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Cambio climático: los mejores salarios conducen a la recuperación arbórea

  • Un nuevo estudio indica que mayores niveles de desarrollo económico, no de dióxido de carbono, son los causantes del aumento de la cubierta forestal de algunos países.
  • Los descubrimientos contradicen varios modelos de cambio climático que apuntan al papel que pueden tener las concentraciones más altas de CO2 en la atmósfera como "fertilizantes" de plantas.

Las concentraciones cada vez mayores de dióxido de carbono, causante del cambio climático en la atmósfera, tienen poco que ver con el aumento de la cubierta forestal en algunos países, según un nuevo estudio.

“Las observaciones del clima confirman de manera indiscutible que las temperaturas del planeta aumentan a la par de los niveles en la atmósfera [de dióxido de carbono]”, indicó Antti Lipponen, un investigador meteorológico del Instituto Meteorológico Finlandés en unas declaraciones. “Sin embargo, el estudio muestra que, durante más de un siglo, los cambios el volumen creciente de bosques en el mundo prácticamente no han estado relacionados con esas tendencias”.

Los investigadores trazaron los aumentos y las pérdidas de bosques a nivel mundial entre 1990 y 2015. Imagen cortesía de Kauppi et al., 2018.

Varios modelos de cambio climático que los científicos utilizaron para entender el impacto de las emisiones de carbono de fuentes como la quema de combustibles fósiles y la deforestación generalizada han establecido una relación entre los cambios en la química atmosférica con los cambios en el crecimiento arbóreo. Los niveles más altos de carbono en el aire funcionan como fertilizantes para las plantas, lo que causa que crezcan más rápido, según la hipótesis.

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Pero otros datos dicen algo diferente. Por ejemplo, ciertos países empezaron a tener árboles más verdes en el siglo XIX, antes de que se empezaran a emitir emisiones de carbono a partir de la actividad humana. Cuando Lipponen y sus colegas decidieron entender por qué sucedía eso, descubrieron que un resurgimiento en la cubierta forestal se observa típicamente cuando un país se vuelve más próspero y su pueblo adopta formas más eficientes de agricultura en mejores tierras de cultivo.

Lo que es más, “los países desarrollados invierten en programas sostenibles de gestión forestal y protección de la naturaleza”, escriben los autores. Los investigadores publicaron su investigación el 14 de mayo en PLOS ONE.

Sus análisis de la existencia de bosques en países y si están aumentando o disminuyendo, junto con mediciones de ingresos del Banco Mundial y de desarrollo del Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, revelaron que la mayoría de los lugares pierden bosques hasta que alcanzan un cierto nivel de ingresos. El equipo estima que este punto de partida para que en los países comience a aumentar el número de bosques gira alrededor de un producto bruto interno per cápita de $20 000— casi cuatro veces y media más que las estimaciones previas.

Los autores descubrieron que, a medida que los países progresan, pasan de agricultura de subsistencia, como se muestra en la imagen en la República Democrática del Congo, a métodos modernos. Imagen de John C. Cannon/Mongabay.

“El desarrollo humano puede traducirse en el bienestar de los ecosistemas forestales”, afirmo Lipponen. “Esto promueve el secuestro de carbono y la conservación de la biodiversidad mundial a largo plazo”.

Las transiciones hacia un aumento de la cubierta forestal se observaron primero en lugares de Europa, los Estados Unidos, Japón y Nueva Zelanda, y de manera más reciente en países de economías en desarrollo, como Chile y China.

“Donde los pueblos y los países sean o se conviertan en relativamente pudientes, se puede asegurar que los bosques absorberán carbono en niveles mayores”, señaló en una declaración Pekka Kauppi, científico ambiental de la Universidad de Helsinki y autor principal del estudio.

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Pero varios países, como Brasil, Indonesia y Nigeria, los cuales han perdido la mayor cantidad de bosques según estiman los investigadores, todavía tienen que detener la destrucción forestal neta y empezar a recuperar bosques.

Entender el papel que tiene el desarrollo en la salud de los árboles puede servir para enfrentar los problemas interconectados del cambio climático y la pobreza, según los autores.

“Los análisis de políticas deben ampliarse: de enfocarse en proyectos individuales como la captura de carbono, la conservación de la biodiversidad o la gestión agrícola a enfocarse en análisis multidisciplinarios de bienestar armónico del pueblo y los bosques”, afirmó Lipponen.

Áreas deforestadas para la rotación de cultivos en Suriname. Foto de Rhett A. Butler/Mongabay.

Imagen de cabecera: deforestación en Indonesia de Rhett A. Butler/Mongabay.

Referencias

Kauppi, P. E., Sandström, V., & Lipponen, A. (2018). Forest resources of nations in relation to human well-being. PLOS ONE, 13(5), e0196248.

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