Otros insectos

El programa Sakondry es parte de los esfuerzos más amplios para impulsar la entomofagia en Madagascar para reducir la malnutrición y proteger la biodiversidad. En Antananarivo, la capital de Madagascar, Valala Farms ha estado vendiendo su polvo de grillos desde 2018 a organizaciones humanitarias que ofrecen comidas gratuitas en las escuelas de la capital y ayuda para la hambruna en el sur del país. La granja tiene alrededor de un millón de grillos en todo momento y produce aproximadamente 60 kilogramos de polvo por semana, en una instalación de solo 100 metros cuadrados.

Si parece que esto deja una huella ecológica pequeña, es porque así es: libra por libra, los insectos necesitan menos tierra, menos agua y menos alimento que otros animales (ver el gráfico). También producen menos gases de efecto invernadero.

Brian Fisher, entomólogo de la Academia de Ciencias de California y uno de los fundadores de Valala Farms, afirmó que aunque el polvo de grillo de la granja en definitiva satisfará a un mercado predominantemente urbano, el elemento comunitario es fundamental para su funcionamiento. “Necesitas el desayuno antes que la conservación”, explicó. “Queremos ofrecer herramientas para las actividades de conservación […] Estamos pensando en la repetibilidad para las personas locales, en las iniciativas comunitarias como Sakondry. Quizás podrían criar grillos para que nosotros los procesemos para su propio consumo. Es una historia mucho más poderosa si podemos involucrar a las personas del lugar”.

A cricket cage in Valala Farms. The Antananarivo-based group produces cricket powder as a “green” source of protein and nutrients. Image by Emilie Filou for Mongabay.
Una jaula de grillos en Valala Farms. El grupo con sede en Antananarivo produce polvo de grillo como una fuente de proteínas y nutrientes respetuosa del ambiente. Imagen de Emilie Filou para Mongabay.

De vuelta en los campos ondulantes de Ambodifohara, Razafindrapaoly, quien es el gerente de proyectos de Borgerson, está buscando sakondry con la cabeza metida en su tsidimy (“nunca cinco” en Malagasy, porque solo puedes encontrar cuatro o seis frijoles en la vaina). Estos “campos salvajes” actualmente producen alrededor de una taza de insectos por hogar cada varios días, pero Borgerson entiende que esto puede aumentar de manera significativa una vez que las plantas crezcan y puedan modificar el sistema de cría.

Razafindrapaoly recolecta a los más jóvenes (los que mejor sabor tienen, dice), que están cubiertos con un penacho de aspecto raro de polvo blanco. Una vez en su hogar, quita el polvo con agua, les aprieta la cabeza para matarlos y luego los exprime en una sartén con un poco de agua y sal. “Puedes comerlos con salsa, fritos, con hojas o arroz, pero esta es la mejor manera”, explica. Para los paladares occidentales, el sakondry tiene gusto a tocino o cacahuates.

Prácticamente todos los hogares de la aldea participan en el programa. Lorien indicó que le gustaba la idea de plantar tsidimy para atraer a los sakondry. “Son alimentos creciendo sobre alimentos”, afirmó.

Be Denis, un vecino, explicó que aunque ha comido sakondry antes, siempre ha sido bastante oportunista. “No es como la pesca, en donde piensas ‘el mar está calmo, salgamos’”, explicó. “Pero la tsidimy se parecerá un poco [a la pesca] porque vas a recolectar frijoles y buscas insectos al mismo tiempo”.

Be Denis with his chicken in front of a large tsidimy plant. Image by Emilie Filou for Mongabay.
Be Denis con su gallina frente a una planta grande de tsidimy. Imagen de Emilie Filou para Mongabay.

El objetivo de Borgerson es crear un sistema que sea productivo, pero que no necesite mucho dinero o control. “Nos gustaría elaborar un manual de usuario pictográfico, quizás en la lengua local, que incluya todo: desde las mejores prácticas a soluciones de problemas”, aseguró.

Una nueva vacuna para gallinas

Ambodifohara también es el lugar de pruebas para otra iniciativa de conservación y nutrición: una nueva vacuna para pollos contra la enfermedad de Newcastle, un virus que diezma las gallinas. La vacuna es la creación de la organización de investigación creada por Golden, Investigación de Salud y Ambiente de Madagascar (Madagascar Health and Environmental Research, Mahery).

Golden, como Borgerson, ha estado trabajando en la intersección de salud humana y el ambiente en el noreste de Madagascar desde 2004. Durante el transcurso de su investigación en el Parque Natural de Makira, otra área protegida del noreste de Madagascar, Golden descubrió que la vida salvaje se cazaba en gran medida, el 16 por ciento de la población caza murciélagos, el 23 por ciento caza jabalíes salvajes, el 40 por ciento caza carnívoros endémicos, como mangostas, el 49 por ciento caza lémures y el 91 por ciento caza tenrecs, pequeños mamíferos parecidos a las musarañas o a los erizos. Golden también realiza estudios de preferencia de gustos y descubrió que aunque la carne de animales salvajes obtuvo un alto porcentaje, el alimento favorito de la gente de hecho era el pollo.

BeNoel Razafindrapaoly feeds his chickens. Image by Emilie Filou for Mongabay.
BeNoel Razafindrapaoly alimenta a sus gallinas. Imagen de Emilie Filou para Mongabay.

