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Palma en América Latina: entre el crecimiento económico y el conflicto ambiental | ENTREVISTA

  • El científico boliviano ha investigado el avance y los conflictos alrededor de la palma en el Asia y ahora lo hace en América Latina.
  • En conversación con Mongabay Latam habló sobre la presión de estos cultivos sobre los bosques, el sistema económico que lo rodea y la posibilidad de tener cultivos sostenibles.

Pablo Pacheco empezó estudiando la expansión de las fronteras agropecuarias en la Amazonía, primero en Bolivia con la soya y luego en Brasil con el avance de la ganadería. Esto lo llevó luego a Indonesia, donde se encontró con la discusión sobre el futuro de los bosques y el desarrollo rural asociado a la expansión de la palma.

“Empecé a estudiar todas esas dimensiones de la palma no solo económica sino ecológicas y sociales”, dice el científico boliviano, que se ha dedicado a investigar sobre las posibilidades de sostenibilidad económica que rodean al monocultivo.

palma en América Latina
Plantaciones de palma en la comunidad nativa de Santa Clara de Uchunya, en Ucayali. Foto: Diego Pérez.

Después de desarrollar varios estudios en Asia, principalmente en Malasia e Indonesia, acaba de concluir una investigación en América Latina. “Eso me ha permitido ver con nuevos ojos las perspectivas de expansión y las dinámicas de desarrollo rural en América Latina, y los desafíos que tenemos para conservar nuestros bosques”, agrega Pacheco, quien actualmente es científico principal en el área de Bosques del Equipo Global de Ciencia del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF)  e investigador asociado del Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR).

En esta conversación con Mongabay Latam habla sobre este cultivo que ha generado tanta polémica en los países donde se instala, pero que está presente en numerosos produc tos que consumimos cada día.

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La palma aceitera se cultiva principalmente en Malasia e Indonesia. ¿Cómo ha sido su expansión en América Latina?

La palma aceitera tiene su origen en los bosques tropicales de Guinea del África occidental y central, y en los años 60 hubo un fuerte empuje para la producción de palma en Asia, con eso se inicia un nuevo ciclo, particularmente en Malasia e Indonesia, pero acompañada por incentivos estatales. Como se sabe ahora, estos países son los principales productores de palma. En América Latina se estableció un poco de palma en Bahía, en el nordeste brasilero, en los años 60, también hubo un esfuerzo para plantar palma sobre todo en Perú y en Colombia, pero América Latina jamás alcanzó los niveles de producción o los volúmenes que hubo en Indonesia o en Malasia, porque las condiciones económicas e institucionales fueron diferentes. También se pensó que la producción de palma podía cumplir un rol en la promoción y desarrollo rural y fue utilizada como un cultivo para sustitución de producción ilegal de coca, sobre todo en Colombia y en Perú, pero su expansión no ha sido tan importante en América Latina.

El científico boliviano Pablo Pacheco investiga las dimensiones económicas, ecológicas y sociales de la palma aceitera. Foto: Archivo Pablo Pacheco.

¿Por qué no hubo una gran expansión en América Latina?

En un momento se pensó mucho en expandir la palma para el biodiésel sobre todo en Brasil y en Colombia. En Perú hubo denuncias sobre impactos de la palma en bosques y en comunidades indígenas. Además, la producción de palma en América Latina nunca podrá competir con la producción de Asia por los costos de mano de obra y de la tierra. No puede competir en los mercados internacionales con la palma proveniente del sudeste asiático y está limitada a mercados domésticos. Otro factor es que la palma en América Latina tiene relativamente más baja productividad comparada con la producción en Malasia e Indonesia.

¿Cuáles son los problemas que rodean la expansión de la palma?

Son varios los problemas y condiciones que rodean la expansión de la palma. Uno de ellos es la presión sobre la tierra, principalmente en los bosques. Lo que se ha visto en Malasia y principalmente en Indonesia es que la expansión de la palma, que se ha desarrollado a través de un modelo industrial en plantaciones de gran escala, ha llevado a presiones importantes sobre la tierra. Perú, Colombia y Brasil tienen situaciones similares. El modelo de desarrollo de plantaciones industriales en Indonesia, al mismo tiempo que favorecía a las empresas en la negociación de tierras con las comunidades locales, exigía que las corporaciones incorporen a los pobladores locales en la producción. Eso, de alguna manera, benefició a una población local que fue incorporada en las plantaciones. También atrajo a poblaciones inmigrantes para las plantaciones como trabajadores. A lo largo del tiempo, parte de estos trabajadores lograron tener recursos para desarrollar sus propias plantaciones. Eso generó un efecto adicional sobre la tierra y una presión adicional sobre las poblaciones locales donde se han instalado estas plantaciones, derivando en conflictos.

