- ¿Qué actividades realiza una ACP para volverse sostenible en el tiempo?
- ¿Qué especies amenazadas se encuentran en la nueva ACP?
El Ministerio del Ambiente peruano reconoció una nueva área de conservación privada (ACP) con la Resolución Ministerial N° 004-2017-MINAM. Bahuaja 1 se localiza en la región amazónica de Madre de Dios, entre dos áreas naturales protegidas: la Reserva Nacional Tambopata y el Parque Nacional de Bahuaja Sonene.
Bahuaja 1 también está cerca de la zona donde numerosos campamentos ilegales de minería extraen el oro en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata.
“Bahuaja 1 se encuentra en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata. Sin embargo, no se encuentra sola. Hay otras ACP en la zona, que junto con esta nueva hacen fuerza para detener el avance de los mineros ilegales e informales de oro en la cuenca del río Tambopata. Bahuaja 1 cobra importancia porque se localiza entre dos áreas naturales protegidas como la Reserva Nacional de Tambopata y el Parque Nacional de Bahuaja Sonene”, dijo a Mongabay Latam Víctor Zambrano, ganador del premio National Geographic para Líderes en Conservación 2016 y presidente del Comité de Gestión de la Reserva Nacional Tambopata.

Además de luchar como área protegida privada contra la minería ilegal e informal, Bahuaja 1 es un reservorio de flora como el cedro, así como de plantas medicinales como sangre de grado y chacruna. En sus más de 130 hectáreas también alberga a especies de fauna amenazadas, como jaguar, sajino, huangana, tigrillo y oso hormiguero. “Qué bueno que se sigan consolidando las áreas de conservación privada. No debemos olvidar que Bahuaja 1 se localiza en un corredor de conservación entre la Reserva de Tambopata y Bahuja Sonene”, manifestó Bruno Monteferri, director Conservamos por Naturaleza, un programa de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) especializado en áreas de conservación privada.

Monteferri señaló que las áreas de conservación privada deben implementar actividades para que se hagan sostenibles y rentables en el tiempo. “Existe el ecoturismo que va de la mano con la conservación como un mecanismo contra la actividad dañina de la minería ilegal aurífera que está devastando a la Amazonía. Otras ACP como El Gato, Camino Verde, también el proyecto de Rainforest, están ofreciendo a sus visitantes servicios de canotaje, turismo vivencial con familias campesinas, agroforestería, incluso la comunidad nativa Infierno ofrece el consumo del ayahuasca”, explicó.
Quien administra la ACP Bahuaja 1 es Alonso del Río, “una persona que ha dedicado su vida a la música que despierta conciencia. La forma en que Alonso del Río ha podido llevar a cabo este reconocimiento de la nueva ACP es asombrosa. Él ayuda a la gente a estar cerca de la naturaleza con música especial. No solo es un ACP nueva que se crea, sino un espacio especial para la población”, agregó Monteferri.
La nueva ACP también forma parte del Proyecto Bambú de Del Río, que tiene como objetivo reforestar con bambú el área degradada por la minería aurífera en Madre de Dios. “En la zona de amortiguamiento del área de conservación Bahuaja 1, estamos desarrollando un vivero cuya intención es proveer de plantones de bambú para impulsar proyectos de siembra de bambú en las más de 40 000 hectáreas desertificadas y contaminadas fruto de la minería”, se describe en la página oficial del proyecto.

Las ACP necesitan ayuda
Víctor Zambrano, quien es administrador de un ACP en Madre de Dios llamada El Refugio K’erenda Homet, señala que el Gobierno debe prestar atención a las iniciativas de las ACP porque existe población que invierte en conservación y necesita apoyo del Estado.

“No recibimos ningún apoyo del Estado. Somos nosotros mismos los que promovemos actividades para sostenernos. Solo el Ministerio del Ambiente nos otorga el reconocimiento oficial. Hay población civil que invierte en conservación y debe promoverse. Ya le hemos dicho a los representantes del Gobierno del Sernanp (Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas del Estado) que deberían desarrollarse proyectos REDD o de recursos ecosistémicos para volver más sostenibles las ACP, más aún en un contexto de la minería aurífera. No queremos dinero de manera obligatoria, sino un apoyo, porque las ACP las administramos por puro corazón a la naturaleza. Mi ACP fue la primera en crearse en Madre de Dios, ahora hay más o menos 25 en la región”, sostuvo Zambrano.