- El Atlantic sixgill es un pequeño tiburón que nada en aguas profundas.
- La creciente pesca en aguas profundas ya podría tener a esta especie en situación de vulnerabilidad.
Una nueva especie de tiburón fue identificada en las aguas profundas de Belice. Con su pequeño cuerpo, que no crece más de 1,5 metros, y unos enormes ojos verdes, el tiburón Atlantic sixgill nada a más de 90 metros de profundidad en las aguas templadas y tropicales del Océano Atlántico. Aunque aún se sabe muy poco de él, ya podría encontrarse en peligro debido a la creciente pesca artesanal en aguas de profundidad.
La científica Ivy Baremore, coordinadora técnica de MarAlliance, una organización dedicada a la investigación y conservación de especies amenazadas, principalmente de tiburones y rayas, estaba realizando un censo de la diversidad y poblaciones de peces de profundidad cuando se topó con el Atlantic sixgill.
El equipo de investigadores que incluye pescadores artesanales había emprendido la expedición a los cayos medios de Belice en medio de una tormenta eléctrica. A pesar de la lluvia que cae como una cortina espesa de agua en estos parajes del Caribe, lograron encontrar un monte submarino de piedra caliza con 700 metros de profundidad: hábitat pefecto para los tiburones, pensó Baremore. El equipo colocó entonces, la línea con anzuelos junto a la pendiente hasta llegar a los 420 metros bajo el agua, pero cuando la retiraron Baremore miró con descepción que los anzuelos estaban vacíos. Fue entonces que un miembro del equipo reparó pequeñas mordeduras, en forma de medias lunas, en una de las carnadas. Baremore comprendió entonces que los anzuelos posiblemente eran demasiado grandes, pero la tormenta se había instalado implacable y el descubrimiento tuvo que esperar.
Algunos días más tarde, cuando el clima dio tregua, los científicos volvieron a intentar la pesca aunque esta vez con anzuelos pequeños. Cuando retiraron la línea, “un pequeño tiburón tan adorable que dan ganas de abrazarlo y de besarlo” dice Rachel Graham, salió a la superficie. Baremore contó que “no nos dimos cuenta inmediatamente de que se trataba de una nueva especie. Pensaba que era el tiburón Hexanchus nakamurai. Fue solo a través de un estudio genético que descubrimos que era en realidad otra especie, completamente diferente a la anterior que solo vive en el Pacífico y en el Indo-Pacífico”. Graham, científica, fundadora y directora ejecutiva de MarAlliance, enfatizó que “casi cada mes se descubren en el mundo nuevas especies de tiburones, rayas y chimeras, especialmente luego de que se aplican los análisis genéticos. Estos muchas veces permiten distinguir especies que físicamente son idénticas a otras, pero no genéticamente.”
Baremore señala que “no sabemos el alcance total de la distribución del Atlantic sixgill ya que solo hemos verificado especímenes en el Golfo de México, Belice y las Bahamas. Tampoco tenemos una estimación del tamaño de la población de esta especie. Se necesita más investigación”. De hecho el documento que lo describe todavía está en proceso de publicación. A pesar de ello, el Atlantic sixgill ya podría encontrarse vulnerable producto de su sobre explotación aseguran los científicos.
Lee más|Tres de cada cuatro peruanos comen tiburón sin saberlo
Pesca en aguas profundas
A medida que aumenta la presión sobre los recursos marinos, los pescadores de Belice han comenzado a explorar aguas cada vez más profundas para ganarse la vida. Se alejan de sus casas ubicadas en la costa y establecen campamentos base en los atolones del arrecife de Coral. Aquellas islas coralinas, paraísos de postales, con formas de anillos y una laguna en su interior. A tan solo un kilómetro de la costa de estos atolones, el mar alcanza profundidades de más 1500 metros por lo que estas áreas se han convertido en importantes zonas de pesca.
Utilizando palangres de profundidad, los pescadores pescan a más de 200 metros para capturar especies que luego llegan al mercado. “Muchas veces los compradores y los mismos pescadores quedan sorprendidos sin saber de qué especie se trata y es común que esa sea la manera en que se descubre la existencia de nuevas especies” asegura Graham.