¿Hablamos de comunidades tanto en Asia como en América Latina?

Principalmente en el Asia, por el modelo de concesiones de tierras para el desarrollo de plantaciones donde había comunidades establecidas. Esas empresas tenían que negociar con las comunidades. También se han dado casos de conflicto sobre la tierra en América Latina. Creo que son conocidos los casos que se han dado en el Perú y han afectado algunas poblaciones indígenas. También se han dado casos de presiones sobre comunidades indígenas y comunidades locales entre Colombia y Ecuador. Pero son casos aislados.

Usted ha hecho recientemente una investigación de palma en América Latina ¿Cuáles son los resultados de esta investigación?

Estoy publicando dentro de poco un artículo, con varios colegas, comparando varios trabajos que analizan los estudios sobre expansión de palma en diversos países de América Latina, incluyendo México, Guatemala, Honduras, Ecuador, Brasil, Perú y Colombia. Nuestro objetivo es ilustrar las características de la expansión de la palma en la región. Lo que se concluye es que las trayectorias de expansión de la palma son un poco diferentes. Por ejemplo, en Honduras y México la producción está basada principalmente en pequeños productores. En Ecuador, Perú y Costa Rica son sistemas mixtos, hay producción pequeña, pero también mediana y algunas de escala mayor. Y existen los otros casos como Colombia, Brasil y Guatemala, donde el modelo ha sido más estimulado por el desarrollo industrial de plantaciones y un poco por pequeños productores.

En Ecuador, Perú y Costa Rica la producción de la palma tiene sistemas mixtos. Foto: CIFOR.

¿Qué particularidades existen en América Latina?

En América Latina al igual que Indonesia existen contrastes entre el rendimiento y el desempeño entre empresas y pequeños productores. Algo interesante que encontramos fue que en varios de estos países las plantaciones se abastecen de mano de obra migrante, que llega de otros países. Por ejemplo, hay casos que trabajadores de Guatemala laboran en el sur de México, o trabajadores de Colombia están en el norte de Ecuador. El flujo de trabajadores migrantes que abastecen las plantaciones es un tema interesante a tomar en cuenta, así como se ha encontrado que en Indonesia existen diferentes formas de producción para la palma aceitera y de productores articulados, en el mercado en América Latina también se ha logrado identificar que hay tres formas de producción de la palma aceitera. Existen los productores que establecen contratos directos con empresas y obtienen servicios técnicos y financieros de dichas empresas. También están los grupos organizados en cooperativas o asociaciones que articulan con las empresas de forma más indirecta, pero tienen una capacidad organizativa importante para proporcionar servicios a sus asociados. Por último, los pequeños productores independientes, que trabajan con intermediarios sin relaciones contractuales con empresas y tienen dificultades en acceder a servicios.

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El impacto de la palma sobre los bosques

En sus investigaciones usted también menciona que la palma genera una cantidad alta de emisiones de carbono…

Es cierto que la palma contribuye a las emisiones, pero eso tiene que ver con el contenido de carbono de los suelos donde se establece. La palma para su producción y expansión requiere de condiciones biofísicas bien particulares, básicamente se instalan en zonas donde existen bosques porque necesitan bastante humedad. Parte de la expansión de la palma se va a establecer sobre tierras forestales, pero también sobre áreas de agroforestería y en Indonesia sobre turberas. Esas son áreas con stock significativo de carbono. Entonces, si la palma va a reemplazar áreas de bosques y de sistemas agroforestales y se instala en áreas de turberas donde hay alto contenido de carbono, por supuesto que la palma va a generar importantes emisiones de carbono. Pero también puede darse el caso que la palma se instala en áreas convertidas a la agricultura, como en Brasil que se ha instalado en pastos relativamente degradados y disponibles, en bosques que se habían convertido en pastizales. También puede establecerse en áreas de pastos naturales como sucede en Colombia. Mucho depende de donde se establece la palma. Al establecerse en bosques tropicales primarios o secundarios y en áreas de turberas ha generado muchas emisiones de carbono.

