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Proyecto portuario pone en riesgo al sistema de arrecifes de Veracruz, pese a fallo de la Corte mexicana

Construcción de la escollera norte y parques logísticos para la ampliación del Puerto de Veracruz. Foto: Cortesía Leonardo Ortiz.

  • Los permisos ambientales de la construcción del puerto más importante del país se cancelaron por no medir los impactos ambientales de forma integral. Sin embargo, a tres años de una sentencia histórica de la Suprema Corte, el fallo se ha incumplido.
  • Científicos encargados de seguir el cumplimiento de la sentencia ambiental han descubierto nuevos arrecifes que están interconectados con el sistema impactado por la ampliación del Puerto de Veracruz.
  • La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales emitió nuevas autorizaciones ambientales para la obra portuaria, sin atender los lineamientos ordenados por la Corte, de acuerdo con abogados ambientales e investigadores. 
  • Si bien los impactos ambientales en los arrecifes de Veracruz aún no son visibles, sí son predecibles, alertan científicos.

Cambios en los patrones de corrientes, corales cubiertos por sedimentos, pastos marinos removidos que hasta ahora no han sido reemplazados son algunos de los impactos que la ampliación del puerto de Veracruz, en el Golfo de México, está generando sobre los ecosistemas marinos, de acuerdo con el equipo científico que supervisa el cumplimiento de una sentencia que hace tres años dictó la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

El fallo, emitido en 2022, reconoció que los manifiestos de impacto ambiental de la megaobra eran fragmentados, por lo que no había una visión “integral” sobre las consecuencias acumuladas en arrecifes y humedales de una construcción de estas características sobre el entorno costero.

Por este motivo, la Corte ordenó cancelar los permisos ambientales originales de la ampliación del puerto y resolvió que la autoridad responsable de la obra tenía que hacer un nuevo estudio de impacto ambiental, pero esta vez unificado, considerando todas las partes de la obra, y presentarlo a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para que lo evaluara.

Aunque sí se presentó un nuevo trámite ante las autoridades, abogados ambientales aseguran que el nuevo estudio de impacto ambiental no resolvió las observaciones de la Corte, puesto que el proyecto nuevamente fue presentado de manera fragmentada.

A más de 15 años de que se iniciaran las obras de ampliación, ahora hay parques industriales con cientos de contenedores y un intenso tráfico de barcos, trailers y trenes en las nuevas infraestructuras que han sido construidas. Parte de los arrecifes que forman parte del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano fueron removidos. Los que quedaron están recibiendo sedimentos y materias orgánicas (aguas negras) que antes no recibían, asegura Leonardo Ortiz, investigador en el Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías de la Universidad Veracruzana (UV), quien encabeza el equipo científico que supervisa el cumplimiento de la sentencia de la Corte.

Los pescadores que vivían y pescaban en esas playas, en su mayoría, ya no están. Tampoco sus casas.

Corales de los arrecifes del Parque Arrecifal Veracruzano están comprometidos por la ampliación del Puerto de Veracruz. Foto: cortesía Leonardo Ortiz

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La protección que dan los corales

El primer ayuntamiento de América, la Villa Rica de la Vera Cruz (actualmente Veracruz), se estableció en 1519 en una playa del Golfo de México porque ahí fue encontrado un sistema de arrecifes que controlaba las olas y permitía la navegación de las embarcaciones de esa época.

Veracruz se fundó donde está para ser una ciudad con puerto. Sus edificios y casas antiguas, su muralla con sus baluartes y la fortaleza de San Juan de Ulúa fueron hechos de piedra múcara sacada de los arrecifes, y siguen ahí como un recordatorio de los orígenes de la ciudad.

El Puerto de Veracruz se consolidó en el paso de los años como el más importante de México por su conexión con el resto de Norteamérica, Sudamérica y Europa a través del Atlántico.

La necesidad de aumentar el tránsito de mercancías llegó a un punto en que el gobierno de México proyectó quintuplicar la capacidad portuaria.

El problema era que para ampliar el puerto era necesario remover miles de toneladas de arrecife para dejar pasar barcos de gran calado. El arrecife, además, estaba dentro del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano y el proyecto implicaba desaparecer la playa norte de la ciudad, lugar donde vivían familias que se dedicaban a la pesca.

