Desde hace más de 15 años los pescadores artesanales de la región Tumbes, en Perú, se enfrentan a graves ataques por parte de bandas criminales de piratas. Investigamos la situación y encontramos que más de 20 personas han sido asesinadas desde el 2003.
“A José Carrera Querevalu lo asaltaron y asesinaron en altamar. Tenía más de 45 años pescando y lo mataron. Llegaron en un yate disparando. Él se puso de pie y la bala le atravesó el corazón. Uno de los piratas dijo ‘ya mataron al hombre’, y se fugaron”, relata una fuente.
Las bandas de piratas, conformadas por ciudadanos ecuatorianos y peruanos, abordan a las embarcaciones artesanales mientras los pescadores trabajan mar adentro. Cuando inicia el abordaje disparan a quemarropa, maniatan a los tripulantes y luego roban los aparejos de pesca, los instrumentos de navegación y el motor.
Después huyen con el botín al otro lado de la frontera o, en algunas ocasiones, desembarcan en la caleta peruana de Puerto Pizarro.
Realizamos distintos pedidos de información a la Marina de Guerra y la Policía Nacional para determinar el avance de este delito en la región de Tumbes, pero ambas instituciones, aunque confirman que no hay detenidos, manejan información distinta y fragmentada.
Su subregistro de denuncias contiene cifras muy distantes: Entre el 2020 y 2024 la Marina registra 61 denuncias, mientras que la Policía sólo cuenta seis denuncias por delitos en altamar. Para los pescadores, las cifras se quedan cortas.
De acuerdo con un informe de la Fiscalía de Prevención del Delito de Tumbes, al que accedió Mongabay Latam, hasta el año 2021 se registraron en Puerto Pizarro 15 pescadores asesinados por piratas.
En Cancas, la cifra es de siete pescadores asesinados. A nivel regional no hay una cifra oficial exacta, sin embargo, tras sistematizar los reportes de la prensa local, Mongabay Latam pudo identificar al menos 20 asesinatos a pescadores de la región de Tumbes desde el 2003.
Hasta la fecha no hay condenas judiciales por estos crímenes. A pesar de que en el 2018 la Policía desarticuló una banda de piratería, la situación no ha mejorado significativamente y los pescadores deben pagar extorsiones para poder trabajar.
El director de Pesquerías de Oceana Perú, Juan Carlos Sueiro, explica que el Estado no tiene una estrategia sistematizada para combatir la piratería marítima. Sueiro añade que la filtración de información puede ser un punto de quiebre para que los operativos no obtengan resultados positivos.
Lee el artículo completo sobre cómo piratas extorsionan y asesinan a pescadores artesanales en la costa norperuana
Imagen principal: Cancas, capital de Canoas de Punta Sal, es una de las caletas más golpeadas por la piratería. Los pescadores denuncian que pagan cupos desde hace dos años para poder trabajar sin ser asaltados. Foto: Municipalidad Distrital Canoas de Punta Sal.