tenían la esperanza de que la situación mejorara, pero no fue así. Las primeras lluvias de octubre volvieron a inundar estos cinco barrios y otros más. En el río que lleva el mismo nombre que el municipio el cauce quedó deshecho y se crearon pozas.

El alcalde de Tipuani, Fernando Vera, sostiene que si la minería aurífera sigue operando al ritmo actual, el pueblo desaparecerá en tres años. “Por más que hagamos un puente o que llevemos el pueblo arriba del cerro igual vamos a desaparecer”, aseguró.
Vera dijo que puede hacer muy poco contra la minería informal. El alcalde explicó a Mongabay Latam que no tiene el poder administrativo para detener la explotación minera. Él estima que las cooperativas arrojan al río Tipuani 35 000 metros cúbicos de desmonte, como llaman a la acumulación de material rocoso descartado en la extracción de oro. “Las consecuencias pueden ser catastróficas, no solo para Tipuani, sino también para otros municipios mineros”, dijo.
El 13 de octubre la crecida del río Tipuani arrasó viviendas y dejó a más de un centenar de familias sin hogar. Según datos preliminares de la Gobernación de La Paz, al menos 120 familias perdieron todo, mientras que unas 420 resultaron afectadas. A ese dato se suman otras 400 familias que están afectadas por las primeras inundaciones.
Los pobladores de Tipuani viven desde hace varios años bajo la amenaza constante de las inundaciones. Cuando llegan las épocas de lluvias solo piden a las autoridades auxilio para no perder sus pertenencias. Ellos culpan a la actividad minera descontrolada de las cooperativas.
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La mayoría de estas cooperativas funcionan con financiamiento extranjero y en su afán por extraer oro desvían el cauce del río, arrojan el desmonte a sus aguas y dejan enormes pozas sin cubrir. Estas, al llenarse de agua, terminan filtrándose hacia el pueblo y agravando el riesgo para sus habitantes. Según la dirigencia vecinal, más del 70 % del pueblo sufre las consecuencias.
Análisis técnico
Jaime Cuéllar, abogado especialista en minería y minería ilegal, afirmó a Mongabay Latam que las actividades mineras informales e ilegales pueden ser un “factor determinante” en la generación o agravamiento de inundaciones en municipios como Tipuani, Guanay, Teoponte o Mapiri. El experto explicó que, desde el punto de vista técnico, la alteración del cauce natural de los ríos, el vertido constante de desmontes y relaves en los márgenes fluviales modifican profundamente la dinámica hidromorfológica de las cuencas.
“En consecuencia, las lluvias que en condiciones naturales serían absorbidas o canalizadas sin mayores daños, terminan generando crecidas súbitas y desbordes destructivos ocasionados por estas actividades extractivas, sin control, regulación o fiscalización”, detalló Cuéllar. El experto añadió que las autoridades competentes no están ejerciendo controles efectivos en estos municipios bolivianos ni implementando acciones de fiscalización sostenida frente a actividades que contravienen el orden jurídico y los principios de sostenibilidad establecidos en la normativa boliviana.

“La falta de control genera un círculo vicioso. El deterioro ambiental aumenta la vulnerabilidad del territorio y esa vulnerabilidad, no siendo atendida, amplifica los desastres naturales y sociales. La ausencia de regulación y sanción podría desembocar en una degradación territorial irreversible”, resaltó Cuéllar.
Las autoridades bolivianas ven que Tipuani puede ser el “inicio de una gran catástrofe” si no se toman medidas urgentes. El viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, afirmó a Mongabay Latam que las inundaciones en Tipuani son provocadas por la actividad minera. “Lo más conveniente de este momento es hacer una regulación y hacer que las cooperativas mineras cumplan con lo que está establecido por ley y tengan que moverse a otros sectores”, afirmó la autoridad.
“El municipio de Tipuani está en riesgo de desaparecer si no se toman medidas inmediatas”, añadió el funcionario.
El gobernador de La Paz, Santos Quispe, también se refirió al tema cuando dialogó con medios locales en el lugar. La autoridad regional dijo que habló con los pobladores de Tipuani y les pidió trasladarse. Quispe ve esa opción como la “única solución”. “Ellos todos los años están sufriendo la inundación, les hemos dicho que tienen que trasladarse a otro lado, porque año tras año lo mismo va a pasar, porque hay dos empresas chinas que siempre están moviendo la tierra y siempre va haber inundación”, dijo.
Tipuani tiene 7716 habitantes, según el censo que se realizó en 2024. Es conocido como un municipio minero, a pesar de tener suelos aptos para la agricultura. El abogado Cuéllar detalló que si en esta localidad no se corrige la actual situación mediante políticas públicas eficaces, monitoreo ambiental continuo y aplicación estricta de las normas de protección ambiental, podría convertirse en un “caso paradigmático de colapso ambiental inducido por la minería”.
El caso de Guanay
Guanay se encuentra a 35 kilómetros de Tipuani. Este municipio también es impactado por la actividad minera informal e ilegal. Todos los años vive inundaciones fuertes porque en esta localidad se unen los ríos Mapiri y Tupuani. En ambos afluentes hay minería. También aquí operan las cooperativas mineras con financiamiento externo, sobre todo de origen chino. Víctor Ticona es el alcalde de Guanay y en contacto con Mongabay Latam afirmó que la minería aurífera ingresó a la zona urbana del municipio.
“Yo presenté una demanda contra mineros y comunarios que están dañando nuestros suelos. Ellos obtuvieron permisos adulterados para operar, o sea papeles falsos. Iniciaron las excavaciones y están poniendo en riesgo a todo el municipio”, dijo Ticona. La autoridad local añadió que el proceso penal no tiene avances y no se logra comprobar cómo los mineros obtuvieron los permisos falsos.

Franklin Quequesana, miembro de la comisión de Minería y Medioambiente del Concejo Municipal de Guanay, está seguro de que los desmontes provocados por la “minería ilegal y descontrolada” generan inundaciones, y en corto plazo podrían hacer desaparecer las zonas pobladas. “No es una exageración lo que está pasando, hay cooperativas ilegales y legales, pero las dos botan sus desechos al río”, dijo.
“Guanay va a desaparecer si no hacemos un manejo adecuado de los desmontes. Debemos hacer una minería más consciente, con respeto a la madre naturaleza, sin afectar a los ríos y no lamentar consecuencias en el futuro”, añadió el concejal.
Según la Fundación Solón, en Guanay predominan dos formas principales de minería informal en pequeña escala: la de los “carancheros” y la de los barranquilleros. Ambas son llevadas a cabo en su mayoría por residentes del área urbana que han practicado esta actividad de manera sostenida durante décadas. Para muchas familias, constituye su principal medio de sustento, según la organización.
Los “carancheros” deben su nombre al “carancho”, un tipo de succionadora flotante manual que utilizan para extraer agua del río. Estos trabajan directamente en los lechos de los ríos, construyendo pequeñas represas con piedras para lavar el oro.
Los barranquilleros se dedican a procesar los desmontes descartados por las cooperativas mineras. Estos utilizan pequeñas bases de madera equipadas con alfombras sintéticas que retienen el oro mientras el material es lavado con agua a presión.
Sin embargo, los que operan a gran escala son las cooperativas mineras que tienen financiamiento del exterior. En los casos de Guanay y Tipuani –según la Fundación Solón- existen capitales chinos y colombianos.
Imagen principal: una de las calles de Tipuani inundada. Según las autoridades del municipio, la crecida de los ríos se debe a las consecuencias de la minería informal. Foto: cortesía Ministerio de Defensa