- De 1 a 4 años de prisión fueron sentenciados los tripulantes del carguero chino que fue capturado la noche del 13 de agosto dentro de la reserva marina de Galápagos.
- Además deberán pagar una indemnización de 5,9 millones de dólares. Tras un peritaje realizado a la carga, se determinaron daños a la naturaleza por 36 mil millones de dólares.
Activistas, habitantes insulares y autoridades del Parque Nacional Galápagos (PNG) se abrazaban. Así festejaban la sentencia que dictó ayer la jueza Alexandra Arroyo en contra de los 20 tripulantes del barco carguero chino que fue capturado dentro de la reserva marina de Galápagos la noche del 13 de agosto pasado.
La jueza Alexandra Arroyo impuso una pena de prisión de 4 años al capitán del navío Fu Yuan Yu Leng 999, 3 años de cárcel para 3 ayudantes y 1 año al resto de ciudadanos asiáticos. La magistrada, además, ordenó que los procesados paguen una indemnización a las Islas Encantadas (como también se conoce a Galápagos) de 5,9 millones de dólares. Y, finalmente, Arroyo dispuso que el buque incautado pase a su depositario final, el Parque Nacional Galápagos.
La audiencia de juzgamiento se instaló el viernes anterior en la Unidad Multicompetente de San Cristóbal y finalizó ayer luego de que la Fiscalía sustentara su acusación, en base a peritajes realizados a la embarcación. En uno de estos peritajes se analizó la carga que llevaba el barco. Se confirmó la información preliminar que generó un malestar en la comunidad científica internacional, en organizaciones pro derechos de la naturaleza, en la sociedad civil en general y en autoridades de Ecuador, estado que presentó una protesta formal a la nación oriental.
El fiscal de San Cristóbal, Christian Fárez, quien estuvo a cargo de la investigación, indicó a Mongabay Latam que el barco capturado es un carguero, que tenía la función de recolectar la pesca de otras naves que faenan en zonas del Pacífico. Y que el daño a la naturaleza se ha calculado en 36 mil millones de dólares.
La embarcación, de unos 98 metros de longitud y de 16 metros de ancho, tenía en su interior más de 6600 individuos de varias especies de tiburones.
Precisamente, el viernes pasado, la titular del Consejo de Gobierno del Régimen Especial de Galápagos, Lorena Tapia, anunció que se demandará a la empresa propietaria de la nave por este perjuicio al ecosistema.
Entre los miles de individuos que estaban congelados había tiburones Zorro de anteojos o Zorro ojón (Alopias superciliosus), Mako (Isurus oxyrinchus), Silky (Carcharhinus falciformis) y Martillo (Sphyrna lewini). Estas últimas especies figuran en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). La Sphyrna lewini se encuentra incluida en el Apéndice II de la Convención sobre las Especies Migratorias (CMS) y la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Protegidas (CITES).
“Encontramos también bastantes neonatos, es decir, tiburones bebé, y aletas de tiburón, mutiladas y puestas en sacos de yute”, especificó el operador de justicia.
El fiscal le dijo el viernes pasado a Mongabay Latam que no se ha determinado si los peces cartilaginosos fueron atrapados dentro de los 138 000 kilómetros cuadrados de la Reserva Marina Galápagos. Esto debido a que estas especies tienen procesos migratorios.
Sin embargo, el funcionario sí ahondó en otros detalles, como el tiempo en que estuvo el Fu Yuan Yu Leng 999 dentro del área protegida. Un aproximado de 21 horas permaneció el carguero en aguas restringidas: “Básicamente del 12 al 13 de agosto estuvo dentro de la reserva marina de Galápagos”.
Cuando se capturó la embarcación, se detuvo a 20 tripulantes del país asiático, y la Fiscalía les formuló cargos, basada en el artículo 247 del Código Orgánico Integral Penal (COIP). A los extranjeros detenidos se les aplicó un procedimiento directo.
Fárez explicó que “el espíritu de la norma es proteger que (no) se haga abastecimiento con embarcaciones pequeñas dentro de la reserva marina”. Añadió que esto “es más o menos como la droga”, que el transporte debe de ser sancionado “porque tiene un fin anterior y posterior” para la actividad pesquera ilegal.
Esta normativa sanciona con prisión a la persona que cace, pesque, capture, recolecte, extraiga, tenga, transporte, trafique, se beneficie, permute o comercialice especímenes o sus partes, de especies amenazadas.