Los cultivos de palma requieren de humedad para desarrollarse. Foto: CIFOR

¿Y de qué depende donde se establezca?

Tiene que ver con las condiciones de suelo, los usos preexistentes al establecimiento de la palma y la magnitud del área que van a ocupar las plantaciones. En Perú y en Colombia se ha instalado en bosques tropicales y muchas veces se han arrasado bosques para instalar palma.

¿Por qué se utilizan tanto los bosques para cultivar palma?

La palma para desarrollarse requiere de ciertas condiciones de humedad, por eso va a bosques en zonas húmedas, en los bosques tropicales. La palma no puede crecer en lugares más fríos y por eso en Malasia e Indonesia la palma se ha extendido en detrimento de la cobertura de bosques. La diferencia en América Latina es que existen más tierras disponibles en las zonas tropicales que han sido convertidas a la agricultura, por ejemplo, en Brasil, áreas muy grandes de bosques desde los años 70 y 80 se convirtieron a pastos de muy poca productividad y luego se desarrollaron planes para que la palma se extendiera únicamente en esas áreas. Eso también ha ocurrido en Colombia, aunque en menor grado, y en el Perú inevitablemente la expansión de palma se ha dado en las comunidades, donde hubo presión sobre los bosques. Muchos lugares donde se establece la palma en América Latina son de difícil acceso, entonces los costos de transporte son más altos, pensando en los mercados de exportación.

¿Cómo frenar esta presión sobre los bosques?

Se tiene un poco la idea de que se podría contener en parte la presión sobre los bosques a través de una mejora de los rendimientos, entonces habría una mayor oferta de aceite de palma en el mercado o en la misma cantidad de tierra. Esto es muy muy fuerte principalmente en Asia, para mejorar los rendimientos de los pequeños productores y de lo que obtienen las empresas. Importante en las dimensiones de la expansión de palma es la discusión sobre los rendimientos, y está también asociado al tipo de servicios técnicos y financieros que pueden establecerse para apoyar a los pequeños productores y sobre todo cómo pueden acceder a un buen material genético, porque una vez que se planta una zona con un árbol de palma y este va a tener baja productividad, no tengo otro remedio que esperar 20 años con un árbol de esas condiciones. En América Latina hay un buen desarrollo tecnológico, pero también en Colombia han sido afectados por enfermedades. El desarrollo de la palma tiene que ver con la infraestructura que se puede establecer asociada a la expansión de las plantaciones.

En América Latina la producción de palma se destina principalmente al mercado local. Foto: CIFOR.

¿Qué tan grave ha sido la pérdida de bosques debido a los cultivos de palma?

Mucho depende de la escala. En Malasia e Indonesia ha sido significativo porque la extensión de la palma también ha sido importante gran parte de deforestación en Malasia luego Indonesia ha sido inducida por este esquema. Una porción de la palma se establece en bosques primarios otra porción en áreas que ya han sido intervenidas y otra porción en áreas ocupadas por la agroforestería o que eran plantaciones de goma natural. Pero establecer áreas homogéneas de palma ha tenido un efecto importante en la biodiversidad, sobre todo en especies emblemáticas, por ejemplo, en Borneo ha afectado mucho a las poblaciones de orangutanes, pero también a poblaciones de tigres o aves. También tiene otros efectos como la polución de agua en América Latina. Todas las áreas donde se establece la palma son de alta biodiversidad. Este es un dilema que está adentro de las discusiones sobre la sostenibilidad de la palma. En Asia la solución fue presionar a las empresas para que identifiquen las áreas de alto valor de conservación y de biodiversidad y se comprometan a no afectar esas áreas.

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Una mirada a la economía

Si tuviésemos que poner el tema en una balanza, ¿los cultivos de palma causan más efectos negativos o beneficios?

Es difícil responder esa pregunta, es difícil colocar en una balanza con la misma unidad de medida. La biodiversidad y los efectos ambientales por un lado y por otro los efectos positivos en el desarrollo económico y reducción de la pobreza. La otra pregunta es ¿qué otra opción del uso del suelo que no sea la palma podría haber generado beneficios más positivos? Entonces es difícil pensar en otras opciones del uso del suelo que no sea la palma que logre generar esos beneficios. ¿Cómo hacer más rentable para empresas y comunidades el aprovechamiento sostenible de los bosques? Pero lamentablemente otras opciones no han logrado competir desde una perspectiva de rentabilidad financiera con la expansión de la palma, por eso la palma ha tenido un desarrollo muy rápido y las empresas han sido favorecidas por políticas de entrega de tierras.

