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Venezuela: bomberos no tienen cómo enfrentar incendios forestales durante cuarentena por el COVID-19

Incendios en Venezuela. Los bomberos usan rastrillos y batidores para eliminar los focos de fuego en las montañas pues no tienen agua. Foto: Inparques.

Los bomberos usan rastrillos y batidores para eliminar los focos de fuego en las montañas pues no tienen agua. Foto: Inparques.

  • Alcaldes se quejan de no tener camiones cisternas para combatir el fuego que amenaza a sus municipios, a varios Parques Nacionales e, incluso, a hospitales centinelas para atender el COVID-19.
  • Los incendios son atendidos varios días después de iniciados y con una lenta respuesta oficial que evita la cooperación ciudadana. Mientras tanto, también aumenta la contaminación del aire.

El hospital El Algodonal en Caracas tuvo que ser desalojado el 14 de abril, hasta nuevo aviso, debido al humo proveniente de uno de los incendios forestales que azotan a Caracas desde inicio del mes. El Algodonal es uno de los 46 centros de salud “centinelas” del COVID-19 en Venezuela desde el pasado 16 de marzo, cuando el país inició su cuarentena.

Cuatro noches antes del desalojo se contabilizaban 14 incendios forestales en el área metropolitana de la capital venezolana. Los fuegos habían afectado al Parque Nacional Macarao y al Parque Nacional Waraira Repano, que aloja al Cerro El Ávila, que bordea el valle donde descansa Caracas.

A pesar de la acción de los bomberos, 200 hectáreas fueron arrasadas durante el fin de semana del 10 al 12 de abril, según el general de división Randy Rodríguez, viceministro de Control de Riesgos, quien dijo que se sofocaron 13 de los incendios. El funcionario también informó la movilización de dos helicópteros que descargaron agua sobre el Parque Nacional Macarao, principal reservorio hídrico de la capital venezolana. Sin embargo, los incendios persisten en diferentes puntos del país.

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Una larga temporada de incendios

 

Los incendios también han azotado durante todo el año al Parque Nacional Henri Pittier, con una mayor intensidad para el mes de marzo, cuando el fuego también puso en grave peligro al pueblo de influencia alemana conocido como La Colonia Tovar, enclave de importancia turística y agrícola para Caracas y el Estado de Aragua.

Incendios en Venezuela. Bomberos venezolanos hacen un gran esfuerzo por apagar incendios a pesar de los pocos recursos. Foto: Inparques.
Bomberos venezolanos hacen un gran esfuerzo por apagar incendios a pesar de los pocos recursos. Foto: Inparques.

En el Pittier se han registrado 365 alertas de incendios forestales entre el 1 de enero y el 15 de abril. Solo en marzo se reportaron 192, según un análisis de imágenes satelitales realizado por la organización Sembramos Todos, dedicada a la reforestación y seguimiento del estatus del Henri Pittier en Maracay, capital de Aragua.

Basados en datos del sensor VIIRS de alta resolución del satélite AQUA de la NASA y que publica la web Global Forest Watch, la organización ha informado que durante ese mismo período ha habido 5512 alertas de incendios en Aragua, de las cuales 1158 ocurrieron solo en la primera mitad de abril.

“Calculamos que al menos unas 4500 hectáreas se han quemado en el Pittier”, dice el ingeniero Enrique García Suárez, director de Sembramos Todos.

Al cierre de esta nota, aún había incendios vigentes y nuevos en varias localidades de los parques Waraira Repano y Macarao. Lo mismo ocurría en el sector El Roble de La Colonia Tovar y en el camino hacia el pueblo costero de Choroní, dentro del Parque Nacional Henri Pittier. “Son lo que se llama: incendios subterráneos, es decir, se está quemando el sustrato conformado por siglos con hojas, ramas y frutos. Esto es muy destructivo porque allí está sustentada la selva nublada”, explica García.

Incendios en Venezuela. Bomberos de Inparques combatiendo el fuego en el Parque Waraira Repano. Foto: Inparques.
Bomberos de Inparques combatiendo el fuego en el Parque Waraira Repano. Foto: Inparques.

Pero también se combaten fuegos en terrenos cercanos al Hospital Central de Maracay, otro centro de salud centinela del COVID-19 en Aragua, el cuarto Estado con más casos en el país.

Lo más grave, de acuerdo con voceros del Cuerpo de Bomberos Forestales —adscritos al Instituto Nacional de Parques (Inparques) y que hablaron en condición de anonimato—, es que este fuego subterráneo no se ve a la distancia. Solo se puede reconocer por el humo y es más difícil de combatir porque es el suelo el que arde y se propaga con mayor velocidad.

