El fundador de Mongabay, Rhett A. Butler, escribe sobre la experiencia que lo llevó a comenzar Mongabay hace más de 20 años.
Desde entonces, Mongabay ha pasado de ser "un hombre sentado en pijama en su departamento" a una plataforma de medios sin fines de lucro que cuenta con 500 colaboradores en 70 países, produce artículos originales en cinco idiomas y recibe la visita de millones de personas todos los meses.
Rhett expone la visión de Mongabay para los próximos 20 años.
Hace casi 25 años tuve una experiencia que alteró drásticamente el curso de mi vida y finalmente me inspiró a fundar Mongabay, que con más de 4 millones de lectores mensuales es ahora una de los sitios de noticias de conservación más leídos del mundo.
Cuando estaba en la escuela secundaria, tuve la gran fortuna de visitar una espectacular selva tropical en el Borneo de Malasia. Algunos de mis mejores recuerdos son de este bosque: caminar bajo los altos árboles, nadar en arroyos cristalinos y apreciar la belleza de sus criaturas.
Siempre valoraré un momento particular de esa visita. Después de una larga caminata, me senté al lado de un lago profundo. Me quité las botas y sumergí los pies mientras escuchaba el zumbido de las cigarras y la relajante corriente del arroyo. Unos minutos más tarde, el coro del bosque fue interrumpido por el crujido de unos ramas. Miré hacia arriba y vi un orangután macho pasando por encima. De color marrón oscuro y con pómulos completamente desarrollados, el orangután se dirigía hacia un racimo de frutas amarillas redondas cuando se detuvo a observarme. Me miró fijamente por unos cuantos segundos, pero bastaron para que conserve ese recuerdo toda la vida.
De regreso a casa en California, mantuve contacto con un biólogo que conocí en ese viaje. Unos meses más tarde, me sentí devastado al recibir la noticia de que el mismo bosque del que me enamoré iba a ser derribado para producir papel.
La destrucción de ese bosque lejano hizo más que romperme el corazón: me inculcó la pasión de trabajar para cambiar las cosas. Cuando comencé la universidad, decidí escribir un libro para crear conciencia sobre lo que estaba sucediendo en las selvas tropicales, así como con las personas y la vida silvestre que ahí habitan.
Si bien mi especialidad universitaria no tenía nada que ver con la conservación o el medio ambiente, pasé innumerables horas investigando los bosques tropicales en la biblioteca y hablando con expertos. Ahorré dinero para pagar nuevos viajes a las selvas tropicales de Madagascar y América Latina.
Después de terminar el libro contacté a un editor; sin embargo, el editor no contaba con los fondos suficientes para incluir fotografías en el libro. ¿Cómo podría transmitir la belleza de las selvas tropicales sin imágenes? No escribí este libro para hacer dinero; lo escribí para generar un impacto. Por eso, decidí publicar el libro en línea para que la gente pudiera leerlo gratis y llamé al sitio Mongabay, en honor a una hermosa isla frente a la costa de Madagascar.
Mientras de día hacía mi “trabajo real” en un startup tecnológico en Silicon Valley, de noche y los fines de semana seguía trabajando para Mongabay. Sorprendentemente, Mongabay se hizo popular. Tan popular, de hecho, que decidí dejar mi trabajo y perseguir mi pasión. A los 26 años comencé a dedicarme a Mongabay a tiempo completo, lo que significaba que por fin podía concentrarme en expandir el sitio web. Una de las primeras cosas que hice fue crear una sección para niños que resultó bastante importante: ¡Los hablantes nativos la tradujeron a casi 40 idiomas!
También comencé una sección de noticias para resaltar historias de conservación que no estaban recibiendo mucha atención en la prensa convencional. Debido a que produje tantas historias, la gente comenzó a pensar que Mongabay era escrito por más personas y no solo un chico sentado en pijama en su departamento. Sin embargo, solo era yo, impulsado y alineado con mi pasión por descubrir historias impactantes que tenían el potencial de mover positivamente la aguja para salvar nuestro hermoso planeta.
