- Gran expectativa causó la primera cita de los anfibios más famosos de Bolivia que viven en cautiverio en el Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny.
- Los científicos del museo aseguran que la cita fue un éxito y confían en que la especie logrará reproducirse.
La primera cita entre Romeo y Julieta finalmente se concretó. Luego de una década de soledad de Romeo y tras conocer a su Julieta en enero de este año, las dos ranas acuáticas Sehuencas (Telmatobius yuracare), que enfrentan el peligro de extinción, tuvieron su primer encuentro el lunes 1 de marzo, con la esperanza de lograr su reproducción.
Fue su primera cita y ya tienen la responsabilidad de preservar su especie. La pareja fue colocada por unos minutos en un acuario nuevo para evaluar su reacción. Luego las llevaron al acuario de Romeo. “Vimos que estaban tranquilos y los trasladamos al espacio de Romeo. Ahí sucedió todo”, cuenta Teresa Camacho Badani, jefa del departamento de Herpetología del Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny, de Cochabamba, Bolivia.
La historia en 1 minuto. Video: Mongabay Latam.
La pareja se hizo famosa luego de que en febrero del 2018, los científicos de Centro de Cría en Cautiverio K’ayra, en Bolivia —donde permanecía Romeo por más de una década completamente solo— lanzaran una campaña para buscar a su Julieta.
Pero más que una historia de amor, este primer apareamiento —denominado amplexo— es una cuestión de supervivencia, pues la población de la rana acuática Sehuencas se ha reducido drásticamente debido a la pérdida de su hábitat, a la introducción de especies exóticas, a la contaminación y al cambio climático. Esta especie figura como Vulnerable en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), sin embargo, la información data del 2004 y, según la misma UICN, es necesaria una actualización.
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La expectativa del primer encuentro
Camacho narra cómo Romeó se unió a Julieta por primera vez. “Eso fue maravilloso”, dice. Después de dos años —continúa— Romeo volvió a cantar, se acercó a Julieta, luego se alejó un poco, regresó y abrazó a la hembra. El encuentro duró alrededor de 15 minutos.
“Creemos que esta primera cita ha sido exitosa, pues Romeo ha dado señales de que está listo y ansioso por reproducirse”, celebra la investigadora. Sin embargo, menciona que Julieta aún no ha puesto huevos, aunque tiene la esperanza de que lo hará en un futuro cercano.
Por ahora, ambas ranas viven en el acuario de Romeo, en el Centro de Cría en Cautiverio K’ayra, que forma parte del museo. Y desde que están juntos Romeo ha sido muy dulce con Julieta, la ha seguido por el acuario y hasta ha sacrificado sus comidas de gusanos por ella.
Durante el amplexo de las ranas, el macho abraza a la hembra hasta fertilizar sus huevos cuando estos son depositados en el agua. Algunas especies de anfibios pueden permanecer apareados durante semanas o incluso meses.
La preparación de ambos animales antes del apareamiento también se hizo con mucho cuidado. Romeo y Julieta fueron examinadas minuciosamente para descartar la presencia de la quitridiomicosis, una enfermedad infecciosa mortal producida por un hongo que afecta a los anfibios de todo el planeta y pone en riesgo su supervivencia. Además se evaluó la presencia de posibles parásitos.
“Era muy importante tomar precauciones antes de que estuvieran juntos, por ello, tuvimos que hacer varios análisis”, comentó Chris Jordan, coordinador de Centroamérica y Andes tropicales de Global Wildlife Conservation (GWC). El experto precisó que los resultados fueron satisfactorios. Sin embargo, se consultó con expertos alrededor del mundo para estar seguros de que todo marche bien.
Alternativas de reproducción
El primer apareamiento de esta especie en cautiverio también significa un aprendizaje para los investigadores. “No sabemos mucho de su reproducción. Tenemos que estar atentos, pues todo lo que pase con Romeo y Julieta será nuevo para la ciencia”, añade Jordan.
Por ahora, el encuentro ha dejado enseñanzas sobre el comportamiento de la especie. Por ejemplo, se ha descubierto que Romeo tiene dos cantos diferentes, uno de ellos para cuando está con Julieta. También se ha observado que mueve rápidamente los dedos de los pies al estar cerca de su pareja, quizá se trate de una conducta específica para impresionar a la hembra.
Los científicos están empeñados en lograr la reproducción natural de la especie y permanecen atentos a todos los detalles de su comportamiento, de tal forma que puedan replicar y mejorar estas condiciones.
Pero Romeo y Julieta no son la única esperanza. En el Centro K’ayra, otras cuatro ranas acuáticas de Sehuencas viven en cautiverio. Son dos parejas que fueron halladas durante las cuatro expediciones que se organizaron para encontrar a Julieta, en los bosques nublados del límite entre Cochabamba y Santa Cruz.
En esos recorridos —entre noviembre y diciembre de 2018— se ubicó primero a un macho, luego a Julieta y tres ranas más, un macho y dos hembras. Por primera vez en una década se tenían cinco anfibios Telmatobius yuracare juntos y en estado silvestre.
Ahora la expectativa recae también en las otras dos parejas, que recién están mostrando signos de estar preparadas para la reproducción y por eso permanecen juntas en un solo acuario. “Elegimos a Julieta porque era la más madura sexualmente cuando las encontramos. El resto no estaba reproductivamente activo”, explica Camacho.
Transcurridos tres meses desde que llegaron al Centro K’ayra, a los machos les han salido callos nupciales, una señal de que están listos para reproducirse, y las hembras están empezando a producir huevos.
Sin embargo, de no lograrse una fecundación es condiciones naturales, ya se evalúan otras alternativas. “Hemos evaluado la posibilidad de hacer la reproducción in vitro”, confiesa Camacho. Para ello, llegaría un investigador de una universidad de Australia para extraer esperma de Romeo y las otras ranitas, así como huevos de Julieta y las demás hembras. “Es nuestra última opción, pero creemos que no será necesario y que la reproducción se dará de manera natural en nuestro centro”, añade la directora del museo.
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Una pareja famosa
El año pasado, científicos del Centro K’ayra lanzaron la campaña ¡Romeo busca pareja!, una iniciativa para recaudar fondos que permitieran organizar expediciones para encontrar un ejemplar hembra que fuera la pareja de la única rana acuática yuracaré que vivía en cautiverio en el museo.
La convocatoria tuvo mucho éxito y se logró recaudar 25 000 dólares, monto que alcanzaría para diez expediciones científicas en el área de distribución de esta especie, los Andes orientales de Bolivia.
Como parte de la campaña, se creó una cuenta para Romeo en el conocido portal de citas Match.com, además de crear cuentas en otras redes sociales, convirtiéndolo en el anfibio más famoso de Bolivia.
El esfuerzo dio resultados a fines del 2018 cuando se hallaron los otros cinco ejemplares de la especie, entre ellos a Julieta. Ahora se abre un nuevo capítulo en esta historia de amor y sobrevivencia. Se espera, entonces, que el esfuerzo rinda sus frutos y pronto la pareja de anfibios más famosa de Bolivia tenga crías.
Video: Museo de Historia Natural Alcide d’ Orbigny.
Imagen principal: gif de un video de Global Wildlife Conservation
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