Las autoridades de Inparques no respondieron a peticiones de información de Mongabay Latam.

Un bombero universitario, cuyo nombre se omite por temor a represalias, dijo que este año los incendios en el parque Henri Pittier se registran en lugares más altos y de difícil acceso, pero que encontraron muchísima basura en las faldas de las montañas, las cuales suponen como focos de fuego. “Falta más personal y otros equipos para combate forestal, como el apoyo aéreo e institucional, porque es insuficiente ante el tamaño del incendio que afecta al parque”.

Una consecuencia a largo plazo, según el biólogo Carlos Peláez, experto de Cambio Climático de la ONG Provita, es el proceso de sabanización o praderización que se genera luego de las quemas de cada año. “Un bosque puede recuperarse del fuego pero, al ser tan frecuentes y haber un proceso de sabanización cada año, no vuelve a crecer o recuperar los árboles, a pesar de las lluvias”. Con esto también se destruye, fragmenta o reduce el hábitat ocupado por los animales.

Incendios en Venezuela. En vehículos como este se movilizan los bomberos en Venezuela. Foto: Inparques.
En vehículos como este se movilizan los bomberos en Venezuela. Foto: Inparques.

Henri Pittier está gravemente amenazado, a pesar de ser primer Parque Nacional decretado en Venezuela. Cada año sufre el embate de los fuegos sobre 1078 kilómetros cuadrados de montañas, costas y bosques nublados, a pesar de su figura legal de protección desde 1947.

Esta área protegida es el hogar de unas 580 especies de aves, 97 de reptiles, 38 de anfibios, 140 de mamíferos, 150 de árboles y más de un millón de especies de insectos. También es un importante paso de aves migratorias y un importante punto de producción cacaotera, pesquera y turística para seis comunidades costeras.

Según Enrique García de Sembramos Todos, la quema de basura, las invasiones ilegales, la tala para conucos —pequeños espacios agrícolas familiares— y leña para cocinar, así como una falta de vigilancia y control en su amplísima extensión son las sombras que pesan sobre el parque Pittier.

“Todos los incendios son provocados”, afirma García, y asegura que hay muy poca investigación o penalización de quienes los provocan.

Mongabay Latam ha reportado en los últimos años cómo la deforestación y quema de bosques tiene como objetivo final el uso agrícola o la invasión de áreas protegidas como sucede en la Sierra de Aroa en Yaracuy y los bosques de Caparo en Barinas, hogar del amenazado mono araña café (Ateles hybridus).

Incendios en Venezuela. Incendios cerca del barrio Cuaricao en Caracas. Foto: Inparques.
Incendios cerca del barrio Cuaricao en Caracas. Foto: Inparques.

La Posada Ecológica Casa María Bug Paradise, en el Valle de Canoabo, en las montañas del Estado de Carabobo (centro-norte de Venezuela) y dirigida por el biólogo alemán Norberto Flauger, también sufrió por las quemas indiscriminadas.

En una parcela vecina, el fuego iniciado desde inicios de abril para librar de maleza el terreno derribó un inmenso árbol que cayó sobre la única vía de comunicación, cortando además el servicio eléctrico. Ante el reclamo del ambientalista, el vecino respondió agrediendo físicamente tanto a él como a su esposa y su vehículo.

El biólogo Alejandro Luy le dijo a Mongabay Latam que la deforestación por la quema indiscriminada para abrir conucos o potreros para la ganadería ha reducido de forma importante el caudal de los dos principales ríos de la cuenca: San Antonio y Capa, “quizás en un 60 % o 70 % desde el período seco de 2019”, estima.

Allí, la ONG Tierra Viva, dirigida por Luy, desarrolla desde 2018 el Proyecto Aqua para protección de cuencas hidrográficas mediante programas de agroecoturismo con el cultivo y producción de cacao orgánico, junto a una empresa chocolatera local que sufre además por la captación ilegal de agua en las tuberías.

Un estudio de gerencia ambiental de Pequiven, empresa refinadora adscrita a Petróleos de Venezuela (PDVSA), encontró en 2009 que era necesario que al menos el 50 % de la cuenca estuviera protegida de forma restrictiva por su importancia en la producción de agua y que el 15 % requería restauración moderada o severa.

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Inacción oficial

 

Marlene Sifontes, presidenta del sindicato de Inparques, que agrupa a los guardaparques estatales, añade que, además de las actividades humanas, fue el abandono de las rutas de acceso a los parques nacionales para bomberos forestales y los cortafuegos lo que ha permitido la propagación de los incendios.

Incendios en Venezuela. Bomberos de Aragua apoyando un incendio forestal en el parque Henri Pittier. Foto: Inparques.
Bomberos de Aragua apoyando un incendio forestal en el parque Henri Pittier. Foto: Inparques.

