- La acción se produjo para protestar porque consideran que las autoridades no han cumplido con acuerdos alcanzados en el 2014.
- Los u´wa exigen la salida de Ecopetrol de sus tierras ancestrales.
- La empresa ha hecho un llamado al diálogo para alcanzar una solución pacífica ante el problema.
- Este miércoles se llevará a cabo una reunión entre líderes indígenas y un grupo de autoridades para intentar poner fin al conflicto.
La madrugada del miércoles 20 de julio, alrededor de 300 indígenas u’wa tomaron la planta de gas de Gibraltar, ubicada en Toledo (en el departamento colombiano de Norte de Santander). Los trabajadores dejaron la planta horas después del ingreso de los u’wa.
La protesta se inició el 30 de mayo con el bloqueo del ingreso a la planta por parte de un grupo de miembros de la comunidad. Ellos manifiestan su disconformidad con la presencia de Ecopetrol en sus tierras ancestrales y con el hecho de que el Gobierno colombiano haya incumplido los acuerdos relacionados con sus derechos territoriales alcanzados en el 2014, en medio de la movilización de los u’wa en rechazo a la exploración del Pozo Magallanes.
Los u’wa habitan en los departamentos colombianos de Boyacá, Santander, Norte de Santander, Casanare y Arauca.
“El pueblo de la nación u’wa ha presentado históricamente un proceso de resistencia a los proyectos de extracción de recursos naturales en su territorio ancestral aprobados por el Estado sin el consentimiento previo libre e informado del propio pueblo”, explica a Mongabay Latam Fernando Vargas Valencia, miembro del equipo jurídico de la Asociación de Autoridades Tradicionales y Cabildos Uwa (Asou’wa).
Expertos consultados coinciden en que la oposición tiene que ver también con sus creencias. Extraer componentes como hidrocarburos del subsuelo genera un desequilibro en la naturaleza, dice a Mongabay Latam Julio Fierro, geólogo asesor técnico de la nación u’wa. En esa línea está también Andrew Miller, Director de Incidencia de Amazon Watch, quien recuerda que la preocupación y oposición a la actividad extractiva en ese territorio “lleva muchos años y el discurso no ha cambiado”.
Acuerdos pendientes
Uno de los reclamos gira en torno a lo que se conoce como los resguardos, lo que según Julio Fierro son las tierras colectivas de grupos étnicos de carácter inalienable, imprescriptible e inembargable.
Los indígenas exigen el saneamiento total del Resguardo Unido U’wa, formalmente reconocido y titulado por el Gobierno colombiano. Esto implica “la ampliación territorial y el reajuste de los linderos para garantizar la supervivencia física y cultural del pueblo U´wa en relación con los recursos naturales y con títulos coloniales que reconocen una extensión mayor”, dice Vargas Valencia.
La constitución de dos resguardos adicionales es también un tema pendiente. Hay avances en uno de ellos, pero no hay por el momento ninguna iniciativa para el tercero, añade.
Otro elemento del reclamo es un resarcimiento social, ambiental y cultural en relación con los proyectos de exploración y explotación de recursos naturales que el Gobierno colombiano “de manera inconsulta y sin respetar el consentimiento previo, aprobó en territorio ancestral y de resguardo de los u’wa”, sostiene Vargas Valencia.
También solicitan que se entierre el oleoducto Caño Limón Coveñas en el punto que coincide con su territorio ancestral. “El hecho de que esté a la intemperie genera riesgos de atentados por parte de grupos armados”, manifiesta Vargas Valencia, y remarca que también hay un riesgo ambiental por potenciales averías y derrames. En el 2014 ya hubo un atentado con bomba por parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
“Su última exigencia es el cierre de la planta de gas de Gibraltar, que siempre ha sido un punto de conflicto para los U’wa, empezando con la construcción de la misma planta hace años”, añade Andrew Miller.
Canales de diálogo
Indígenas u’wa han advertido de la presencia de personal del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) para un potencial desalojo y han mostrado su preocupación ante ello, pero Ecopetrol ha comunicado que esa información es falsa, según el diario colombiano El Tiempo.
Para Miller, “un desalojo violento sería un desastre y una muy mala señal pensando en todo el proceso de paz en Colombia en cuanto la voluntad del Gobierno de solucionar los tantos conflictos sociales por todo el país”. Los miembros de la comunidad recuerdan cómo el desalojo ante una protesta ocurrida hace ya más de 15 años dejó dos niños muertos por ahogo en el río, además de numerosos heridos.
“El primer paso para la solución del problema es retomar el diálogo basado en el respeto y reconocimiento de los derechos de la nación u´wa, pero además es fundamental que el Estado adopte medidas concretas y eficaces que garanticen los derechos de esa comunidad”, dice a Mongabay Juliana Bravo Valencia, Coordinadora de Programas en EarthRights International.
A través de un comunicado publicado en su página web el 25 de julio, Ecopetrol “reitera su disposición para mantener los canales de comunicación y brindar toda su colaboración para alcanzar una solución pacífica y pronta a las peticiones de la comunidad indígena dirigidas al Gobierno Nacional”.
La compañía ha pedido a los indígenas que salgan de las instalaciones para evitar accidentes y que dejen entrar al personal para asegurar la planta.
Este miércoles se llevará a cabo una reunión entre líderes u’wa y autoridades colombianas para buscar los acuerdos que permitan poner fin al problema.