- El Dolphin Day celebra a los carismáticos delfines, pero también llama la atención sobre las amenazas que enfrentan.
Los delfines son algunos de los animales más carismáticos y queridos en el mundo. Sean del mar o de agua dulce, estos mamíferos despiertan la admiración tanto a niños como a científicos. Pero también están muy amenazados, por lo que los conservacionistas buscan concientizar a las personas con iniciativas como el Dolphin Day (Día del Delfín), que se celebró el pasado 14 de abril.
En Latinoamérica, los delfines se ven amenazados en la Amazonía por el crecimiento de las poblaciones en las ciudades, que ponen estrés en el ecosistema, y las actividades como la pesca, de la que son víctimas tanto por su carne como por competir con los seres humanos. Mientras que en el océano, la prospección sísmica que aprobó el Gobierno del Perú pone en peligro el complejo sistema marino.
Por el Dolphin Day, reunimos en este post nuestros reportajes y historias sobre los delfines de Latinoamérica.
Delfines de río: indicadores biológicos de la destrucción del bosque amazónico
El colombiano Fernando Trujillo recorre desde hace 30 años las cuencas de los ríos que tributan en el Orinoco y en el Amazonas monitoreando el estado de conservación de las especies de delfines de río que habitan Sudamérica. Desde que el célebre oceanógrafo francés Jacques Cousteau le aconsejara buscar delfines en las selvas de su propio país, el biólogo ha navegado más de 27 000 kilómetros por las arterias de un territorio que empieza a colapsar y clamar por soluciones.
“En la Amazonía viven 34 millones de personas —ha dicho últimamente— de esa compacta humanidad solo tres y medio son indígenas, el resto son pobladores que tienen otros hábitos culturales, otras maneras de pensar y ocupar el territorio”.
De allí, seguramente, el desdén de los nuevos inquilinos amazónicos por los delfines de río. Y también por las nutrias, las tortugas, los caimanes, los manatíes, los bagres, los grandes habitantes de los cuerpos de agua sudamericanos y sus orillas. Lee la historia aquí.
Perú: ¿conservación marina versus actividad petrolera?
El director científico de Oceana, Juan Carlos Riveros, explica los riesgos de la prospección sísmica, una técnica que utiliza el sonido para ubicar el hidrocarburo en las rocas marinas. “Está demostrado que la sísmica impacta en la vida marina, pues genera ondas que afecta a ballenas, delfines y cardúmenes de peces. En el caso de los cetáceos, las ondas causadas por la sísmica afectan sus órganos auditivos y puedan destruirlos e, incluso, producir su muerte”.
Agrega que a diferencia de los que ocurre en tierra, donde es posible ahuyentar a los animales que habitan en la zona de exploración petrolera; en el mar no es posible hacerlo, pues las excavaciones se realizan a grandes profundidades de 300 o 400 metros y no se puede ver directamente qué está sucediendo en ese sector marino.
Aldo Pacheco, investigador del Instituto de Ciencias Naturales Alexander von Humboldt, de Chile, se refiere a la exploración sísmica como la etapa más preocupante para los cetáceos, puesto que ballenas y delfines dependen de la transmisión de sonido en el mar para llevar a cabo actividades de socialización, conformación de grupos para apareamiento y busca de presas. “Las ondas sonoras de gran magnitud perturban estos procesos. En los delfines pueden romper sus huesillos auditivos, causando la pérdida del sentido de orientación, y podría ocasionar la muerte. Las especies de delfines de superficie pueden escapar porque la onda sísmica se proyecta hacia el fondo del mar, sin embargo, especies como los Ziphios, que son de profundidad, estarían inmediatamente afectados”. Lee la historia aquí.
Colombia: el Putumayo es el río con menos delfines de la cuenca del Amazonas
Durante catorce días, los científicos vivieron en la embarcación y obtuvieron resultados que los dejaron “preocupados”, como señaló Trujillo, sobre las condiciones de los ecosistemas acuáticos presentes en el Putumayo. “Se realizaron 80 observaciones en donde se avistaron 559 delfines de río (entre grises y rosados Inia greoffrensis), un número bajo si lo comparamos con otra regiones en donde hemos encontrado más en menos recorrido”, explicó el director de la Fundación Omacha.
En las observaciones realizadas en el 2012 en el río Purús en Brasil, por ejemplo, encontraron en solo 800 kilómetros de recorrido 2500 delfines. Lee la historia aquí.
Delfines de río en peligro: víctimas de la actividad pesquera en la Amazonía peruana
El delfín de río aguarda en la fila de especies que no han sido estudiadas lo suficiente por la ciencia. Basta buscar en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) para confirmar que el estado de conservación del delfín rosado o del delfín gris se resume en dos palabras: Data Deficiente. Sin embargo, hay algunos esfuerzos recientes que han identificado que estas especies, como las del mar, están amenazadas por la pesca incidental o porque su carne es utilizada como carnada o porque se utilizan algunas de las partes del animal como amuleto.
Elizabeth Campbell y Joanna Alfaro, dos biólogas de la institución Prodelphinus, empezaron a estudiar a estas especies en Perú en el año 2010. Su trabajo de campo se situó inicialmente en Pucallpa, en la región de Ucayali —hoy han ampliado sus estudios a algunas localidades de Loreto y este año ingresarán al Marañón—, donde continúan sus investigaciones para generar información sobre la vida, costumbres y poblaciones del delfín rosado y el gris. El trabajo científico corre paralelo con una labor de educación ambiental que busca disminuir las muertes de estos cetáceos por causas humanas. Lee la historia aquí.
Ecuador: la difícil realidad del delfín nariz de botella en el Golfo de Guayaquil
Ellos y los pescadores se desplazan en el agua en busca de un mismo recurso, van detrás del mismo objetivo. Y es en esa búsqueda de alimento, en esos encuentros, que se producen interacciones que han afectado a estos habitantes del estuario interior del Golfo de Guayaquil, en la provincia del Guayas. Hablamos del Tursiops truncatus o delfín nariz de botella.
Para estos animales, los estuarios son hábitats importantes. Con un área aproximada de 12 000 kilómetros cuadrados al suroeste del país, el Golfo de Guayaquil es el mayor complejo estuarino de Ecuador. Y es también hábitat de una población de esta especie. Lee la historia aquí.