El gigante del aceite de palma Golden-Agri Resources (GAR) renunciará al desarrollo de una plantación de aceite de palma en un área de selva tropical en la Nueva Guinea indonesia para cumplir con su política de conservación forestal.
La decisión de GAR —empresa matriz de PT SMART, una de las compañías privadas de aceite de palma más grandes de Indonesia— fue revelada en un informe sobre el proyecto piloto de reservas elevadas de carbono de dicha empresa, lo que es un elemento clave de su política de conservación forestal (PCF). GAR asumió el compromiso en 2011 después de una campaña perjudicial de Greenpeace que le costó docenas de empresas clientes que estaban preocupadas por las acusaciones sobre la destrucción de bosques y turberas con el fin de instalar nuevas plantaciones de aceite de palma.
La evaluación de las reservas elevadas de carbono la realiza The Forest Trust, la ONG encargada de ayudar a GAR a desarrollar e implementar la PCF. El informe señala que, mientras GAR tenga el derecho legal para desarrollar la concesión —de la que aproximadamente las tres cuartas partes están forestadas—, la empresa aplicará la PCF y no convertirá las reservas elevadas de carbono (HCS, por sus siglas en inglés) ni los bosques de alto valor de conservación (BAVC).
Plantación actual de GAR, así como también la concesión forestal de esta empresa en la provincia de Papúa. Papúa es vista como el próximo desafío para la expansión de la palma aceitera en Indonesia.
La decisión es importante porque representa uno de los pocos casos donde una empresa indonesia ha renunciado de manera voluntaria al desarrollo de una concesión debido a cuestiones ambientales. Por el momento no es claro cuál sería el destino de esa área forestada que no está convertida. Existe un cierto riesgo de que los funcionarios puedan recuperar esas áreas y dárselas a otra empresa o que GAR sencillamente venda la concesión.
Sin embargo, hay otra posibilidad que podría producir beneficios tanto para GAR como para los bosques de Indonesia: un intercambio de tierras. De acuerdo con el gobierno indonesio, hay unos 40 millones de hectáreas de suelos degradados en el territorio forestal que podrían ser aptos para el desarrollo de plantaciones. Empresas como GAR han estado presionando por un mecanismo para intercambiar las concesiones actuales que se encuentran en los bosques y en las turberas por concesiones en áreas ya deforestadas. Así que, en teoría, GAR podría proponer el intercambio de la concesión forestal de Papúa por una concesión de tierra deforestada en otra parte. La concesión de Papúa podría entonces quedar fuera de la conversión.
Pero el problema está en los detalles. A pesar del gran entusiasmo por la idea, hasta ahora se ha avanzado poco en los intercambios de tierras para las plantaciones de aceite de palma en Indonesia. El desafío es, ante todo, burocrático. Los intercambios de tierras requerirían la coordinación de dos ministerios altamente territoriales —el Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Bosques—, así como también de un sinnúmero de niveles de gobierno local. Además, la falta de datos fidedignos sobre la tenencia y el uso de tierras también afecta los intercambios.
No obstante, el potencial de intercambios de tierras parece excelente. GAR solo ha reservado unas 19 000 hectáreas de posibles áreas forestales HCS, mientras que el Ministerio de Bosques estima que existen unos 8.5 millones de hectáreas de “buen bosque” en áreas que podrían ser potencialmente zonificadas para conversión agrícola (lo que en Indonesia se denomina “APL”). Esos 8.5 millones de hectáreas podrían almacenar más de 8000 millones de toneladas de dióxido de carbono o más que las emisiones anuales combinadas de Estados Unidos, India y Alemania.
La parte indonesia de Nueva Guinea alberga una gran riqueza de vida silvestre, como la cacatúa sulfúrea y el gorgojo azul.
REFERENCIA: GAR and SMART. Update: The First Six Months of the High Carbon Stock Forest Conservation Pilot Project. Oct 30, 2013.