- Tortugas, iguanas y boas figuran entre los animales más demandados por los traficantes de especies silvestres.
- Una tortuga taricaya o motelo puede costar entre 10 y 50 soles en el mercado local, mientras que una boa mantona puede venderse hasta en 1000 soles.
Las llevan en cajas o en maletas y, generalmente, las transportan en buses como si fueran parte del equipaje. Ese es el destino de las iguanas, tortugas y serpientes de Perú que son extraídas de su hábitat natural por traficantes para luego venderlas al mejor postor que las demanda para incluirlas en colecciones privadas, en rituales tradicionales o simplemente usarlas como mascotas.
“Tienen alta demanda para coleccionistas, que buscan especies raras o únicas. Y en el caso de que las tengan como mascotas, creen que no necesitan mucho cuidado o espacio, solo un jardín o un terrario donde colocarlas”, explica Yovana Murillo, coordinadora de tráfico y salud de la vida silvestre de la Wildlife Conservation Society (WCS).
Murillo señala que entre las especies más vendidas están la tortuga motelo (Chelonoidis denticulata), la tortuga taricaya (Podocnemis unifilis) y la iguana verde (Iguana iguana).
De acuerdo con un estudio de WCS realizado en mercados, entre los años 2016 y 2017 alrededor de 650 especímenes de 10 especies de reptiles fueron rescatadas de las garras del tráfico ilegal. Muchas de ellas figuraban como amenazadas en la lista de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
Entre las especies más buscadas por los traficantes, además de las antes mencionadas, figuran la boa mantona (Boa constrictor), el caimán de anteojos (Caiman crocodilus), la tortuga tapaculo liso (Kinosternon leucostomum), la tortuga charapa (Podocnemis expansa) y la tortuga matamata (Chelus fimbriatus).
Este escenario es preocupante si tomamos en cuenta que el Perú es uno de los países con mayor diversidad de reptiles en el mundo con 446 especies registradas.
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Las especies más buscadas
1.- Iguana verde (Iguana iguana)
Son originarias de los bosques húmedos tropicales de América Latina. Es atractiva por su color verde brillante cuando son juveniles, pero de adultos tienden a cambiar a tonos de verde, naranja, café olivo o gris. Puede alcanzar hasta 2 metros de longitud y solo la cola abarca la tercera parte de su tamaño. Es una especie acostumbrada a vivir en temperaturas entre los 25 y 32 grados centígrados. Usan la dentadura y la cola para defenderse, y en algunos casos, esta última puede desprenderse como mecanismo de escape. En pocas semanas, esta vuelve a crecer para reemplazar la cola perdida, según se explica en la guía de Identificación y cuidados iniciales de animales silvestres decomisados o hallados en abandono, publicado por el Servicio Nacional de Flora y Fauna Silvestre y la WCS.
La iguana verde, además, figura en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Esto quiere decir, que no está amenazada pero que podría estarlo si no se logra controlar el tráfico ilegal. Un dato más: en Internet son ofertadas hasta por 50 soles.
“Por lo menos 10 iguanas se decomisan cada semana”, comenta a Mongabay Latam la bióloga Pilar Ayala, representante de la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre de Lima del Serfor.
2.- Tortuga taricaya (Podocnemis unifilis)
Esta especie habita en toda la Amazonía peruana. En Loreto se encuentra en los alrededores de Iquitos, la cuenca del río Tapiche, la cuenca del río Putumayo y la cuenca del río Santiago.
Tras la recuperación de la población de esta especie en la Reserva Nacional Pacaya Samiria, se aprobó su comercio de manera legal, siendo su principal mercado los países asiáticos, como Hong Kong. No obstante, es una de las especies de tortugas más buscadas en el mercado ilegal.
De acuerdo con estadísticas de WCS, entre los años 2000 y 2015 se incautaron 7871 reptiles vivos en 21 departamentos de Perú, siendo la taricaya una de las especies más impactadas con 2166 individuos.
“Las tortugas taricayas se venden entre 10 y 20 soles en Lima. Sin embargo, las crías difícilmente sobreviven, sobre todo en invierno, debido al clima frío, pues se trata de una especie acostumbrada a vivir en la selva, en temperaturas más altas”, explica la suboficial de la Policía, Lourdes Ambía, investigadora del departamento de fauna silvestre de la División contra la Tala Ilegal y Protección de los Recursos Naturales.
De acuerdo con la Estrategia nacional para reducir el tráfico ilegal de fauna silvestre en el Perú, las taricayas y sus huevos sonextraídos de la Reserva Nacional Pacaya Samiria y llevados luego hasta Iquitos por el río Marañón. La suboficial Ambía explica que las tortugas son transportadas por vía fluvial hasta alguna zona en la que se tenga acceso a una carretera, para continuar después el viaje por tierra.
