- En esta zona se permitirá solo pesca artesanal tradicional y queda prohibida la pesca industrial.
- La administración será compartida entre seis representantes del pueblo Rapa Nui y cinco del Estado.
Más de 579 368 kilómetros de área marina costera estarán ahora protegidas en Chile. Especies marinas como la ballena azul (Balaenoptera musculus), la ballena minke (Balaenoptera bonaerensis), la ballena jorobada (Megaptera novaeangliae) o el cachalote (Physeter macrocephalus) podrá vivir tranquilas gracias la creación del Área Marina Costera Protegida De Múltiples Usos Rapa Nui, ubicada en la provincia de Isla de Pascua, región de Valparaíso.
Si a esta nueva zona protegida se le suma el Parque Marino Motu Motiro Hiva, entonces se está hablando del área marina protegida más grande de América Latina, con 720 000 kilómetros cuadrados.
Anakena Manutomatoma, representante del pueblo Rapa Nui en la Comisión de Desarrollo de la Isla de Pascua (Codeipa), destaca la facultad que se concede a su pueblo para desarrollar exclusivamente la pesca artesanal y sostenible entre las cero y 200 millas de mar, eliminando por completo la pesca industrial. “Nuestro pueblo tienen una forma sustentable de pesca. Lo hacemos de manera tradicional, con una línea de anzuelo, carnada y piedras, así tomamos solo lo que la madre naturaleza nos ofrece”, dice la líder indígena.
“No tenemos nada igual que se haya hecho antes en Chile. Esto significa darle derechos exclusivos de pesca a los indígenas”, agrega Carlos Gaymer, director del Núcleo Milenio de Ecología y Manejo Sustentable de Islas Oceánicas (Esmoi). El pueblo Rapa Nui es originario de la isla del mismo nombre, también llamada Isla de Pascua, situada en medio del Océano Pacífico. Cuenta con una población aproximada de 7 500 habitantes, de los cuales casi 4 000 pertenece a esta cultura tradicional.
El también profesor del Departamento de Biología Marina de la Universidad del Norte de Chile asegura que la definición de esta nueva zona marina protegida permitirá una explotación de los recursos con bajo impacto. “Estamos hablando de pesquería artesanal y de pesca tradicional en las 200 millas”.
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Especies bajo protección
El director de Esmoi señala que cuando se crea un área reservada surgen necesidades de investigación y se presentan desafíos como la actualización de las líneas de base y de los trabajos de exploración en zonas donde se desconoce qué especies existen. “Nuestro centro de investigación ha estudiado esta zona los últimos años, pero hay extensiones de mar entre las 50 y 200 millas de las que no se sabe nada y eso hay que investigarlo”.
Entre las especies que sí se han registrado y que serán protegidas se encuentran también el zifio de Cuvier (Ziphius cavirostris), el zifio de Blainville (Mesoplodon densirostris), la falsa orca (Pseudorca crassidens), la ballena piloto (Globicephala sp.), el delfín nariz de botella (Tursiops truncatus) y el delfín común (Delphinus sp.).
Además, también figuran aves marinas como el Phaethon rubricauda, petreles, gaviotas y piqueros, y especies hidrobiológicas como el atún de aleta amarilla o kahi (Thunnus albacares), el atún de ojos grandes (Thunnus obesus) y el mahi mahi (Coryphaena hippurus), entre otros.
Pero no solo la fauna estará resguardada en Rapa Nui, sino que la designación del área alcanza al suelo y subsuelo marino, en particular, a los arrecifes de coral y especies asociadas, montes submarinos y fuentes hidrotermales.
Emily Owen, oficial del Proyecto Legado para los Océanos de Pew Bertarelli, considera que el área marina protegida representa un tremendo aporte a la conservación de los océanos a nivel global. “Un área que alberga 140 especies únicas que no se encuentran en ningún otro lado del planeta estará protegida de actividades de extracción industrial, incluyendo la pesca industrial y la minería”.
Owen agrega que en el mar de Isla de Pascua existen 27 especies incluidas en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), 10 de ellas en peligro o situación crítica. Estas son: atún de aleta azul, tiburón martillo, albatros de ceja negra, fardela de Fénix, fardela de Henderson, golondrina de mar polinésico, tortuga laúd, tortuga verde, tortuga cabezona y ballena azul. Señala además que “gracias a un alto grado de especies endémicas, en particular de moluscos y esponjas, Isla de Pascua es un hotspot de endemismo a nivel mundial”.
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Los riesgos que enfrenta la zona marina protegida
Entre los problemas que afectan al mar de Chile está la basura, principalmente plásticos, que se extiende por toda la Ecorregión de Isla de Pascua. Sin embargo, no se trata de la única preocupación. Gaymer explica que existen otros dos inconvenientes que ocurren en los sectores más costeros.