Baremore explicó que, de hecho, los pescadores de aguas profundas en la región ya habían pescado el Atlantic sixgill sin saber exactamente lo que era. “Los tiburones eran considerados una molestia para los pescadores” explica Baremore. Sin embargo, “en el último tiempo, el Atlantic sixgill se ha vuelto más frecuente en las capturas declaradas por los pescadores. Como los tiburones costeros están cada vez más escasos, es probable que el tiburón Atlantic sixgill comience a ser explotado más intensamente” señala la científica. Graham repara en que “eso es muy preocupante porque la historia de vida de los animales en las aguas profundas es generalmente más lento. Viven muchos más años y les toma más tiempo madurar. Por esas razones no pueden aguantar una explotación intensiva”.
Graham explica que la pesca de tiburones, a lo largo del arrecife MesoAmericano, se distribuye en el mercado centroamericano a excepción de las aletas que son generalmente enviadas al mercado asiático. “Los compradores son personas individuales o familias de compradores que actúan como intermediarios entre el pescador y el consumidor” dice.
Según las investigaciones de MarAlliance “la demanda de restaurantes y clientes por grandes filetes de pescado ha llevado a más pescadores a aguas más profundas”. Según una encuesta que los científicos de la organización aplicaron a los pescadores artesanales, muchos de ellos aseguran que pueden ganar más dinero pescando en aguas profundas de lo que obtienen capturando en zonas costeras. Ello puesto que pueden capturar peces más grandes. De hecho, de los 17 pescadores comerciales entrevistados que actualmente no participan en la pesca profunda, 10 dijeron que estaban considerando probarlo en el futuro cercano. La mayoría de los encuestados estuvo de acuerdo en que a medida que las pesquerías costeras continúan disminuyendo y aumenta la demanda de filetes de pescado de alta calidad, la pesca de aguas profundas se convierte en la mejor opción. Es por ello que Baremore asegura que “la pesca en aguas profundas continuará en el Arrecife MesoAmericano”.
A partir de esa realidad, el equipo de científicos de MarAlliance se encuentra desarrollando un proyecto de investigación con el que buscan “establecer una línea de base para las especies de tiburones de aguas profundas, historia de vida e información sobre sus hábitats para poder gestionar la explotación de estas especies.
Es en ese contexto, de identificación de la fauna de aguas profundas, que fue descubierto el Atlantic sixgill.
Lee más|La masiva muerte de ballenas del 2015 contada por la mujer que las descubrió
Un boom de descubrimientos marinos
Aunque la escala de la pesquería de aguas profundas en Belice, Guatemala y Honduras es por ahora pequeña, los científicos no descartan una posible expansión. Por otra parte, los operadores turísticos que llevan a sus huéspedes a pescar en las profundidades de mar también han informado capturas de tiburones. La “expansión de las pesquerías de tiburones, junto con la amenaza de la caza furtiva y la exportación ilegal, pone a estas especies en riesgo incluso antes de que hayan sido identificadas y caracterizadas” señala Graham.
El proyecto de MarAlliance busca así caracterizar el alcance de las pesquerías de aguas profundas en el Arrecife MesoAmericano, identificar y estudiar a los pescadores para determinar los niveles de esfuerzo, las artes de pesca utilizadas, las especies capturadas y la importancia económica de estas. Además, el programa incluye capacitar a los pescadores para que midan, etiqueten y liberen especies de tiburones en aguas profundas y de esa manera ayudar a recolectar información sobre la diversidad aún desconocida de este lugar.
El proyecto de investigación de aguas profundas en la región Mesoamericana ha permitido así “obtener una visión más amplia de este ecosistema” asegura Baremore. “Cada vez que exploramos un área nueva, una nueva profundidad, o enviamos una cámara al fondo del mar para echar un vistazo, aprendemos algo nuevo” dice. Durante los últimos dos años y medio se han documentado 15 especies de tiburones de aguas profundas en Belice, Guatemala y Honduras. Dos de ellos han sido descritos como nueva especie tan solo este año, entre ellos el Squalus clarkae, y seis aún no se han identificado. “Estamos descubriendo un montón de especies que viven en las profundidades. ¡Un promedio global de una especie al mes!” Señala Graham quien explica que “el hecho de que se trate de hábitats muy estables, donde no hay grandes variaciones de temperaturas, puede ser que favorezca a una diversidad de especies”.
Foto Portada: Tiburón Atlantic Sixgill. Crédito: MarAlliance-Ivy Baremore.