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¿Podrían las prohibiciones en el comercio evitar que un hongo mortal para las salamandras invada Estados Unidos?

  • Estados Unidos tiene la mayor diversidad de especies de salamandras del mundo, muchas de las cuales, según se cree, son vulnerables a que el letal hongo Bsal las infecte.
  • El Servicio Federal de Pesca y Fauna Silvestre de los Estados Unidos prohibió el comercio de 201 especies de salamandras en 2016. Sin embargo, el descubrimiento reciente de que las ranas también pueden ser portadoras del Bsal ha llevado a que los científicos hicieran un llamado a la acción.

Si sucede, tal vez ocurra algo como esto: Unos padres estadounidenses deciden comprar algo especial para el cumpleaños de su hijo: una salamandra de mascota. Aunque se entusiasma de manera inmediata, el niño pierde interés de forma rápida y la salamandra languidece. Los padres se cansan igual de rápido. Una noche, la sueltan afuera y le dicen al niño que se escapó. La salamandra, poco preparada para el mundo fuera del terrario, muere pronto. Pero deja algo: esporas del hongo mortal Batrachochytrium salamandrivorans (Bsal). Una década después, las especies de salamandras de los Estados Unidos están en crisis; las poblaciones disminuyen a medida que el hongo se propaga, se cree que algunas especies han desaparecido por completo. La extinción aumenta en el territorio.

En un esfuerzo por erradicar esta ecotragedia, el Servicio Federal de Pesca y Fauna Silvestre de los Estados Unidos (USFWS) publicó un decreto en enero de 2016 que prohibió que se importaran 201 especies de salamandras a los Estados Unidos en concordancia con la Ley Lacey. Pero ahora algunos científicos, dada la información nueva sobre la propagación del Bsal y sus portadores potenciales, afirman que esta prohibición no es suficiente.

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“Esta enfermedad mortal tiene el potencial para exterminar especies enteras. Es necesario hacer más para proteger a las salamandras y otras especies de vida silvestre del comercio internacional”, explica Tiffany Yap, una científica del Centro para la Diversidad Biológica (CBD) que se especializa en enfermedades anfibias.

Llama al listado de la USFWS “trascendental” pero desactualizado con respecto a los descubrimientos científicos actuales.

Otros, incluidos algunos aficionados de la herpetología (rama de la zoología que estudia reptiles y anfibios) creen que el decreto de la USFWS es exagerado y que se necesita un enfoque diferente.

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Lo que está en juego

En 2008, los científicos notaron que las poblaciones de salamandras comunes (Salamandra salamandra) estaban desapareciendo de sus hábitats en Europa Occidental. Cinco años después lograron identificar de manera oficial al culpable, hasta ese momento desconocido para la ciencia: Bsal, una enfermedad fúngica que literalmente come la piel de las salamandras. El Bsal es muy similar al Batrachochytrium dendrobatidis (Bd), al cual los científicos han vinculado con cientos de disminuciones y al menos algunas extinciones de especies de ranas a nivel mundial, y parece haber afectado solo a las salamandras. Los lugares en los que ha tenido efectos negativos (parte de los Países Bajos, Bélgica, Alemania) el hongo ha matado hasta al 99,9 % de las salamandras comunes.

Síntomas de la infección de Batrachochytrium salamandrivorans (Bsal): a) una salamandra común (Salamandra salamandra) infectada de manera natural descubierta durante un brote de Bsal en Bélgica que mostraba úlceras severas (flechas blancas) y pérdida excesiva de piel; b) muchas úlceras (flechas blancas) en el estómago de una salamandra común infectada; c) sección de piel a través de una úlcera muestra abundantes colonias de hongos dentro de las células; d) imagen aumentada de las células de piel infectadas. Imagen de Pascale van Rooij et al., 2015, vía Wikimedia Commons (CC BY 4.0).

Los investigadores creen que el brote europeo está directamente conectado con el comercio internacional de mascotas. Los científicos señalan un animal que se importó en 2010 y que tres años más tarde dio positivo en Bsal como al menos evidencia indirecta de que el primer Bsal en Europa probablemente llegó a través del comercio de mascotas. Las investigaciones indican que el Bsal tiene su origen en Asia y las especies de salamandras de allí han desarrollado resistencia a la enfermedad luego de millones de años de coevolución. Las especies europeas no han desarrollado resistencia y los estudios de laboratorio han mostrado que muchas especies de los Estados Unidos también son vulnerables.

Los científicos ahora temen que el mismo brote fúngico pueda exterminar las salamandras en todo Estados Unidos, si llega y encuentra un lugar en donde desarrollarse. Un esfuerzo reciente, en el que se hicieron pruebas a 10 000 salamandras en todo Estados Unidos, afortunadamente no encontró evidencia de Bsal, pero hace falta encontrar un solo animal en el peor de los casos para cambiar eso.

