- Se calcula que la población de esta ave endémica no supera los 300 ejemplares en todo el país.
- Hace dos semanas se inauguró la Reserva Paraba Barba Azul Laney Rickman para proteger exclusivamente a esta especie.
Bellísima por sus colores, entre turquesa y azules en sus alas, y amarillo en su pecho, la Paraba Barba Azul enfrenta una dura batalla contra la extinción. Hasta ahora, y según cifras del Libro rojo de la fauna silvestre de vertebrados de Bolivia, el número de individuos de esta especie no supera los 300 en todo el país. Se trata de una cifra preocupante puesto que es un ave endémica de Bolivia y su desaparición significaría su extinción en todo el planeta.
Sin embargo, la paraba barba azul (Ara glaucogularis) no está sola en esa lucha por su supervivencia. Hace apenas dos semanas, la Asociación Armonía inauguró la Reserva Paraba Barba Azul Laney Rickman, un territorio de 680 hectáreas de sabana tropical, ubicado en el municipio de Loreto, en el departamento de Beni.
Este territorio se convierte así en la segunda zona reservada para proteger a esta especie, que se suma a las 11 mil hectáreas de la Reserva Natural Paraba Barba Azul creada en el año 2008, por la misma organización.
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Dos refugios únicos
Tjalla Boorsma, director de Programas de Conservación de la Asociación Armonía, explica que esta especie habita en dos zonas del departamento del Beni. La primera corresponde a la reserva creada en el 2008 ubicada en el norte, en el municipio de Santa Ana de Yacuma y, la segunda, que se acaba de inaugurar, se encuentra al sur, en Loreto.
En esta última reserva, explica Boorsma, se instalaron nidos artificiales desde hace once años, cuando el terreno era un rancho llamado Esperancita. El proyecto ha dado frutos y en todo este tiempo han nacido 76 pichones de paraba barba azul en las cajitas preparadas para que las aves puedan anidar.
- Se calcula que el número de parabas barba azul no supera los 300 en todo Bolivia. Foto: Asociación Armonía.
- La Reserva Paraba Barba Azul Laney Rickman cuenta con nidos artificiales. Foto: Asociación Armonía.
El programa de nidos adoptivos es una de las formas de proteger la reproducción de la especie, amenazada principalmente por la degradación de su hábitat, el tráfico de especies y el uso de sus plumas en danzas tradicionales.
Se trata de cajas de madera, de unos 10 centímetros de lado, instaladas en los árboles para que las parejas de parabas tengan a sus crías. De acuerdo con la última observación de Boorsma, siete parejas están utilizando los nidos artificiales y aunque no todas las aves anidan en estas cajas, muchas de ellas llegan para refugiarse por la noche.
- Las plumas de la paraba barba azul se utilizaban en la indumentaria de la danza El Machetero. Foto: Fundación para la Conservación de los Loros en Bolivia.
Otro problema que han enfrentado durante muchos años las parabas han sido el uso de sus plumas en la danza El Machetero, que practican los indígenas moxeños, en el Beni. En este caso, la barba azul, junto con otras especies de parabas, se veían amenazadas por una cacería indiscriminada para elaborar los vistosos tocados hechos con sus plumas.
Se necesitaban por lo menos 18 aves para elaborar un solo tocado, pues se extraían dos plumas de sus colas para preparar la prenda. La presión por esta causa fue incesante, pero en los últimos años, las comunidades han optado por utilizar plumas artificiales para evitar la caza indiscriminada. “Las plumas alternativas se elaboran con palmera y tela que pueden pintarse de cualquier color. En un reciente censo en una comunidad de moxeños, en Trinidad, se constató que el 90% de los tocados de los macheteros fueron elaborados con plumas alternativas”, explica Boorsma.
El tráfico de especies hacia el exterior y su caza para mascotas también ponen su cuota en la reducción de la población de esta especie.
Esperanza de conservación
El libro El Estado de Conservación de las Aves de Bolivia, ubica a la paraba barba azul entre las 17 especies de aves que solo se encuentran en Bolivia. Está catalogada En Peligro Crítico, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Hace algunos años, se pensó que la especie se había extinguido, hasta que, en 1992, una población de 50 animales fue descubierta en el norte del Beni, en las islas de palmeras motacu, su hábitat natural, según una publicación de American Bird Conservation, institución internacional que apoya el esfuerzo para preservar la especie.
- En los últimos once años 76 pichones nacieron en los nidos artificiales. Foto: Asociación Armonía.
- El tráfico de especies es una amenaza constante para esta especie. Foto: Fundación para la Conservación de los Loros en Bolivia.
En el año 2014, esta singular ave fue declarada Patrimonio Natural del Estado Plurinacional de Bolivia, una denominación que despertó nuevamente expectativas en la recuperación de esta especie.
“Todavía quedan esperanzas”, dice Boorsma, mientras recuerda que cuando se creó la primera reserva contaron apenas 70 animales. Ahora, en esa zona protegida han sido censadas 155 individuos. “Desde el 2008 hacemos el monitoreo y cada año aumenta”, dice aliviado.
- La observación de aves es un proyecto de turismo que se implementará en la nueva reserva. Foto: Asociación Armonía.
En cuanto a la nueva reserva del sur, su población ha sido censada en 80 animales, aproximadamente, pero se cree que, con el proyecto de nidos artificiales, este número se incrementará en los próximos años.
Los planes para este nuevo espacio de protección también incluyen la ganadería sostenible, la creación de un centro de interpretación y la protección del hábitat que, según recientes observaciones, también incluye a la palma real o aguajal (Mauritia flexuosa), pues se han vistos parabas barba azul anidando en estas palmeras.
A ello se debe sumar un programa de turismo de observación de aves, un plan que se está elaborando para ser implementado en la nueva reserva y que podría significar ingresos importantes para hacer autosostenible la zona protegida.
- La paraba barba azul es una de las 17 especies de aves que solo se encuentran en Bolivia. Foto: Asociación Armonía.
José Antonio Díaz, director Ejecutivo de la Fundación para la Conservación de los Loros en Bolivia, explica que desde el año 2014 existe una alianza entre varias instituciones en el Beni para evitar la extinción de esta especie. Para ello, realizan actividades de monitoreo, protección de nidos en las áreas reproductoras, investigación y actividades de educación ambiental.
Díaz también menciona que la Reserva Paraba Barba Azul Laney Rickman forma parte del Área Protegida Municipal Gran Mojos, en Loreto, creada en febrero de 2016 y que entre sus objetivos está la protección de esta especie emblemática del Beni.
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