El tráfico ilegal de animales es un grave problema en Colombia, especialmente para los loros del género Amazona. Pero gracias a un estudio innovador basado en el análisis del ADN, científicos colombianos están cambiando el destino de estas aves.
Entre 2010 y 2019, Colombia registró más de 90 mil incautaciones de animales y sus partes, y los loros Amazona son de las especies más traficadas. La ley colombiana exige que las aves rehabilitadas sean liberadas en su lugar de origen, lo que protege sus características adaptativas y ayuda a mantener los procesos evolutivos naturales. Sin embargo, identificar a simple vista el origen de cada loro es prácticamente imposible.
Un grupo de científicos secuenció el ADN de loros con origen documentado en Colombia para crear una base de datos genética referencial. Esta herramienta permite comparar el ADN de los loros rescatados para determinar con precisión su procedencia.
Gracias a esta tecnología, las autoridades pueden liberar a las aves en sitios cercanos a su lugar de origen. Esto evita la liberación en lugares inapropiados, que podría causar la pérdida de características adaptativas y afectar el equilibrio ecológico y evolutivo.
El equipo científico ha identificado el posible origen de 156 loros incautados cerca de Bogotá. La mayoría proviene de la región Andina, seguida por la Amazonía y, en menor medida, de la costa colombiana.
Representantes de Wildlife Conservation Society destacan que “este tipo de aportes que realiza la academia y las autoridades ambientales es supremamente necesario para mejorar las acciones que tienen las autoridades colombianas para rehabilitar y devolver las especies a su hábitat”.
Imagen principal: Un ejemplar de A. ochrocephala incautado al que se le tomó muestras de ADN. Foto: Luis Alejandro Arias
El Parque Nacional Cotacachi-Cayapas, ubicado en la costa ecuatoriana, es uno de los últimos refugios para el jaguar, un felino emblemático que está cada vez más amenazado. ¿Qué está pasando en los alrededores de esta área protegida que pone en riesgo a estos majestuosos animales?
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Según un estudio de WCS, realizado a finales de 2024, en la costa ecuatoriana quedan menos de 30 jaguares, lo que representa una densidad alarmantemente baja: sólo 0.5 jaguares por cada 100 kilómetros cuadrados. Este felino habita en el bosque del Chocó biogeográfico, una zona rica en biodiversidad que conecta los Andes tropicales con la región Tumbes-Chocó-Magdalena.
Imágenes satelitales analizadas con la herramienta MapBiomas muestran un crecimiento acelerado de las zonas mineras alrededor del Parque Nacional Cotacachi-Cayapas, especialmente a orillas del río Santiago. Entre 2021 y 2023, las áreas mineras pasaron de un solo parche pequeño a más de 20, impactando directamente el hábitat natural del jaguar.
La extracción minera con dragas y maquinaria pesada provoca ruido constante y altera la tranquilidad del bosque, esencial para la supervivencia del jaguar. Este felino necesita privacidad y amplias áreas intactas para cazar y reproducirse. Esta actividad también destruye la vegetación.
Guardaparques y comunidades locales denuncian que la actividad minera ocurre sin permiso y con violencia contra la fauna, al punto de matar animales como monos aulladores y arañas para evitar que interfieran. La falta de recursos y autoridad limita la protección efectiva del parque, haciendo que muchos lo llamen “áreas desprotegidas”.
Expertos como Galo Zapata-Ríos, director Científico de WCS Ecuador; y David Parra Puente, director de Conservación de la Fundación Jocotoco, recomiendan algunas medidas para proteger al felino:
Imagen principal: A través de cámaras trampa se lograron imágenes de 13 jaguares en la provincia costera de Esmeraldas. El Parque Nacional Cotacachi-Cayapas y sus alrededores son áreas cruciales para la especie. Foto: Cortesía WCS Ecuador
Un grupo del pueblo indígena Mashco Piro ha sido visto entrando en la aldea de otro grupo indígena en la Amazonía, mientras una empresa maderera construye un puente cerca de su territorio, según informó una organización indígena.