Científicos han encontrado exceso de materia orgánica alojada en los arrecifes de la zona donde se desarrolla la ampliación del Puerto de Veracruz. Foto: cortesía Leonardo Ortiz

El proyecto se realizó en una primera etapa. Ahora solo hay un pequeño grupo de pescadores de una cooperativa al lado de una escollera, con cuatro lanchas y seis redes que salen a pescar e “intentar seguir viviendo de la mar”, dice Ángel Contreras, líder de ese pequeño grupo.

Contreras comenzó a pescar en 1971, su padre, que ahora tiene 82 años, es pescador desde 1942. “No nos oponemos a que el puerto crezca (pero) siguen tapando los arrecifes. Dragan en las noches y tiran lo dragado en otras profundidades”, dice el líder pescador.

Ortiz explica que el lugar en el que se encuentra la ciudad de Veracruz fue elegido, justamente, porque los arrecifes podían proteger a las embarcaciones de los temporales. Este punto fue fundamental en el fallo de la Corte, sostiene el investigador, ya que la ampliación del puerto y la consecuente eliminación de corales “ponía en riesgo la razón por la cual la ciudad está aquí”.

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La batalla contra la ampliación del Puerto de Veracruz

La resistencia a este proyecto la iniciaron dos mujeres veracruzanas, quienes se opusieron a la ampliación del puerto con un amparo colectivo, en el cual reclamaron que se violaba su derecho humano a un ambiente sano. El caso tardó más de 10 años en llegar a la Suprema Corte.

“Este caso abriría las puertas para otras causas. Eso es lo que nos ha motivado desde entonces”, recuerda una de las denunciantes, a más de una década de haber asumido la batalla legal.

El 9 de febrero de 2022, la Segunda Sala de la Corte falló a favor del amparo de las dos mujeres veracruzanas por unanimidad. Dejó sin efecto todos los permisos ambientales que había conseguido la autoridad portuaria para construir la ampliación y reconoció la violación a los derechos humanos de las personas afectadas.

Este histórico fallo generó nuevos criterios jurídicos en la interpretación y aplicación de leyes para casos ambientales en México, aseguran los expertos consultados por Mongabay Latam. Para Xavier Martínez, quien encabezó la defensa legal de las dos ciudadanas que se ampararon contra la ampliación del puerto, aquel fallo representa “un antes y después” para la justicia ambiental en México.

Imagen de una de las protestas contra la ampliación del Puerto de Veracruz, donde participaron personas afectadas. Foto: cortesía Leonardo Ortiz

“Esta sentencia tiene mucho valor”, asegura Jorge Lu Palencia, abogado de ecosistemas en la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), una de las instituciones que han observado el proceso legal, porque “trae a cuenta el debido cumplimiento de los principios de prevención, precaución y de evaluación ambiental”, explica.

Sin embargo, en la práctica no cambió nada, asegura Lu Palencia, porque el proyecto nuevamente fue presentado de manera fragmentada. “Se unieron los fragmentos del análisis previo y eso no es el cumplimiento de la sentencia”, dice el especialista.

La Corte “plantea como condicionante, para que realmente la evaluación ambiental sea integral, que se consideraran todos los impactos acumulativos, sinérgicos o residuales”, explica el abogado, quien asegura que eso no se cumplió.

El 30 de diciembre de 2022, 11 meses después del fallo de la Corte, la Semarnat volvió a expedir la autorización de impacto ambiental del proyecto. Y a partir de esa fecha, la construcción del puerto siguió avanzando con nuevos permisos. Martínez describe a esta acción de la Semarnat como un “cumplimiento no riguroso”.

Consultada por Mongabay Latam, sobre el cumplimiento de la sentencia, la Secretaría de Medio Ambiente sostuvo que la Suprema Corte no ordenó reiniciar todo el Procedimiento de Evaluación en Materia de Impacto Ambiental, sino “únicamente del acto administrativo”, por lo que no realizó un nuevo proceso de consulta y reunión pública sobre el proyecto con las partes afectadas.

Afirmó que el plan de manejo para la restauración, por los impactos de la ampliación en el Puerto de Veracruz, fue remitido a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), pero no mencionó cuál fue la evaluación del organismo.