Mongabay se enfocó en cubrir geografías y temas donde mi periodismo de escasos recursos podía tener el mayor impacto. Por sus altos niveles de biodiversidad y el mayor grado de amenazas, los trópicos se convirtieron en mi prioridad.
Sin embargo, a medida que seguía con estas historias, comencé a detectar grandes oportunidades para realizar cambios que requerirían mucha más ambición y formas fundamentalmente diferentes de administrar el sitio web. Vi la necesidad de adoptar un enfoque más audaz y desarrollar Mongabay en alineación con una visión más amplia, y quedó claro que mi papel dentro de Mongabay tenía que evolucionar.
La costa de Nosy Mangabe.
Selva tropical en Nosy Mangabe, Madagascar. Imagen de Rhett A. Butler.
El gran cambio
El gran cambio para Mongabay se produjo en 2011, cuando decidí que un sitio de noticias ambientales en idioma indonesio podría ser especialmente trascendente. ¿La razón? La corrupción en el sector de los recursos naturales había sido un impulsor de la degradación ambiental en Indonesia durante décadas. Cuando la transparencia aumenta, el periodismo dirigido puede promover un cambio al impulsar una mayor responsabilidad y apoyar un entorno propicio para una amplia gama de actores, desde organizaciones no gubernamentales hasta comunidades locales y emprendedores ecológicos.
En ese momento, no había un modelo comercial para un sitio de noticias ambientales en idioma indonesio, así que decidí formar una organización sin fines de lucro. Un mes después de obtener mi primera subvención y reunir un pequeño equipo para hacer realidad esta idea, lanzamos el sitio. Cuando Mongabay Indonesia cumplió tres meses, ¡era ya el sitio de noticias ambientales en idioma indonesio más leído! Y lo más importante, la página comenzó a tener un impacto real. Rápidamente, Mongabay Indonesia encontró una audiencia entre algunos de los principales funcionarios del país, así como entre las comunidades de conservación y derechos indígenas. A los tres años de lanzar la organización sin fines de lucro, Mongabay News usó el mismo modelo, permitiéndonos hacer crecer el equipo y construir una red de corresponsales en todo el mundo.
El equipo internacional y la red de corresponsales de Mongabay han demostrado ser una herramienta poderosa para hacer que las personas, los gobiernos y las empresas rindan cuentas. Hoy tenemos un equipo distribuido en 16 países y unos 500 corresponsales en 70 naciones. Ahora publicamos en nueve idiomas y nuestros artículos son difundidos, además, por decenas de medios locales, regionales, nacionales e internacionales que van desde National Geographic Indonesia hasta Smithsonian Magazine y The Guardian. Tenemos equipos en Indonesia, India, Estados Unidos, América Latina de habla hispana y Brasil. ¡Y hay más por venir!
Los informes de Mongabay tienen impactos sustanciales en situaciones reales. En los últimos meses, por ejemplo, los artículos han impulsado peticiones que han obtenido decenas de miles de firmas contra el abuso de elefantes en Borobudur, así como un plan para talar y minar la isla Woodlark de Papúa Nueva Guinea. Los informes sobre las amenazas contra los indígenas jiw de Guaviare y Meta se utilizaron en una comunicación pública pidiendo al gobierno colombiano que tomara medidas inmediatas para proteger a los jiw. Nuestra cobertura en profundidad sobre una nueva modalidad para la extracción ilegal de oro en el río Napo llevó a la Fiscalía Ambiental de Loreto a iniciar una investigación; y en Sumatra Occidental, luego de extensos informes en la región sobre la especie Rafflesia, el gobierno provincial aprobó un reglamento para proteger la planta y su hábitat en la selva tropical. Además, las imágenes capturadas por drones de Mongabay de los incendios en Menabe, Madagascar, se presentaron como evidencia al gobierno malgache para mostrar el daño que estos generan en los bosques secos protegidos del país. Una vez que se publicaron estas imágenes, se bloqueó un camino que proporcionaba acceso a una de las áreas afectadas. Estos son solo algunos ejemplos de los impactos positivos que puede tener el periodismo. Al ser una organización guiada por el impacto, forma parte de nuestro ADN recopilar datos sobre lo que sucede después de que se publican nuestras historias.