Enrique Añez, presidente de la comunidad indígena Yine, vecina de los Mashco Piro, señala en un comunicado que miembros de este pueblo fueron vistos en las cercanías de la aldea Yine de Nueva Oceanía. “Es muy preocupante; están en peligro”.
Activistas advierten que el proyecto implica riesgos de enfermedades mortales o de conflicto para el pueblo aislado, uno de los grupos en aislamiento voluntario más grandes del mundo.
El abogado César Ipenza, señala que “estos pueblos indígenas están expuestos y son vulnerables a cualquier tipo de contacto o enfermedad, y aun así las actividades extractivas continúan pese a toda la evidencia de los problemas que generan en el territorio”.
A pesar de que se suspendió una certificación de sostenibilidad, la tala parece continuar en concesiones que limitan con tierras protegidas.
El gobierno de Perú afirma que está revisando el caso y destacó patrullajes en curso, reservas y otras medidas para proteger a los pueblos indígenas aislados.
Añez también menciona que la maquinaria pesada cerca de Nueva Oceanía está abriendo trochas en la selva y cruzando ríos hacia el territorio Mashco Piro.
Imagen principal: Mashco Piro en aislamiento en las proximidades de la comunidad de Monte Salvado Madre De Dio,. Perú. Foto: Archivo FENAMAD, 2014.
-Este artículo fue publicado por Steven Grattan, en Associated Press
Un humedal artificial ubicado en La Paz, Baja California Sur, estuvo al borde de la desaparición por falta de agua.
En el siglo pasado, cuando lo crearon, su objetivo era tratar aguas residuales mediante la oxidación de materia orgánica, convirtiendo aguas negras en aguas grises, para después utilizarlas en el riego agrícola de los ejidos cercanos.
“En poco tiempo se perdió entre el 80 % y el 90 % del espejo de agua. De las 25 hectáreas con las que contaba, no quedó ni una quinta parte. Sin embargo, algunas comunidades de aves acuáticas las seguían utilizando”, afirma el biólogo marino Víctor Ayala Pérez.
En 2020 la situación comenzó a cambiar. El trabajo colaborativo de academia, organizaciones y sociedad civil ha logrado restaurar lo que hoy se conoce como Lagunas del Ecoparque de la Juventud.
Entre 2021 y 2023, se logró inundar cuatro de las cinco lagunas del humedal, hasta alcanzar la recuperación de las 17.5 hectáreas que lo integran en la actualidad.
De esta manera, las antiguas lagunas de oxidación, hoy transformadas en un oasis urbano, ahora son un hábitat clave para más de 220 especies de aves. Entre ellas hay aves endémicas de la península como la mascarita peninsular y el zambullidor menor, ambas en riesgo.
“Ver una mascarita en un lugar tan céntrico como el Eco Parque es increíble para todos y es una muestra clara de que la recuperación del hábitat está funcionando”, dice Javier Alcalá, coordinador de Lugares Pajarosos.
Víctor Ayala Pérez, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, celebra que “hoy en día, el humedal es utilizado hasta por 13 000 individuos anualmente”.
Imagen principal: El zambullidor menor (Tachybaptus dominicus), ave acuática bajo la categoría de Protección Especial por el Gobierno mexicano, encuentra en el humedal artificial del Ecoparque de La Paz el sitio de mayor importancia para su conservación en Baja California Sur. Foto: Cortesía Víctor Ayala
La pesca ilegal amenaza al Parque Nacional Revillagigedo, la reserva marina más importante de México. Un reporte realizado por científicos y basado en información satelital revela incursiones sospechosas de pesca ilegal de una embarcación estadounidense en la zona.
Según el análisis, el barco de pesca deportiva Red Rooster III incursionó en Revillagigedo en al menos dos ocasiones en lo que va de 2025, para presuntamente extraer especies que habitan en la reserva.
Los datos satelitales indican que en la madrugada del 28 de enero, el barco entró al polígono de la isla Clarión, uno de los montículos protegidos del archipiélago, donde realizó movimientos asociados a la pesca.
