- ¿Cuánto carbono pueden almacenar estos pantanos?
- ¿Qué negocios sostenibles se podrían llevar a cabo en los pantanos?
Los pantanos del río Tigre son los humedales con la más alta concentración de carbono en toda la cuenca amazónica, según un estudio elaborado por científicos de instituciones del Reino Unido, Estados Unidos y Perú.
“Estos pantanos son importantes porque almacenan grandes cantidades de carbono debajo del suelo, ayudan a mitigar el cambio climático, contienen una biodiversidad única, y ofrecen productos, como el fruto del aguaje, que son importantes para las comunidades y el mercado regional”, se detalla en el estudio.
Los pantanos del río Tigre “almacenan hasta 0.3 mil millones de toneladas de carbono. Eso es un 10 % de la capacidad total de fijación de carbono de todos los pantanos de la cuenca amazónica. Los pantanos del río Tigre son los que almacenan más carbono de toda la cuenca amazónica”, dijo a Mongabay Latam, Katy Roucoux, investigadora principal de la Universidad de St. Andrews (Reino Unido).
Roucoux sostuvo que “los pantanos del río Tigre son una depresión con una gran área cóncava (hueca) que cada año se va deprimiendo. Es el lado opuesto de los Andes, mientras los Andes suben, ellos van hundiéndose más. Durante 8 o 9 millones de años han ido acumulando sedimentos orgánicos que están a su alrededor. Ayudan a mitigar los efectos del cambio climático porque almacenan el carbono, uno de los gases que contribuyen al calentamiento global”, manifestó.
¿Por qué son los pantanos del río Tigre los que almacenan mayor cantidad de carbono? De acuerdo a Tim Baker, coautor también del estudio de la Universidad de Leeds (Reino Unido), se debe a su estado de conservación. “Mientras que otros ríos como el Ucayali o el Marañón por condiciones naturales se mueven más, es decir, sus cauces cambian, el Tigre no. Además, el Tigre es el río que menos ha sido afectado por actividades humanas productivas”, explicó.
Sin embargo, el peligro reside en que pese a ser el área con mayor capacidad de almacén de carbono, no tiene protección alguna. “Al mapear las áreas protegidas y los otros usos de la tierra que favorecen la conservación, encontramos que mientras algunos de estos pantanos en Loreto están protegidos, el área con la más alta concentración de carbono (pantanos del río Tigre) cae fuera de cualquier tipo de protección y, por lo tanto, es vulnerable al impacto del desarrollo económico en esta región”, dijo a Mongabay Latam Ian Lawson, coautor del estudio e investigador de la Universidad de Saint Andrews (Reino Unido).
Amenazas e indiferencia
“En particular, las nuevas propuestas de desarrollo de la región, que buscan la conexión de Iquitos con la costa peruana, desfavorecen a los pantanos (del río Tigre) al tener que ser cruzados por algún tipo de vía terrestre –una carretera, un ferrocarril o una línea eléctrica. Por lo tanto, se ve la necesidad de considerar en estas propuestas la evaluación de los impactos ecológicos sobre estos ecosistemas únicos”, explicó Tim Baker.
El investigador hizo referencia a los impactos que significaría el construir en medio de los pantanos del río Tigre, “porque esto originaría la liberación de carbono que aumentaría el calentamiento global”.
Gabriel Quijandría, exviceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales del Ministerio del Ambiente peruano (Minam), explicó que la construcción de una línea de transmisión puede afectar a los pantanos de gran manera.
Un caso concreto es el proyecto de línea de transmisión entre las ciudades de Iquitos y Moyobamba, que podría pasar en medio de uno de nuestros grandes humedales.
El exviceministro indicó que se debe priorizar tendido de la línea de transmisión alrededor de los humedales, pero no a través. “Incluso resulta más caro en términos económicos a los inversores porque si colocas la línea de transmisión en medio de los humedales, como es un terreno inundable, se necesitan construir pilotes, eso es una mayor inversión. La opción más favorable para el ambiente también es la más barata en términos económicos. “No debería haber duda para saber cuál es la mejor opción”, puntualizó.
Por otro lado, Quijandría señaló que “la capacidad de los humedales amazónicos y andinos para fijar carbono es un tema poco explorado hasta el momento. Ya se ha iniciado una evaluación en la parte científica, pero no hay experiencias concretas de generación de acuerdos de conservación que vayan por el lado de un pago por servicios ecosistémicos. Un pago del servicio que ofrecen los humedales como fijadores de carbono”.
Oportunidades locales
Para los autores del estudio lo importante es que todo vaya junto: protección ambiental, mitigación del cambio climático y desarrollo económico local. Para esto, proponen que a la par que se valore económicamente a los pantanos del río Tigre se pueda invertir lo ganado en proyectos de desarrollo para las comunidades nativas locales.
“El mecanismo REDD es una gran oportunidad. El Green Climate Fund de Naciones Unidas valorizó los humedales en el Datem del Marañón en 6 millones de dólares. Un dinero similar podría invertirse en proyectos locales como el mercado de palmeras, el turismo sostenible”, enfatizó Tim Baker.
Otro negocio sostenible podría ser el cultivo del aguaje, una de las especies más comunes en estos pantanos. “Esta fruta tiene un gran potencial en el mercado nacional e internacional debido a su sabor agradable y su alta concentración de vitamina A. Se puede cosechar la fruta usando subidores de palmeras. El desarrollo del mercado para esta fruta, ligado con un esfuerzo coordinado para colectar las frutas en una forma sostenible, es una ruta para promover la conservación en esta región”, comentó a Mongabay Latam, la coautora del estudio Eurídice Honorio, del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana.
“Con la protección de los pantanos todos ganan. Los donantes con los bonos de carbono, las comunidades con los proyectos locales y el mundo con la mitigación del cambio climático”, manifestó por su parte Baker.
Foto de portada: Oscar Jarama / IIAP.