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Perú: los bebederos artificiales que convirtieron a la reserva de Milpuj en un refugio de vida

Jim Sanderson, fundador y director de Small Wild Cat Conservation Foundation, visitó Milpuj en julio de 2023 para conocer el trabajo que Heredia y el equipo en el área realizan para la conservación y protección de los pequeños gatos salvajes. Foto: Cortesía Milpuj.

  • En la carretera que conecta a la ciudad de Cajamarca con la localidad Pedro Ruiz Gallo se registran aproximadamente 80 atropellamientos de fauna por mes. Sin embargo, en la zona que atraviesa el área de Milpuj estos accidentes son esporádicos, gracias a las actividades de conservación.
  • Desde julio de 2021, los bebederos automatizados que se encuentran en el área de conservación privada Milpuj La Heredad evitan que distintas especies crucen la autopista para llegar a un río cercano.
  • Los bebederos, además, son espacios de avistamiento de especies como la oncilla, (Leopardus tigrinus), que se encuentra en la categoría de Vulnerable, según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés).

Cerca de la medianoche, un tigrillo se acerca lentamente a un pozo cuadrado que se encuentra camuflado en el suelo, entre las plantas del bosque. Poco a poco, el animal reconoce con su olfato el interior del bebedero y, de inmediato, comienza a saciar su sed. Así sigue durante un minuto. Al terminar, camina, voltea un poco la cabeza y de forma fugaz se alcanzan a ver sus ojos brillantes. Después, se aleja.

Los bebederos en Milpuj se han convertido en espacios de avistamiento de las especies que habitan la zona, como la oncilla. Foto: Cortesía Milpuj

Esta es una de las tantas escenas capturadas por las doce cámaras trampa instaladas en el Área de Conservación Privada (ACP) Milpuj La Heredad, ubicada en el departamento de Amazonas y cercana a la provincia de Chachapoyas, al norte de Perú. El Leopardus tigrinus que se asoma en la oscuridad y bebe agua —también conocido como leopardo tigre, tigrillo u oncilla— es uno de los felinos que habita en las alturas de los bosques tropicales de Sudamérica y que mide hasta treinta centímetros de altura. En la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés), esta especie entró desde 2016 en la categoría de Vulnerable, pero en Milpuj hay esperanza para este félido, porque en el área se ha documentado la presencia de varios ejemplares.

El bebedero al que se ha acercado el tigrillo es parte de un plan de conservación en el área de la reserva, reconocida como tal en julio de 2011. A pocos metros de donde termina el ACP está el caudal del río Utcubamba, el problema es que entre el bosque y el río pasa una carretera que conecta a la ciudad de Cajamarca con la localidad Pedro Ruiz Gallo. Esta vía representa un peligro constante para los animales que bajan al río a calmar su sed.

Pedro Heredia, quien maneja y protege Milpuj desde hace más de veinte años, encontró en los bebederos, que él construye artesanalmente, una manera eficaz para evitar los atropellamientos continuos de animales que se daban en la carretera. Su trabajo, unido al esfuerzo de un equipo de conservacionistas, ha permitido que especies vulnerables como el tigrillo encuentren en los bebederos de La Heredad una forma de satisfacer su sed y un refugio de los peligros causados por la construcción de proyectos de infraestructura, como las carreteras.

“Dénme un ejército de Pedros”, expresa Jim Sanderson en entrevista en relación con el trabajo de conservación que Pedro Heredia realiza en Milpuj. Foto: Cortesía Milpuj.

Llevar agua a los animales

El bosque en Milpuj es particular: en la mitad del año caen aproximadamente 500 mililitros de lluvia (una precipitación de carácter normal para el bioma), mientras que en los meses restantes, la sequía reina. Por eso, esta zona es considerada un bosque estacionalmente seco o en transición.

Aunque fue un reto al inicio enfrentarse a meses de sequía, esto no detuvo el proyecto de Pedro Heredia y su madre María Dolores Arce de Heredia, conocida como Lola, para restaurar el lugar que heredaron en el año 2000. “El mismo entorno nos invitó y nos ha invitado a encontrar soluciones de acuerdo a sus limitaciones”, cuenta el naturalista, como él mismo se define.

