- Aunque falta mucho por conocer de Hyloscirtus hillisi, se estima que sus poblaciones son pequeñas y su hábitat está a solo 10 kilómetros del polémico proyecto minero Mirador.
- La nueva rana fue descubierta en la Cordillera del Cóndor, un lugar con alto nivel de endemismos donde se han descubierto muchas especies y aún hay muchas otras por describir.
La riqueza biológica de la cordillera del Cóndor, en el sur de Ecuador, todavía no se conoce en su totalidad. El conflicto armado con Perú, que terminó hace varias décadas, tenía aislada a esta cadena montañosa, por lo que su estudio era prácticamente nulo. Luego de la confrontación, acceder a ella todavía era peligroso pues gran parte del territorio estaba minado.
Sin embargo, desde hace varios años, muchas expediciones científicas se han centrado en esta cordillera donde se han encontrado cientos de especies nuevas, entre ellas, la más reciente, una rana arbórea (Hyloscirtus hillisi). “Tenemos una cantidad muy grande de especies para describir, lo que nos falta es tiempo, pues esta labor demanda bastante trabajo y dedicación”, afirma con entusiasmo Santiago Ron, profesor principal en la Escuela de Biología de la Universidad Católica del Ecuador. Ron tiene un PhD en Ecología, Evolución y Comportamiento de la Universidad de Texas y actualmente es curador de la colección de anfibios del museo de zoología de la Universidad Católica.
La historia en 1 minuto. La nueva rana descubierta en Ecuador, Hyloscirtus hillisi, vive a tan solo 10 kilómetros del megaproyecto minero Mirador, uno de los más polémicos del país. Video: Mongabay Latam.
En dos expediciones a la cordillera del Cóndor, en 2017, un equipo de biólogos liderados por Santiago Ron, se encontraron con una rana particular que llamó su atención. Aunque se parecía a otras especies decidieron analizarla. Los detalles del estudio se encuentran en el paper: ‘A new treefrog from Cordillera del Cóndor with comments on the biogeographic affinity between Cordillera del Cóndor and the Guianan Tepuis (Anura, Hylidae, Hyloscirtus)’, publicado en la revista Zookeys y en el cual llegan a la conclusión de que se trata de una nueva especie para la ciencia.
La nueva especie está estrechamente relacionada con otras ranas como H. tapichalaca y una especie no descrita del sur de los Andes de Ecuador, dice el estudio. Sin embargo, análisis morfológicos y posteriormente genéticos, permitieron confirmar que tienen afinidad pero no son iguales.
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Un duro trabajo de campo
Santiago Ron asegura que el trabajo de campo fue “extremadamente arduo”, ya que para ingresar al lugar donde se encuentra la nueva especie hay que caminar durante dos días por un terreno muy pendiente y bastante lodoso. En realidad, el viaje emprendido por los biólogos fue una hazaña. El territorio donde vive H. hillisi es tan agreste que ni siquiera se pudo ingresar con mulas para que cargaran el equipaje, la comida y todo lo que necesitaban los científicos. El equipo de biólogos ecuatorianos tuvo que contratar personas del lugar para que les ayudaran con estas tareas.
“Estas son unas montañas muy interesantes porque, a diferencia del resto de Los Andes, están hechas de piedra caliza y son de un origen muy antiguo”, comenta Ron. La cordillera del Cóndor comparte similitudes con las formaciones del escudo guayanés pues son totalmente planas en la parte superior, aunque la biodiversidad presente allí sea diferente a la de este ecosistema del noreste de Sudamérica. “Los anfibios no muestran el enlace biogeográfico Cóndor – tepuyes guayaneses que se ha documentado en las especies de plantas”, reza el estudio.
Cuando los biólogos llegaron a una de las mesetas se encontraron con la nueva rana, pero al principio tenían dudas, pues era similar a otra especie que recién se había descrito en 2014, pero que vivía más al sur.
Usualmente, los anfibios solo tienen cuatro dedos en la mano y esta especie presenta un remanente que pudiera identificarse como un quinto dedo. “Se cree que su ancestro evolutivo tenía cinco. Lo inusual de esta nueva especie es que en este remanente de dedo ha crecido una protuberancia parecida a una garra en la base del pulgar, y eso es algo que se ve en muy poquitas especies de ranas”, le dice Ron a Mongabay Latam.
Se presume que la garra les permitiría defenderse de depredadores o podría ser usada en peleas con otros individuos de la misma especie, “aunque no estamos totalmente seguros, pues de esta rana no se conoce mucho, excepto lo que se observó cuando se hicieron las salidas de campo”, asegura el investigador.
Lo que también se sabe es en qué se parece y diferencia de otras tres ranas del género Hyloscirtus: H. condor, H. diabolus y H. tapichalaca. Todas comparten la presencia del remanente de dedo en forma de garra agrandada. H. condor difiere en la coloración de su vientre, entre gris claro y salmón, en contraste con el marrón oscuro de la nueva rana. También se diferencia en la coloración dorsal pues H. condor presenta un color marrón con manchas amarillas difusas, mientras que en la nueva especie el dorso es de color marrón oscuro con marcas redondas de color naranja.
Hyloscirtus diabolus tiene un iris de color rojo, mientras que la nueva rana lo tiene de color bronce o amarillento, con retículos marrones. Por su parte, H. tapichalaca tiene un dorso marrón sin marcas de color naranja y discos blancos en los dedos de las manos y los pies, mientras que dichos discos, en la nueva rana, son de color marrón oscuro.
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Se sabe poco de H. hillisi y ya está en peligro
Esta nueva rana es un anfibio que vive en los árboles y arbustos y es de hábitos nocturnos. “Generalmente está asociada a riachuelos en Los Andes, zonas donde hay ríos pequeños que bajan como cascadas. Más allá de eso no se sabe absolutamente nada”, dice Santiago Ron. Los individuos fueron vistos y luego colectados en dos salidas de campo, una que duró dos semanas y otra que tardó 10 días.
“Todavía es necesario hacer muchos estudios para entender más su comportamiento y la ecología de esta especie”, asegura el investigador, quien además afirma que hay otra posible nueva rana, H. lindae, a la espera de ser descrita. De hecho, su estudio es una colaboración con un herpetólogo colombiano y la publicación todavía está en preparación.
A pesar de que es poco lo que se conoce de la nueva rana H. hillisi, se encuentra en una zona de la Cordillera del Cóndor en la frontera con Perú donde lo más preocupante es que existe, apenas a 10 kilómetros, una concesión minera a cielo abierto que ha causado bastante polémica en Ecuador: el proyecto Cóndor Mirador. “Es un proyecto que ha tenido muchos cuestionamientos por la forma en que se está interviniendo el bosque y el hábitat natural de muchas especies. El hecho de que haya una operación minera tan grande cerca del único lugar donde vive esta especie genera alerta”, concluye Santiago Ron.
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Referencias
Ron, S. R., Caminer, M. A., Varela-Jaramillo, A., & Almeida-Reinoso, D. (2018). A new treefrog from Cordillera del Cóndor with comments on the biogeographic affinity between Cordillera del Cóndor and the Guianan Tepuis (Anura, Hylidae, Hyloscirtus). ZooKeys, (809), 97.
*Imagen principal: nueva rana descubierta en Ecuador, Hyloscirtus hillisi. Foto: PUCE-BIOWEB.