- El último “informe” sobre los arrecifes de coral de Mesoamérica dejó claro que las temperaturas de verano de 2024, las más altas jamás registradas, devastaron algunos de los emplazamientos de arrecifes más emblemáticos de la región.
- Sin embargo, contra todo pronóstico, un arrecife en Bahía de Tela, en la costa caribeña de Honduras muestra una salud asombrosa.
- Está compuesto en gran parte por corales cuerno de alce (Acropora palmata).
- Este pedazo de coral, conocido cariñosamente como “Cocalito”, está planteando preguntas urgentes sobre qué cualidades dotan a los corales de resistencia al calor y si se pueden aprovechar para ayudar a salvar otros arrecifes.
Vistos desde el barco, los imponentes corales cuerno de alce brillan a través del agua cristalina, sus puntas rozan la superficie y parecen alcanzar el casco. Sin embargo, solo cuando uno está sumergido los corales muestran todo su tamaño y fortaleza, y toda la intensa biodiversidad que pulula a su alrededor. Algunos de los corales son más anchos que la altura de un hombre y las ramas de punta blanca con forma de asta de los corales individuales se entrelazan para crear extensiones de arrecife que cubren por completo el fondo marino, sin dejar que se vea nada más que coral. Se extienden a través de la bahía, por más de un kilómetro.
El último “informe” sobre los arrecifes de coral de Mesoamérica dejó claro que las temperaturas de verano más altas jamás registradas devastaron algunos de los arrecifes de coral más icónicos de la región. Sin embargo, contra todo pronóstico, este arrecife en el extremo occidental de Bahía de Tela, en la costa caribeña de Honduras, compuesto en su mayor parte por corales cuerno de alce (Acropora palmata), en peligro crítico de extinción, muestra una salud asombrosa.
Este pedazo de coral, conocido cariñosamente como “Cocalito”, está planteando preguntas urgentes sobre qué cualidades dotan a los corales de resistencia al calor y si se pueden aprovechar para ayudar a salvar otros arrecifes.
“El arrecife desafía nuestra comprensión básica de los corales, ya que está prosperando en un momento en el que estamos intentando evitar que los arrecifes mueran”, dijo a Mongabay Paolo Guardiola, biólogo e instructor de buceo en la ciudad de Tela. Como coordinador de un programa de la zona con la Alianza de Arrecifes de Coral, una ONG con sede en Estados Unidos que apoya a los grupos locales de conservación de arrecifes, ha estado observando el coral de la bahía durante varios años y ha contribuido al informe.

Factores estresantes en la Bahía de Tela
Bahía de Tela no es muy conocida como un destino de buceo. Sus arrecifes de coral son abundantes y diversos, cubren alrededor del 68 % de la bahía. Los buceadores locales descubren habitualmente nuevos arrecifes, pero informan que en algunos hallazgos recientes estaban total o parcialmente muertos, con signos de un rápido deterioro.
En 2023, una ola de mortalidad arrasó los corales de la bahía, impulsada por el blanqueamiento y la enfermedad de pérdida de tejido de coral pétreo (SCTLD, por sus siglas en inglés). El informe del arrecife mesoamericano apunta que Tela sufrió un caso de blanqueamiento masivo en 2024.
“En Tela, el seguimiento ha encontrado que algunas especies de coral se han visto afectadas de forma desproporcionada por las condiciones climáticas comparadas con otras”, dijo a Mongabay Julio San Martín Chicas, gerente del programa de la Alianza de Arrecifes de Coral para la región. “Seguro que no fue un año fácil para los corales en la bahía”, agregó.
Los veranos cada vez más calurosos, sobrealimentados por el cambio climático, están dañando incesantemente los delicados ecosistemas de coral. En 2023 comenzó un evento mundial de blanqueamiento de corales, el peor registrado, que ha afectado al 84 % de los arrecifes de todo el mundo.
El exceso de calor hace que los corales expulsen las algas simbióticas productoras de alimentos que viven en sus tejidos y dan a los corales su color, lo que los vuelve blancos. El proceso, llamado blanqueamiento, debilita el coral y puede matarlo si las condiciones persisten.

Además del calor, muchos otros factores estresantes causados por el hombre afectan a los corales de Bahía de Tela. Los conservacionistas son muy conscientes de que reducirlos es la mejor manera de ayudar a los corales a resistir el aumento de las temperaturas. “Es nuestra tarea mitigar los factores de estrés y ganar un tiempo valioso para que los corales se adapten”, dijo Guardiola. “O se adaptan o mueren”.
Uno de esos factores de estrés es la llegada periódica de contaminantes del río Ulúa. El río fluye casi totalmente a través de Honduras y recoge sedimentos, fertilizantes y residuos químicos, que expulsa en la bahía. “Los fertilizantes, por ejemplo, estimulan el crecimiento de algas, que compiten por los mismos nutrientes en el ecosistema”, dijo Guardiola. “Si crecen más y cubren el coral, lo privarían de un oxígeno crítico y eficazmente ahogarían [al coral]”.
La pesca y las frecuentes tormentas también dañan los corales de la bahía y los turistas. Ana Gonzáles, educadora ambiental de la ONG AMATELA, con sede en Tela, dijo que la afluencia vacacional trae tráfico de barcos y motos acuáticas, así como basura y contaminación.
Además, Gonzáles señaló a la descarga casi semanal de petroleros en la bahía, que se realiza sin ninguna supervisión. “Tenemos informes de derrames de petróleo, pero nadie ha logrado salir y verificarlo”, dijo a Mongabay.