Si bien una de las principales razones por las cuales el equipo de conservacionistas en Milpuj inició el proyecto de bebederos era la falta de agua durante medio año, hubo un factor que, de acuerdo con Pedro Heredia, los concientizó aún más: los atropellamientos de fauna en la autopista ubicada entre Milpuj y el río Utcubamba. “Era frecuente ver animalitos que tan sólo querían ir a tomar agua del río, pero esos 30 minutos que destinaban para eso eran los más peligrosos de su día por cruzar esos escasos metros de carretera. Ir a tomar agua, para ellos, era quizás no regresar”, explica.

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Así iniciaron el proyecto de los bebederos, un poco después de la instalación de un par de cámaras trampa con las que observaron las distintas especies que viven en el bosque. En primera instancia, la etapa de avistamiento contribuyó a la comprensión, estudio y registro de la biodiversidad del lugar para así identificar corredores biológicos y sitios estratégicos donde los animales transitaban. Entre las especies que han identificado están el Odocoileus Virginianus o venado cola blanca, la Mustela frenata o la comadreja andina y el Cuniculus taczanowskii o paca de montaña, entre otros.

Al conocer las zonas donde se requería un fácil acceso al agua, comenzaron a montar pequeñas botellas y piedras con sal para atraer a los animales y que bebieran directamente de ellas. Sin embargo, notaron que, más que nada, atraían especies de aves. Además, tenían que cargar con las botellas llenas de agua desde su casa, ubicada montaña abajo, hacia la parte alta. Pedro Heredia cuenta que al inicio era emocionante subir e instalar las botellas pero, con el tiempo, se convirtió en una actividad agotadora. Por eso, decidieron dar un paso más y diseñar otro tipo de bebederos para que fueran atractivos y funcionales para la fauna más grande.

Desde las especies más grandes, como el venado cola blanca, hasta los más pequeños, como esta Didelphis marsupialis o zarigüeya, usan los bebederos a todas horas. Foto: Cortesía Milpuj

Captar lluvia para conservar

La solución para instalar otro tipo de bebederos, que fueran más atractivos para los animales, la encontraron en la historia y la naturaleza de la reserva. Entre esto, destaca la experiencia de la cultura chachapoya (un grupo étnico de hace 1 500 años) en la recolección de agua de lluvia. En la zona también hay varias especies de bromelias, plantas que crecen en la América tropical y que han sido estudiadas como una fuente de agua, gracias a la captación que logran en bosques y selvas estacionales. De esta forma, Heredia junto con amistades como el ingeniero agrícola Wagner Guzmán Castillo se inspiraron en la búsqueda de alternativas a la problemática del agua.

Hace más de dos años, Heredia y sus compañeros construyeron pequeños estanques con estructuras más sólidas a la altura del piso y piedras en su interior.. Estos bebederos se abastecen de agua lluvia a través de un sistema de tuberías conectadas con estructuras techadas o reservorios en donde se almacena y se filtra el líquido, y donde también se mide su calidad. En su interior se colocan piedras con sal para atraer a la fauna. Además, todo el sistema está construido con materiales reciclados.

Otra novedad en estos pozos artificiales es que son de llenado automatizado. “Nos seguíamos encontrando con situaciones para solucionar y una de ellas era que el agua se estancaba, por eso investigamos y lo solucionamos con un sistema de automatización”, explica Heredia. Este sistema permite que, en el momento en que un animal se acerque a beber y vaya vaciando el bebedero, éste se vuelva a llenar con agua limpia. Esta acción provoca un leve sonido, pero los animales no se asustan y siguen bebiendo, de acuerdo con las imágenes grabadas en cámaras trampa ubicadas en los bebederos.

Otro problema que se resolvió, gracias a la introducción de un sistema más innovador, fue el alto costo de mantenimiento. Antes, Heredía subía cada día a llenar los estanques. Ahora, Heredia sube cada 15 o 20 días para lavar el bebedero por dentro con una escobilla y revisar que funcione correctamente. También, limpia las piedras colocadas en el interior, que funcionan para levantar el nivel del agua y ahorrarla, y como islas para que las aves y los roedores se puedan bañar.

