El Tribunal Supremo congoleño ha decretado cinco años de prisión a Ghislain Ngondjo (conocido como Pepito) por matar a decenas de elefantes para hacerse con sus colmillos de marfil. La sentencia de cinco años es la mayor impuesta en la República del Congo por la caza furtiva. Ngondjo fue considerado el “capo” de un grupo de caza furtiva de elefantes; además de matar a paquidermos, Ngondjo reclutó nuevos cazadores y propinó amenazas de muerte a los guardaparques y al personal del Parque Nacional Odzala.
“El Congo es la zona cero de la lucha para salvar a los elefantes del bosque de África de la extinción. La detención y enjuiciamiento de Pepito muestra que podemos ganar esta guerra en la que los gobiernos y la comunidad de ONGs trabajan juntos en sociedad,” dice James Deutsch, director del Programa para África de la Wildlife Conservation Society (WCS).
Desde hace tiempo los conservacionistas llevan pidiendo a los gobiernos que dicten penas más severas a los cazadores furtivos y a otros criminales, muchos de los cuales son liberados con poco más que un tirón de orejas.
“El Ministro de Justicia de la República del Congo y el Tribunal Supremo congoleño han enviado un mensaje claro de que no se tolerará el robo y el saqueo del patrimonio de vida silvestre del Congo por los cazadores furtivos y traficantes criminales”, agregó Deutsch.
Se ha tardado varios años en capturar y enjuiciar a Ngondjo, según la WCS, que colaboró estrechamente con el gobierno y la Red de Parques de África. Una afiliación entre la WCS y la Fundación Aspinall, PALF (Proyecto para la Aplicación de la Ley para la Fauna de la República del Congo), resultó decisiva para el resultado.
Ngondjo creó el pánico en el Departamento de Cuvette-Oeste durante una década y según se dice había forjado altos contactos para evitar la detención y el enjuiciamiento, pero finalmente su suerte cambió.
Otros dos cazadores furtivos fueron juzgados con Ngondjo: uno recibió una sentencia de cinco años, otro de dos años.
La caza furtiva del elefante ha alcanzado niveles récord en los últimos años con poblaciones de elefantes en África central especialmente afectadas. Los elefantes del bosque, que se encuentran principalmente en la Cuenca del Congo, han sido diezmados: un estudio reciente descubrió que la población se ha reducido en un 60% en la última década debido a la caza furtiva. Los expertos estiman que 35.000 elefantes fueron asesinados en 2012 por sus colmillos.