- Los altos precios del oro están llevando a mayor actividad minera.
- La minería amenaza los bosques primarios en Surinam, entre los más intactos de Suramérica.
- El mercurio que se produce en el proceso minero puede ser tóxico, y se manifiesta en centros de poblaciones humanas río abajo.
Este reportaje es parte de una serie sobre la minería de oro en Surinam. Lea la segunda parte aquí.
Mientras que los bosques tropicales amazónicos de Brasil y Perú son bien conocidos, los bosques extensos y antiguos de Surinam siguen estando entre los secretos naturales mejor guardados del mundo, de acuerdo al reporte digital. Pero la creciente demanda por el metal precioso amenaza con destruirlos.
“De acuerdo a nuestros cálculos, la deforestación causada por la minería del oro ha estado creciendo sostenidamente desde principios de siglo y muy aceleradamente en los últimos cinco años”, dijo Rudo Kemper, coordinador de sistemas de información geográfica y desarrollo de redes para el Amazon Conservation Team. La tasa promedio de deforestación desde el año 2000 es aproximadamente 3000 hectáreas al año, pero en el 2014 se perdieron alrededor de 5.712 hectáreas de bosques a la minería del oro. El estudio regional colaborativo REDD+ de Guiana Shield sobre la minería del oro muestra tendencias similares; un incremento de deforestación del 97 por ciento (casi el doble) desde el 2008 hasta el 2014, o una pérdida total de 53.668 hectáreas a causa de la minería en el 2014.
El Escudo Guayanés, como lo describe Kemper, es uno de los tres cratones de la placa tectónica suramericana. “Es una región de bosques tropicales cubiertas por unas mesetas muy únicas llamadas tepuis”, dijo. “Tiene una de las áreas de bosques tropicales mejor preservadas en el mundo y altos niveles de biodiversidad”. Surinam se encuentra entre los países con mayor cobertura boscosa en el mundo, como describe el estudio. En el 2012, el 95 por ciento del país fue clasificado como bosque. Su cobertura es sólo superada por su país vecino, Guayana Francesa.
Los bosques prístinos de Surinam sirven de hábitat para especies únicas como el gallo de roca guayanés (Rupicola rupicola), la famosa rana dardo azul venenoso (Dendrobates tinctorius), el mono araña de cara roja (Ateles paniscus), y el oso perezoso de garganta pálida (Bradypus tridactylus). Jaguares, tapires, y osos hormigueros gigantes también tienen su hogar en la zona. La región rica en minerales, Greenstone Belt, es donde ocurre la mayor parte de la minería del oro y está compuesta principalmente por los altiplanos boscosos de el Escudo Guayanés. Los conservacionistas están preocupados de que la rápida deforestación causada por las actividades de minería de oro tendrán un grave impacto en el hábitat de muchas de estas especies.
Desde los años sesentas, el desarrollo y la extracción de recursos naturales en el interior del país se han vuelto actividades comunes. Estas invasiones se han manifestado en proyectos de construcción de represas, tala, minería de bauxita y — desde principios de siglo — la minería del oro a pequeña escala y a escala industrial. Como Surinam es una de las naciones más pequeñas del mundo, su tasa anual de extracción del oro no se puede comparar con la de países más grandes como Sudáfrica, China, Rusia, o Perú. Pero en términos relativos a su territorio, Surinam representa el décimo país productor de oro en el mundo.
De acuerdo al reporte de ACT existen dos clases diferentes de minería del oro en Surinam: la minería artesanal a pequeña escala y las operaciones industriales. La primera se refiere a una gran variedad de actividades que van desde el uso de sartenes para lavar el oro, hasta el despliegue de maquinaria moderna como tractores, motores hidráulicos y cajas de compuerta. La minería con maquinaria representa la mayoría de la extracción a pequeña escala en el país.
Pero como la minería a pequeña escala es a menudo ilegal, las estadísticas (como las de la agencia de estudios geológicos de Estados Unidos o USGS) no incluyen este tipo de cálculos sobre este tipo de minería porque es muy difícil de medir. Esto significa que la tasa de producción anual podría ser mucho más alta de lo que se refleja en los datos existentes, y gran parte de ella debe estar tomando lugar sin cumplir las regulaciones de salud y ambientales.