De acuerdo con el reporte, la embarcación apagó su sistema de detección y lo volvió a encender hasta el 8 de febrero, cuando ya se encontraba cerca de la frontera con EE.UU. Desde 2017, toda actividad de pesca dentro del polígono del área protegida está prohibida.
Al día siguiente de su incursión al área protegida, el 29 de enero, los tripulantes de la embarcación publicaron en redes sociales fotografías de la pesca de atún aleta amarilla, una de las especies de alto valor comercial que habitan en la zona. Las fechas de las publicaciones coinciden con la estadía del barco en el parque.
El investigador Fabio Favoretto explica que la embarcación cometió varias irregularidades, como no avisar a las autoridades de la Conanp de su presencia en el polígono de protección y haber apagado su sistema de rastreo satelital AIS.
El doctor en ecología marina advierte que el Red Rooster III no fue el único barco detectado. Las imágenes satelitales también muestran que hubo más de una embarcación en la reserva, pero no pudieron ser identificadas.
Los expertos señalan que las incursiones del barco Red Rooster III no son nuevas. Desde 2012 la embarcación ha entrado a la zona, así como al monte submarino Shimada, una de las 51 elevaciones que integran la Reserva de Biosfera Pacífico Mexicano Profundo.
“Ese barco, el Red Rooster III, ha ido a Revillagigedo antes de la implementación del parque nacional (noviembre de 2017) y nunca ha dejado de ir. Son años y años que va a Revillagigedo”, explica Favoretto.
Imagen principal: La isla Roca Partida es uno de los mejores sitios de buceo del mundo. Cuenta con una increíble cantidad de peces y tiburones que rodean este pequeño monte resultado de un volcán colapsado. Foto: Ramiro Arcos
En Costa Rica, el conflicto entre ganaderos y félidos generaba la cacería ilegal de jaguares y pumas. Se calcula que las incursiones de estos animales en las fincas dejaban pérdidas que alcanzaban alrededor de mil dólares por una cabeza de ganado.
Sin embargo, esta situación dio un giro en 2013 con la llegada de la Unidad de Atención de Conflictos con Felinos (UACFel), un proyecto colaborativo entre la ONG Panthera y las autoridades ambientales costarricenses.
Esta iniciativa destaca en América Latina porque se ha encargado tanto de la atención de denuncias por depredación como de la búsqueda de soluciones para las personas afectadas.
Desde 2013 y hasta julio de este año, su sistema de información ha registrado 507 denuncias de depredación, con pumas responsables de 201 ataques y jaguares de 156. Estos datos son cruciales para identificar las principales zonas ocupadas por estos félidos y diseñar programas de intervención.
La iniciativa promueve la convivencia pacífica entre ganaderos y félidos mediante la implementación de tecnologías avanzadas y políticas de mejoramiento productivo en las fincas. Además, ha logrado reducir los ataques y transformar la percepción que tienen de esas especies los ganaderos.
La principal intervención del proyecto consiste en la instalación de cercas eléctricas de cuatro cables para disuadir a los jaguares y pumas de entrar en los pastizales. Este tipo de medida se ha implementado en alrededor de 160 fincas.
“La efectividad de las intervenciones ha sido mayor al 95 % y en los casos en los que se han presentado depredaciones, ha sido por errores humanos”, dice el biólogo Daniel Corrales.
Se estima que ya se han invertido alrededor de 300 mil dólares en la mejora de más de 400 fincas y en tecnologías disuasorias, financiadas principalmente por fondos de cooperación internacional.
“Lo que nosotros intentamos es que el jaguar (principalmente) deje de ser el enemigo, y que sea ese personaje que les llevó progreso, felicidad, mejor manejo y más tecnología en su finca”, concluye Corrales.
Imagen principal: Jaguar capturado por una cámara trampa en una finca con problemas de depredación en el Área de Conservación La Amistad-Caribe 2014. Foto: Cortesía Panthera Costa Rica.
