- Especies del género Abronia se comercializan internacionalmente para abastecer el mercado de mascotas exóticas.
- Escondidos en calcetines, ocultos en las cajuelas de los automóviles o apretujados en el doble fondo de algún portafolio, así son sacadas del país ilegalmente algunas de estas lagartijas mexicanas, confirma uno de los expertos entrevistados por Mongabay Latam.
- Alemania reportó que tienen ejemplares de Abronia graminea y Abronia taeniata en zoológicos, mientras otras especies del género se venden regularmente en internet y en ferias nacionales de reptiles.
No vuelan ni exhalan fuego por la boca, pero los dragoncitos, unos pequeños lagartos del género Abronia, son la última sensación en el mercado de mascotas. Lejos de la imagen de los enormes monstruos popularizados en series como Game of Thrones, o Juego de tronos, estas lagartijas mexicanas son completamente inofensivas, aunque sí comparten un punto en común: tienen una fila de enemigos que las ponen en riesgo.
En México se les conoce como escorpiones porque se piensa que son venenosos, y el esfuerzo por llamarlos “dragoncitos” es un intento de quitarles la mala fama que tienen para que las personas no los maten indiscriminadamente. Aunque quizá este nuevo nombre los haya catapultado a la fama internacional.
Escondidos en calcetines dentro de maletas, ocultos en las cajuelas de los automóviles o apretujados en el doble fondo de algún portafolio, los dragoncitos o lagartijas mexicanas son sacados ilegalmente del país por contrabandistas que pueden vender “cada uno de estos ejemplares hasta en 2000 dólares”, le dice en entrevista a Mongabay Latam Gustavo Jiménez, director general de Vida Silvestre COATL, una asociación civil que realizó en 2015 un diagnóstico del estado de conservación de las 29 especies del género Abronia.
En el informe para incluir al género Abronia en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), existe registro confirmado del comercio de especies mexicanas del género Abronia hacia países como Alemania, la República Checa, Francia, Suecia, el Reino Unido, Suiza, China y Estados Unidos.
Los principales puntos de venta en la Ciudad de México son el Mercado de Sonora, el Mercado Nuevo San Lázaro, el Mercado Emilio Carranza y el Mercado de La Viga que es donde se encuentran este tipo de animales, algunos con los permisos correspondientes, pero muchos otros sin ellos, detalla Jiménez.
“Los lugares donde hay más extracción son donde existen poblaciones muy abundantes y están cerca de las ciudades o al menos hay caminos, por ejemplo, Chignahuapan (Puebla), Puerto del Aire (Veracruz), San Cristóbal de las Casas (Chiapas). En Chignahuapan hay Abronia graminea y A. taeniata; en Puerto del Aire existe la A. graminea; y en San Cristóbal Abronia lytrochyla. Es lo que nosotros creemos, por lo que nos han contado los pobladores, no tenemos ninguna certeza de la procedencia de estos animales ya cuando los traen los traficantes”, señala Jiménez.
Para que estas lagartijas mexicanas sean comercializadas hay una cadena que incluye menores de edad para capturar a estas especies. Los traficantes convencen a niños para capturar a los dragoncitos por uno o dos dólares cada uno. “Los contrabandistas compran muchas Abronias, 100 o 200 a los niños o a personas en situación de necesidad económica y luego los llevan a la Ciudad de México desde donde mueven a los animales hacia otras partes, si van hacia Norteamérica suelen cruzar por fronteras como Tijuana, Ciudad Juárez o Laredo y de ahí salen hacia Estados Unidos”, explica Jiménez.
Según datos de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), solicitados por Mongabay Latam, sobre los decomisos de ejemplares de Abronia, entre el 2005 y el 2017 se confiscaron 97 ejemplares del género Abronia de las especies Abronia graminea, Abronia oaxacae, Abronia lythrochila.
Como todo comercio ilegal, estas cifras corresponden a las especies que pudieron ser rescatadas pero no existe un número preciso que indique cuántos ejemplares han salido del territorio mexicano burlando todos los controles aduanales.
“De manera legal, de acuerdo a la Secretaría de Medio Ambiente, existe la autorización para (la venta de) cinco o seis especies, la más comercial es la abronia graminea qué es un dragoncito verde, seguido de la abronia taeniata”, le dice en entrevista a Mongabay Latam Joaquín Villegas, director general de Coatlán, una organización para la investigación y conservación de la vida silvestre.
