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Peligro para defensores ambientales en 2018: el caso de Hidroituango en Colombia

  • Dos líderes pertenecientes al Movimiento Ríos Vivos Antioquia, que se opone al megaproyecto Hidroituango sobre el río Cauca, fueron asesinados en mayo de 2018. Esto sucedió pocos días antes de que Colombia pasara por la tragedia de Puerto Valdivia y se anunciara la alerta máxima sobre las comunidades aguas abajo del proyecto, debido a los enormes riesgos que presenta la obra.

Dentro de América Latina se encuentran varios de los países más peligrosos para los defensores ambientales en el mundo. Entre ellos destacan Brasil, México y Colombia. En este último país la situación también es complicada para líderes indígenas y defensores de Derechos Humanos. Muchos de ellos han sido asesinados en 2018.

Sumado a lo anterior, Colombia pasó por un año bastante complicado con el proyecto hidroeléctrico de Ituango (Hidroituango), el más grande en su categoría y una de las obras de infraestructura más importantes en la historia del país. Muchas de las comunidades aledañas al río Cauca, en el departamento de Antioquia, se opusieron firmemente al proyecto desde hace 10 años y una de las organizaciones que más mostró el inconformismo fue Ríos Vivos Antioquia.

 

Mongabay Latam publicó el perfil de Hugo Albeiro George Pérez y Luis Alberto Torres Montoya, dos líderes opositores al proyecto asesinados una semana antes de que Colombia viviera la tragedia de inundación de Puerto Valdivia, por causa del taponamiento y destaponamiento natural repentino de uno de los túneles de desviación de la represa. La historia de estos dos hombres retrata el problema de los defensores ambientales y sociales no solo en Colombia sino en Latinoamérica.

Dos tragedias en una misma semana

 

A Hugo Albeiro George Pérez, de 47 años, lo mataron con arma de fuego el pasado 2 de mayo en el municipio de Valdivia, al norte del departamento de Antioquia. Le pusieron fin a la vida de uno de los defensores ambientales que ha encarado a HidroItuango, el proyecto hidroeléctrico más grande y ambicioso en la historia de Colombia y que ya lleva ocho años en construcción. El asesinato tuvo lugar en una zona rural conocida como Puerto Valdivia, exactamente el mismo sitio inundado, 10 días después, por el río Cauca debido a problemas en la zona de la represa. En el atentado sicarial también murió el sobrino de Hugo, Domar Egidio Zapata George, de 23 años.

Hugo Albeiro George llevaba años reclamándole a EPM por presuntas afectaciones de Hidroituango en su finca. Foto: Movimiento Ríos Vivos.
Hugo Albeiro George llevaba años reclamándole a EPM por presuntas afectaciones de Hidroituango en su finca. Foto: Movimiento Ríos Vivos.

Luis Alberto Torres Montoya, era otro líder social que protestaba contra el mismo megaproyecto. Fue abaleado mientras ejercía su labor de barequeo —minería manual— en el sector de El Pescado, también en Puerto Valdivia.

Mientras Hugo Albeiro George luchaba desde la Asociación de Víctimas y Afectados por Megaproyectos (ASVAM); Luis Alberto Torres, de 35 años, lo hacía desde la Asociación de Pequeños Mineros y Pesqueros de Puerto Valdivia (AMPA); las dos organizaciones pertenecientes al Movimiento Ríos Vivos de Antioquia.

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Estos dos líderes eran los primeros en las movilizaciones contra las acciones de HidroItuango y protestaban, cada vez que podían, por los derechos que “se estaban vulnerando”. Denunciaban que se había afectado su actividad de barequeo y la pesca como forma de sustento, que se atentó contra el bosque seco tropical —que está rumbo a la desaparición en Colombia—, que la fauna fue desplazada, que decenas de habitantes fueron despojados de sus territorios sin tener una “compensación justa” y que debido al proyecto habían tenido impactos en su salud.

La pelea de Hugo Albeiro George comenzó hace cuatro años con la construcción de la vía que conecta a Hidroituango con Puerto Valdivia. Según contó Alexander Zapata, presidente de la Asociación de Víctimas y Afectados por Megaproyectos (ASVAM), esa carretera debía pasar obligatoriamente por la finca Manzanares de la vereda Filadelfia, en la que el líder social y su familia vivieron por 50 años. Ese pedazo de tierra, del que dependen unas 50 personas, se vio perjudicado con las secuelas de la construcción de la vía: murieron reses y caballos, hubo daños en los potreros y ocurrieron algunos derrumbes.

Hidroituango sería la hidroeléctrica más grande en la historia de Colombia. Foto: EPM.
Hidroituango sería la hidroeléctrica más grande en la historia de Colombia. Foto: EPM.

Hugo murió el 2 de mayo del 2018 y seis días después, el martes 8 de mayo, cuando aún no se superaba el luto por su muerte, corrió la noticia del asesinato del líder social Luis Alberto Torres y su hermano Duvian Andrés Correa. Este antioqueño, que vivía en la vereda La India, del corregimiento de Puerto Valdivia, se levantaba todos los días a ‘rebuscarse’ la vida para mantener a su esposa y a sus tres hijos. Se movilizaba en su bicicleta o en un ‘moto-taxi’ para llegar hasta la orilla del Río Cauca a pescar y hacer minería artesanal. Esas actividades eran su principal sustento.

Puede leer la historia completa aquí: Colombia: La muerte de Hugo y Luis, dos líderes que se enfrentaban a Hidroituango

2018 fue un año muy riesgoso

 

El caso de Hidroituago se convirtió en emblemático en 2018, pero la problemática de los líderes ambientales, sociales e indígenas en Colombia viene desde muchos años atrás.

Un líder asesinado cada dos días, ese fue, por ejemplo, el balance de un 2017 peligroso que cobró la vida de 173 líderes ambientales, indígenas y sociales en Colombia. Solo entre enero y febrero de 2018 la cifra de víctimas superó las 29. Esa información figuró en el informe “Homicidio de defensores y defensoras de paz: una tragedia que no se detiene” del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) publicado en enero de este año.

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A ese registro fatal se le sumaron los resultados de la última publicación de la organización británica Global Witness, que concluyó que Colombia era el segundo país más peligroso de Latinoamérica para los defensores de la vida y el ambiente.

Yolanda Maturana. Fuente: Facebook.

Uno de los tantos hechos de violencia en 2018 ocurrió el 2 de febrero en una zona limítrofe entre los departamento de Risaralda y Chocó, en el corregimiento de Santa Cecilia, municipio de Pueblo Rico. Según la defensora del Pueblo de Risaralda, Elsa Gladys Cifuentes, ese día “la líder afrodescendiente Yolanda Maturana Bonilla fue asesinada por varios hombres encapuchados dentro de su casa”. La líder ambiental trabajaba en proyectos de innovación y conservación comunitarios, según las personas que la conocieron de cerca, y jugaba un papel importante en la defensa de su territorio frente a la amenaza de la pérdida de biodiversidad.

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