Los costos de la producción de palma en América Latina son más altas que en Asia. Foto: CIFOR.

¿Esto también ha pasado en América Latina?

En América Latina es un poco diferente por lo que explicamos. Además, Asia abastece el 85 % de la producción de aceite de palma en el mundo, entonces me parece poco probable que la producción de América Latina pueda competir en los mercados mundiales con la palma proveniente de Malasia e Indonesia. Ahora bien, países como Colombia que tiene interés de producir más palma para la producción interna de biodiesel, tendría que dedicar muchos subsidios e incentivos financieros para las empresas. No creo que los países estén interesados en hacer eso en las condiciones en las que estamos. Para competir en los mercados internacionales, América Latina tendría que construir la logística para las plantaciones de palma y encontrar suficientes tierras, y eso es poco probable que suceda. También existen mayores esfuerzos para monitorear lo que ocurre en zonas como lo que ha pasado en Perú, por ejemplo, y de una forma más fácil se pueden detectar estos problemas, identificar cuáles son esas empresas inversionistas que quieren expandir plantaciones en zonas de tierras forestales. Con el tiempo será más difícil, porque las empresas, sobre todo compradores de aceite de palma que están al final de la cadena, están poniendo mayores exigencias y se comprometen a tener cadenas limpias de deforestación. Es más difícil desarrollar proyectos que no tengan criterios de sostenibilidad y los diferentes escenarios indican que la expansión de palma no va aumentar en América Latina.

Tomando en cuenta los problemas que se han presentado en América Latina, ¿usted cree que las grandes empresas pueden estar detrás de conflictos como el tráfico de tierras que se da en la Amazonía?

Creo que hay interés de las empresas que están al final de la cadena de ser más cuidadosas, saber cuál es el origen de su producción. Ha habido esfuerzos, pero se necesita mucha más trazabilidad en la cadena de producción. Es costoso y difícil en zonas de frontera, por ejemplo, porque se debe invertir bastante, pero hay más interés por parte de las empresas procesadoras en identificar el origen de la producción de palma. Aunque también hay mercados menos exigentes. Así como hay empresas que son más responsables, más cuidadosas de su reputación y cumplir sus compromisos de deforestación cero; todavía hay un mercado, sobre todo en Asia, que son menos exigentes y es posible que productores menos sostenibles puedan dedicar su producción a esos mercados. Esto crea dificultades para mejorar los estándares de sostenibilidad.

¿Es difícil combinar sostenibilidad económica y ambiental?

Creo que sí, pero ahora tenemos sobre la mesa discusiones de cómo es posible realizar eso. Me parece que va a tener que ser una combinación de repensar las opciones de desarrollo en los trópicos, en la Amazonía, pero también resolver los problemas que tenemos en la forma como se desarrolló nuestra economía en los mercados financieros y de alimentos. Ahora existe el gran desafío de pensar qué tipo de transformaciones necesitamos en los sistemas de alimentos, financieros y de inversión que puedan apoyar el desarrollo en áreas forestales tropicales y uno de esos ingredientes es el de la restauración y cómo hacerlo en áreas que han sido destruidas, pero que al mismo tiempo se traduzcan en beneficios no solamente para los inversionistas, sino también para las poblaciones locales. Ya existen compromisos del sector privado para mejorar el desempeño de sostenibilidad y del sector financiero para intentar conducir recursos a paisajes y promover procesos más sostenibles. Pero también sabemos que hay mercados grandes que trabajan en la dirección contraria, no compensan los esfuerzos que se pueden hacer para mejorar la sostenibilidad de la producción, incentivos mal conducidos como la especulación de la tierra. Todavía hay actores que están pensando en su propio interés más que en el interés colectivo. Necesitamos más monitoreo y transparencia para ver lo que pasa en esas zonas y penalizar a los actores por incumplir la normativa. Hay señales de optimismo, pero los desafíos son bastante grandes.

Imagen principal: Pablo Pacheco. Foto: Archivo Pablo Pacheco.

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