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Restauración o fin: Bosque Atlántico de América del Sur se redujo en un 87% desde el año 1500

  • Un nuevo estudio examinó la pérdida de especies de mamíferos en el Bosque Atlántico, que en la actualidad representa solo el 13 % de su tamaño histórico.
  • La tala de bosques para la agricultura, junto con la caza, ha reducido el número de especies que viven en sitios específicos en todo el bosque en un promedio de más del 70 %.

Según el ecólogo Juliano Bogoni, el Bosque Atlántico de América del Sur fue el hogar de una “exuberante […] megadiversa” área de vida animal y vegetal. Pero en un artículo publicado en la revista PLOS ONE el 25 de septiembre, Bogoni y sus colegas informan que el choque del bosque con humanos en los últimos 500 años ha reducido drásticamente su población de mamíferos.

“Documentamos miles de extinciones locales”, le dijo en un correo electrónico a Mongabay Bogoni, autor principal del artículo y actualmente becario postdoctoral en la Universidad de São Paulo en Brasil.

Un arroyo en el Bosque Atlántico. Imagen de Juliano A. Bogoni/Universidad de São Paulo

El Bosque Atlántico tropical que una vez ocupó desde la costa hasta las montañas que superan los 3000 metros en el sureste de Brasil, se ha reducido de 1.1 millones de kilómetros cuadrados a solo 143 000 debido a la deforestación por madera, agricultura y para hacer espacio para los asentamientos humanos. Esa pérdida y la fragmentación del hábitat, combinadas con la caza implacable, han reducido el número de muchas especies de mamíferos, especialmente las grandes y medianas, y los biólogos han tomado nota en decenas de estudios en diversas partes del Bosque Atlántico.

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Además, nosotros, los humanos, hemos concentrado la agricultura y caza en las áreas bajas que antes tenían densidades mayores de especies de mamíferos que las áreas de mayor elevación del Bosque Atlántico.

“La presión histórica sobre esos paisajes ha sido enorme”, dijo el coautor Carlos Peres, biólogo de conservación en la Universidad de East Anglia, donde Bogoni obtuvo su doctorado.

Un ocelote (Leopardus pardalis) capturado en una foto de una cámara trampa. Imagen de Juliano A. Bogoni/Universidad de São Paulo

Hasta ahora, nadie había mirado todo el bioma del Bosque Atlántico para evaluar la magnitud de la pérdida de las especies de mamíferos. Así que Bogoni se propuso reunir los datos de esos estudios localizados, examinando casi 500 conjuntos diferentes, o “ensamblajes” de especies en todo el Bosque Atlántico. En cada sitio, él y sus colegas compararon los conjuntos de especies de mamíferos actualmente presentes, encontradas en investigaciones de los últimos 30 años, con las encontradas en la época de la llegada de los europeos a la región hace unos 500 años.

El equipo descubrió que, si bien ningún mamífero se extinguió por completo de todo el bosque, un promedio de más del 70 % de las especies desapareció de cada uno de estos ensamblajes.

Pastizales de altura en Brasil. Imagen de Juliano A. Bogoni/Universidad de São Paulo

Los investigadores también miraron más allá de la diversidad de especies, incorporaron un análisis de cómo la actividad humana afectó a las especies agrupadas por sus funciones en el ecosistema. Los mamíferos más grandes eran más propensos a ser extirpados, probablemente porque los cazadores los eligen con más frecuencia y se reproducen más lentamente que los animales más pequeños, dijo Peres.

Según Bogoni, los efectos de la pérdida de estas importantes especies podrían propagarse a través del ecosistema inhabilitando la capacidad del bosque para regenerarse. Los herbívoros más grandes juegan un papel crucial como dispersores de semillas. Y la pérdida de grandes depredadores, como los jaguares, podría significar que los comedores de plantas, como los capibaras, no estén bajo control.

En la Amazonía, reducir la deforestación para salvar el bosque primario restante es una prioridad importante. Pero los objetivos son diferentes para el Bosque Atlántico, dijo Bogoni.

“Un margay”, un pequeño gato salvaje, “[no] puede [atacar] a un capibara”, dijo Bogoni. “Por lo tanto, los capibaras pueden aumentar el número de su población (sin control hasta que mueran por otras razones)”.

Un mono araña muriqui del sur (Brachyteles arachnoides). Imagen de Mariana Landis/Universidad de São Paulo

“No estamos hablando de reducir la deforestación porque prácticamente no hay nada más que reducir”, dijo Peres. “Todos los bosques atractivos ya han sido talados”.

Peres pidió que se realicen esfuerzos de restauración en todo el Bosque Atlántico. La restauración puede ser costosa, requiere la voluntad de los líderes políticos y puede tener resultados mixtos. Aun así, vale la pena el esfuerzo, dijo Peres.

“Este es el momento adecuado para comenzar a hacer regresar esos fragmentos de la naturaleza”, dijo. “Si creas el hábitat, los animales vendrán”.

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Imagen de cabecera de un mono araña muriqui del sur (Brachyteles arachnoides) por Mariana Landis/Universidad de São Paulo

John Cannon es un redactor de Mongabay residente en el Medio Oriente. Encuéntralo en Twitter: @johnccannon

Referencia

Bogoni, J. A., Pires, J. S. R., Graipel, M. E., Peroni, N., & Peres, C. A. (2018). Wish you were here: How defaunated is the Atlantic Forest biome of its medium- to large-bodied mammal fauna? PLOS ONE, 13(9), e0204515.

Esta historia fue publicada por primera vez en la web en inglés el 28 de septiembre de 2018.

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