La dependencia también dijo que solicitó al Comité Internacional de Humedales la designación de un grupo de peritos para evaluar el sitio y definir el esquema para su protección, sin explicar cómo quedó registrada la participación de las personas expertas en este proceso.

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Las omisiones que llevaron la protección de arrecifes a la Corte

La propuesta original de la Administración Portuaria Integral del Puerto de Veracruz (Apiver) y la Semarnat era modificar el Parque Arrecifal para quitar 40 mil colonias coralinas y reubicarlas a pocos kilómetros hacia el norte de la costa.

También ofrecieron colocar arrecifes artificiales para controlar el oleaje y extender la protección del parque hacia el sur de la ciudad.

“Esos arrecifes seguían brindando una función imprescindible para el resto del sistema porque la corriente principal viene de norte a sur y protegen al sistema de los sedimentos”, cuenta Martínez, quien era en este entonces el director del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), la organización que llevó el caso a tribunales.

En 2012 la Presidencia emitió un decreto que modificó el Parque Arrecifal para extraer los corales y liberar así el paso a las embarcaciones de gran calado.

Tras la publicación del decreto, decenas de personas presentaron una demanda de amparo colectivo ante el juzgado de distrito en el séptimo circuito, en Veracruz.

Gráfica del proyecto de ampliación del Puerto de Veracruz. Foto: cortesía Leonardo Ortiz

“Éramos como 50 personas los firmantes, no nos conocíamos todos. Algunos eran vecinos de movimientos de colonias por temas del agua o por temas de desarrollos inmobiliarios. Había un sentimiento de pertenencia”, cuenta una de las autoras del amparo, quien solicitó mantener su nombre en reserva por seguridad.

El recurso fue construido con investigaciones de académicos de la Universidad Veracruzana y abogados especializados.

“Desde que presentamos la demanda, el juzgado no la aceptó. Todo lo que logramos fue vía apelaciones”, recuerda Martínez, quien actualmente se desempeña como co-coordinador de la organización TerraVida y sigue como encargado de la defensa jurídica.

En su sentencia, la Suprema Corte detectó la exclusión de 45 arrecifes del polígono del Parque Nacional y que fueron omitidos en el proyecto de ampliación del Puerto de Veracruz.

El máximo tribunal incluso sostuvo que no examinar el impacto conjunto en el Sistema Arrecifal Veracruzano, no sólo sería regresivo “sino también un incentivo perverso para que las autoridades eludieran su obligación de proteger el medio ambiente”.

El 9 de febrero de 2022, la Primera Sala de la Corte validó los argumentos del amparo, con lo cual dejó sin efectos los permisos ambientales (26 en total) que había otorgado la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

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Una sentencia incumplida

El mismo juez que, en primera instancia, rechazó el amparo que llegó a la Suprema Corte hace 15 años, ahora es el responsable de supervisar el cumplimiento del fallo, de acuerdo con la organización AIDA, que considera que el juzgador no tiene los elementos necesarios para tener una opinión especializada.

“La información puede ser abrumadora con mucha sustancia, muchos tecnicismos. El juez necesita de terceras opiniones para que pueda entender si se está o no se está dando observancia a la sentencia”, considera Lu Palencia.

En tanto, el abogado Martínez señala que el juez se ha dedicado a recibir reportes de la Semarnat, para aprobar prórrogas que han permitido que la construcción continúe desde 2022.

De hecho, el 17 de mayo de ese mismo año la empresa portuaria, que es administrada por la Secretaría de Marina, informó que fue autorizado el Programa Maestro de Desarrollo Portuario del Puerto de Veracruz 2022-2027.

Este programa, según la Marina, sirve para “dar continuidad a los proyectos en procesos y dar paso a los nuevos que tiene considerado el Puerto en el corto, mediano y largo plazo”.

Hasta junio de 2024, la Marina reportó la construcción de un muelle nuevo para el arribo de minerales, una espuela de penetración en la zona norte del puerto (es infraestructura de conectividad), edificios administrativos y un laboratorio.

Actualmente, donde antes estaban las playas del norte de la ciudad, ahora hay patios industriales con contenedores de carga. Los arrecifes que necesitaban remover fueron reubicados en otra playa a pocos kilómetros al norte de la ciudad.