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El debate sobre el Bsal no es un debate científico, no es un debate sobre qué tan amenazante puede ser la enfermedad fúngica para las especies de Norteamérica: todos están de acuerdo en que podría tener un impacto muy destructivo.

“Nos tomamos en serio la amenaza,” afirmó Robert Likins, el vicepresidente de asuntos gubernamentales del Consejo Consultivo Conjunto de la Industria de las Mascotas (PIJAC). “Si el Bsal se quedara en Norteamérica los resultados podrían ser devastadores”.

PIJAC es la asociación para el comercio de mascotas más grande del mundo, promueve la sanción de leyes favorables para las mascotas en Estados Unidos.

El debate es en realidad hasta qué punto deberíamos llegar para evitar que suceda y cuál es la mejor estrategia. Es un debate sobre la normativa sobre la tenencia de mascotas y la fuerza y la efectividad de varias reglamentaciones.

¿Hasta qué punto llegar?

Cuando la USFWS prohibió que se importaran 201 especies de salamandras (alrededor de un tercio de todas las especies) a los Estados Unidos, los científicos vieron esta decisión en gran parte como una medida muy necesaria para hacer todo lo posible para evitar que el Bsal llegara a las costas de Norteamérica. Lo hicieron a partir de la clasificación de estas especies como “fauna nociva” en virtud de la Ley Lacey, una ley conservacionista que regula el comercio de animales y plantas.

Las salamandras son extrañas. Son extrañas no solo porque pueden respirar a través de la piel, o porque pueden regenerar extremidades largas, o porque tienen un genoma muy largo. Las salamandras son rarezas biológicas porque se encuentran en su mayor diversidad no solo en las selvas tropicales de la Amazonía o los trópicos del sudeste asiático, sino también en los bosques caducifolios, de clima templado y subtropicales del este de los Estados Unidos. A diferencia de los árboles, los escarabajos, las aves, las ranas y la mayoría de las familias terrestres que se le puedan ocurrir, la salamandra no prefiere los trópicos. De hecho, de las 600-700 especies que se encuentran a nivel mundial, alrededor del 24 por ciento de ellas se encuentra en los Estados Unidos. Este país tiene ejemplares de todas las familias de salamandras, excepto una: Hynobiidae, o salamandras primitivas asiáticas. En Estados Unidos hay una cantidad especialmente grande de especies que pertenecen a la familia Plethodontidae, que, según creen los científicos, es una de las más vulnerables al Bsal.

La familia Plethodontidae comprende casi 400 especies y es por mucho la familia más grande de salamandras. Los pletodóntidos, también llamados salamandras sin pulmones, respiran a través de la piel, tienden a ser pequeños y se encuentran en una amplia variedad de hábitats. La mayoría de las especies, como esta salamandra trepadora (Aneides lugubris), se encuentra en Norteamérica; los científicos creen que los primeros pletodóntidos se desarrollaron en el este de Estados Unidos.

Sin embargo, la PIJAC consideró que la USFWS estaba eligiendo la estrategia equivocada al prohibir tantas salamandras. En 2015, la PIJAC recomendó una prohibición inmediata y voluntaria de la tritón vientre de fuego (Cynops orientalis) y la tritón cola de fuego (Pachytriton labiatus), ambas de China, en un intento por evitar la llegada del Bsal. No obstante Likins sostiene que la PIJAC no apoya la prohibición actual porque “no incluye un mecanismo para que levante si se desarrolla un régimen efectivo de detección y tratamiento”.

Añadió que “no creemos que la USFWS tenga la autoridad según la Ley Lacey para prohibir a los portadores, lo que hace que a este problema lo maneje mejor la USDA”.

Pero un año antes del decreto, dos grupos conservacionistas, el CBD y ¡SALVEMOS LAS RANAS! le solicitaron a la USFWS que tomara medidas más extremas: prohibir todas las importaciones de salamandras vivas, sin importar la especie.

Hay 10 familias de salamandras, que consisten de 68 géneros, y alrededor de 700 especies, dijo Tiffany Yap de la CBD. “No se han hecho pruebas a todas todavía y es posible que las especies a las que no se les han hecho pruebas sean vulnerables al Bsal o sean portadoras”.

Los científicos han descubierto que una nueva espora fúngica de Bsal puede sobrevivir por hasta 30 días en el agua o en el aire y tal vez pueda sobrevivir hasta en los pies de aves acuáticas, lo que hace que pueda viajar de un cuerpo de agua a otro con facilidad.

“Estos descubrimientos ayudan a explicar cómo el Bsal puede propagarse por diferentes lugares y sugiere que será extremadamente difícil erradicarlo debido a que las especies que no son vulnerables funcionan como especies reservorio” dice una carta a la UFWS de una decena de expertos sobre hacer que la prohibición incluya a todas las salamandras y ranas.