“No exclusivamente a Alemania, es prácticamente a toda Europa, autoridades de España, Alemania y Holanda, se han acercado a México con una lista de las especies que han llegado en los últimos tres años de manera ilegal y había del género Abronia entre ellas”, señala Paola Mosig, Coordinadora de la autoridad científica CITES de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO).
Jóvenes que tienen el pasatiempo de adquirir especies de fauna silvestre o los fanáticos de los dragones están entre los compradores de estas lagartijas mexicanas. “Últimamente, especialmente en Estados Unidos y Europa, se ha puesto de moda tener de mascotas a reptiles, estos no requieren tantos cuidados y, ahora que la gente está muy ajetreada, estos reptiles han tenido un auge”, asegura Mosig.
Las redes sociales como Facebook, se han vuelto el nuevo foro de comercio ilegal de muchas especies, “encontramos publicaciones en muchos grupos sobre Abronias, rastreamos algunas donde las ofertan en el mercado en línea; son animales que viéndolos en las fotografías se observa el estado del ejemplar que claramente fue extraído del medio libre, con la cola lacerada o parásitos como ácaros que son de vida libre”, apunta Villegas, quien confirma que en los últimos años ha habido un “boom” en la venta de estos animales.
Entre los compradores de los dragoncitos jóvenes que tienen como “hobby” tener animales en cautiverio, “llega un punto tal en su colección que cuando ya no consiguen las especies que ellos buscan de manera legal incurren a buscar estas especies de forma ilegal”, señala Villegas, quien a través de su organización tiene una comercializadora de fauna exótica con el registro correspondiente ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
“El tráfico de estas especies es desmedido”, le dice a Mongabay Latam Omar Escobedo, coordinador técnico del Acuario Minchin en Guadalajara, México, y responsable del proyecto de comercialización autorizada Moloch Reptiles. “No hay un reglamento por parte de la PROFEPA que pueda impedir la clonación de papeles, por lo menos yo detecté casi 200 ejemplares que sus permisos se habrían clonado con nuestro formato y nuestro número de aprovechamiento, es una barbaridad, pero es algo muy común del comercio de fauna”, lamenta Escobedo.
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La regulación internacional
En la Conferencia de las Partes (CoP 17), realizada entre setiembre y octubre de 2016, se solicitó enlistar a todo el género Abronia, 29 especies en total, en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) a petición de la Unión Europea y México. La justificación de la protección de estas especies frente al comercio internacional fue debido a su bajo potencial reproductivo combinado con el estado de conservación de sus poblaciones.
El Apéndice II de la CITES regula la comercialización internacional de distintas especies. “Antes de su incorporación a la CITES, los casos de venta de Abronia en Europa fueron realizados con permisos falsos hechos especialmente para engañar al público”, le dice a Mongabay Latam Inés Arroyo especialista en Criminología verde del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La investigación de esta académica apunta a que todo el comercio de Abronias entre México y la Unión Europea es ilegal porque no hay datos de un solo caso de venta legal de algún ejemplar, “son especies que están en riesgo y que se están yendo por la vía ilegal y no se sabe a ciencia cierta las cantidades, los volúmenes, cuántas están saliendo y a través de qué mecanismos”, detalla Arroyo, quien advierte que se debe atacar este problema desde un enfoque multidisciplinario, entre academias, gobiernos, agencias de inteligencia y la policía internacional.
Arroyo aboga por una tipificación de los consumidores, “hay varios perfiles criminológicos, hay personas que no tienen este perfil y va a encontrar en CITES una puerta para el desarrollo de proyectos productivos, pero por otro lado hay personas que no les importa la conservación, solo les importa el dinero, si se acaban las Abronias no les importa, es lo que se llama sustitución de mercancías, si se acaban unas buscan otro tipo de animales, esas personas sí tienen un perfil criminológico para los que la CITES es un estorbo y van a buscar maneras de darle la vuelta al sistema para traficarlas”.
Como todo los casos de comercio ilegal no hay datos precisos al respecto, “pero existe la sospecha de que están siendo comercializadas, hemos tenido conversaciones con la PROFEPA y sabemos que la mayoría de los decomisos ocurren en el aeropuerto de la Ciudad de México”, le dice en entrevista a Mongabay Latam Tanya Wyatt, coautora con Arroyo del proyecto “Comercio legal e ilegal de vida silvestre entre la Unión Europea y México”.