En la sentencia, la Corte ordenó la participación de peritos internacionales, concretamente del Comité Internacional de Humedales, para que estableciera una misión de asesoramiento. Hasta el momento, es una tarea que también está pendiente.

“La misión de asesoramiento está perdiendo la posibilidad, con el tiempo, de tener un análisis completo. Se está perdiendo el sentido de oportunidad de la misión”, dijo Lu Palencia.

Vista aérea de la zona donde se desarrollan los trabajos de la ampliación. Foto cortesía Leonardo Ortiz

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Arrecifes de Veracruz, los tesoros amenazados

La resistencia a la ampliación del Puerto de Veracruz trajo también importantes descubrimientos. Durante la batalla legal, un grupo de científicos comenzó a explorar el litoral del Golfo de México y descubrió lo que hoy se conoce como Corredor Arrecifal del Suroeste del Golfo de México.

El corredor, que en total suma 700 kilómetros de largo, está compuesto por 125 arrecifes conectados entre sí. En medio de este sistema están los arrecifes de la ciudad de Veracruz, un punto clave de concentración de biodiversidad del cual dependen todos los demás, explica Ortiz.

Entre los arrecifes descubiertos está el Arrecife Corazones, a 326 kilómetros al norte de Veracruz. Las autoridades desconocían su existencia, pero una cooperativa de pescadores guió a los académicos al punto del océano donde estaba este “tesoro” de seis kilómetros de largo, a 35 metros de profundidad.

Al sur de la ciudad de Veracruz, descubrieron el Arrecife Jamapa, de cinco kilómetros de largo por 1.5 de ancho, sumergido a 40 metros.

Dentro del mismo Parque Arrecifal Veracruzano descubrieron el Arrecife La Loma, a una profundidad de entre 14 y 28 metros, y cuya área coincide con un tramo que el proyecto portuario necesita como paso de barcos con un calado de 20 metros.

Imagen del arrecife Punta Gorda, ubicado dentro del Parque Arrecifal Veracruzano. Foto: cortesía Leonardo Ortiz

Esto demuestra, dice Ortiz, “que la solicitud de amparo no solamente tiene que ver con conservar un arrecife”.

De acuerdo con el último informe de avances y resultados publicado por la Marina, la ampliación del Puerto de Veracruz terminará en 2027. El documento contiene detalles de inversiones, empleos generados, licitaciones, avances en construcciones y reuniones con empresas.

Sin embargo, el documento no menciona el fallo de la Corte ni acciones sobre la conservación ambiental relacionada a la ampliación del puerto.

Mientras las obras continúan, el seguimiento que hacen los científicos a los daños ambientales comienza a arrojar información sobre los impactos negativos al sistema de arrecifes.

En los arrecifes Punta Brava y Punta Gorda (la mitad que no fue removida), los científicos han observado alteraciones en los patrones de sedimentación. Además, 70 hectáreas de pastos marinos fueron eliminadas y aún no han sido reemplazadas, por lo que la crianza de larvas de peces arrecifales y de importancia comercial está suspendida en esa superficie, explica Ortiz.

Según el especialista, otro arrecife llamado La Blanquilla registra altos niveles de materia orgánica, lo cual está relacionado con la remoción de sedimentos donde se amplió el puerto y con la descarga de aguas residuales en la zona.

Por otra parte, la modificación de los patrones de corrientes litorales han causado quejas por pérdidas de playas en la ciudad de Veracruz.

Los arrecifes de la ciudad de Veracruz distribuyen larvas a todos los arrecifes del corredor en la zona centro y norte, de acuerdo con el investigador Ortiz, por lo que los impactos que está sufriendo, si bien aún no se ven, son predecibles.

“Con el tiempo se van a ir modificando las condiciones. Las actividades humanas, la modificación de patrones de corriente, la modificación de sedimentos de materia orgánica en los arrecifes van a tener consecuencias. Es una obra que debería de haberse evitado”, concluye el científico.

*Imagen Principal: construcción de la escollera norte y parques logísticos para la ampliación del Puerto de Veracruz. Foto: cortesía Leonardo Ortiz 

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