- La falta de recursos limitó la labor de investigación de los científicos que trabajan en la conservación de la biodiversidad de Venezuela.
- La presencia de mafias criminales y mineros ilegales agudiza la crisis por el Arco Minero del Orinoco.
Durante el 2018, la crisis política, social y económica en Venezuela se trasladó a la gestión ambiental. La falta de recursos limitó la labor de investigación de los científicos y debilitó el trabajo de quienes conservan la biodiversidad en el país. Uno de los casos más dramáticos ha sido la situación de abandono en el que se encuentran los zoológicos. Por otro lado, el conflicto en el Arco Minero del Orinoco se agudizó, las mafias de mineros ilegales se fortalecieron y los traficantes de drogas y combustibles aumentaron peligrosamente.
El equipo de Mongabay Latam seleccionó las diez historias ambientales de Venezuela más leídas de este año.
10. Venezuela: grupos afrovenezolanos e indígenas buscan salvar el Parque Nacional Caura con cultivos sostenibles
El Parque Nacional Caura, al sur del río Orinoco, está amenazado por la minería ilegal, la extracción de madera y la caza furtiva de la fauna silvestre. El Caura es también el territorio ancestral, reclamado durante mucho tiempo, por los numerosos grupos indígenas de la región. Desde el 2009, las poblaciones afrovenezolanas e indígenas y la ONG Phynatura firmaron una serie de acuerdos de conservación para proteger 147 000 hectáreas de bosque del Parque Nacional Caura, en la Amazonia de Venezuela. Los primeros resultados son ya visibles. Lea la historia completa aquí.
9. Crisis en Venezuela: 200 agricultores invaden la Estación Experimental Caparo
La Estación Experimental Caparo abarca 7000 hectáreas de la reserva forestal del mismo nombre en Barinas. Ahí se protege una de las últimas extensiones existentes del bosque llanero colombo-venezolano, hábitat del mono araña marrón, uno de los 25 primates más amenazados del mundo. En enero de 2018, 200 miembros de la Cooperativa Embajadores de Cristo 777 invadieron la Estación. La cooperativa invasora reclamó inmediatamente la propiedad de una porción de la Estación Experimental, tierra gestionada por la Universidad de los Andes y la porción más conservada biológicamente de la degradada Reserva de Caparo. Lea la nota completa aquí.
8. Venezuela: militarización y minería son una mezcla peligrosa en la Amazonía
En el 2016, el presidente Nicolás Maduro anunció la apertura del Arco Minero del Orinoco, una vasta región al sur de Venezuela que cuenta con alrededor de $100 mil millones en oro, diamantes y coltán sin explotar. El territorio es, además, uno de los ecosistemas más biodiversos de la Amazonía. Maduro creó una “Zona Económica Militar” para proteger la región, sin embargo, con esa medida, el conflicto se agudizó. Hoy, el ejército tiene una gran presencia allí, aparentemente para reducir la influencia de las pandillas organizadas que realizan actividades mineras ilegales. En realidad, todo apunta a que los militares están también involucrados en estas actividades. Los mineros de pequeña escala, las comunidades indígenas y tradicionales y el medio ambiente han sido los grandes perdedores en esta lucha por el poder y la riqueza. Lea la nota completa aquí.
7. Inundaciones en Venezuela: más de 60 mil damnificados tras el desborde del río Orinoco
Las fuertes lluvias causadas por 33 de las 60 ondas tropicales esperadas para este año en Venezuela produjeron la crecida más grande registrada desde 1976. Las lluvias afectaron a más de 60 000 personas y cientos de familias perdieron todo lo que tenían. Siete estados del país fueron declarados en emergencia y los más golpeados fueron Amazonas, Apure, Bolívar y Delta Amacuro. Estos cuatro concentran la mayoría de las poblaciones indígenas de Venezuela. Un estudio señaló que estas inundaciones anuales podrían provocar este desastre por la mala planificación urbana, la deforestación y la falta de medidas de control y mitigación. Lea la historia completa aquí.
6. Crisis en Venezuela: la pelea por conservar manatíes, caimanes y tortugas
En medio de la crisis en Venezuela, de las denuncias por el robo de especies silvestres y de los zoológicos que han tenido que cerrar sus puertas por la escasez de recursos, es posible encontrar enormes esfuerzos de ciudadanos para conservar su biodiversidad. Un zoológico, por ejemplo, apeló al compromiso ambiental de sus trabajadores, que ganan 18 dólares al mes, para conservar una exhibición de manatíes y a sus crías, mientras que un grupo de científicos intenta sacar adelante un censo de caimanes del Orinoco sin recursos logísticos y con grandes riesgos de seguridad en las salidas de campo. Lea la historia completa aquí.
