Las interacciones sociales influencian el comportamiento canibaliza entre las bandadas migratorias de grillos, según un nuevo estudio publicado por la Biblioteca Pública de Ciencia. El canibalismo a su turno, es una fuerza directriz importante en la naturaleza y en la orientación de los enjambres de grillos.
El estudio, que se enfoca en los “grillos mormones”, es uno de los primeros en arrojar luces sobre las razones que soportan las prácticas canibalísticas entre especies de invertebrados.
Los grillos mormones son una especie de Katididos no voladores que ocasionalmente forman enjambres que pueden alcanzar más de 10 Km. de longitud, consistir en muchos millones de individuos, y desplazarse más de 2 Km. diarios. Aunque se conocía poco sobre los mecanismos que gobiernan la cohesión de estos enjambres masivos, ahora se cree que están relacionados con evasión de depredadores y con consecución de recursos. Ejercicios de radio telemetría con estos enjambres indicaron que los individuos que se alejan del enjambre tienen un riesgo sustancialmente más grande de ser depredados.
Otra característica de estos grupos es que además de consumir cada trozo de vegetación en su camino, los grillos frecuentemente se comen unos a otros. La razón detrás de este comportamiento es obvia; enormes concentraciones de grillos requieren de enormes concentraciones de comida. Si el paisaje no provee suficiente comida, un grillo cercano si lo hará. A pesar de esto, la forma en que los caníbales deciden a quien comer ha sido un misterio hasta ahora. Formalmente se creía que la habilidad cognitiva que se requiere para llevar a cabo esta decisión relativamente compleja, estaba por fuera del alcance de los insectos, que se asumía que actuaban principalmente de forma aleatoria y sin racionalidad. Pero en la década pasada ha habido una oleada de investigación que indica que muchas especies de insectos son capaces de utilizar información social. Este estudio indica que los grillos mormones tienen parte en esa lista.
Foto © Katie Madonia |
Los investigadores observaron enjambres de grillos mormones en Utah, y llevaron a cabo experimentos que examinaban varios factores como el sexo, la orientación espacial y la densidad del grupo.Encontraron que los individuos que no estaban orientados en la misma dirección que el enjambre tenían más probabilidades de ser atacados y comidos por otros grillos, que aquellos cuyos movimientos eran paralelos a los del resto del enjambre. hembras generaron ataques con más frecuencia que los machos, pero los machos mataban más frecuentemente a sus blancos. Los individuos “escogidos” que tenían nueve o más grillos a su alrededor tenían más probabilidades de ser atacados que aquellos que estaban tan rodeados. Individuos que hubieran detenido su marcha tenían muchas más probabilidades de ser atacados que aquellos que permanecían móviles.
Este estudio da soporte a las hipótesis que el comportamiento canibalístico influencia el movimiento del enjambre, las observaciones indicaron que “ir con la corriente” hace que sea menos probable que un individuo sea comido aún si la densidad de población alienta el canibalismo. En otras palabras, los grillos prefieren sufrir el riesgo de ser comidos por otros, que el riesgo de estar por fuera del enjambre.