Los bebederos se han convertido en puntos importantes de avistamiento de fauna. Pedro Heredia ha registrado la presencia de “arrendadores”, como él les dice. Se trata de tres especies de félidos pequeños, el gato del pajonal (Leopardus colocolo), el gato de las Pampas del Norte (Leopardus garleppi) y, más recientemente el tigrillo u oncilla (Leopardus tigrinus). Estos gatos silvestres han sido registrados en las cámaras trampa.

Uno de esos registros ha sido particularmente especial para Heredia, Wagner Guzmán y el equipo de Milpuj. En julio de 2023, Jim Sanderson, fundador y director de Small Wild Cat Conservation Foundation (SWCF) —y quien se dedica a garantizar la supervivencia de los pequeños félidos salvajes a través del trabajo con socios locales alrededor del mundo—, visitó la reserva para conocer el proyecto de los bebederos y su relación con los félidos. Fue hasta ese momento y en presencia de Sanderson que, después de dos años de espera, pudieron ver en cámara y por primera vez a la oncilla bebiendo agua en un estanque. “Para mí, ver esto que tanto anhelábamos junto con Jim no fue una coincidencia, fueron los espíritus del bosque, algo mágico”, describe Heredia.

Para Jim Sanderson, la belleza del trabajo que realiza Heredia y el equipo de Milpuj reside en que nace de una iniciativa propia. Foto: Cortesía Milpuj

Ahora, gracias a esos registros, conocen mejor a la fauna y sus hábitos. Wagner Guzmán lo comenta así: “Todo lo derivado de las cámaras trampa y de los bebederos nos ha permitido incluso conocer los horarios de los animales y las diferencias que existen entre especies”.

Incluso, han podido documentar un caso particular: dos especies de félidos conviviendo juntos, situación que actualmente se está estudiando en Milpuj. Guzmán explica que a esto se le conoce como simpatría, un término de la biología para hablar de un proceso que se da entre dos especies de la misma familia (como en el caso de los félidos del género Leopardus que habitan en la reserva) que se encuentran en el mismo espacio geográfico y que, en lugar de competir, encuentran una forma de convivir: “Lo que menos nos imaginábamos era que esto ocurriera en Milpuj, ya que hemos estudiado que hay casos contados en el mundo. Al principio creíamos que los gatos que habíamos registrado eran de la misma especie, pero ahora ya tenemos comprobado que son distintas (el gato del pajonal y el gato de las Pampas del Norte)”.

Para él, ser parte de este proyecto de conservación y ver cómo avanza a lo largo de los años lo llena de alegría y orgullo. “En realidad cuando uno ve los videos de los animales en los bebederos y que están en buen estado, que hay muchas especies y que están en equilibrio, nos enorgullece, porque esto inició a raíz de un sentimiento y una pasión por conservar”, manifiesta Guzmán.

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En la búsqueda de cero atropellamientos

En Milpuj no sólo buscan incidir en la conservación de la reserva sino también en el exterior de la zona. Para lograrlo, una de las acciones ha sido colocar letreros en la carretera para que los conductores sepan que el área es hábitat de distintas especies, como el gato del pajonal.

En estos anuncios de fondo amarillo (para que también se puedan leer por la noche) se puede ver en mayúsculas “REDUZCA VELOCIDAD, ZONA DE HÁBITAT DEL GATO DEL PAJONAL”, junto a una ilustración del félido. También hay autos y camionetas de servicio público y privado que en el parabrisas trasero llevan una estampa reflectiva con siluetas de distintos animales de la zona y una frase que dice: “Yo freno x ellos”. Con estos mensajes buscan sensibilizar a quienes manejan por la ruta, a la población de la región e incluso, de otras áreas de Perú. En la localidad de Pedro Ruiz Gallo, fuera del ACP Milpuj , se registran aproximadamente 80 atropellamientos por mes, de acuerdo con datos de Heredia.

La tasa de atropellamientos es estudiada por un equipo científico de la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza de Amazonas (UNTRM). Gerson Meza Mori, investigador del Instituto de Investigación para el Desarrollo Sustentable de Ceja de Selva (INDES-CES) y del proyecto BIODIVERSIDAD, explica que para ello recorrieron de abril a septiembre de 2022 los límites de Milpuj a través de la autopista, e incluso kilómetros fuera de la reserva, para registrar atropellamientos. Sólo encontraron un animal atropellado durante sus recorridos, sin embargo, siguen trabajando en los datos para comprender cómo están relacionados los bebederos con una tasa prácticamente nula de muertes de animales en la carretera cerca de la reserva, en comparación con zonas aledañas a ésta.

