En el 2008, Ecuador se convirtió en el primer país del mundo en reconocer los derechos de la naturaleza en su Constitución. Gustavo Redín, presidente de la Coordinadora Ecuatoriana de Organizaciones para la Defensa de la Naturaleza y Ambiente (Cedenma), que agrupa a 34 organizaciones dedicadas a la conservación del ambiente, explica que el artículo 74 es “coherente”, pues demanda la no comercialización de la naturaleza en su condición de sujeto de derechos. El alcance y los efectos de este reconocimiento todavía están en discusión, pero existen ya varias sentencias constitucionales con las que se está ampliando ese entendimiento.

El gobierno de Guillermo Lasso intentó reformar este articulado constitucional en el referendo del 5 de febrero del 2023, con la pregunta ocho de la consulta: “¿Está usted de acuerdo con que las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades, puedan ser beneficiarios de compensaciones debidamente regularizadas por el Estado, por su apoyo a la generación de servicios ambientales, enmendando la Constitución de acuerdo con el Anexo 8?”. El 55,9% de la población votó “No” en esta pregunta. En general, Lasso fue considerado el perdedor de esa jornada, pues ninguna de las ocho preguntas planteadas por el ejecutivo, en su mayoría sobre seguridad, tuvo la aprobación de los votantes.

La “apropiación” a la que se refiere la Constitución se ha interpretado ampliamente como venta. Por lo tanto, al no poder vender los servicios ambientales en Ecuador, en el texto del Esquema de Compensación se habla de “retribución por conservación”. Con ello, cualquier compensación de CO2 realizada en Ecuador se sumará a la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) —es decir, a los compromisos del país en el Acuerdo de París— y no a la NDC de la nación de origen de la empresa financista. En otras palabras, los resultados de los servicios ambientales se contarán en las metas climáticas de Ecuador y no en los países cuyas empresas paguen por poder usarlos.

Panorama de los proyectos piloto de Resultados de Mitigación Transferidos Internacionalmente en el mundo. Imagen: Foro Económico Mundial y PwC

Aunque el lenguaje que esquiva un mandato de la Carta Magna, la constitucionalidad de esta norma queda en duda debido al riesgo de apropiación de los servicios ambientales, considera Gustavo Redín, quien cree que esto debe resolverlo la Corte Constitucional, pero primero, una persona o colectivo debería presentar una acción de inconstitucionalidad, algo que no ha sucedido justamente por el bajo perfil de esta normativa, frente a problemáticas urgentes que enfrenta el país, como la ley de consulta previa, libre e informada o el ataque de la minería ilegal.

“Se hizo la normativa sin que todavía el Ecuador tenga claro o haya discutido cuál es su estrategia nacional de conservación”, dice David Suárez, coordinador del programa de consentimiento libre, previo e informado para América Latina de la organización internacional Land is Life. Esta estrategia debería mitigar los impactos de actividades como la minería, tanto la concesionada como la ilegal, la apertura de redes viales y la agroindustria, que son los principales factores de deforestación en el país y lo que amenaza a sus reservas de carbono.

Sólo en la Amazonía ecuatoriana, en 2022, se registró el más alto índice de pérdida de bosque de los últimos diez años, con 18 902 hectáreas, según el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP). Eso representó un aumento del 80 % en relación con 2021, cuando se deforestaron 12 000 hectáreas.

En 2022, la deforestación en la Amazonía ecuatoriana alcanzó 18 902 hectáreas, un aumento del 80% desde 2021. Foto: maaproject.org

Ecuador tampoco ha establecido impuestos al carbono. De hecho, el país invertirá en 2024 USD 3093 millones en subsidios al diésel y a la gasolina. “Nosotros no entramos por ahí debido a la sensibilidad política que hay al hablar de combustibles en el país”, dijo la exsubsecretaria Barrera, refiriéndose al gobierno de Lasso, durante una entrevista sobre el Esquema.

Movimientos sociales como la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) se han opuesto con paros nacionales al retiro de los subsidios a los combustibles, por el impacto económico que sufriría la población, al tiempo que han demandado el retiro de estos beneficios a los sectores empresariales, como lo reiteró recientemente Leonidas Iza, presidente de la organización. En 2022, las industrias camaronera, pesquera y atunera fueron beneficiadas con al menos 400 millones de dólares en subsidios de combustibles. A finales de ese año, se eliminaron los subsidios a la industria camaronera, que representaban 254 millones anuales.

Una carrera que podría terminar en inestabilidad jurídica

La creación del Esquema no fue el primer intento en Ecuador por encontrar una manera de esquivar la prohibición plasmada en la Constitución y que ha sido considerada un “candado”, como lo han expresado en medios empresarios interesadas en el mercado de carbono, como Víctor Hugo Macías, gerente general de Servicios Ambientales Rainforest del Ecuador. En 2022, la Comisión de Biodiversidad de la Asamblea Nacional planteó una reforma al Código Orgánico del Ambiente (COA) para regular los mecanismos de retribución de servicios ambientales, incluyendo los bonos o créditos vendidos en el mercado de carbono.

