El drama de la ciudad que se hunde más rápido en el mundo

En realidad, a la ciudad no le falta agua dulce. Tiene 300 días de lluvia al año y 13 ríos que la atraviesan. El problema es que esa agua no se retiene, ya que las zonas que solían ser pantanos con manglares se han ido llenando y pavimentando para dejar espacio a centros comerciales y altos edificios de oficinas y viviendas. Se calcula que el 97 % de los humedales de Yakarta se han convertido en una jungla de hormigón.

En las últimas dos décadas, las zonas del norte de Yakarta, sobre todo, se han hundido 4 metros y han quedado muy por debajo del nivel del mar, lo cual ha hecho que sea casi imposible que el agua de la lluvia y del río se drene en la bahía. Eso crea un problema inmenso, dice el experto climático Dicky Edwin Hindarto, coordinador de la organización Indonesia Low Emission Network, con sede en Yakarta.

“A Yakarta no le quedan espacios verdes. Tenemos que aumentar las áreas de parques y manglares en lugar de superficies cubiertas de hormigón”.

Elisa Sutanudjaja, del grupo de expertos Rujak Center for Urban Studies (centro Rujak para estudios urbanos), está de acuerdo con la importancia de reducir el número de permisos para nuevos proyectos. Trabaja con varias organizaciones y comunidades locales para aplicar soluciones urbanas sostenibles y ha sido la impulsora detrás de la interrupción de los permisos de construcción de 17 islas artificiales en la costa norte. En una entrevista en la orilla arbolada del lago Citra, uno de los cientos de depósitos de agua dulce creados recientemente en Yakarta, Elisa explica el problema fundamental: con las lluvias torrenciales que suelen barrer la ciudad, llegan las inundaciones y el agua no tiene donde ir porque gran parte del suelo está pavimentado con hormigón o asfalto.

“Debemos detener los permisos que existen y crear nuevos espacios verdes”, dice.

El problema es tan grave que se ha citado como una de las razones detrás del plan de trasladar la capital de Indonesia a Borneo.

Se acaba el tiempo

Yayan Suprianto observa el agua que rodea su casa. Vive en una caseta hecha de tablas de madera y un tejado de estaño oxidado elevada en pilotes sobre las aguas salobres llenas de algas y basura de plástico. Es un trabajador de fábrica del oeste de Java y uno de los millones de indonesios que han llegado a la capital para buscar un trabajo y una vida mejor. La zona central de Yakarta alberga 30 millones de personas, la segunda aglomeración urbana más grande del mundo después de Tokio. Yayan vive en Kampung Teko, una aldea de 300 personas que se considera la única “aldea flotante” de Yakarta. Lo que antes eran campos de arroz exuberantes que llegaban hasta donde alcanzaba la vista ha sido remplazado por una gran extensión de agua. Años de vertidos industriales y depósito de basura de las casas cercanas han contaminado el agua, de modo que no es apta para el consumo. Las lluvias frecuentes añaden volumen de agua y llevan a inundaciones.

El gobierno ha invertido en bombas, pero no son suficiente para mantener el nivel de agua bajo.

“El agua sube cada año. Antes teníamos inundaciones solo en la estación lluviosa, pero ahora son cada vez más frecuentes con las lluvias”, dice Yayan, y añade: “probablemente tengamos que volver a nuestro pueblo”.

Los expertos dicen que la ciudad tiene una década para actuar. Seguir como hasta ahora haría que Yakarta quedara permanentemente inundada por el mar de Java y que millones de personas fueran desplazadas. Según algunos cálculos, una cuarta parte de la ciudad podría estar sumergida en cinco años, sobre todo al norte, donde viven 2 millones de personas y donde suele haber inundaciones.

El gobierno ha empezado a emprender acciones para darle la vuelta a la situación. Togas Braini es el director de geología y aguas subterráneas del gobierno provincial. Enfatiza la importancia de controlar y preservar los niveles de las aguas subterráneas con el cierre de pozos ilegales y la construcción de nuevos pozos de infiltración para recoger agua de lluvia que se pueda utilizar como fuente de agua potable. Hay unos 4500 pozos registrados en Yakarta y un número desconocido de pozos ilegales.

“Nos centramos en establecer nuevos pozos de infiltración”, dice Togas. El año pasado construyeron 1300.

Esas medidas pretenden aliviar la presión de los acuíferos al ofrecer una fuente alternativa de agua dulce. No obstante, el problema permanente de la contaminación sigue siendo un obstáculo.

En Manggarai, en el sur de Yakarta, lodo negro rezuma en los canales y el olor de las aguas residuales es fuerte. Las tuberías de la zona funcionan de forma irregular. Los residentes de Manggarai dependen de grandes tanques de agua o de agua subterránea que pueden bombear a ciertas horas.

“Dependemos de los camiones que traen agua en contenedores”, dice Hayana, residente de la zona. “No llueve desde hace tiempo y apenas queda agua subterránea”.

