- La estrella de garganta azul es endémica de este país y se calcula que apenas quedan 750 individuos.
- Su hábitat está amenazado por la agricultura, la ganadería, las quemas continuas de la vegetación y las concesiones mineras.
El plumaje azul eléctrico que recubre el pequeño cuello del colibrí recién descubierto en Ecuador, ha hecho que los científicos lo bauticen como la ‘Estrella de garganta azul’. Su nombre científico es Oreotrochilus cyanolaemus, es una especie endémica y está En Peligro de extinción.
Francisco Sornoza-Molina, investigador del Instituto Nacional de Biodiversidad de Ecuador, fue el primero en fotografiar al colibrí. En cuanto terminó de registrarlo, subió las imágenes a su computadora y las compartió de inmediato con una comunidad de observadores de aves.
Y fue así como la fotografía llegó a Juan Freile, científico del Instituto Biósfera y autor de la Guía de Aves de Ecuador, quien tras analizar las imágenes supo que se trataba de una nueva especie o subespecie.
“En ese momento nos ensamblamos como equipo y comenzamos a trabajar en la descripción”, comenta la bióloga Elisa Bonaccorso, del Centro de Investigación de la Biodiversidad y Cambio Climático, de la Universidad Tecnológica Indoamérica. Ella, junto con los dos especialistas mencionados y otros investigadores, hizo el estudio de esta nueva especie, investigación que fue publicada el 26 de setiembre en la revista ornitológica The Auk.
Para Bonaccorso este descubrimiento ha sido “extraordinario”, puesto que, la última especie de ave reportada como nueva en Ecuador data del año 2000.
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En busca del colibrí de garganta azul
El primer encuentro con el colibrí estrella de garganta azul llevó a los investigadores a realizar varias expediciones para constatar su rango de distribución. Desde abril de 2017, cuando se vio por primera vez este colibrí, una serie de visitas se realizaron a los páramos del Cerro de Arcos, en la provincia de El Oro, al suroeste de Ecuador.
Pero luego se ampliaron las observaciones de campo a la zona norte de la Cordillera de Chilla; al oeste de Guanaza, en la Cordillera de Tioloma; y a la región centro este de la Cordillera de Tioloma también, entre otras localidades cercanas.
Luego de un año de exploraciones, los investigadores cosfirmaron que esta nueva especie solo se encuentra en los páramos de la cordillera Chilla-Tioloma-Fierro Urco, que corresponde a la frontera entre las provincias de El Oro y Loja, en el suroccidente de Ecuador.
“Es un ave endémica de El Oro y Loja”, señala Bonaccorso y agrega que el descubrimiento de esta especie podría facilitar los procesos de conservación de los páramos de esta región, una labor que se debe hacer en coordinación con las autoridades y las comunidades locales.
Freile precisa que se trata de una población muy limitada y que se distribuye en un área de alrededor de 100 kilómetros cuadrados en la zona limítrofe entre las provincias de El Oro y Loja. Por eso —sostiene— su descubrimiento “llega en el momento justo para comprender mejor la historia evolutiva de este género de colibríes andinos y evitar su extinción”.
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Los peligros de la extinción
Pese a que apenas acaba de ser encontrada, la especie ya enfrenta una serie de problemas que pone en riesgo su supervivencia. “Los páramos donde se encuentra la nueva especie están amenazados por la agricultura, la ganadería, las quemas continuas de la vegetación y las concesiones mineras”, precisa Bonaccorso.
Dentro de su pequeño rango, la especie, aparentemente, prefiere habitar los arroyos donde crecen sus plantas favoritas, las de Chuquiraga jussieui, cuyas flores poseen un néctar muy apetecido por los colibríes. Sin embargo, el problema está en que las plantaciones de pinos están empezando a dominar este paisaje, además, gran parte de su rango de distribución está actualmente bajo concesiones de extracción de oro.
Esta situación —indica el estudio— ofrece un destino crítico para el colibrí estrella de garganta azul pues su población, según estimaciones de la investigación, está entre los 250 y 750 individuos, como máximo, cifra “inferida a partir de la cantidad de aves machos y hembras observadas en el campo y de un hábitat adecuado para la alimentación y anidación”.
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Una especie diferente
De acuerdo con el estudio, el colibrí Estrella de garganta azul está emparentado con la especie Estrella de cabeza verde (Oreotrochilus stolzmanni), que habita en el norte de Perú. No obstante, se trata de una especie que ha desarrollado características diferentes.
La particularidad de su plumaje difiere de todas las especies del género Oreotrochilus con las que ha sido comparado. Además, se contrastaron tamaños, genética, canto y otras características que determinaron que se trataba de una nueva especie, se explica en la publicación.
Algunas hipótesis preliminares se han establecido con respecto a su evolución. Una de ellas indica que la separación de su más cercano pariente, el colibrí estrella de cabeza verde, sucedió como un proceso de especiación —es decir una variación de la especie— que unido a la preferencia de las hembras por el nuevo color del plumaje de los machos, devino en el crecimiento de esta nueva especie en la localidad ecuatoriana donde ha sido encontrada. Si a ello sumamos que tiene una distribución restringida y una población no muy amplia, es posible que estas variaciones genéticas se hayan establecido en un periodo evolutivo relativamente corto, explica el estudio.
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Alternativas para su protección
El gobierno provincial de El Oro tiene planeado crear una red de áreas protegidas provinciales que incluya al Cerro de Arcos, el lugar donde se observó por primera vez a esta ave. El biólogo Sornoza-Molina también está liderando una propuesta de aviturismo con la comunidad de Sabadel, que actualmente ya cuenta con un proyecto de turismo comunitario.
Para Bonaccorso la mejor alternativa es declarar un área protegida a nivel provincial y un programa de trabajo con las comunidades que son propietarias de estas tierras, con el fin de que se organicen recorridos para el avistamiento de aves, de tal forma que se generen incentivos económicos que favorezcan la conservación del área.
“El hallazgo de esta nueva especie de ave podría aumentar la cantidad de turistas especializados que lleguen al país, puesto que se trata de una especie que solo existe en Ecuador”. No obstante, las amenazas para este nuevo colibrí, del que apenas nos enteramos que existe, son tan diversas que su futuro aún es incierto.
Foto portada: Francisco Sornoza