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PepsiCo investigará deforestación en concesión de un proveedor de aceite de palma en Sumatra

  • PepsiCo inició una investigación sobre los informes de deforestación en una de las plantaciones de palma aceitera de uno de sus proveedores, ubicada en el Ecosistema Leuser, un foco de biodiversidad que alberga algunos de los últimos tigres de Sumatra, rinocerontes, orangutanes y elefantes que quedan en la Tierra.

YAKARTA — PepsiCo, el gigante de la comida y de la bebida, comenzó una investigación sobre las denuncias de deforestación contra uno de sus proveedores en un hábitat indonesio clave, que alberga tigres, orangutanes y rinocerontes en peligro crítico de extinción.

La empresa comentó que estaba actuando a partir de una queja presentada por Rainforest Action Network (RAN), un grupo estadounidense de defensa, en la que se denuncia una deforestación continua dentro de una concesión que pertenece a la empresa de aceite de palma PT Surya Panen Subur II (SPS II), incluida en la lista de proveedores 2017 de PepsiCo.

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“Tomamos con mucha seriedad las denuncias de cualquier incumplimiento de nuestra política dentro de la cadena de suministro. Apenas recibimos esta queja, activamos nuestro proceso de reclamos y contactamos a nuestros proveedores directos, a colegas y a otros para investigar”, escribió PepsiCo en un correo dirigido a Mongabay.

Según la RAN, su investigación de campo y el análisis satelital mostraron que tan solo en los primeros cinco meses de este año se habían destruido 118 ha (290 acres) de bosque en la concesión de SPS II, que está dentro del Ecosistema Leuser en la provincia Aceh de Indonesia. Esa zona es un foco ecológico, célebre por ser el último lugar del mundo donde coexisten tigres de Sumatra (Panthera tigris sondaica), rinocerontes (Dicerorhinus sumatrensis), orangutanes (Pongo abelii) y elefantes (Elephas maximus sumatranus).

Se puede ver terreno despejado en una plantación de palma aceitera que pertenece a PT Kalista Alam en la turbera de Tripa, en Aceh, Indonesia, en el 2012. Foto: Sue Branford. Atribución: https://www.flickr.com/

PepsiCo, la empresa de mayor distribución de snacks en el mundo y gran consumidora de aceite de palma, afirmó que ya recibió varias respuestas y que varios proveedores ya están haciendo sus propias investigaciones.

“PepsiCo demostró en el pasado que está dispuesta a tomar acciones cuando siente que las quejas no fueron abordadas de manera adecuada”, sostuvo la empresa.

Acusaciones con cuatro años de antigüedad

Esa voluntad de tomar acciones por parte de PepsiCo aparece casi cuatro años después de que la RAN comenzara a denunciar una supuesta deforestación dentro de la concesión de SPS II en el 2014. Durante los años intermedios, según la RAN, PepsiCo permaneció en silencio y se negó a tomar acciones concretas.

Años de despeje e inendio de bosques han devastado la concesión de SPS II, lo que la dejó con solo el 30 % de sus 130 km2 (50 mi2) originales de cobertura forestal intacta a partir de abril del 2018.

La deforestación es uno de los grandes problemas de los bosques de Sumatra. Foto: Mongabay
La deforestación es uno de los grandes problemas de los bosques de Sumatra. Foto: Mongabay

“PepsiCo aún no respondió públicamente a este caso de deforestación continua en su cadena de suministro, a pesar de que SPS II apareció nombrada en los numerosos informes de la RAN desde el 2014”, comentó a Mongabay Emma Lierley, gerente de comunicaciones de bosques en la RAN.

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Lierley también dijo que SPS II fue utilizada en estudios de casos en LeuserWatch.org, un sitio web creado por la RAN, que contiene actualizaciones sobre la deforestación en el Ecosistema Leuser, así como también fue nombrada en los medios respecto del uso ilegal del fuego para despejar terreno en el 2012. Sin embargo, según ella, PepsiCo continuó obteniendo aceite de palma de la concesión de SPS II.

