- 11 humedales de la capital de Colombia, que suman 667,38 hectáreas, cumplen con los criterios de la Convención Internacional Ramsar.
- Colombia es el único país de Latinoamérica con un complejo de humedales urbanos dentro de esa categoría de protección internacional.
El pasado 6 de agosto Bogotá celebró sus 480 años de fundación y con motivo del cumpleaños de la capital colombiana, el expresidente Juan Manuel Santos ─en su último día como jefe de Estado─, decidió darle un regalo a la ciudad. Designó 11 complejos de humedales de Bogotá con la categoría de protección Ramsar, la más importante a nivel internacional.
Con esta decisión Bogotá se convierte en la primera ciudad del país en tener un complejo de humedales urbanos con la máxima certificación ambiental a nivel mundial y, además, en la única en Latinoamérica con ecosistemas bajo esta categoría. “Los humedales urbanos son importantes porque son los descansaderos del agua y mantienen las especies. Por eso también nos propusimos proteger los humedales a lo largo y ancho del país y ya van 13. Así protegemos las especies y la calidad de vida de los colombianos”, dijo el expresidente Juan Manuel Santos durante la firma del decreto. En total se está protegiendo un área de 667,38 hectáreas.
El complejo de humedales urbanos está integrado por: Tibanica, la Vaca Norte, El Burro, El Tunjo, Capellanía, Santa María del Lago, Córdoba, Jaboque, Juan Amarillo, La Conejera y Torca-Guaymaral.
El ingreso a la “lista Ramsar”, significa el apoyo internacional para la conservación de estos ecosistemas que tienen como principal función, actuar como esponjas naturales que regulan el agua de la capital, conservando el nivel freático de los suelos, controlando inundaciones y siendo un aporte fundamental en la biodiversidad de la ciudad. “Los canales de ríos y quebradas de las subcuencas Salitre, Tunjuelo, Fucha y Torca alimentan los humedales permitiendo que tengan agua permanentemente. Estos ecosistemas permiten además la conectividad entre la Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental de Bogotá y la Reserva Forestal Protectora Productora Cuenca Alta del Río Bogotá”, asegura Jairton Díez, director de Gestión Integral del Recurso Hídrico del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
Con este reconocimiento se resalta también el valor ecológico de estos ecosistemas urbanos como hábitat permanente y transitorio de tres especies de aves endémicas del altiplano cundiboyacense: la tingua bogotana (Rallus semiplumbeus), el cucarachero de pantano (Cistothorus apolinari) y el chamicero (Synallaxis subpudica). Y no solo esto, los humedales son ecosistemas importantes para otro importante número de especies vegetales, 12 especies de mamíferos y 196 especies de aves ─entre las que se encuentran las tres endémicas ya mencionadas, 41 acuáticas y 65 migratorias─. Muchas aves migratorias tienen a los humedales urbanos de Bogotá como puntos estratégicos para recuperar energía y encontrar alimento, refugio y descanso.
“Esta designación es el resultado de un trabajo conjunto entre las áreas técnicas de las autoridades ambientales a nivel Nación y Distrito para la conservación de la biodiversidad en estos espacios catalogados como áreas protegidas del orden distrital, que hacen parte de la estructura ecológica principal de la ciudad”, agregó el ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo. Desde el Ministerio de Ambiente también se aseguró que la administración y manejo de los ecosistemas sigue manteniéndose en cabeza de la Secretaría Distrital de Ambiente (Bogotá), ya que el decreto de designación no modifica ni altera las funciones y competencias dadas a esa entidad.
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Un gran reto
Aunque la noticia es positiva para la ciudad y para estos ecosistemas, fuentes consultadas por Mongabay Latam aseguran que esto no es suficiente si solo se queda en el papel.
Emmanuel Escobar, miembro de la Fundación Humedales de Bogotá, comenta que esta es una herramienta que se suma para la protección y recuperación de estos espacios. “Es como un sello de calidad, los pone en una categoría internacional y lo que permite es motivar, ojalá, a las administraciones nacionales y locales para mejorar las condiciones de estos ecosistemas, pues hay unos que han venido mejorando pero otros todavía necesitan atención”.
Así mismo, afirma que si no se cumplen los planes de manejo, todo quedará consignado en un documento y nada pasará a la práctical. “Es el riesgo que se corre, que se categoricen pero no se haga nada en lo real, en lo local”, dice.
Escobar recuerda el caso de la Ciénaga Grande de Santa Marta, el primer humedal Ramsar de Colombia, decretada como tal hace 20 años. “En la actualidad sigue sin plan de manejo. En el caso de los humedales de Bogotá, la mayoría cuentan con un plan pero en muchos casos no se cumplen”, le dijo a Mongabay Latam.
El ambientalista Manuel Rodríguez expresó en su cuenta de Twitter que “la protección de los humedales de Bogotá es, ante todo, un gran logro de las ONG ambientales que mediante su lucha (que incluye diversas acciones de tutela, populares y de cumplimiento), obligaron al Distrito a restaurarlos y dejar de utilizarlos como depósitos de aguas negras”.
La Fundación Humedales de Bogotá ha sido una de esas ONG de las que habla Rodríguez. De hecho, Emmanuel Escobar le dijo a este medio que estos ecosistemas de la capital se encuentran en distintos estados de conservación y ellos los han categorizado en tres fases. La primera es la de “cuidados intensivos”, donde se ubican, por ejemplo, el humedal Tibanica, el de Techo, el Juan Amarillo en algunos tramos y el de la Vaca Sur. La segunda categoría es la de nivel intermedio o “estado de observación”, es decir, aquellos a los cuales se les han hecho algunas inversiones, lo que les ha permitido mejorar algunas condiciones pero que aún necesitan atención. En esta categoría se encuentran humedales como El Burro y Capellanía. Finalmente, el tercer grupo es el de aquellos que están en “buen estado de salud”, ─sin que eso signifique que ya no requieren inversiones─, como el humedal de la Conejera y Santa María del Lago.
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Estos son los 13 humedales Ramsar de Colombia
- Laguna de la Cocha (Nariño).
- Estrella fluvial del Inírida (entre Guainía y Vichada).
- Delta del río Baudó (sur del Chocó).
- Ciénaga Grande de Santa Marta (entre Magdalena y Atlántico).
- Sistema de Chingaza (Cundinamarca).
- Laguna del Otún (Risaralda).
- Laguna de Sonso (Valle del Cauca).
- Ampliación de la laguna del Otún (Caldas, Quindío, Risaralda y Tolima).
- Lagos de Tarapoto (Amazonas).
- Ciénaga de Ayapel (Córdoba).
- Complejo Cenagoso de Zapatosa (Cesar).
- Complejo de humedales del río Bita (Vichada).
- Complejo de humedales urbanos de Bogotá (Bogotá).