El primero es la ausencia de alcantarillado en la isla, que resulta en la filtración de aguas servidas a las zonas costeras, frente al pueblo de Hanga Roa. “Esta isla volcánica es muy porosa y hasta ahora se desconoce el impacto de estas filtraciones”.
El segundo es la escorrentía que ocurre durante las lluvias y ocasiona que las zonas costeras reciban aportes de sedimentos y nutrientes. “Eso explicaría en gran parte la mayor productividad que se observa en la costa de la isla. Pero sus efectos se producen en las millas cercanas a estas costas. Hemos observado la presencia de corales muertos entre 80 y 100 metros de profundidad, además de praderas de cianobacterias, que podrían deberse a los aportes de la tierra. Algo que aún estamos investigando”, explica el catedrático.
Para Ludovic Burns Tuki, director ejecutivo de Mesa del Mar, institución que reúne a más de 20 organizaciones locales de la isla, sostiene que una amenaza seria en el mar de Rapa Nui era la pesca industrial, actividad que ha quedado prohibida. “Se elimina ese riesgo porque solo se permitirá pesca artesanal y tradicional y de uso exclusivo para el pueblo. Logramos que dentro de esta área protegida toda actividad industrial que no se alinea con las costumbres y tradiciones del pueblo Rapa Nui queden prohibidas”.
El director de Mesa Mar también señala que otro peligro al que estaban expuestos era la exploración minera, actividad que hasta ahora no se ha dado en esta parte del mar, pero se mantenía como una amenaza latente. “La extracción minera era un riesgo porque en la zona de exclusión económica contamos con fuentes termales, que también son centros de acumulación de minerales. Entonces era un peligro sobre las especies, pero también sobre los ecosistemas como los montes submarinos, las columnas de agua y otros ecosistemas particulares que rodean la isla”.
Para Manutomatoma el principal riesgo para las especies marinas es la pesca furtiva que arrasa con los peces grandes como el atún.
La representante del pueblo Rapa Nui también recordó que la contaminación más grave en las costas se debe a los desechos de plástico. Se conoce que hasta la Isla de Pascua llegan toneladas de plásticos provenientes del continente que viajan a través de los giros oceánicos, así como redes de pesca, boyas de diversos países, entre otros restos que llegan de alta mar.
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Un proceso de varios años
El proceso de creación de esta área surgió en los años 2011 y 2012, cuando se crea la primera organización local de conservación marina, la comunidad indígena Tapu, que lideró este proceso. En el 2014 se promueve la organización de un Cabildo del Mar cuyo resultado fue la propuesta de creación del área protegida.
Para que se concrete, en setiembre de 2017, el Ministerio del Medio Ambiente llevó a cabo un proceso de consulta indígena que concluyó con un 62 % de la población a favor de la creación de la zona reservada, así como la decisión de que la administración y gestión se realice de manera conjunta con el Estado a través de un consejo directivo compuesto por seis representantes del pueblo Rapa Nui y cinco del gobierno.
“La decisión de que la administración de la zona reservada esté en manos de un consejo directivo mixto —gobierno y pueblo Rapa Nui— con una mayoría indígena indica un avance en el reconocimiento de derechos de los pueblos originarios”, manifiesta Cristian Terongo, de la subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, una de las instituciones del Estado que estará presente en el consejo directivo.
El funcionario sostiene que el mar tiene un significado profundo en la cultura Rapa Nui, desde la espiritualidad porque representa cómo arribaron a esas tierras y cómo se relacionan con el resto del mundo. “Sus recursos son vitales para un pueblo que llegó navegando y seguirá navegando mientras su cultura se mantenga viva”.
El director de Mesa del Mar dice que para los polinésicos —la Isla de Pascua está en la Polinesia y pertenece a Chile— la conservación es un tema que ha existido desde sus tradiciones culturales. “Estamos felices porque en la negociación que hicimos con el Estado logramos que se considere seis representantes de nuestro pueblo. Por tanto, siempre habrá una mayoría Rapa Nui para la toma de decisiones.
Manutomatoma, la líder indígena comenta que ha sido un logro que el mar sea manejado por su mismo pueblo. “Ya empezamos a hacer el llamado para elegir a las seis personas que formarán parte de este consejo. La votación será a fines de julio para luego empezar a elaborar el Plan General de Administración”.
La nueva zona protegida permitirá además que se realicen actividades como ecoturismo, investigación científica, educación, actividades culturales y conservación ambiental, siempre que no se contrapongan a los objetivos de conservación.
“Estamos contentos de poder proteger nuestro océano. Nuestra intención es resguardar y cuidar lo de hoy para que tengamos un mañana. Esperamos como pueblo e isla llevar adelante estos grandes trabajos y ser un ejemplo para el mundo”, sentencia la representante del pueblo Rapa Nui.
Foto portada: Núcleo Milenio de Ecología y Manejo Sustentable de Islas Oceánicas (Esmoi).