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#EnCorto: Tres claves sobre el nacimiento de guacamayos rojos en Iberá, tras más de 100 años de ausencia

Hace más de 100 años que no se reportaba el nacimiento de guacamayos rojos en Argentina. Foto: Matias Rebak.

Tuvieron que pasar 150 años para que tres polluelos de guacamayo rojo nacieran en el Parque Nacional Iberá. Las aves vieron la luz a inicios de octubre de 2020, en el área protegida de la provincia argentina de Corrientes, como resultado de un programa de reintroducción de especies.

Lo que hizo el equipo de científicos de la Fundación Rewilding Argentina, en alianza con otras organizaciones ambientales y oficinas de gobierno, fue liberar en el parque Iberá a 15 guacamayos que habían sido rescatados del tráfico ilegal de fauna silvestre y el mascotismo. Más tarde, una pareja de este grupo de aves reintroducidas logró reproducirse en los Esteros de Ibéra, un humedal de origen pluvial de más de 12 mil kilómetros cuadrados, al noreste del país, y sumar a los pequeños polluelos a esta nueva población.

Estas son tres claves para comprender la importancia de lo que ocurrió en esta compleja red hídrica compuesta por cenagales, bañados, islas flotantes de vegetación y canales de agua de Argentina.

El proyecto de reintroducción de especies desaparecidas liberó 15 ejemplares de guacamayos en el humedal correntino. La reintroducción o rewilding de esta ave se suma a la de osos hormigueros, jaguares, tapires, pecaríes y otras especies emblemáticas del humedal. Foto: Matías Rebak.

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El proceso

El guacamayo macho fue rescatado del mascotismo, una actividad responsable de la muerte de miles de animales silvestres que forman parte de la fauna argentina. La hembra fue traída desde el Zoológico de Córdoba, una de las instituciones que participa en la iniciativa. El proceso de readaptación de esta potencial pareja no fue sencillo. En ambos casos, requirieron de numerosas horas de entrenamiento para su liberación y de un gran esfuerzo de la comunidad científica involucrada en el proyecto.

“Son los guacamayos más torpes del mundo”, comentó el biólogo argentino Sebastián Di Martino, responsable de los procesos de renaturalización de Rewilding Argentina. “No saben comer, no saben volar, ni siquiera pueden identificar a sus depredadores; todo lo que necesitan para sobrevivir en sus ambientes naturales se los enseñamos nosotros en el Centro de Conservación de Fauna Silvestre Aguará”, afirmó a Mongabay Latam.

Esteros de Iberá. 60 trabajadores, entre científicos, personal de campo y de apoyo logístico, laboran con reintroducción de especies en diferentes puntos del Parque Nacional Iberá. Foto: Matias Rebak - Tompkins Conservation.
Sesenta trabajadores, entre científicos, personal de campo y de apoyo logístico, han trabajado la reintroducción de especies en diferentes puntos del Parque Nacional Iberá. Foto: Matias Rebak – Tompkins Conservation.

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Los logros

P​​ara lograr el asilvestramiento de guacamayos rojos, Di Martino precisó que el trabajo inició en 2015 con la liberación de los primeros ejemplares de entre los 15 que ahora vuelan en absoluta libertad en los Esteros de Iberá.

Pese a las dificultades de la pareja que logró reproducirse, su comportamiento fue ejemplar. La hembra permaneció siempre cerca del nido y el macho logró conseguir alimento. Todo se desarrolló tan bien que se descartó proveer de alimento complementario a la familia.

“El nacimiento de estos primeros pichones silvestres en Iberá es un gran paso para la recuperación de la especie en Argentina”, dijo Rewilding Argentina en un comunicado.

Nioky y Sopa son los padres de los tres polluelos que acaban de nacer. Foto: Matías Rebak.

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Lo que aprendieron

Las acciones de una agencia de turismo provocaron la muerte de uno de los tres polluelos. El equipo de reintroducción encontró en redes sociales una fotografía que evidenciaba la utilización de los guacamayos para atraer turistas. Lo que hacían era promover que los visitantes les dieran de comer semillas de girasol, un alimento que les provoca hígado graso y otros problemas de salud.

Aunque se contactó a la propietaria de la empresa —quien aceptó sus acciones—, días después incurrió en la misma conducta, por lo que se inició un proceso legal. Pero fue demasiado tarde. El 14 de octubre de 2020, se encontró sin vida a uno de los pichones al que, al realizarle una necropsia, se le encontró el buche lleno de estas semillas.

Aun así, Tompkins Conservation señaló que “cada huevo, cada pichón de cada una de las especies vulnerables, cada guacamayo rojo que sobrevuela su tierra natal, está dando un paso más en la tarea por combatir con eficiencia y decisión la masiva crisis de extinción que vivimos y que como institución estamos combatiendo”.

Los polluelos han logrado adaptarse al entorno natural del parque. Foto: Matias Rebak.

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Imagen principal: Hace más de 100 años que no se reportaba el nacimiento de guacamayos rojos en Argentina. Foto: Matias Rebak.

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