Meza Mori ve en Milpuj, y en las acciones que realizan todos los días para conservar la zona, un modelo piloto en la región de Amazonas e incluso a nivel nacional. “Estudiar esto, estar cerca del tema e investigarlo, sólo motiva a seguir conservando y protegiendo las zonas naturales. Es un buen ejemplo a replicar en otros lugares”, comenta.

Esto también ha permitido que quienes visiten la reserva y el sitio ecoturístico que maneja Pedro Heredia con su madre Lola, “La Casa de Doña Lola”, conozcan de las problemáticas y las soluciones que se desarrollan en el lugar. “Tratamos también de bombardear de información a nuestros visitantes para que ellos, cuando regresen a sus casas, compartan lo que han visto y conocido. Lo que más esperamos es que lo tomen como ejemplo e inspiración y ellos también se dediquen a conservar sus espacios”, dice Heredia.

Uno de los habitantes de Milpuj es el Conepatus semistriatus o zorrillo de espalda blanca, que se acerca a los bebederos por las noches. Foto: Cortesía Milpuj

Tanto él como el equipo en Milpuj han comprendido que lo mejor es ejecutar el trabajo de conservación por etapas: la instalación de cámaras trampa, los bebederos y la restauración del bosque con especies nativas. Por eso, ahora con el éxito de los bebederos y el registro de la fauna, el plan es mayor: construir un tanque captador que almacene hasta más de 100 000 litros de lluvia para no sólo dotar de agua a los bebederos ya existentes, sino también recrear un lago con una profundidad de quince centímetros, donde más especies encuentren un espacio seguro para beber agua. Este nuevo tanque también permitiría regar un vivero de propagación de especies nativas y seguir restaurando el bosque.

Seguir en la lucha por la conservación

Aunque ya tenían dos años de conocerse, Pedro Heredia y Jim Sanderson pudieron compartir durante cuatro días de julio sus experiencias de conservación. Visitar Milpuj y conocer sobre el proyecto de los bebederos ha dejado en Sanderson muchas reflexiones. Para él, Heredia es un verdadero conservacionista e incluso expresa que es notorio que lo trae en las venas. “Denme un ejército de Pedros”, dice en entrevista y asegura que la belleza del trabajo del equipo de La Heredad está en que se trata de una iniciativa propia.

Por ello, a la iniciativa de La Heredad también se han unido organizaciones como Pampas Cat Working Group, que crearon grupos de trabajo para atacar problemáticas específicas y locales que amenazan a especies de gatos salvajes y apoyar a las organizaciones y áreas de conservación en su búsqueda de financiamiento y difusión. En el caso de Milpuj, los fondos de conservación son de gran ayuda para hacer realidad las etapas del proyecto y seguir dando pasos para proteger y restaurar en su totalidad el lugar.

Para Cindy Hurtado, bióloga de vida silvestre y que también acompañó la visita de Jim Sanderson a la reserva privada, conocer de primera mano estas historias es un respiro. “Ser conservacionista tiende a ser un poco depresivo porque recibimos noticias malas sobre extinciones o si ya encontraron muerto a otro gato, por ejemplo. Pero, conocer lo que está funcionando y verlo en fotos y video es un respiro y una alegría, y hasta te da energía para seguir. Y es donde pienso que necesitamos replicar a muchos Pedros para que sigan conversando con la gente e inspirándola”, dice la bióloga.

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Mientras tanto, Pedro Heredia junto con Wagner Guzmán y quienes integran el grupo de conservación siguen trabajando en propuestas para ir un paso más allá. El gestor de este exitoso trabajo lo expresa así: “Sé que para ver los resultados de nuestra labor se necesitan dos o tres vidas, pero vale la pena el esfuerzo diario porque queremos que esta zona se siga fortaleciendo como un refugio de vida”.

* Imagen principal: Jim Sanderson, fundador y director de Small Wild Cat Conservation Foundation, visitó Milpuj en julio de 2023, para conocer el trabajo que Heredia y el equipo en el área realizan para la conservación y protección de los pequeños gatos salvajes. Foto: Cortesía Milpuj.

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