- Son 114 especies de vertebrados terrestres con algún grado de amenaza que son protegidas por las áreas naturales protegidas (ANP) del Estado y 33 por las áreas protegidas privadas/comunales.
- Bruno Monteferri de Conservamos por Naturaleza señala que el Estado debería brindarle beneficios tributarios, financieros y de seguridad a las iniciativas de conservación privadas.
Un nuevo estudio científico compara a las áreas protegidas por el Estado con las áreas protegidas comunales y privadas, en relación al grado de alcance que tienen estos espacios para asegurar la conservación de especies de vertebrados terrestres amenazados. Los investigadores utilizaron datos ya existentes sobre la distribución de estas especies en Perú y sobre su presencia en ambos grupos de áreas protegidas.
La investigación utilizó dos factores para medir el nivel de conservación entre las áreas naturales protegidas por el Estado (ANPs) y las privadas y comunales: la protección de especies de vertebrados terrestres, con un énfasis en las que sufren algún nivel de amenaza, y su nivel de distribución entre las 17 ecorregiones que tiene el Perú.
Uno de los principales hallazgos de este grupo de científicos y conservacionistas del Perú y el Reino Unido es que las áreas naturales protegidas estatales cubren 217 879 km2 de hábitats de los vertebrados terrestres amenazados, mientras que las áreas protegidas privadas y comunales 16 588 km2. Además, que las áreas protegidas, en general, “han sido un pilar de la conservación durante décadas y son, sin duda, la estrategia de conservación más eficaz para la protección de las especies”, se detalla en el estudio publicado en el Journal of Environmental Management.
Mongabay Latam conversó con uno de los autores de la investigación, Bruno Monteferri, quien también es director de Conservamos por Naturaleza, un programa que incentiva la conservación ambiental privada de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA). Monteferri explicó en qué se diferencian las ANP del Estado de las de carácter privado y comunal. “Las privadas/comunales se basan en la voluntad de ciudadanos para conservar. Así como tú o yo. Ellos las administran. Por otro lado, las estatales tienen un aparato especial que las hace funcionar que es el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp)”.
En la investigación se especifica que se utilizaron datos disponibles y de acceso público para evaluar la cobertura de las distribuciones de 486 especies de vertebrados terrestres, aunque por falta de información de distribución geográfica tuvieron que reducir la muestra a 462. Esto incluyó 247 anfibios, 102 aves, 86 mamíferos y 27 reptiles que figuran en una de las categorías de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). También se sumó al análisis información sobre la cobertura de ecorregiones por las áreas protegidas estatales, así como por las privadas y comunales.
Los investigadores no consideraron analizar a las Reservas Comunales dentro de la categoría privada/comunal porque son iniciativas financiadas por el Estado. Tampoco se consideró a los Cotos de Caza porque tienen como fin la caza de especies y no su conservación.
Especies terrestres y en amenaza
Respecto a las 462 especies amenazadas de vertebrados terrestres entre anfibios, aves, mamíferos y reptiles, el 75% de estas tiene una distribución en al menos un área natural protegida. Además, sólo el 53% de las especies terrestres tiene el 10% de sus distribuciones dentro de un área protegida. A nivel mundial también ocurre que la población de una especie terrestre no siempre es protegida en su totalidad por una ANP. “Solo el 15% de las especies vertebradas amenazadas están adecuadamente protegidas por ANP a nivel mundial”, se advierte.
Si queremos clasificar la cifra de especies de vertebrados terrestres amenazadas de manera exclusiva entre los dos diferentes tipos de ANP encontramos lo siguiente: 118 especies fueron halladas en áreas naturales protegidas estatales y 29 en las comunales y privadas.
En relación a las especies terrestres amenazadas, de las 462 especies estudiadas, 177 tienen algún grado de amenaza según la UICN. En las áreas naturales protegidas por el Estado se registraron 10 especies En Peligro Crítico, 22 En Peligro de extinción, 24 en condición Vulnerable y 58 en la categoría de Datos Deficientes. 114 en total.
Mientras que en las áreas protegidas comunales y privadas se identificaron 1 especie en Peligro Crítico, 7 En Peligro de extinción, 4 en estado Vulnerable y 21 especies en la categoría de Datos Deficientes. 33 en total.
Las ecorregiones
En el caso de las ecorregiones, todo el sistema de áreas naturales protegidas, entre estatales y privadas/comunales, alberga a las 17 ecorregiones reconocidas en el territorio peruano. Una ecorregión es un área geográfica que posee una determinada condición en clima, suelos, hidrología, flora y fauna determinados, en estrecha interdependencia, de acuerdo a la información de la investigación.
Las áreas protegidas estatales incluyen la cobertura de 16 ecorregiones terrestres, mientras que las áreas protegidas privadas y comunales 13. De maneras exclusiva la ecorregión terrestre del bosque seco del río Marañón sólo está protegida por las áreas privadas/comunales, mientras que cuatro ecorregiones sólo están cubiertas por el sistema de áreas estatales.
Dos formas de conservar
La diferencia de cifras entre las ANP de carácter estatal y las privadas/comunales es evidente respecto a la protección en cifras de especies terrestres y amenazadas, además de su cobertura en ecorregiones. Sin embargo, esto se explica, según la investigación, por el nivel de desarrollo temporal de las ANP estatales que comenzaron en 1961 con la creación del Parque Nacional de Cutervo en la región de Cajamarca, mientras que la primera Área de Conservación Privada fue Chaparrí en el 2001, en la región de Lambayeque.
Monteferri resalta la importancia de las áreas de conservación privada porque cubren una necesidad de conservación de aquellos ecosistemas peruanos que el Estado no ha llegado a proteger. “Esto sucede con especial recurrencia en la zona alta tropical donde existe mucha propiedad privada de habitantes locales y existe dificultad de crear grandes áreas protegidas por el Estado, porque los pobladores no están, posiblemente, a favor que se le restrinja su derecho a la propiedad”, enfatizó.
El director de Conservamos por Naturaleza mencionó algunos casos emblemáticos que permitieron la recuperación de especies amenazadas dentro de áreas de conservación privadas y comunales. Así sucedió con la ACP Berlín en la región de Amazonas, donde hace 20 años no se veía un mono choro de cola amarilla, pero que gracias a la creación de la ACP y el trabajo de concientización con los vecinos, para frenar la caza de este primate, se logró volver a observar a esta especie en el 2016.
Otro caso de éxito es el de la primera ACP Chaparrí, donde se volvió a recuperar una especie que se creía extinta, la pava aliblanca. Sin embargo, hoy esta ACP es amenazada por invasiones ilegales que ponen en riesgo el patrimonio natural que resguarda. “Si bien sabemos que la administración de una ACP es privada, es propiedad privada, el bien que se conserva es público, su patrimonio natural es de todos los peruanos”, manifestó Monteferri.
Entre los beneficios que solicita Monteferri para las iniciativas privado/comunales están la facilitación de técnicos que ayuden a elaborar la zonificación de las ACPs; beneficios tributarios como la exoneración del pago del impuesto predial; y beneficios crediticios de la banca privada a iniciativas que tengan como fin la conservación, entre otros. “También se podría incluir a estos proyectos en el marco del programa de Obras por impuestos porque todo lo que se conserva es en beneficio de todo el Perú. Y, por supuesto, una atención de seguridad inmediata porque siempre son amenazados por invasiones o actividades ilegales como en el caso de Chaparri”, finalizó el abogado ambiental.
Portada: Parque Nacional de Sierra del Divisor/Sernanp.