Recorrido del Fu Yuan Yu Leng 999
De forma general, el fiscal Christian Fárez contó a Mongabay Latam que el barco aprehendido en aguas de la reserva ecológica Galápagos provino de aguas de Perú y que avanzó hasta una zona al norte de las Islas Encantadas. Luego la embarcación ingresó al área protegida. Entró por el noroccidente del archipiélago y avanzó por una buena parte de la reserva hasta que fue intervenida cerca de la Isla de San Cristóbal, después de 21 horas.
Uniformados de la Armada capturaron la embarcación e inspeccionaron su interior. Cuando se adentraron en los pasadizos del navío se sorprendieron por la cantidad de ejemplares que estaban congelados en unas bodegas. El carguero transportaba unas 300 toneladas de pesca. Entre los montículos eran notorias las cabezas, de forma particular, de los tiburones martillo. Los agentes detuvieron a la tripulación que se acogió al derecho del silencio.
El fiscal Fárez comunicó que no han recibido respuesta de la Embajada China sobre un pedido de información para identificar a la compañía a la que pertenece el Fu Yuan Yu Leng 999.
Horas después de la captura del carguero chino, la Armada informó sobre la presencia de cientos de barcos pesqueros de esta nacionalidad que estaban en un punto del corredor marino internacional, que está situado entre las 200 millas marinas del Ecuador Continental y otras 200 millas del Ecuador Insular (dentro de estas 200 millas constan las 40 millas de la reserva ecológica, luego de las 40 millas inicia la Zona Económica Exclusiva).
La institución que resguarda el espacio marítimo mostró imágenes del monitoreo de una flota de bandera china, el 17 de agosto pasado. El jefe del Comando de Operaciones Navales, Carlos Zumárraga, informó, en una rueda de prensa, que tenían ubicados a unos 300 barcos de este país asiático, pero que en ese momento solo eran visibles para los sistemas de monitoreo 197 embarcaciones. La magnitud de su presencia fue comparada con la superficie de la provincia del Guayas, que tiene más de 15 mil kilómetros cuadrados.
El oficial reconoció que la Marina no tiene los recursos logísticos suficientes para precautelar, de forma permanente, que esta flota pesquera se mantenga fuera de aguas nacionales, tanto del Ecuador Continental como de la Zona Económica Exclusiva (ZEE).
Las flotas pesqueras chinas
Las aguas del Pacífico sur están bajo la mira de flotas chinas y de otras naciones, sobre todo, en esta última década.
Milko Schvartzman, especialista en conservación marina, conoce muy bien cómo operan los barcos pesqueros de esta nacionalidad.
Estas naves, que pertenecen a armadores (persona natural o jurídica que posee el dominio del navío) de barcos distintos, pero del mismo país, faenan de forma conjunta. Explicó a Mongabay Latam que estas flotas están compuestas por varios tipos de barcos, que están acondicionados con artes de pesca para capturar especies determinadas, como el atún o el calamar. Sin embargo, otro tipo de animales casi siempre quedan atrapados. Esto sucede con el arte de pesca conocido como palangre o long line, que consiste en largas líneas que se lanzan al agua, de estas líneas se desprenden cientos de anzuelos.
También hay cargueros refrigerados, de grandes dimensiones, conocidos en la jerga de pesca a gran escala como reefers, nombre que se deriva de la palabra anglosajona refrigerated, que en español significa refrigerado.
Los reefers se encargan de acopiar la pesca de los navíos que rondan las aguas territoriales de Argentina, Uruguay, Perú, Ecuador, Colombia, Brasil, entre otras naciones, señaló el experto.
“La principal flota (pesquera) de aguas distantes es la de China que tiene miles de barcos y que operan en diversas regiones del mundo, muy alejadas de China, más que nada en el hemisferio sur, y se basan principalmente en las costas de Sudamérica, en las costas de África, y cerca de algunos países de Asia”, apuntó Schvartzman, quien colaboró con la organización Greenpeace, en Latinoamérica, por más de 10 años.
Estas flotas llegan a costas de países sudamericanos por su riqueza biológica, indicó el conservacionista: “Por eso la flota china suele operar al borde de la milla 200, al borde de la Zona Económica Exclusiva de los países. Y cuando detectan que no hay ni un barco de la marina del país controlando, ingresan ilegalmente a la Zona Económica Exclusiva de los países. Violando su soberanía y explotando los recursos de los estados, usando combustible y equipos subsidiados por el Gobierno chino”.