Quienes se encuentran atrapados de por medio son las poblaciones indígenas y los Maroons [descendientes contemporáneos de ex-esclavos africanos] quienes ven sus estilos de vida cada vez más embrollados con las actividades mineras dentro de sus territorios, tal como lo explica el estudio. Las actividades también pueden tener consecuencias graves en su salud.
“Además de motivar la deforestación, la minería del oro industrial y a pequeña escala puede crear muchas amenazas para los servicios de ecosistemas y vidas humanas, tanto en poblaciones cercanas como en las más alejadas”, explican los autores.
El mercurio es un componente importante para separar el oro de la tierra en las operaciones de minería a pequeña escala. Pero estar expuesto al mercurio puede resultar en daños severos al sistema neurológico. La Organización Mundial de la Salud lo considera uno de los diez químicos con mayor impacto en la salud pública a nivel global.
A lo largo de Surinam, las regulaciones del uso de mercurio son generalmente débiles, lo que significa que se permite que lodo contaminado con mercurio corra libremente hacia arroyos y finalmente río abajo hacia otras fuentes de agua. Una vez que se separa del agua, el mercurio tiene impactos persistentes en la tierra, donde se puede quedar por miles de años.
También puede mantenerse en la cadena de alimentos a través de un proceso llamado bioacumulación. Cuando las especies depredadoras comen organismos pequeños y contaminados, los niveles de mercurio se magnifican a medida que suben a lo largo de la cadena. Es por esta razón que en ecosistemas acuáticos los peces grandes tienden a llevar mayores cantidades de mercurio. Desafortunadamente, estas especies son también consumidas por los humanos, lo que hace que el pescado sea la primera causa de contaminación por mercurio.
La contaminación por mercurio tiene serias repercusiones en la salud humana — hasta pequeñas cantidades pueden llevar a trastornos neurológicos y psicológicos, incluyendo deterioros sensoriales, temblores, pérdida de memoria, insomnio, dolores de cabeza, falta de coordinación, insuficiencia renal, deterioro en las capacidades reproductivas y trastornos en el desarrollo infantil.
Peces depredadores como el Anjumara y la piraña tienden a ser depósitos de mercurio — pero también son fuentes importantes de proteína para las personas que viven en el interior de Surinam y son considerados delicias en la costa. Los científicos a nivel local ahora están advirtiendo a la población a que no consuman estas especies en grandes cantidades.
Las amenazas del mercurio no se sienten únicamente alrededor de las minas de oro. Como muchos de los ríos de Surinam se desembocan hacia el norte, cerca de las grandes ciudades en el Atlántico, gran parte de la población se encuentra en riesgo. De acuerdo al estudio, los distritos de Paramaribo, Wanica y Commewijne juntos constituyen una población de 400,000 personas – casi el 74,5 por ciento de la población total del país en el año 2012. Los ríos Surinam, Commewijne y Saramacca que fluyen a estos distritos están todos severamente afectados por la actividad minera río arriba.
Un estudio mencionado en el reportaje calculó que alrededor de 10.000 a 20.000 kilogramos de mercurio son echados cada año, y la cantidad de mercurio que se evapora en la atmósfera alrededor de Surinam va más allá de la cantidad que se deposita en sus ríos.
“Algunos estudios científicos han examinado los niveles de mercurio en el cabello humano, tanto en áreas cercanas a la actividad minera como en las más alejadas”, dijo Kemper. “El estudio más reciente sobre el tema, dirigido por un equipo de biólogos de Surinam, observó niveles de mercurio relacionados con la minería del oro en cuatro pueblos Matawai a lo largo del Río Saramacca. El equipo documentó niveles elevados que iban más allá de las normas en los cuatro lugares, donde el consumo de pescado es parte de la dieta típica. Aunque los niveles aún no han llegado a ser tremendamente obvios, ellos sin duda indican un riesgo elevado”.
Desafortunadamente, dijo Kemper, los niveles más altos fueron documentados en el pueblo de Pusugrunu – el lugar más remoto – ubicado alrededor de 40 kilómetros río arriba de la mina de oro más cercana. “Esto sugiere que la contaminación por parte de la minería puede tener serios efectos en la salud humana lejos de donde toma lugar la actividad minera. Esto tiene graves implicaciones para toda la población de Surinam”.