Los incendios de hace seis años en la zona de turbera de Tripa de Leuser (un área de importancia ecológica) fueron descritos por la revista indonesia de investigación Tempo como un incendio enorme con cenizas que caían y oleadas de humo. El calor por la quema de la turbera similar al abono alejó a personas y animales, y quedó una ruina ardiente de “bosque reducido a cenizas, sembrado de troncos carbonizados”.

Ecosistema Leuser en la provincia de Aceh, en el extremo oeste de Indonesia. El área alberga el Parque Nacional de Gunung Leuser. Imagen: Agungdwinurcahya/Wikimedia Commons

Los incendios pusieron rápidamente el foco de atención internacional en la turbera de Tripa: la zona rica en carbono tiene la mayor población de orangutanes de Sumatra, una especie en peligro crítico de extinción, y ha sido denominada “la capital mundial de los orangutanes”.

En respuesta a los incendios, el Gobierno indonesio inició una investigación que terminó en una demanda civil contra SPS II en el 2012. En el 2016, un juzgado de distrito falló a favor del Gobierno y ordenó que la empresa pagara 3000 millones de rupias (212 000 de dólares) de multa. Sin embargo, ese mismo año, la Corte Suprema anuló el fallo del juzgado de primera instancia en la apelación.

Si bien la empresa salió del atolladero, tres de sus empleados —incluido su director ejecutivo— fueron declarados culpables de haber ordenado los incendios. Cada uno fue sentenciado a dos años de prisión y multado por 3000 millones de rupias.

Forasteros culpables

El aceite de palma producido por SPS II llega a la cadena de suministro de PepsiCo a través de Golden Agri-Resources (GAR), una de las empresas de aceite de palma más grandes del mundo. En un informe del 2014, GAR afirmó que no debería culparse a SPS II por la deforestación dentro de la concesión.

En su lugar, identificó como perpetradores a los residentes de un pueblo cercano, Kuala Seumayam, y a una empresa de aceite de palma llamada CV Sawit Mandiri, de la que se dijo que había ocupado parte de la concesión.

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“SPS II ha estado sufriendo usurpaciones por parte de comunidades locales, que han provocado el incendio de terreno y deforestación dentro de la concesión desde hace varios años”, afirmó GAR en su sitio web.

Los residentes de Kuala Seumayam, hogar de unas 500 personas, afirman que fueron expulsados de sus tierras cuando el jefe de distrito les otorgó licencias a SPS II y a otra empresa de aceite de palma (PT Kallista Alam) para operar allí en la década del 2000.

GAR dijo que mantuvo un diálogo abierto entre SPS II y los habitantes del pueblo para tratar el tema de la usurpación. Durante el debate, cuenta GAR, los habitantes del pueblo admitieron haber entrado a la concesión y haber quemado y despejado el terreno. También sostuvieron que creían que la concesión estaba abandonada cuando entraron por primera vez y pidieron no ser procesados considerando el dinero que gastaron en cultivar la tierra.

Los orangutanes son una de las especies más afectadas por la pérdida de hábitat ocasionada por el aceite de palma. Foto: Mongabay Latam
Los orangutanes son una de las especies más afectadas por la pérdida de hábitat ocasionada por el aceite de palma. Foto: Mongabay Latam

A su vez, el jefe del pueblo se comprometió a alentar a los residentes a detener el despeje de terreno a la espera de la finalización de un mapeo participativo y de un estudio de tenencia de la tierra.

Si bien GAR estimó que el diálogo había sido un éxito, dijo que el control posterior, desde noviembre del 2017 hasta abril del 2018, reveló indicios de que el despeje de terreno dentro de la concesión había continuado.

“Esto indicó que, si bien SPS II tuvo una primera reunión positiva con las comunidades, necesitaba trabajar más para asegurar las acciones de seguimiento correctas que llevarían al cambio”, sostuvo GAR.

