- 127 millones de dólares ha sido la inversión total que han hecho los municipios y departamentos desde 1993 hasta 2015 para adquirir zonas de conservación regional. Esto equivale a 270 000 hectáreas en todo el país.
- Los sectores de hidrocarburos, energía e infraestructura son los que generan una mayor demanda de recursos hídricos.
“Si esto es así, imagínate lo que podría generar el país si le pusiera más cuidado a este tipo de mercados”, afirma Luisa Fernanda Lema, una de las autoras de la publicación “Mercados Ambientales Emergentes en Colombia”, realizada por Fondo Acción, Fundepúblico, World Conservation Society y financiada por MacArthur Foundation. El principal resultado que arrojó el estudio es que no existe información que permita saber si el país está haciendo la tarea bien o no y mucho menos si se han hecho las compensaciones necesarias o dónde están.
Dos de los mayores mercados asociados con el agua en el país se movilizan con el 1 %. Por un lado, los proyectos de desarrollo que toman este recurso de fuentes naturales deben invertir el 1% de sus costos en la protección de la cuenca de la que toman el agua. Por otro lado, los municipios y departamentos (unidades administrativas de Colombia que reúnen varios municipios) deben invertir el 1 % de sus recursos corrientes en la protección de las cuencas que abastecen sus acueductos. Sin embargo, ese 1 % que podría parecer una cantidad muy pequeña, en realidad y según el estudio, representa la movilización de recursos financieros muy importantes para Colombia.
Tierra y falta de información
Colombia cuenta con herramientas jurídicas que obligan a que quienes hagan uso de los recursos naturales deban compensen su impacto. Los instrumentos económicos que surgen de esas obligaciones generan mercados ambientales y son un mecanismo para promover la gestión de bienes y servicios ambientales. En pocas palabras se dan intercambios económicos por usar recursos naturales como el agua.