La limpieza

Manggarai es donde empieza el canal de inundación del oeste. Se completó en 1919 durante el gobierno colonial holandés con la intención de que llevara la escorrentía del río más grande de Yakarta, el Ciliwung, directamente al mar. Aquí, los trabajadores de saneamiento del departamento ambiental de la ciudad, conocidos como Ejército Naranja a causa de sus uniformes, limpiaron las vías fluviales de plásticos y otra basura que flotaba en la superficie. La campaña de limpieza para el canal de inundación y otros ríos de la ciudad empezó seriamente en 2016. Sumarto, que se unió al Ejército Naranja hace tres años, dice que ha habido una diferencia importante desde entonces. “Antes de que empezáramos a limpiar el río, había tanta basura que podíamos jugar al fútbol sobre ella”.

Todavía hay una cantidad visible de basura flotando, pero las plantas marinas han vuelto al fondo del canal y los insectos y peces van de un lado a otro en la superficie.

“La vida silvestre está volviendo. El siguiente paso es replantar arbustos y árboles a lo largo de los ríos”, dice Sumarto.

Se están tomando otros pasos hacia una mayor sostenibilidad. El gobierno provincial está trasladando a los habitantes de las barriadas ribereñas a viviendas sociales elevadas para ensanchar los ríos. También ha congelado los nuevos permisos para centros comerciales y está llevando a cabo la replantación de manglares en los humedales que quedan. La importancia de la sostenibilidad se reconoce cada vez más, sobre todo entre la generación de jóvenes indonesios.

El esfuerzo del gobierno para restaurar unas vías fluviales limpias y que fluyan tiene el objetivo de reducir el riesgo de inundación y ofrecer fuentes de agua dulce. El proceso muestra resultados, dice Dudi Gardesi, director de la división del gobierno provincial para los recursos del agua. Dice que un asunto importante ha sido que los distritos vecinos contaminan en secciones de los ríos aguas arriba, por lo que hace falta mayor cooperación interjurisdiccional.

“Subvencionaremos las labores de limpieza en otros distritos, construiremos nuevos pozos de infiltración y depósitos y, con las regulaciones, disminuiremos la extracción de agua subterránea”, dice.

Para conseguir un cambio real, dice Dudi, la gente debe dejar de verter basura en las vías fluviales y se deberían imponer y aplicar regulaciones estrictas sobre los vertidos de fábricas y el alcantarillado.

Eso requiere un cambio en las actitudes públicas hacia la basura, así que el gobierno está empezando con la franja demográfica más impresionable: los niños. El gobierno de Yakarta ha introducido las ciencias ambientales en el currículum escolar y se ha centrado en la sostenibilidad.

“Hemos reservado un presupuesto más alto para la educación. Creo que podemos alcanzar los objetivos para tener agua limpia en Yakarta para 2030”, dijo Dudi.

Empezar desde jóvenes

El instituto estatal nº 27, conocido como SMAN 27, es una de las aproximadamente 100 escuelas verdes de Yakarta. Son escuelas públicas en las que la ciencia ambiental es parte del currículum y se enseña sostenibilidad en todas las asignaturas. En el SMAN 27, los alumnos y los profesores han cavado 13 pozos de infiltración para recoger agua de lluvia y mitigar las inundaciones. Las botellas de plástico y los plásticos de un solo uso están prohibidos. En lugar de eso sus alumnos llevan sus propias botellas reutilizables al centro.

“La generación joven tiene una mentalidad diferente”, dice Diah Oktavia, de 16 años. “Queremos reciclar, eliminar el plástico y tener una huella de CO2 más pequeña que la generación anterior”.

Dejando de lado las escuelas verdes y los ríos limpios, el hundimiento de la megaciudad es un tema cada vez más urgente. Si añadimos el cambio climático a la mezcla, que conlleva el aumento del nivel del mar y tormentas severas, tenemos un panorama desalentador para una ciudad que ya tiene problemas para mantenerse sobre el agua.

Muara Angke es un kampung, o aldea urbana, en el norte de Yakarta. Aquí, el Ejército Naranja recoge basura de plástico en redes en forma de canasta a lo largo de un malecón construido para proteger a los residentes del avance del mar. El muro se extiende en 8 kilómetros por ahora, pero una vez esté completado ocupará 20 kilómetros.

Dahlan vive con su familia cerca del dique, en un palafito de madera. Aumentó la elevación de la casa unos metros antes de 2017, cuando esta parte del dique no se había construido aún, para escapar del aumento del nivel del mar. Ahora se enfrenta a otra amenaza inminente: lluvias cada vez más severas que causan inundaciones frecuentes.

“La lluvia se queda atrapada aquí, no tiene donde ir”, dice Dahlan, y señala al kampung encajonado por el dique.

El cambio climático y el hecho de que esta parte de Yakarta se esté hundiendo a un ritmo de 20 cm al año podría hacer que Dahlan y su familia se muden pronto a una zona menos propensa a las inundaciones.

“El gobierno ha prometido trasladarnos, la cuestión es a dónde”, dice. “No podemos permitirnos vivir en otras zonas”.

Imagen principal: un chico camina por el dique cerca de la mezquita Waladuna en Yakarta, un símbolo de la rapidez a la que se está hundiendo la tierra. Imagen de Jonas Gratzer para Mongabay.

Artículo original: https://news-mongabay-com.mongabay.com/2020/04/a-watery-onslaught-from-sea-sky-and-land-in-the-worlds-fastest-sinking-city/

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