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Lierley de la RAN reconoció el problema de la usurpación, pero dijo que eso no absolvía a SPS II ni a PepsiCo de la responsabilidad. Otras empresas identificadas por la RAN que se abastecen con aceite de palma de la concesión SPS II incluyen a Unilever, Nestlé, Mars, Mondelēz International y General Mills.

“Se puede decir que el despeje y el desarrollo del canal actuales están ocurriendo por parte de un tercero organizado, mientras que históricamente fue llevado a cabo por SPS II —explica Lierley—. [Sin embargo], SPS II sigue siendo responsable de su concesión, por el impacto pasado y presente del despeje de bosque”.

Expresó que la usurpación y la deforestación continuaron sin cesar debido a que SPS II no resolvió la antigua disputa sobre la tierra mediante un proceso de mediación para resolución de conflictos transparente, creíble e independiente. Agregó que la demanda del denominado aceite de palma conflictivo por parte de molinos y refinerías, incluidos aquellos que abastecen a marcas importantes, también alimenta la deforestación.

Selva tropical en el Ecosistema Leuser. Foto: Rhett A. Butler/Mongabay.

El informe de la RAN sostiene que SPS II eligió no publicar la metodología de su estudio sobre tenencia de la tierra ni informar públicamente cualquier progreso logrado en su esfuerzo por abordar la deforestación, el dragado del canal, los incendios y la resolución de conflictos.

Otros cuestionan la probabilidad de que unos forasteros puedan llevar a cabo la mayor parte de la deforestación dentro de la concesión considerando la presencia de maquinaria pesada en las zonas despejadas.

“Si bien el despeje de terreno no fue tan masivo como antes, hay retroexcavadoras”, que se utilizan para despejar bosque, según comentó Farwiza Farhan, presidenta de HAkA, una ONG ambientalista local.

“¿Son de propiedad de los habitantes del pueblo? ¿De verdad?”.

Política nueva

La RAN también reprendió a PepsiCo por su recientemente actualizada política sobre aceite de palma sustentable que, según este grupo, no elimina por completo las violaciones de los derechos laborales ni la destrucción de la pluviselva de su cadena de suministro.

“Esta política es una maniobra para eludir y cubrirse —expresó Robin Averbeck, director de la campaña sobre aceite de palma de la RAN, en un comunicado de prensa—. Al fin y al cabo le permite a PepsiCo continuar haciendo negocios con empresas que abusan de los derechos de los trabajadores y que destruyen los bosques tropicales y las turberas”.

Sin embargo, PepsiCo sostiene que la crítica de la RAN apuntaba a Indofood Agri Resources (IndoAgri), una subsidiaria de Indofood, el productor de alimentos más grande de Indonesia. IndoAgri, según dijo el gigante de los alimentos, “no es un proveedor directo de PepsiCo”. En su lugar, vende aceite de palma a comerciantes internacionales, algunos de los cuales proveen a PepsiCo.

En Indonesia, PepsiCo tiene una empresa conjunta con Indofood para producir algunos productos, tales como los snacks de marca Lays, para el mercado interno. Esa empresa conjunta solía abastecerse de aceite de palma por medio de IndoAgri, pero esas compras se suspendieron en enero del 2017, entre acusaciones de trabajo infantil y de explotación laboral en las plantaciones de IndoAgri.

Cuando PepsiCo lanzó su política de aceite de palma sustentable en el 2015, estableció que el aceite de palma que obtenía de sus proveedores sería producido sin más explotación de bosques con elevadas reservas de carbono (HCS) ni de áreas de alto valor de conservación (HCV), ni tampoco nuevas conversiones de turberas.

En la actualización reciente, PepsiCo quiere alcanzar esa meta para fines del 2020. También determinó una fecha de finalización para la conversión de bosques y de turberas, lo que significa que no comprará aceite de palma que provenga de áreas despejadas a partir de fines del 2015.

“Creemos que somos la primera empresa del sector en asumir semejante compromiso”, afirmó PepsiCo.

Imagen del banner: Un orangután se balancea por los árboles en el Parque Nacional de Gunung Leuser, en Sumatra. Foto: Rhett A. Butler.

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