Un ave de belleza excepcional está en grave peligro de extinción debido a la pérdida de su hábitat y al tráfico ilegal de mascotas desde hace más de 100 años. Se trata del cardenalito. ¿Qué se está haciendo para recuperar a la especie?
“Es una especie que, en las evaluaciones nacionales de fauna, está evaluada como En Peligro Crítico”, dice Bibiana Sucre, bióloga y directora ejecutiva de Provita.
Para conservar a esta ave en peligro crítico de extinción, un proyecto busca rehabilitar y reproducir cardenalitos que han sido rescatados del tráfico ilegal o entregados voluntariamente. Los especialistas esperan que en el futuro las aves puedan ser regresadas a la naturaleza.
En el Centro de Conservación del Cardenalito en Venezuela, ubicado en el interior del Zoológico Leslie Pantin, los científicos crearon aviarios para la reproducción en cautiverio del cardenalito. Esta estrategia ha sido clave para salvar a la especie.
Los aviarios se diseñaron como un hábitat similar al que el cardenalito tuvo en vida silvestre. Cuentan con vegetación, temperatura e incluso insectos. Los expertos explican que estas condiciones eran importantes para lograr una reproducción con la menor intervención humana.
Lo que han logrado los especialistas es todo un hito. En 2022 se registró el nacimiento de 16 cardenalitos. En 2023, obtuvieron 15 aves. Para 2024, el número creció exponencialmente con 47 nuevos cardenalitos. En la actualidad, los aviarios cuentan con una población de 74 ejemplares totales, entre adultos y crías.
“Esperamos que 2025 continúe así, sin mayor intervención nuestra, donde ellos desarrollen las habilidades que tienen innatas para sobrevivir en la naturaleza y esto nos ayude a llegar a la reintroducción de una manera exitosa”, dice Enrique Azuaje, médico veterinario.
Los especialistas también trabajan en una acción que consideran vital antes de lograr el eventual regreso de los cardenalitos a la naturaleza: la educación ambiental con el objetivo de crear un sentido de solidaridad hacia esta especie.
«Me encantaría ver que estas reintroducciones funcionen y que las poblaciones crezcan. Como nosotros decimos: que haya cardenalito pa’ rato”, señala Enrique Azuaje.
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Imagen principal: Pichones de Cardenalito (Spinus cucullatus) nacidos en el Centro de Conservación del Cardenalito en Venezuela (CCCV). Foto: Samuel Beomon
En cámaras trampa quedaron registrados los saltos de un pequeño conejo que se creía extinto desde hace 120 años. Se trata del conejo de Omiltemi, una especie que se caracteriza por su pelaje pardo y cola negra. La especie es endémica de México
“Para nosotros fue una alegría total poder redescubrir la presencia de la especie, confirmar que sigue viva y que sigue teniendo pequeñas poblaciones en la sierra de Guerrero”, dice el biólogo Fernando Ruiz-Gutiérrez.
El redescubrimiento del conejo de Omiltemi se logró a través de entrevistas con campesinos, expediciones y el uso de cámaras trampa con las que se identificó a la especie en su hábitat natural.
El conejo es endémico del estado de Guerrero. Su distribución previamente conocida se restringía a los alrededores de la localidad de Omiltemi, en el municipio de Chilpancingo.
La especie se catalogó como en peligro de extinción según la normatividad mexicana debido a que se conoce muy poco sobre su distribución, ecología y biología, pues se trata de una especie elusiva, de hábitos nocturnos y con bajas densidades poblacionales.
El equipo del biólogo Ruiz-Gutiérrez señala que se trata del conejo más amenazado del mundo y recuerda que incluso, en 1999, esta especie fue considerada por los investigadores MacPhee y Fleming como un ejemplo de extinción moderna.
“Realmente no teníamos la certeza de que existiera este conejo. Podría haber sido una anomalía. Saber que está vivo y que hay poblaciones saludables fue un gran alivio”, celebra el mastozoólogo José Alberto Almazán-Catalán.
Imagen principal: Sylvilagus insonus fotografiado en octubre de 2021 por una cámara trampa. Foto: INMACOB