Incluso así debido a la presencia de una cepa virulenta de la enfermedad de Newcastle, las gallinas no estaban disponibles de manera fácil. Existe una vacuna, pero requiere una cadena de frío y un técnico veterinario capacitado para inyectarla, dos grandes obstáculos para su uso en áreas alejadas como Masoala o Makira. Mahery, junto con el Instituto de Vacunas Veterinarias de Malagasy y veterinarios de Estados Unidos y Australia, elaboraron, por lo tanto, una vacuna diseñada para las realidades de la zona rural de Madagascar. La nueva vacuna, llamada I-2, es termoestable y se administra como una gota para los ojos.

“Termoestable no significa que se pueda almacenar en un camión caliente durante días, pero definitivamente es mejor que la otra”, explicó Golden. Su gran ventaja es que las gotas para los ojos pueden ser administradas por vacunadores de la comunidad, básicamente personas del lugar capacitadas en el procedimiento. “Significa un gran cambio cuando hay alrededor de solo 100 veterinarios en todo Madagascar”, afirmó Golden. A diferencia de su competidora, la I-2 ofrece la posibilidad de la inmunidad de todo el grupo, lo que significa que si un porcentaje lo bastante alto de animales están vacunados, incluso los que no estén vacunados están protegidos.

Mahery ha estado vacunando pollos en ocho lugares de pruebas desde 2016. Razafindrapaoly es un vacunador experto del programa: vacuna y también capacita a los vacunadores de la comunidad. Explicó que aunque algunas familias al principio no querían vacunar a sus aves, pronto cambiaron de idea cuando vieron que los pollos inmunizados no morían por la enfermedad.

Su única preocupación es el precio. Durante el estudio, la vacuna se vendía a solo 100 ariarys (3 centavos de dólar) por pollo, pero su precio real es probablemente 600 o 900 ariarys (de 16 a 25 centavos). Como las familias tienen un promedio de 15 pollos y la necesidad de vacunar cada cuatro meses, asciende de manera rápida. “Los ingresos son bajos en este lugar; si el precio aumenta, quizás menos familias vacunarán o no vacunarán a todos sus pollos”, dijo Razafindrapaoly.

Lorien with one of his chickens. Image by Emilie Filou for Mongabay.
Lorien con una de sus gallinas. Imagen de Emilie Filou para Mongabay.

Golden explicó que una de las maneras en que están tratando de mitigar eso es integrar la vacuna en un programa más grande de cría de pollos que dará a la gente un mayor entendimiento de cómo criar de la mejor manera a sus animales.

No obstante, los residentes de Ambodifohara no están preocupados. “Novecientos ariarys no son nada comparados con perder un pollo” cuando un ave completamente desarrollada se vende a alrededor de 20 000 o 25 000 ariarys ($5,50 a $7), aseguró Lorien, quien perdió 10 gallinas debido a la enfermedad de Newcastle hace unos años. Be Denis estuvo de acuerdo, e incluso llegó a decir que “puede que las personas se olviden de comer sakondry si hay muchas gallinas”.

Razafindrapaoly afirmó que piensa que ambas iniciativas son importantes: “El consumo de sakondry y pollo es paralelo porque no puedes comer pollo todos los días, necesitan tiempo para crecer”, explicó. Ambos también ofrecen flujos de generación de ingreso en los mercados locales, con la venta de huevos, frijoles e insectos.

La pregunta es si estas iniciativas tendrán efectos en el consumo de carne de animales salvajes. Es demasiado pronto para decirlo con datos empíricos para Mahery y Sakondry. Pero los aldeanos, por su parte, están convencidos. “La razón por la que la gente busca carne de animales salvajes es que no hay nada para comer: si hay mal tiempo, no puedes ir a pescar”, aseguró Razafindrapaoly. “Pero si hay sakondry y frijoles, está todo bien y no necesitas ir al bosque”.

Lorien está de acuerdo. “Las gente come lémur para ponerlo encima del arroz; si hubiera bastante carne a partir del sakondry, pollo y pescado, no necesitarían consumir lémur”, indicó Lorien. “Comer lémur es señal de pobreza”.

Cooking sakondry, an insect scientists are promoting as a way to improve nutrition and reduce the pressure to hunt lemurs and other wildlife for food. Image by Emilie Filou for Mongabay.
Sakondry, un insecto que los científicos fomentan como manera de mejorar la nutrición y reducir la presión para cazar lémures y otros animales salvajes como alimento. Imagen de Emilie Filou para Mongabay.

*Imagen principal: Sakondry, listos para comer. Foto: de Brian Fisher.

Emilie Filou es una periodista autónoma que se especializa en problemáticas comerciales y de desarrollo en África. Tuitea en @EmilieFilou.

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Referencias:

Borgerson, C. et al (2017). Links between food insecurity and the unsustainable hunting of wildlife in a UNESCO world heritage site in Madagascar. The Lancet, 389(2), S3.

Golden, C. D. et al (2011). Benefits of wildlife consumption to child nutrition in a biodiversity hotspot. Proceedings of the National Academy of Sciences, 108(49), 19653-19656.

Golden, C. D., and Comaroff, J. (2015). The human health and conservation relevance of food taboos in northeastern Madagascar. Ecology and Society, 20(2), 42.

Artículo original: https://news.mongabay.com/2019/07/eat-the-insects-spare-the-lemurs/

Artículo publicado por Maria Salazar
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