Más de una maniobra usan los barcos chinos para evadir el monitoreo que ejecutan las armadas de los países donde ingresan ilegalmente, sostuvo el conservacionista argentino. Una de estas artimañas es la de apagar la antena satelital de la nave para que no sea ubicada y así poder ingresar a aguas bajo la soberanía de un país.
“O apagan el transpondedor o no lo tienen, o está hackeado, que envía una señal falsa. Y de esto hay muchos casos que se han verificado de barcos que estaban operando en el Atlántico y parecía que operaban en el Pacífico”, refirió el activista.
Una vez que las embarcaciones están llenas de peces entregan en determinados puntos de altamar la pesca a los reefers. Estos a su vez los abastecen de provisiones: agua, comida y combustible, agregó. Cuando termina el traspaso de la mercancía, los reefers viajan hasta puertos de países sudamericanos donde cargan la pesca en contenedores, aseguró el ecologista. Pesca que, incluso, ya está vendida.
“Muchas veces lo que hacen es que el buque carguero cuando llega a puerto declara que la pesca ha sido capturada por determinado barco, en determinado lugar, (datos) que son imposibles de corroborar porque no hay un inspector en estos barcos (…)”, dijo el especialista, en relación a un estudio de la organización Global Fishing Watch (GFW) sobre el análisis de visitas de reefers, vinculados a pesca de dudosa procedencia, a puertos del mundo.
Claves para entender la pesca ilegal en altamar
Oceana, otra organización no gubernamental que impulsa la protección de los mares, publicó a inicios de este año un informe, con la ayuda de la tecnología de GFW, en el que se detalla varios ‘puntos calientes’ en los océanos donde se han detectado recurrentes transbordos de pesca. Una actividad cuestionada por la comunidad científica y pro fauna marina porque, se asegura, que esta práctica facilita el ‘blanqueamiento’ de ejemplares de especies protegidas. Es decir, los especímenes en situación vulnerable atrapados en áreas de reserva son reportados como pesca legal, como si se tratase de capturas en aguas internacionales.
Uno de estos puntos calientes está en un sector que colinda con la Zona Económica Exclusiva de Perú. Justamente el Fu Yuan Yu Leng 999, capturado en las Islas Galápagos, provino de aguas del sur, según informó la Fiscalía. Esta misma embarcación de carga, de matrícula 412440493, consta en los registros del monitoreo que hicieron GFW y SkyTruth, que evidencian el acercamiento del navío refrigerado a buques pesqueros, como parte de operaciones de logística, en otras latitudes del planeta.
Mongabay Latam revisó, con la ayuda de Milko Schvartzman, bases de datos que son parte de un informe denominado The Global View of Transshipment: Revised Preliminary Findings (Una Mirada Global del Transbordo: Revisión Preliminar de Hallazgos).
En estos registros se puede constatar, por ejemplo, que el carguero chino, ahora incautado, se ancló junto al buque pesquero Lu Huang Yuan Yu 106, de la misma bandera, en aguas cercanas a Japón, el 3 de octubre de 2016, es decir, hace unos 10 meses.
En cambio, el 29 de noviembre pasado, el Fu Yuan Yu Leng 999 atracó junto a otro pesquero chino, el 8#T6S#703, en el Mar Arábigo, frente a las costas de Omán, en el suroeste de Asia. Las actividades entre las dos embarcaciones duraron casi 9 horas. Tiempo suficiente para recibir pesca y entregar provisiones.
En este informe de Global Fishing Watch y SkyTruth, publicado este mes, se analizaron más de 21 mil millones de posiciones automáticas obtenidas del sistema de identificación satelital con los que cuentan los buques de alta mar, entre el 2012 y 2017.
¿Qué significa la captura de un barco dentro de Galápagos?
Las Islas Galápagos son un manantial de vida, que reciben del fondo del mar aguas frías y ricas en nutrientes, transportadas por corrientes marinas que confluyen en esta zona del Pacífico. Esto crea el ambiente propicio para un fenómeno que se denomina afloramiento de altas concentraciones de peces. Eduardo Espinoza, biólogo de la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), explicó de esta forma cómo este archipiélago funciona como un surtidor natural de peces en el Pacífico.
Las poblaciones saludables de peces atraen a las compañías pesqueras y a flotas de banderas extranjeras hasta aguas cercanas a las reservas que gozan de abundancia biológica, como en el caso de Galápagos. En las Islas Encantadas hay más de 500 especies de peces, entre estas, más de 30 corresponden a tiburón.
