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EN VIDEO | Cuatro iniciativas de conservación que luchan contra la inminente escasez de agua dulce en Latinoamérica

Esperanza en tiempo de crisis climática: iniciativas que luchan contra la escasez de agua dulce

Los estragos de la crisis climática cada vez son más evidentes, pero probablemente la más peligrosa sea la desaparición de fuentes de agua. Se calcula que desde 1970, se ha perdido o deteriorado el 30 % de los ecosistemas de agua dulce en el mundo. ¿Qué se está haciendo en la región para mitigar estos impactos? Mongabay Latam, El Espectador y Mullu viajaron a Perú, Colombia, Ecuador y México y documentaron los proyectos que están conservando el agua en zonas de glaciares, humedales y alta montaña. Sus historias demuestran que no todo está perdido

El retroceso de los glaciares y las sequías en montaña

Si existen lugares en donde se aprecie en toda su dimensión la huella del cambio climático, esos son los glaciares. “Los impactos en algunos ecosistemas se están acercando a la irreversibilidad, como el caso de los cambios hidrológicos resultantes del retroceso de los glaciares, o los cambios en algunos ecosistemas montañosos”, indica el último informe de IPCC.

Laura Piñeiros comenta que los glaciares, que en muchos casos son la principal recarga de los arroyos, están retrocediendo como lo demuestran las imágenes satelitales y estudios históricos.

La comunidad de Santa Fe, en la región sur andina de Ayacucho, en Perú, es testigo de cómo el nevado Ritipata pierde su nieve año tras año.“La nieve más perpetua que vimos fue en 2005, y sólo en la parte más alta. Lo que queda aquí son hielos que se derriten en pocas semanas”,dice Tulia García, directora del Centro de Desarrollo Agropecuario (CEDAP), que trabaja con las comunidades rurales de la zona.

El nevado Ritipata forma parte de la cordillera Chonta, una de las 18 cadenas montañosas del país que concentran el 70 % de los glaciares tropicales del planeta. Un estudio publicado en 2020 por el Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (INAIGEM) muestra que la cordillera ya ha perdido el 95 % de su cobertura glaciar.

Jesús Gómez López, director de investigación en glaciares del INAGEM, explica que las altas temperaturas derivadas del cambio climático han provocado la desaparición de más de la mitad de la superficie glaciar que tenía Perú sólo en un periodo de 54 años y que, de acuerdo con sus estudios, se estima que el nevado Ritipata será declarado extinto en unos diez años.

Los animales dependen de los bofedales, terrenos húmedos que funcionan como esponjas. En las últimas dos décadas, sin embargo, el deshielo gradual del Ritipata y las cada vez más continuas sequías han provocado la reducción de todas estas fuentes de agua. Foto: Cortesía de @mullu.tv
Los animales dependen de los bofedales, terrenos húmedos que funcionan como esponjas. En las últimas dos décadas, sin embargo, el deshielo gradual del Ritipata y las cada vez más continuas sequías han provocado la reducción de todas estas fuentes de agua. Foto: Cortesía de @mullu.tv

En Santa Fe nacen los ríos y acuíferos que se canalizan para llevar el agua potable a los más de280 000 habitantes de la capital de Ayacucho,Huamanga, pero los comuneros de la zona no cuentan con redes de agua segura.  Ante la escasez del líquido y la aridez del suelo donde viven, las 62 familias de Santa Fe se organizaron para construir diques en las lagunas que captan el agua de lluvia y así lograron regar sus pastos y reducir la muerte de sus alpacas por hambre y sed. Hoy cuentan con 41 reservorios, aunque siguen enfrentándose a sequías cada vez más intensas.

Los reservorios, conocidos como qochas, permiten almacenar el agua de lluvia y soltarla sobre los pastos en tiempos de sequía. Así evitan que ésta se diluya en los cauces y erosione el suelo en los meses de abundancia, y se promueve la recarga subterránea que permite el afloramiento de manantiales y bofedales. Este sistema tradicional es conocido como siembra y cosecha de agua.

“Es muy difícil vivir aquí porque ningún cultivo crece. Nuestros animales mueren de frío y de hambre, antes más todavía. Con las qochas logramos que tenga algo de agua y comida en los meses más difíciles. Sin estos diques todo estaría seco”, asegura Gregorio Ccorahua, alpaquero de Santa Fe.

Piñeiros también menciona que el cambio climático ha alterado los patrones de precipitación y la lluvia que se esperaba en ciertas épocas del año sucede antes o después de lo habitual,“sólo por dar un ejemplo, en alguna zona donde llovía de noviembre hasta abril, ahora puede estar lloviendo de enero hasta agosto”.

Las sequías y las inundaciones se han vuelto más extremas. El IPCC ha advertido que las emisiones continuas de gases de efecto invernadero afectarán aún más a todos los componentes principales del sistema climático. “Se prevé que el calentamiento global continuo cambiará aún más el ciclo global del agua, incluida su variabilidad, las precipitaciones globales y las temporadas muy húmedas y muy secas”, se lee en el reporte de 2023.

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