La dedicación de Mongabay al periodismo objetivo basado en la evidencia lo convierte en una herramienta de la que dependen muchos conservacionistas para mantenerse informados. Más allá de eso, Mongabay genera impactos reales en la práctica al proporcionar información oportuna y precisa a quienes toman decisiones críticas.
Baobabs en un bosque en Madagascar.
Incendios en bosques en Madagascar. Imagen de Rhett A. Butler.
Mirando hacia el futuro
Ahora que Mongabay tiene 20 años y llega a más de 4 millones de lectores mensuales en todo el mundo, las personas se preguntan qué le espera durante los próximos 20 años mientras seguimos enfrentando múltiples crisis ambientales como: extinciones masivas globales, un clima en calentamiento, mares ácidos, océanos contaminados, además de ecosistemas y los servicios que estos brindan a la humanidad en desaparición.
Para combatir eficazmente estos desafíos, requerimos datos adecuadamente procesados, comunicados de manera oportuna y efectiva en múltiples idiomas y plataformas para llegar a los públicos clave que diseñan las políticas e influyen en las tendencias globales que apoyan un futuro sostenible.
En consecuencia, vemos cuatro áreas de gran potencial: periodismo de datos, formatos de contenido emergentes, expansión geográfica y mejores datos sobre cómo el periodismo contribuye a generar resultados reales en el mundo.
Los datos son imprescindibles para la toma de decisiones, y transmitir esta información en un formato convincente y efectivo es lo que conduce al impacto. Como una plataforma global de informes con alrededor de 500 periodistas en 70 países, Mongabay convierte los datos en historias que llegan a millones de personas cada mes a través de nuestras plataformas y nuestra red de socios de distribución de contenido. Actualmente estamos explorando nuevas asociaciones que podrían permitirnos desarrollar historias basadas en nuevas fuentes de datos desde satélites hasta sistemas de bioacústica.
El consumo de contenido en Internet ha evolucionado en los últimos 20 años desde texto e imágenes hasta video. El mundo ahora está luchando para descubrir qué sigue, si se trata de experiencias inmersivas como la realidad aumentada y la realidad virtual, o algo más. Con nuestra experiencia en informes de conservación y nuestra red de excelentes periodistas, Mongabay está bien posicionado para llegar a donde sea necesario para conectar con la audiencia.
Mongabay ahora publica contenido original de manera regular en cuatro idiomas: inglés, indonesio, español y portugués de Brasil. Tenemos la ambición de expandirnos a otros idiomas, así como también agregar a nuestra red más reporteros locales. Dado el impacto climático de los viajes aéreos, nuestra esperanza es involucrar a más periodistas locales para que cubran historias donde sea que vivan.
Y, finalmente, necesitamos entender los efectos que nuestro periodismo tiene en el mundo que nos rodea. Con ese fin, estamos mejorando constantemente nuestros sistemas para monitorear el impacto y obtener tanto datos cuantitativos como cualitativos de nuestro trabajo.
Con estas estrategias establecidas, espero que los próximos 20 años para Mongabay sean aún más fructíferos que los primeros 20. Tendremos más personas en más lugares informando sobre más temas en más idiomas.
Eso significa que más personas locales estarán preparadas para contar sus propias historias y escuchar sus voces únicas desde el lugar en el que se encuentran. Mongabay es una plataforma con alcance global donde el periodismo claro, honesto y sofisticado se combina con la experiencia del área para generar un impacto en el mundo real. A medida que avanzamos y empezamos a enfrentar monumentales crisis ambientales, continuaremos cumpliendo con los más altos estándares para garantizar que la información que necesita sea precisa e imparcial.
Ya sea que haya estado leyendo Mongabay durante 20 años o dos semanas, le agradecemos por leer y compartir nuestro contenido. Esperamos que encuentre verdadera inspiración e información sólida que sea un aporte para su trabajo y lo ayude a navegar por algunas de las preguntas más importantes que enfrenta nuestro planeta.
Selva tropical en el Borneo de Malasia, no muy lejos del lugar que me inspiró a comenzar Mongabay.
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