Uno de estos expertos era Reid Harris, el Director de Mitigación de Enfermedades Internacionales de la Alianza para la Supervivencia de los Anfibios. Con respecto al Bsal, una amenaza “existencial” para las salamandras de Norteamérica, está de acuerdo con Yap en que es necesario agregar a todas las salamandras a la lista de especies prohibidas. Afirma que no conoce un “mecanismo” para agregar especies nuevas a la lista cuando aparece información nueva, pero “hay mucha más información ahora”.

No solo las salamandras

En 2017, hubo noticias que cambiaron aún más el debate. Los investigadores descubrieron Bsal en una especie de rana en el comercio de mascotas de Alemania. Al hacer pruebas a sapos Bombina microdeladigitora importados de Vietnam a Alemania, los investigadores descubrieron que tres de ellos dieron positivo por Bsal. Este es un problema grave porque significa que algunas especies de ranas, nadie sabe cuántas, también podrían llevar el Bsal a Norteamérica.

“Ahora que sabemos que las ranas son portadoras potenciales, la acción más fuerte sería prohibir todas las importaciones de salamandras y de ranas”, aseguró Yap.

En su carta, la decena de expertos también sostienen que es necesario prohibir de manera total la importación de anfibios, ranas y salamandras.

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“Hasta que se demuestre lo contrario, el principio preventivo sugiere que todas las especies de anfibios deberían ser consideradas portadoras”, afirmó Harris.

Likins, de la PIJAC, no dijo de manera específica si apoyarían una prohibición mayor.

“Sostenemos que estas prohibiciones, moratorias o políticas públicas en general deberían basarse en la ciencia”, dijo Likins. “Si la investigación demuestra que una especie representa un riesgo significativo entonces apoyaríamos restricciones a las importaciones hasta que se puedan desarrollar pruebas y régimen de tratamiento efectivos”.

La tritón del este (Notophthalmus viridescens) es una especie nativa que se ha esparcido mucho y que abunda en los Estados Unidos; y es una especie que a menudo se vende como mascota. Los estudios indican que también es probable que sea muy vulnerable a la infección del Bsal y sus consecuencias mortales. Imagen de Michael McConville vía Wikimedia Commons (CC BY 4.0).

Kurt Schatzl, el presidente y analista de derecho ambiental de la Asociación Herpetológica de Nueva Inglaterra, afirmó que la mayoría de los aficionados a la herpetología parecen tener la sensación de que una prohibición total es una exageración.

“En mi experiencia […] a los gobiernos les encanta prohibir cosas porque es fácil de hacer”, añadió. “Cuando prohíbes algo, lo que sea, en realidad no necesitas hacer mucho. Si decides reglamentar algo, necesitarás saber de qué estás hablando y te expones a las críticas si las cosas salen mal. Una prohibición es una restricción total, lo que se puede lograr fácilmente y aplicarse fácilmente […] [Pero] una prohibición no aborda los problemas de conservación que todos los anfibios enfrentan hoy en día”.

Sin embargo, no todos los aficionados están de acuerdo.

Chris Smith, el presidente del Comité de Conservación de la Asociación Herpetológica de Minnesota, dice que los más de 300 miembros de su grupo tienen “opiniones muy diversas sobre las reglamentaciones sobre la herpetofauna”. Pero en general el grupo apoya los “esfuerzos para conservar y proteger a los anfibios y reptiles”, incluidos los esfuerzos para evitar la llegada del Bsal.

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Señala que debido a las presentaciones y charlas en la reunión mensual, los miembros de la asociación están “mejor informados sobre el tema que el público en general”.

La USFWS se rehusó a hacer comentarios de manera directa sobre el tema de la extensión de la moratoria para incluir a todas las salamandras y ranas y se enfocó en la reglamentación vigente.

Craig Martin, jefe del Departamento de Especies Acuáticas Invasoras de la USFWS, afirmó que la organización actualmente está revisando tanto “comentarios de pares y del público” para pasar del decreto provisional, que entró en vigencia en 2016, a un decreto definitivo. Añade que el “decreto provisional no tiene cláusula de extinción”. En otras palabras, en este momento la prohibición sobre 201 especies de salamandras podría ser indefinida.

Cuando se le preguntó acerca de las nuevas reglamentaciones y el debate, Petco, la segunda tienda de mascotas más grande de Estados Unidos, aseguró que no venden salamandras ni tritones. Sin embargo, sí venden varias especies de ranas, incluidas la rana oriental de vientre de fuego (Bombina orientalis), que pertenece al mismo género que los sapos de vientre de fuego portadores de Bsal en Alemania.