Cocalito
Cocalito no tiene un nombre registrado oficialmente. Los lugareños se refieren al vibrante pedazo de arrecife con el mismo nombre que la playa cercana.
Allí creció Alejandro Andino, uno de los primeros activistas ambientales de la región. Andino tenía una casa pequeña en Cocalito antes de que la zona fuera designada como parque nacional, ahora lleva el nombre de su amiga y colaboradora, la conservacionista asesinada Jeannette Kawas. Andino conoce el arrecife íntimamente desde que era un niño, mucho antes de que llegasen a la bahía los primeros buceadores.
“Siempre ha conservado su belleza, a pesar de todas las feas batallas que tuvimos que padecer para proteger esta región”, dijo Andino a Mongabay.
El coral cuerno de alce que constituye la mayor parte del arrecife Cocalito solía ser una de las especies de coral más dominantes en el Caribe, donde vive exclusivamente, pero las enfermedades, el blanqueamiento y otros factores estresantes causados por el hombre han matado hasta el 98 % de la especie en algunas zonas desde la década de 1980, según la UICN.
Sin embargo, en algunos lugares, corales supervivientes han demostrado ser bastante adaptables y resistentes al calor. En el arrecife Cocalito, los corales abanico (género Gorgonia) parcial o totalmente blanqueados se dispersan entre los cuernos de alce extremadamente saludables.
Podría decirse que la especie está sujeta a condiciones aún peores en Cocalito que en los lugares donde ha perdido terreno. Las aguas poco profundas aumentan significativamente el estrés térmico de los corales. Mientras tanto, el Ulúa y otros ríos liberan niveles extremos de contaminación. A pesar de la exposición simultánea a estos dos factores de estrés crítico para los corales, Cocalito se mantiene firme.

Teorías sobre la resiliencia
La resiliencia de Cocalito ha atraído la atención académica internacional y ha generado una multitud de teorías que podrían explicar su supervivencia.
Andrew Baker, director del Laboratorio Coral Reef Futures de la Universidad de Miami en Estados Unidos, encabezó una expedición al arrecife en 2024, con el apoyo del acuario y tienda de buceo local Tela Marine. Él y su equipo plantearon la hipótesis de que la composición genética de los cuernos de alce de Cocalito podría ser responsable de su alto nivel de resistencia.
El equipo recolectó 13 colonias de cuerno de alce con fines de investigación, tres de las cuales se cruzaron con cuernos de alce de Florida con la esperanza de crear una cepa resistente capaz de repoblar los arrecifes moribundos de Florida, donde la especie está considerada “funcionalmente extinta”.
Los primeros estudios del equipo de Baker muestran que los corales cuerno de alce de Cocalito “están completamente dominados por [un] simbionte inusual que tolera el calor”, dijo Baker a National Geographic, al referirse a las algas productoras de alimentos de las que dependen los corales. Sin embargo, los resultados siguen sin publicarse, y Baker dijo a Mongabay que todavía no ha habido resultados definitivos.
“Sin los resultados adecuados de la investigación, tenemos que aceptar que la mutación genética y la resiliencia de los propios corales es una de las muchas teorías que podrían explicar la misteriosamente perfecta salud del arrecife”, dijo San Martín Chicas. “Sin embargo, hay muchos otros factores involucrados que podrían influir en la supervivencia del arrecife”.
La ubicación de Cocalito podría ofrecer una explicación. Las corrientes que corren cerca del arrecife pueden desviar los sedimentos contaminados que el río Ulúa canaliza hacia la bahía. Además, estas mismas corrientes pueden levantar arena para formar una capa protectora que protege a los corales del sol.
Las personas también pueden desempeñar un papel. Los pescadores evitan la zona debido a las aguas poco profundas y al alto riesgo de que sus redes se enreden en los robustos corales. Esto podría conducir a una mayor diversidad de vida marina que puede interactuar con los corales e impulsar el intercambio de nutrientes entre organismos.
“Todavía es muy pronto para dar respuestas definitivas sobre el arrecife no afectado, pero lo que sí sabemos es que está en una forma magnífica”, dijo Guardiola.


El futuro de Cocalito
Los conservacionistas de corales están intensificando sus esfuerzos en Bahía de Tela. AMATELA recibió recientemente fondos para equipos y transporte del Fondo para el Sistema Arrecifal Mesoamericano (MarFund, por sus siglas en inglés). Eso les permitirá llevar a cabo actividades de investigación, vigilancia y conservación por la bahía de manera independiente. Y MarFund está entrenando a una nueva Brigada de Respuesta en el Arrecife Posterior a las Tormentas en Tela, cuyos miembros repararán los arrecifes dañados por las tormentas.
La resiliencia de Cocalito inspiró a un equipo internacional de cineastas, periodistas, científicos y buceadores a contar la historia de lo que llaman el “Arrecife Rebelde”, con la producción de un documental y una experiencia de realidad virtual que comenzará en los próximos meses en colaboración con Tela Marine.
“Cuando vi por primera vez el arrecife, me dejó sin palabras”, dijo a Mongabay Tiffany Duong, cofundadora de la organización sin ánimo de lucro detrás del proyecto, Tela Coral, con sede en Florida. “Sentí que el mundo de la conservación de los corales estaba de nuevo lleno de oportunidades”.
En abril, el grupo anunció que había detectado enfermedades de coral en el arrecife, aunque no en el cuerno de alce. El mismo mes, anunció que había ayudado a comprar tierras para construir un biobanco para los corales de Bahía de Tela. “Queremos mostrar a la gente lo que podemos ver allí abajo para que realmente les importe”, dijo Duong. “Creo que hay mucho que Tela puede enseñarnos sobre la conservación de los corales”.

Imagen principal: el coral cuerno de alce, en peligro de extinción, prospera en el arrecife Cocalito, en la Bahía de Tela. Foto: Fritz Pinnow para Mongabay
Esta nota se publicó originalmente en inglés en el sitio de Mongabay el 2 de mayo de 2025.