Para Sifontes, esto se debe a negligencia de las autoridades. “El incendio en Macarao (Caracas) estaba fuera de control el 9 de abril pero el combate aéreo llegó tres días después, permitiendo que se propagara en una magnitud nunca antes vista, como puede apreciarse en imágenes satelitales”, explica.

El sindicato que dirige Sifontes denunció que sobre el parque Pittier volaron helicópteros el pasado 15 de abril pero sin capacidad de descarga de agua y días antes denunciaron las dificultades que enfrentan en medio de la crisis nacional y dentro de la cuarentena.

“Los guardaparques y bomberos forestales no pudieron salir a combatir el fuego porque no tienen transporte; buscaron apoyo en carros particulares pero no tenían gasolina, tampoco tenían alimentos ni hidratación”, reza un comunicado que señala que las autoridades no han estado al frente de las acciones.

Sifontes dice que los guardaparques y bomberos “viven en la miseria”, a pesar que son solo 300 para todo el país, “un número insuficiente”.

Hasta el momento Inparques prohíbe que los funcionarios soliciten donativos a la sociedad civil, lo que incluso llevó a la muerte de uno de los bomberos que enfrentó las llamas en el Estado de Aragua.

Iván Sánchez, cabo segundo del Cuerpo de Bomberos Forestales, de 37 años y con dos hijos, murió el 2 de marzo en el Hospital Central de Maracay, donde no hay unidades de quemados, después de las heridas sufridas en la lucha contra las llamas en un incendio el 28 de enero en el Henri Pittier. Las directivas de Inparques habrían prohibido que sus compañeros solicitaran donaciones por redes sociales, algo muy popular en Venezuela, e incluso los acosó y revisó sus teléfonos. Esto fue documentado por la ONG Espacio Público, especializada en libertad de expresión.

Incendios en Venezuela. Helicóptero de la Policía brindando apoyo logístico en el parque Henri Pittier. Foto: Inparques.
Helicóptero de la Policía brindando apoyo logístico en el parque Henri Pittier. Foto: Inparques.

Sifontes además mostró imágenes de transferencias bancarias de varios obreros de Inparques en los cuales recibían un pago mensual equivalente a dos dólares por el salario del mes de marzo. “Solo han recibido una bolsa de comida en toda la cuarentena”. Un guardaparques puede ganar unos 12 dólares al mes.

Mongabay Latam se comunicó insistentemente con Inparques pero no recibió respuesta a las solicitudes de información.

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Sin agua, sin botas y sin gasolina

 

Al problema de los incendios se une la escasez de insumos de trabajo de los bomberos en el país, que también padecen por falta de combustible e incluso de agua.

El alcalde de La Colonia Tovar denunció en su momento que el único camión cisterna fue tomado en préstamo por los Bomberos de Aragua pero nunca más volvió.

Algo similar sufren los bomberos de la Universidad Simón Bolívar, quienes tienen un solo vehículo rústico y sin cisternas, y han tenido que combatir varios fuegos en el bosque de pinos que rodea el campus con herramientas secas como machetes y batidores, mientras le piden a Hidrocapital que les ayude a llenar los tanques de la institución, que llevan varios meses sin surtido de agua potable.

Incendios en Venezuela. El pasado 14 de abril se pronosticaba que en el 74% del territorio venezolano se podían presentar incendios en la categoría muy alto. Foto: Inameh.
El pasado 14 de abril se pronosticaba que en el 74 % del territorio venezolano se podían presentar incendios en la categoría muy alto. Foto: Inameh.

La lista de casos continúa. Los nacientes de varios ríos y los endémicos frailejones del Parque Nacional Juan Pablo Peñaloza, ubicado entre los estados andinos de Táchira y Mérida, se afectaron con los fuegos de la tercera semana de febrero, poniendo en peligro el hábitat de especies como el oso frontino o de anteojos (Tremarctos ornatus) y la danta paramera o de montaña (Tapirus pinchaque)

A principios de año Rafael Vivas, comandante del Cuerpo de Bomberos de San Cristóbal, capital del estado Táchira, en la frontera de Venezuela con Colombia, alertó que contaban con un único camión cisterna y que un incendio anterior había dañado el hidrante más cercano al parque nacional. Nunca se reparó.

En esos días también Gustavo Delgado, el alcalde del vecino municipio de Jáuregui, se quejó en una rueda de prensa porque los Bomberos de Táchira tuvieran que hacer filas para surtir gasolina, lo que llevó a que atendieran un incendio en un basurero cuatro días después de que iniciara.