Las intenciones de reformar al COA generaron preocupación entre los expertos consultados por La Barra Espaciadora. Melissa Moreano asegura que la empresa Servicios Ambientales Rainforest del Ecuador hizo lobby en la Asamblea para promover las reformas al COA.

“Personalmente inicié la creación del mercado de carbono voluntario en Ecuador. No lo permitían basándose en una mentira”, confirmó a esta alianza periodística Macías. La empresa, creada en 2016, fue señalada en lo civil y en lo penal por haber comprado, presuntamente con conocimiento de causa, una propiedad con disputas por apropiación de territorios, de acuerdo con Jefferson Mecham, de la Alianza por los Derechos Humanos. Rainforest del Ecuador tiene proyectos de conservación en bosques del Chocó Andino, norte del país, y en la provincia amazónica de Morona Santiago.

En Ecuador ya se han denunciado casos de acaparamiento de tierras en el marco de los mercados de bonos de carbono. Foto: Carolina Zambrano / Fundación Aldea

Esa iniciativa de reformar al COA se cayó cuando en mayo el expresidente Guillermo Lasso usó el artículo 148 de la Constitución para disolver el órgano legislativo y así evitar el juicio político por peculado que enfrentaba.

Así que el proyecto de ley quedó en el limbo. Y un mes después, en junio de 2023, el MAATE expidió vía acuerdo ministerial la norma técnica que hoy se conoce como el Esquema de Compensación de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero. Terminó ganando así en lo que después terminó convirtiéndose en una especie de competencia entre el Legislativo y el Ejecutivo por regular el mercado de carbono en Ecuador.

El Esquema propuesto por el Ministerio de Ambiente, al ser una norma y no una ley, es susceptible de ser derogado directa o tácitamente, porque la Asamblea está empezando a regular ese mismo tema, y al emitir una ley, este documento se sobrepondría a la norma.

Durante las primeras semanas de mayo de 2024, la Comisión de Biodiversidad del Parlamento que se posesionó en enero de este año retomó las discusiones para regular el mercado voluntario internacional de carbono.

“Entiendo que hay una normativa que no es total, pero nosotros como asambleístas tenemos la potestad de reformar las leyes”, dijo a La Barra Espaciadora el asambleísta Comps Córdova, integrante de esa comisión legislativa.

La Comisión de biodiversidad de la Asamblea Nacional está discutiendo una ley para regular los mercados de carbono en Ecuador. Foto: Asamblea Nacional

Una de las diferencias sustanciales entre el Esquema del MAATE y la propuesta de modificaciones al COA, es que el parlamento plantea regular la canalización de financiamiento para todos los servicios ambientales (de aprovisionamiento, de regulación, de hábitat y culturales), no solamente el servicio de captura de gases de efecto invernadero. Eso también ha levantado alarmas. “Se proponen articulados de manera bastante sencilla. Son unos 10 artículos, pero creo que el mercado de carbono, un tema con tantas aristas, amerita un capítulo o una ley”, dice Lascano.

“En la Asamblea están buscando abrir los mercados de carbono sin control, las reformas caerían en la inconstitucionalidad”, advierte Gustavo Redín.

“En ninguna de las dos iniciativas hubo una discusión real sobre lo que significa compensar servicios ambientales en un marco constitucional como el ecuatoriano. Fue una pelea entre estos dos espacios [la Asamblea y el Ejecutivo], que terminó perjudicando a la regulación”, dice Cristina Melo, asesora legal y coordinadora del programa de derechos humanos y derechos de la naturaleza de la Fundación Pachamama.

Podrían pasar meses hasta que la propuesta de reforma llegue al pleno de la Asamblea Nacional, pero de ser aprobada, podría conllevar la derogación de la Norma Técnica que expidió el gobierno, provocando que el campo de juego para el mercado voluntario ecuatoriano se complique aún más.

* Ilustración de portada: Lorena Muñoz / La Barra Espaciadora

 

Carbono Opaco

 Carbono Opaco es un proyecto sobre cómo está funcionando el mercado de carbono en América Latina, en alianza con Agência Pública, Infoamazonia, Mongabay Brasil y Sumaúma (Brasil), Rutas del Conflicto y Mutante (Colombia), La Barra Espaciadora (Ecuador), Prensa Comunitaria (Guatemala), Contracorriente (Honduras), El Surtidor (Paraguay), La Mula (Perú) y Mongabay Latam, liderado por el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP). Revisión legal: El Veinte. Diseño logo: La Fábrica Memética.

 

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Artículo publicado por Thelma gomez
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