5. Derrames de petróleo en Venezuela aumentan y gobierno no revela el impacto real
Dos nuevos derrames de petróleo en la Península de Paria y el río Guarapiche despertaron las alertas de la ciudadanía y de los especialistas. La demora para controlar el avance del crudo, la contaminación de las fuentes de agua y el impacto en la biodiversidad, obligaron al gobierno a señalar a posibles culpables. Sin embargo para los expertos una de las mayores dificultades fue la falta de información oficial. Mientras tanto, para los pobladores de Maturín, capital del estado oriental de Monagas, situada junto al río Guarapiche, es inevitable recordar el derrame de petróleo vivido hace seis años, una tragedia que esperaban no volver a ver jamás. Lea la historia completa aquí.
4. Venezuela: invasión de mineros ilegales en Carabobo provoca redada militar y 3000 detenciones
Gregorio y su hermano cuentan que fue fácil convertirse en mineros artesanales de oro. Encontraron el metal precioso un día en las orillas del Pira Pira, un pequeño arroyo que abastece a la comunidad agrícola de Palmarote, en el estado de Carabobo. Lo que al principio parecía una buena fortuna, se convirtió en una pesadilla. El descubrimiento estimuló una fiebre del oro ilegal que devastó el paisaje, contaminó el suministro de agua de la comunidad y, finalmente, dio lugar a una redada militar en enero que detuvo a 3000 mineros. Lea la historia completa aquí.
3. El último glaciar de Venezuela no tiene quien lo estudie
Venezuela será el primer país en perder sus glaciares, es lo que dicen constantemente los expertos, y es, lamentablemente, lo que está sucediendo. La Corona es el último de los glaciares venezolanos que queda y tiene los días contados. Está ubicado sobre el pico Humboldt y solo conserva 0,2 kilómetros cuadrados de nieve. Los científicos venezolanos solo pueden monitorear este fenómeno con fotos satelitales y sensores remotos, pues no cuentan con fondos para realizar expediciones y recolectar muestras. La última visita pudieron hacerla en el 2014. Lea la historia completa aquí.
2. Crisis económica en Venezuela: ciudadanos cazan especies silvestres y animales de zoológico
Venezuela sufre una crisis económica terrible y ha habido un colapso en la productividad agrícola, el transporte comercial y otros servicios, lo cual ha tenido como consecuencia una grave escasez de alimentos. Como resultado, muchas personas han buscado alimento donde sea. Eso incluye animales silvestres como la tonina costera (Sotalia guianensis), el flamenco rosado del Caribe (Phoenicopterus ruber), varias especies amenazadas de tortugas marinas y burros salvajes de la cuenca del lago Maracaibo, que una vez fue el centro del a producción petrolera del país. Del mismo modo los zoológicos de Venezuela sufren la escasez de materiales esenciales y han informado del robo de animales para ser utilizados como alimento, según declaraciones de algunos trabajadores. Lea la historia completa aquí.
1. Explotación, deforestación y muerte en el Arco Minero de Venezuela
En el 2016, el gobierno de Nicolás Maduro entregó concesiones mineras en 112 000 kilómetros cuadrados que abarcan una parte de la región norte del Estado de Bolívar y de Amazonas, al sur del río Orinoco. En este territorio, denominado precisamente el Arco Minero del Orinoco —o Arco Minero de Venezuela—, empresas nacionales y extranjeras pueden hoy explotar legalmente coltán, oro y diamante. En este territorio, que se superpone a cinco parques nacionales, conviven mafias, mineros ilegales, traficantes de drogas junto con indígenas que se han sumado a las labores mineras, así como militares y exintegrantes de las FARC. Desde el inicio, ambientalistas y científicos se opusieron a esta decisión, ya que el gobierno venezolano no cumplió con realizar un estudio de impacto ambiental ni con realizar una consulta previa a los pueblos indígenas, como manda la Constitución. La situación en esa zona se vuelve cada vez más conflictiva. Lea la historia completa aquí.
Imagen principal: Franco León, un joven minero que padece de malaria, inspecciona un subterráneo cercano. Foto: Bram Ebus.
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