Actualmente la tortuga taricaya figura como Vulnerable en la Lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y en el Apéndice II de la la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
3.- Tortuga motelo (Chelonoidis denticulata)
Entre las tortugas terrestres, la motelo de patas amarillas es la que más se comercializa en el mercado ilegal. Se distribuye en toda la cuenca Amazónica de América del Sur y en Perú ha sido registrada en varias de las cuencas de las regiones de Loreto, Ucayali, Madre de Dios, Huánuco y Pasco, se indica en la Guía de reconocimiento para el control del tráfico ilegal de tortugas terrestres y de agua dulce del Perú, publicado por WCS.
Es una especie que se alimenta de frutos, hierbas, raíces, carne en descomposición y moluscos. Por eso, explica la especialista de la Policía, que lleva más de una década dedicada a la fauna silvestre, que uno de los problemas que se presentan cuando las compran para tenerlas como mascota es su alimentación. “Los animales están acostumbrados a un tipo de alimentación de acuerdo a su hábitat”, señala Lourdes Ambía y agrega que cuando el hombre les da de comer una dieta distinta, “muchas veces mueren”.
Según Yovana Murillo, de WCS, las tortugas motelo se venden a 15 soles en algunos mercados urbanos de la Amazonía peruana. En Lima o zonas de frontera como Tumbes, su precio aumenta hasta los 50 soles. “En la zona de frontera Perú-Ecuador se han registrado precios en dólares y en internet son muy similares a los mercados de zonas urbanas”.
También catalogada como Vulnerable en la Lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
4.- Tortuga matamata (Chelus fimbriatus)
Habita en cochas de aguas oscuras, humedales amazónicos y, ocasionalmente, en charcas temporales. Vive en las regiones de Loreto y Ucayali, y con menor incidencia en Madre de Dios. Es carnívora y prefiere cazar durante la noche, esperando pacientemente a que su presa llegue cerca de su amplia cavidad oral, pues al abrirla, se forma un embudo con el que aspira su alimento. Así la describe la Guía de reconocimiento para el control del tráfico ilegal de tortugas terrestres y de agua dulce del Perú, cuya publicación también señala que ocupa el segundo lugar entre las tortugas de río que más se negocia en el mercado ilegal.
En una búsqueda en internet, una tortuga matamata puede costar entre 140 y 180 euros, según un aviso que indica entregas en ciudades de España, uno de los países que figura en la lista de las naciones europeas hasta donde llegan estas especies provenientes del tráfico de especies.
La tortuga matamata no ha sido aún evaluada, por eso no figura como especie amenazada en la Lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
5.- Boa mantona (Boa constrictor)
Conocida también como mantona en Perú, mide entre 50 centímetros y 4 metros. Son animales solitarios y nocturnos. En los últimos años se han vuelto populares como mascotas exóticas, por lo que ha aumentado el tráfico ilegal.
Esta especie también es capturada por su grasa, que suele ser demandada para rituales tradicionales. “Las boas las venden para que se utilicen en actividades de chamanismo y sus pieles se exhiben con fines decorativos”, explica la bióloga del Serfor. Por lo menos 10 millones de pieles de reptiles se venden en el mundo cada año, indica un estudio de WCS y Serfor.
La suboficial Ambía comenta que en Lima se han encontrado boas mantonas que son ofrecidas como mascotas a 1000 soles.
La especie figura en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
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Riesgos para la salud
La especialista de WCS explica que los reptiles, como las tortugas y las iguanas, son fáciles de camuflar y transportar, pues se trata de especies pequeñas, que no emiten sonidos y que son difíciles de detectar por las autoridades. “Incluso si se transportan a temperaturas frías, se quedarán muy quietas ya que su metabolismo está vinculado a la temperatura”.
La suboficial de la Policía, por su parte, señala que los traficantes muchas veces recubren las cajas o maletas por dentro con papel metálico para evitar que los animales sean detectados en los controles de los aeropuertos. Agrega que lo usual es que utilicen el transporte terrestre y fluvial para movilizar a estos animales, pues por estas vías hay menos control que en los aeropuertos.
Entre los países del exterior que más demandan los reptiles provenientes de Perú están Holanda, Bélgica, Austria, Suiza, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y España. En Asia, Hong Kong, Singapur, Japón y Filipinas son los países en los que más se venden; mientras que en América, estos animales son enviados a Estados Unidos y Canadá.
Pero los animales no solo salen de Perú para ser utilizados como mascotas, sino también los buscan para incluirlos en investigaciones para la producción de medicamentos. Y a esto se suma la demanda de la industria de cuero y pieles.
En cuanto a los riesgos para la salud, los expertos explican que los reptiles son también portadores de bacterias como la Salmonella. En Estados Unidos, entre 2011 y 2013, se reportaron 473 personas enfermas por manipular tortugas pequeñas. El 70 % eran menores de 10 años.
Para Murillo, se deben realizar diversas acciones para controlar este delito, empezando por desarrollar campañas de educación para evitar que estas especies ingresen dentro del circuito del tráfico ilegal. “Debemos entender que un reptil no es una mascota ni un adorno para la casa. Son animales que pueden causarnos lesiones e inclusive transmitirnos enfermedades”.