“Las poblaciones de tiburones martillo y silky son de las más comunes en la reserva marina Galápagos. Sin embargo, de acuerdo a estudios que se han hecho en los últimos años, se ha visto que las tendencias de las poblaciones de tiburones martillo, por encuestas a guías, han declinado un poco”, indicó el biólogo.
Pelayo Salinas De León, ecólogo marino de la Fundación Charles Darwin y del programa Pristine Seas de National Geographic, le dijo a Mongabay Latam que las islas ecuatorianas son asediadas, de forma recurrente, por actividades de pesca ilegal, que la captura del carguero chino en la reserva no es un hecho aislado.
“Esta noticia de la incursión ilegal del barco chino ha puesto en primera plana algo que es una realidad que se conoce en el sector de conservación y de investigación (…) y esto se da en Galápagos y en todas las demás reservas a nivel mundial”, lamentó Salinas De León.
A la reserva, sostuvo el científico, ingresan sobre todo embarcaciones pequeñas que están dotadas de motores potentes y que operan con la ayuda de una nave de mayor capacidad. Esto, explicó, hace casi imperceptible esta práctica en medio de la gran masa de agua. “Es como buscar una aguja en un pajar”, dijo.
Luego de la captura del buque oriental, la Armada ecuatoriana ha confirmado que intensificarán los patrullajes. A estas labores se sumará el submarino Huancavilca, que partirá hoy desde Manta, en la provincia de Manabí, hasta las Islas Encantadas. Esta nave tiene autonomía de navegación de unos 45 días y, de ser necesario, hará el uso progresivo de la fuerza.
El valor de los tiburones para Galápagos
Los tiburones cumplen la función de un regulador de especies en los ecosistemas. Se alimentan de los animales débiles, enfermos, de los individuos de gran población, y así equilibran el entorno marino. De ahí su importancia. Sin embargo, estos peces cartilaginosos también forman parte de los atractivos turísticos del archipiélago. Así lo demuestra un estudio publicado por la Fundación Charles Darwin, con la colaboración del programa Pristine Seas de National Geographic, y de la Universidad de California, denominado: Valoración Económica del Turismo Marino y Ecotiburones en las Islas Galápagos.
“El cálculo de lo que representa un tiburón vivo está basado en que todos los años miles de turistas viajan a Galápagos con el objetivo de bucear con tiburones (…). Si tú tomas en cuenta todo ese dinero que se genera en viajes, en alquiler de la embarcación, los tanques de buceo, las comidas, si tú tomas todos esos valores y los divides entre el número medio de tiburones que tú vas a ver en una inmersión, entonces de ahí sale esa cifra de 360 000 dólares al año (por tiburón)”, explicó el ecólogo Pelayo Salinas De León sobre el estudio para determinar el valor de un espécimen en vida.
Este valor dista, de forma abismal, con los aproximadamente 200 dólares que se obtendrían por un ejemplar que es capturado para comercializar sus aletas y su carne, indicó el especialista.
En el estudio también se proyectó que durante toda su vida, un solo tiburón puede aportar alrededor de 5 millones de dólares a la economía del país.
“Si tú tomas esa cifra (360 000 dólares) y la multiplicas por la longevidad, los años que pueda vivir un tiburón, que en este caso usamos un valor bastante conservador de 15 años, porque sabemos que los tiburones viven más de 15 años, te sale que en media el valor de un tiburón vivo, a lo largo de su vida, puede llegar a representar 5,4 millones de dólares”, detalló.
El científico propuso la creación de un parque marino transnacional, que integren Ecuador, Colombia, Panamá y Costa Rica, para proteger de forma más contundente a las especies que migran entre las reservas. Citó el ejemplo del tiburón Martillo. Las hembras de esta especie salen de la reserva marina de Galápagos a áreas de manglar, en la costa sudamericana, por procesos reproductivos. En estas travesías son vulnerables a la operación de las flotas pesqueras industriales y de embarcaciones artesanales en aguas del corredor internacional y del Ecuador Continental, en ese mismo orden.
Los expertos consultados concordaron en que la captura de la embarcación china creó la coyuntura necesaria para que los países sudamericanos se sienten a dialogar sobre las estrategias para combatir la pesca ilegal y el tráfico de especies en el Pacífico sur.