El combustible, cuyo precio está subsidiado en 99 % desde hace décadas, se hace cada vez más escaso con la paralización de varias plantas de refinación y con la menor llegada de buques con gasolina desde Rusia, por las sanciones impuestas por los Estados Unidos.

Ahora, en medio de la cuarentena, las filas y protestas por la escasez de gasolina se han agudizado en todo el país, llevando incluso a enfrentamientos con la Guardia Nacional en el Estado de Falcón o una masiva protesta de motorizados en Carabobo. Mientras tanto, ha surgido un nuevo mercado negro que antes solo se reportaba en la frontera con Colombia. Extraoficialmente, la gasolina en Venezuela se vende ahora por un precio que oscila entre 1,5 a 2 dólares por litro, según la Cámara Petrolera del Zulia.

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Sin datos sobre incendios y contaminación del aire

 

Marlene Sifontes, presidenta del sindicato del Instituto Nacional de Parques (Inparques), dice que, sin anuncio oficial, el gobierno central ahora está movilizando bomberos de regiones sin focos activos hacia Caracas, Aragua y Carabobo por el surgimiento de nuevos fuegos.

Incendios en Venezuela. Protesta de guardaparques y bomberos por la muerte del cabo Iván Sánchez tras sufrir quemaduras en el parque Henri Pittier. Foto: Inparques.
Protesta de guardaparques y bomberos por la muerte del cabo Iván Sánchez tras sufrir quemaduras en el parque Henri Pittier. Foto: Inparques.

“Se ha abandonado la política de prevención, ya no solo sobre Parques Nacionales sino sobre centros urbanos o líneas de transmisión eléctrica”, advierte la guardaparques.

Esto recuerda a los días de oscuridad de marzo de 2019. Aunque la versión oficial fue un “ataque electromagnético” contra la principal central hidroeléctrica del país, un informe de la Universidad de Texas usando imágenes de la NASA reveló que varios incendios de gran magnitud se registraron sobre las líneas de alta tensión del país los días previos a los apagones nacionales.

A pesar que durante 2020 se han reportado cielos más limpios en China, Italia, Colombia o Ecuador por la paralización de actividades para reducir los contagios de COVID-19, en Venezuela no es posible saber si el humo y el hollín emanado supera o no los beneficios de la cuarentena.

El Ministerio de Ecosocialismo, antes de Ambiente, no publica los niveles de contaminación del aire por partículas suspendidas desde 2011. Lo mismo pasa con la producción pesquera, consumo de energía, deforestación, basura producida o, incluso, parámetros de calidad del agua, según reportó Mongabay Latam en enero de 2020.

Jorge Naveda, profesor de la Universidad Simón Bolívar y experto en gestión de áreas naturales, dice que, en el caso de Caracas que se encuentra en un valle, los vientos no se se llevan las partículas de carbón suspendidas.

Incendios en Venezuela. Bomberos combatiendo fuego en montañas de La Colonia Tovar. Foto: Inparques.
Bomberos combatiendo fuego en montañas de La Colonia Tovar. Foto: Inparques.

Esto explica, según Naveda, por qué en la capital y otras ciudades rodeadas de montañas, como en los andes del país, se produce la calima, una niebla formada por nubes de partículas suspendidas de ceniza y humo que causa una grave irritación de los ojos y nariz, la cual aparece luego de incendios forestales. Hace unas semanas Cúcuta, ciudad colombiana en la frontera con Venezuela, vivió una de sus peores etapas de contaminación del aire causada, entre otros factores, por las quemas indiscriminadas en los Estados venezolanos de Zulia y Táchira.

El biólogo Carlos Peláez advierte que en Venezuela hay vegetación que puede resistir al fuego y que este puede ser provocado por tormentas eléctricas, según su estudio de la ecología del país. Esto se da, por ejemplo, en morichales y chaparrales ubicados en los llanos venezolanos. Pero este tipo de ecosistemas son una minoría en el país y la inmensa mayoría de los incendios forestales son provocados por actividades humanas, aunque “se dan por una combinación de elementos como se ve en los mapas de riesgos”.

Entre esos riesgos estarían la temperatura, los vientos, la sequía y, como advierte el biólogo, “la chispa”, es decir, el ser humano como principal provocador. Todo esto resulta en innumerables fuegos que se extienden, propagan y destruyen bosques en un país donde escasea tanto el combustible para la maquinaria de los bomberos y los helicópteros como el agua. Mientras tanto las autoridades rechazan la cooperación ciudadana y no se puede conocer con exactitud la magnitud de los impactos de los incendios y de la mala calidad del aire.

*Imagen principal: Los bomberos usan rastrillos y batidores para eliminar los focos de fuego en las montañas pues no tienen agua. Foto: Inparques.

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