- Según estudio, el 77 % de las personas que consume tiburón no sabe que se trata de esta especie.
- El problema se presenta porque diversas especies de tiburones se comercializan bajo la denominación común de tollo.
El mar peruano alberga 66 especies de tiburones y por lo menos la mitad de ellos forma parte de la pesca anual. Entre los años 2006 y 2015 se capturaron un promedio de 8000 toneladas cada año, señala una investigación publicada en agosto en la revista Plos One.
La relación de los peruanos con los escualos es, por tanto, mucho más intensa de lo que se cree y se presenta a través de la comida. Sin embargo, tres de cada cuatro peruanos consumen tiburón sin saberlo, revela la investigación Actitudes y conceptos erróneos sobre el consumo de tiburones y carne de tiburón en la costa peruana.
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1.- Tres de cada cuatro peruanos come tiburón sin saberlo
De acuerdo con las cifras que presenta el estudio, de 2004 personas encuestadas, el 77.5 % de los consumidores de carne de tiburón, es decir, tres de cada cuatro personas, no sabía que los habían consumido.
Esta situación se presenta porque los tiburones se comercializan bajo la denominación de tollo, nombre que se usa tanto en los desembarques de pesca como en los mercados. El tollo común (Mustelus whitneyi) es una especie de tiburón más común en las costas de Perú y Chile, pero no es la única especie de este género, hay por lo menos otras cinco que también son abundantes en el mar peruano.
Esta denominación común para los tiburones encierra un problema mayor, es decir, la venta y consumo de especies en situación vulnerable o restringidas en determinadas épocas del año como el tiburón zorro (Alopias sp.), tiburón diamante (Isurus oxyrinchus) o el tiburón martillo (Sphyrna zygaena). Por tanto, es posible que, si usted en un restaurante pide tollo, en realidad esté comiendo alguna de estas especies de tiburón.
Juan Carlos Riveros, director científico de Oceana y uno de los autores de la investigación, señala que la captura del tiburón martillo, el tiburón zorro y el tiburón sedoso (Carcharhinus falciformis) está regulado a nivel internacional, pues se sabe que son poblaciones vulnerables.
Sin embargo, en Perú no se pone atención a estas advertencias. “Hay especies que no deberíamos consumir con intensidad dado que la capacidad de recuperación es limitada, por tanto, no pueden ser explotadas y deben ser protegidas de alguna manera”, dice Riveros. Aunque el consumo de tiburón no está prohibido en Perú, la sobrepesca estaría poniendo en riesgo a varias de estas especies.
De acuerdo con el estudio, la mayoría de las personas que aceptó haber comido tollo no sabía que en realidad se trataba de carne de tiburón, solo el 22.5 % de quienes consumieron esta especie estaban enterados de ello.
“Los peruanos no saben mucho de tiburones, ni que se los comen con frecuencia. También sabemos que no les importa tanto estas especies y que las actitudes hacia ellas son negativas”, comenta Rocío López de la Lama, autora principal de la investigación.
Santiago de la Puente Jeri, del Institute for the Oceans and Fisheries y coautor de la investigación, menciona que, según un estudio adicional sobre el tema, el consumo per capita de carne de tiburón en Perú se ha incrementado de 0.166 kg por persona al año en el 2003 a 0.459 kg por persona al año en el 2015. “Eso significa que anualmente cada peruano podría comerse entre 2 y 3 platos de ceviches, sudados, pescado frito y otros, preparados con carne de tiburón”.
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2.- Se consume especies en situación vulnerable
Los tiburones son reguladores de los ecosistemas marinos que se distribuyen en diferentes niveles de la cadena trófica, por tanto, su ausencia causa desequilibrios en el mar cuyos resultados pueden ser devastadores. Son especies que habitan en el planeta hace aproximadamente 420 millones de años y actualmente “enfrentan su mayor crisis, principalmente debido a la pesca de sus aletas y carne”, menciona el estudio.
De las más de 60 especies que existen en el mar peruano, seis se capturan con mayor frecuencia: tiburones azules (Prionace glauca), makos de aleta corta o tiburón diamante, tiburones martillo, tollo común, tiburones ángel (Squatina californica) y tiburón zorro. De ellas, el tiburón diamante, el tiburón martillo, el tollo común y el tiburón zorro están categorizados como Vulnerables según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN); mientras que el tiburón azul y el tiburón ángel han sido catalogados como Casi Amenazados.
Riveros explica que muchas veces no se respeta la veda que rige entre enero y marzo para el tiburón martillo, además, se extraen a las crías del vientre de sus madres. “Se pescan hembras preñadas y se sacan a las crías que luego se venden como tollo de leche”. Se conoce como tollo de leche a tres diferentes especies de pequeños tiburones que viven en el fondo del mar. Otro problema es la captura de juveniles, es decir, de especies que aún no han llegado a la talla mínima para ser atrapados.
La demanda peruana de carne de tiburón excede nuestra capacidad para producirlo —dice De la Puente— por ello, Perú importa carne de tiburón desde el 2006. En los últimos años, entre el 30 % y 40 % de los tiburones consumidos en el país no fueron capturados en aguas peruanas.
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3.- El consumo de tiburón es mayor en el norte de Perú
El estudio se realizó en las once regiones costeras de Perú y se seleccionó una ciudad en cada una de ellas. Todas tenían más de 10 mil habitantes y estaban ubicadas a menos de 60 km del litoral. Tumbes, Piura, Chiclayo, Trujillo, Chimbote, Lima, Pisco, Mollendo, Ilo y Tacna fueron las elegidas.
Las regiones del norte tienen un consumo más elevado de tiburón, según el estudio. Así, Tumbes, Chiclayo y Piura muestran los índices más altos, con cifras de 25 a 30 kilos por año, mientas que hacia el sur las cifras de consumo van disminuyendo y es en Ilo y Mollendo que se come alrededor de diez kilos de tiburón por año.
Joanna Alfaro, presidenta de ProDelphinus, señala que Perú es uno de los pocos países donde se consumen grandes cantidades de tiburón. En países vecinos como Ecuador y Chile no sucede lo mismo.
Alfaro agrega que la comercialización y exportación de aletas de tiburón también es un problema para la supervivencia de estos animales. En el año 2016 se aprobó una norma que prohíbe el desembarco de tiburones sin cabeza y todas sus aletas adheridas a su cuerpo en forma natural. Sin embargo, dice Alfaro, los pescadores aún quitan las cabezas y aletas a sus capturas.
El estudio también exploró las percepciones que se tienen hacia los tiburones y se constató que estas son negativas. Se teme a estos animales y se perciben como devoradores de hombres, aun cuando nunca se han reportado ataques de tiburones en Perú. Sin embargo, estas visiones, según el estudio, se convierten en barreras para cualquier iniciativa de conservación y gestión que puedan surgir en torno a estas especies.