“Los efectos del Bsal para nuestros criadores son una preocupación y nuestros criadores han hecho pruebas para asegurarse de no ser perjudicados”, explicó Jonathan Williamson, vicepresidente de cuidado y educación animal de Petco.

Sapos orientales de vientre de fuego (Bombina orientalis) se venden comúnmente en los Estados Unidos. Imagen de Chris Paul vía Wikimedia Commons (CC BY 2.0).

Cuando se le preguntó directamente si eso significaba que hacían pruebas de Bsal y Bd a cada rana, Williamson evitó responder de manera directa, pero dijo: “Las prioridades principales de Petco son siempre la salud y el bienestar de los animales. Tenemos lo que creemos son los estándares más fuertes de la industria para la salud y el bienestar de los animales. Exigimos a cada vendedor de animales vivos de Petco que pasen por un proceso riguroso de certificación y cada vendedor sigue medidas de bioseguridad estrictas”.

Comercio limpio

En lo que los científicos y los aficionados parecen estar de acuerdo es que el mejor paso a seguir sería establecer a la brevedad un llamado “comercio limpio”. Lo que eso significa es que a cada uno de los anfibios (salamandra o rana) se le harán pruebas antes de permitir su ingreso a los Estados Unidos. Si se descubre que el animal está infectado recibirá tratamiento. Tanto Harris como Yap sostienen que un comercio limpio sería la solución óptima.

Esto puede sonar oneroso, pero Europa ya ha implementado uno. A cada animal que llega al continente ahora se le hacen pruebas a través de PCR, una prueba molecular que utiliza muestras de piel. Otros, dependiendo de la cantidad que ingrese, son tratados simplemente exponiendo a los anfibios a 25 grados Celsius (77 grados Fahrenheit) durante diez días, lo que elimina las esporas fúngicas.

“Los europeos están mucho más adelantados que nosotros en el hobby de reptiles y anfibios exóticos, así que no es sorpresa que ya hayan resuelto esto”, explicó Schatzl.

Likins de PIJAC dice que “hacer pruebas de enfermedades de alto riesgo a especies de alto riesgo tiene sentido; hacer pruebas de todo a todo, no”. También señala que muchos anfibios de los Estados Unidos se crían de manera doméstica.

Schatzel está de acuerdo. “Las poblaciones reproductoras complementarias de estos animales son la única seguridad contra la extinción en un mundo en el que el dinero triunfa sobre la vida silvestre”, aseguró.

A una salamandra de piel rugosa (Taricha granulosa) en Oregon se le toman muestras para determinar si tiene Bsal. Foto cortesía del Servicio Geológico de los Estados Unidos.

An Martel, investigadora de la Universidad de Gante especialista en Bsal, afirma que incluso Europa debería tomar más medidas y hacer pruebas a todas las poblaciones en cautiverio del continente, sin importar cuándo llegaron.

“La mejor manera de evitar que la enfermedad de una mascota afecte a poblaciones silvestres es asegurar que las mascotas no sean liberadas en la naturaleza”, explica Likins quien señala que su organización tiene un proyecto llamado Habitude que ayuda a encontrar la mejor mascota para cada estilo de vida, con la esperanza de que disminuya la posibilidad de que las personas liberen a sus mascotas en la naturaleza.

La Asociación Herpetológica de Minnesota, como muchos grupos herpetológicos, es un “recurso” para cualquier reptil o anfibio no deseado, de acuerdo con Smith.

Por supuesto, es imposible asegurarse de que cada dueño haga lo correcto. E incluso si lo fuera, si las cosas salen mal, las mascotas se escapan. Incluso tirar afuera agua del terrario de una salamandra o rana puede ser peligroso porque esa agua puede tener esporas de Bsal.

Lo que es más, ni siquiera las mejores leyes de comercio pueden garantizar seguridad completa contra el Bsal. El comercio ilegal sigue siendo una “preocupación”, asegura Reid Harris. El comercio ilegal o desregulado de mascotas representa un problema y una amenaza serios para muchas especies, según una investigación.

“La educación […] debería ayudar a reducir el comercio ilegal porque nadie interesado en tener salamandras y ranas como mascotas quiere ser el que traiga el Bsal y cause un apocalipsis a las salamandras”, indicó Harris.

Si Bsal llega al país, según Harris el Grupo de Tareas para el Bsal de Estados Unidos ha establecido un rapid response plan to “give us a chance to contain the spread.”

¿Pero?

“Evitar que el Bsal llegue a Norteamérica sería la mejor solución”.

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Imagen de portada: Una salamandra de Shenandoah (Plethodon shenandoah), una especie de Estados Unidos que los investigadores creen que es vulnerable a la infección del Bsal. Imagen de Brian Gratwicke vía Wikimedia Commons (CC BY 2.0).

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