En Colombia, cuatro hipopótamos fueron traídos por el narcotraficante Pablo Escobar en la década de los ochenta. Desde entonces, esta especie, considerada invasora desde el 2022, se ha expandido sin control en la cuenca media del río Magdalena. Su presencia impacta gravemente los ecosistemas y biodiversidad del país. #EnCorto explicamos tres claves para entender la situación.
Cuando se piensa en hipopótamos lo primero que puede venir a la mente es África. Es común encontrar a estos paquidermos de hasta tres toneladas en sabanas, ríos y lagos de la región subsahariana y en zonas del África austral. Lejos de aquel continente hay un país en donde también viven de manera salvaje: Colombia.
Todo comenzó a inicios de la década de los ochenta con la introducción de cuatro ejemplares al país. La ambición del narcotraficante Pablo Escobar —quien los compró para crear un zoológico privado— llevó al país latinoamericano a una encrucijada: acostumbrarse o no a convivir con el centenar de descendientes de aquellos mamíferos que ahora son una especie invasora del Río Magdalena, uno de los más grandes del país.
La cantidad de mamíferos va en preocupante aumento y las consecuencias negativas incluyen a los pescadores y campesinos que dependen de estas aguas, así como a una inmensidad de especies endémicas.
En tres claves te explicamos cómo los hipopótamos han colonizado el Río Magdalena, un importante afluente que nace en el suroeste de Colombia.
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