Durante un safari de caza de tres semanas, del 11 al 31 de enero de este año, el príncipe de Arabia Saudí Fahd bin Sultan bin Abdulaziz Al Saud y su comitiva dispararon supuestamente 2.100 avutardas Hubara asiáticas (Chlamydotis macqueenii) en Balochistán, Pakistán. Los científicos no están seguros de cuántas avutardas Hubara sobreviven hoy, pero su mejor estimación es alrededor de 100.000 y están descendiendo.
La caza de Hubaras en Pakistán es ilegal. Sin embargo, el gobierno paquistaní emitió permisos especiales a la realeza árabe y sus oficiales para cazar estas aves migratorias. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Pakistán también emitió un “código de conducta” para asegurar la caza sostenible y la protección de las aves —estableciendo el permiso por un período de 10 días y con un límite de 100 pájaros.
El Príncipe y su comitiva, sin embargo, cazaron alrededor de 100 aves de media por día. Un informe hecho por el periodista de medioambiente de Pakistán, Bhagwandas, en el Dawn, un diario paquistaní, dice que el Príncipe cazó tanto en la zona protegida como no protegida. Por ejemplo, sus acompañantes mataron alrededor de 582 avutardas durante un periodo de seis días dentro del estado forestal de Koh-i-Sultan en Pakistán.
El príncipe Fahd bin Sultan bin Abdulaziz Al Saud de Arabia Saudí cuya partida de caza mató 2.100 avutardas Hubara en Pakistán. Foto del Departamento de Defensa de Estados Unidos. |
Pero esto no es raro.
“Los países árabes tienen áreas de concesión de caza a lo largo del sur de Pakistán donde las avutardas pasan el invierno,” dice Nigel Collar, Presidente del Grupo Especializado en Avutardas de la IUCN, a mongabay.com. “Muchos han construido palacios en los que se hospedan durante la temporada de caza.”
La avutarda Hubara es, actualmente, una especie considerada como Vulnerable dentro de la lista roja de la IUCN. Sin embargo, cada invierno, la rica familia real árabe y los ministros vuelan a Pakistán en sus jets privados, montan grandes y lujosas acampadas y cazan varios miles de avutardas Hubara. ¿Por qué? Porque estas aves del desierto son consideradas afrodisíacas.
La caza de avutarda con cetrería ha formado parte de la tradición beduina durante generaciones. Pero desde los años 60, los árabes han cazado la mayoría de las avutardas en Oriente Medio. Para continuar su cultura de deporte-caza de avutarda se han dirigido a Pakistán. A cambio de los miles de millones de dólares que dan a Pakistán como ayudas, los árabes consiguen paso libre en la aniquilación en masa de estos pájaros. Los paquistaníes, por otro lado, son perseguidos si son cogidos cazando estas aves de suelo.
El vecino de Pakistán, India, también era invitado a las cetrerías árabes para cazar avutardas en los años 70. Pero dada la masiva indignación pública, una ley del Tribunal Superior suspendía cualquier futura caza de avutarda en la India. Grupos de conservación medioambiental con sede en la India están intentando presionar al gobierno paquistaní para que siga su ejemplo, pero de momento sin éxito.
La avutarda Hubara tiene la categoría de Vulnerable en la lista roja de la IUCN con una población en descenso. Foto de: Jimfbleak/Creative Commons 3.0. |
En una apuesta por repoblar las avutardas orientales, Arabia Saudí también ha invertido miles de millones de dólares en la cría en cautividad. Sin embargo esta población en cautividad todavía es demasiado pequeña para la caza, según Collar. Como resultado, los cazadores buscan avutardas en cualquier otro sitio.
La cetrería y la caza furtiva dan como resultado un descenso drástico de población de Hubaras en la mayoría de sus zonas de retiro de invierno en Asia. Un comunicado de prensa de WWF-Pakistán condena la caza y dice que el estado de la población de estas aves en Pakistán no se conoce y necesita un estudio urgente.
Collar parece tener esperanza de que se alcancen soluciones.
“La comunidad internacional de protección del medio ambiente les gustaría trabajar con los países árabes, a través de la Convención de Especies Migratorias y otros acuerdos y mecanismos, con el fin de desarrollar sistemas de gestión que permitan continuar con esta caza (que no se puede parar, excepto con la extinción de la Hubara) pero que también asegure la supervivencia de la avutarda con una población suficiente como verdadera fuente sostenible. Éste es el mensaje fundamental que necesitamos transmitir,” dice.
Para un leer un informe de 1992 sobre la expedición de caza de la Hubara con los jeques (en inglés) haga click aqui.
Distintas subespecies de avutarda Hubara en las Islas Canarias. Foto de: Chmee2/Creative Commons 3.0.