Esta investigadora considera que habrá un reacomodo en el mercado de comercio ilegal por la nueva regulación internacional y apunta que es muy importante que los oficiales aduanales estén mejor entrenados para poder identificar especies y distinguir si se trata de Abronias u otras especies protegidas.
De acuerdo con el estudio presentado en la CITES por parte de la autoridad científica de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), en base a los datos compilados del comercio internacional a través de consultas oficiales y ventas por Internet, existe un mercado internacional para al menos cinco especies endémicas de México sin autorización legal de exportación: Abronia martindelcampoi, Abronia smithi, Abronia deppii, Abronia lythrochila y Abronia mixteca.
Este documento indica que “el principal destino de estos ejemplares es la feria Terraristika Hamm en Hannover, Alemania. Los ejemplares son transportados como parte del equipaje de los viajeros así como mediante paquetería nacional, pues en las paqueterías comerciales internacionales realizan un escaneo de los paquetes enviados. Antes de la fecha en la que se celebra la feria, los paquetes son resguardados en España y Francia. Otro destino es los Estados Unidos, donde los ejemplares son distribuidos desde Texas y California y se originan en las principales fronteras en Monterrey y Tijuana. En México los ejemplares se transportan en autobuses públicos y autos particulares al Distrito Federal, Puebla y Tuxtla Gutiérrez”.
“Yo considero que es una buena idea, es un paso que se ha dado hacia la conservación de las Abronias, porque si bien el declarar CITES no va a resolver su problema, sí es un avance. Ahora en el extranjero las personas van a buscar Abronias que tengan papeles, eso significa que van a exigir que las personas en México se las vendan con papeles y eso puede producir alternativas de desarrollo sustentable en comunidades en vez de fomentar el tráfico”, afirma Jiménez.
Sin embargo, Escobedo, responsable de la comercializadora Moloch Reptiles considera que más que una regulación es una prohibición que desfavorece los medios de ingreso económico de muchas personas, “la prohibición solamente va a hacer que se destape desmedidamente el tráfico ilegal de estas especies y en algún momento se puede llegar a un punto crítico donde los casos de peligro de extinción se van a presentar, las especies que eran comunes van a entrar a protección especial y así sucesivamente vamos a subir de categoría de riesgo a todas las especies”.
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El comercio legal
No son alebrijes, pero los colores fantásticos de los dragoncitos inspiraron a los artesanos creadores de estas tradicionales figurillas de madera típicas del estado mexicano de Oaxaca. Por ejemplo, la Abronia mixteca era abundante en Tecojotes, Oaxaca, pero su población ha disminuido drásticamente debido a la sobre recolección para el comercio de mascotas, señala el informe de la CITES.
Estos animales están perfectamente adaptados para vivir en los árboles. Con su cabeza triangular, su mandíbula ancha y fuerte, su espalda y cola están recubiertas por escamas, lo que les da un indiscutible aspecto dragontino.
La competencia del mercado autorizado contra el comercio ilegal es muy desigual, “las personas que lo hacemos de manera legal invertimos en instalaciones en la reproducción o en el mantenimiento de los ejemplares, cuando ellos gastan muy poco en extraer la fauna de vida libre y venderla a un precio similar o ligeramente más bajo que lo que se vende un ejemplar legal, eso hace que el comercio ilegal sea tan fuerte, además de que existe una gran demanda”, puntualiza Villegas.
Este comerciante legal de fauna silvestre considera que no está mal querer tener uno de estos animales como mascotas, como animales de compañía, para poder disfrutarlos de manera visual, pero es muy importante que los compradores se informen sobre las especies que adquieren, no solamente para comprarlas de manera legal sino también para apoyar en la conservación de la misma.
Los compradores deben exigir a los vendedores la documentación de la legal procedencia de estas especies y procurar darles un trato digno y adecuado a los ejemplares que adquieren.
Las películas y los libros seguirán inmortalizando las historias fantásticas de los grandes dragones, aunque estas pequeñas lagartijas mexicanas, que habitan de verdad los bosques de México y Centroamérica, podrían convertirse en una leyenda si no se crea una mayor conciencia sobre su protección y conservación.
Foto de portada: Peter Heimes.