- Si bien la mayoría de bosque deforestado se ubica en Madre de Dios, Puno y Cusco son también regiones afectadas.
- Las áreas naturales protegidas afectadas son la Reserva Nacional Tambopata, el Parque Nacional Bahuaja Sonene, y la Reserva Comunal Amarakeari.
- Ernesto Ráez, ecólogo tropical que ha seguido el problema de la minería ilegal en Madre de Dios, señala que hace falta inteligencia financiera y de campo para poder eliminar la raíz de esta actividad ilícita.
Un total de 12 503 hectáreas de bosques han sido deforestadas entre octubre del 2012 y octubre del presente año por acción de la minería ilegal. La actividad ilícita no solo golpea a la región de Madre de Dios, también a Puno y Cusco, según el último reporte del MAAP y la Asociación para la Conservación de la Cuenca Amazónica (ACCA).
“El reporte que acabamos de publicar es histórico y acumulativo. Lo que hemos hecho es un trabajo de superposición de imágenes de diversos reportes que hemos analizado para calcular la deforestación por minería aurífera en el sur de la Amazonía entre octubre del 2012 hasta octubre del 2016. Otro hallazgo obtenido es que desde los primeros reportes del impacto de la minería ilegal en Madre de Dios, que datan de hace más de 30 años, hasta ahora, la deforestación ha alcanzado las 62 500 hectáreas”, explica a Mongabay Latam Daniela Pogliani, Directora Ejecutiva de ACCA.
La minería ilegal ha ingresado a las zonas de amortiguamiento de tres áreas naturales protegidas ─la Reserva Nacional Tambopata, la Reserva Comunal Amarakaeri y el Parque Nacional Bahuaja Sonene─ pero ya invadió también el corazón de las dos primeras ANP mencionadas.
De las 12 503 hectáreas deforestadas en las 3 regiones, la mitad (6407 hectáreas) son bosques deforestados de las zonas de amortiguamiento de las 3 áreas protegidas.
Sin embargo, Daniela Pogliani señala que ya en los últimos cuatro meses el Estado ha ido implementando diversos mecanismos para combatir esta actividad ilícita. “En el caso de Tambopata ya existe un puesto de vigilancia permanente de la Marina de Guerra para eliminar a los campamentos de minería ilegal. Y en el caso de Amarakaeri ha habido acciones entre el ente Ejecutor del Contrato de Administración del área protegida (ECA) con guardaparques del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) para desalojar a los mineros ilegales en un trabajo conjunto”, indica.
Son siete zonas, entre las tres áreas naturales protegidas, las que han sido reconocidas por las imágenes satelitales de MAAP y ACCA como impactadas: la Reserva Nacional Tambopata y su zona de amortiguamiento (sector La Pampa) con más de 450 hectáreas deforestadas; a la altura del alto río Malinowski en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Bahuaja Sonene, con 913 hectáreas deforestadas; la zona conocida como Delta-1 de la Reserva Comunal Amarakaeri, con más de 1500 hectáreas deforestadas en su zona de amortiguamiento; y la zona conocida como Camanti/Quince Mil dentro de la Reserva Amarakaeri, con 407 hectáreas deforestadas.
Asimismo hay dos zonas pequeñas a la altura del río Madre de Dios que han sido afectadas por la minería ilegal y otra más a altura del río Pariamanu con 69 hectáreas deforestadas.
¿Por qué sigue avanzando la minería ilegal?
“Desde hace tres años existe una norma aprobada de interdicciones (operaciones militares contra los mineros ilegales). Lo que establece la norma es un trabajo constante no solo de labores policiales, sino sobre todo de investigación y labores de inteligencia para cortar las cabezas de esta actividad ilegal. La insistencia en operativos en donde solo se ataca a operarios que no tienen capacidad decisión y que han sido contratados es el fracaso”, dice a Mongabay Latam el ecólogo tropical Ernesto Ráez, quien ha seguido de cerca el fenómeno de la minería ilegal en el sur amazónico.
Según Ráez la minería ilegal mueve 2 mil millones de dólares solo en exportaciones de oro, además de estar conectada a otras actividades ilícitas como el narcotráfico. “Para combatirla es necesario el desarrollo de inteligencia financiera y de campo para descubrir las conexiones entre el dinero ilícito que financia acciones ilícitas en campo. El cáncer continuará porque no se ha atacado a la raíz hasta ahora”, agrega.
Otro falla que ha encontrado Ráez es al momento de fiscalizar la utilización del combustible en Madre de Dios, insumo primordial para la minería ilegal. “La Sunat intenta controlar en teoría la movilización de combustible, insumo imprescindible para la minería ilegal. El hecho es que tienen a todo el mundo acogotado con el combustible en Madre de Dios, pero nadie ha hecho el trabajo de campo para saber quién transporta este combustible al otro lado del río Malinowski, a la Reserva Comunal Amarakaeri y al borde de Bahuaja Sonene. No se ha hecho ese trabajo de seguimiento cuando se traslada el combustible donde se da la minería ilegal”, manifiesta.
Otro factor que hasta el momento no se ha tocado es el de la participación de algunas comunidades nativas en la minería ilegal. “El hecho de que comunidades nativas estén inmersas en la minería ilegal no tiene que ver con el hambre o la falta de economía. Es sobre todo el problema que sobre el territorio de las comunidades nativas se han superpuesto concesiones mineras. Y en vez de que la comunidad se aleje de este tipo de actividad, se ha visto inmersa porque es lo que sucede. En Madre de Dios el 8 0% de territorio comunitario es ahora superpuesto por concesiones mineras, imagínate”, finaliza Ráez.