Isla de Pascua fue poblada al rededor de 1200, antes de lo que originalmente se creía
Isla de Pascua fue poblada al rededor de 1200, antes de lo que originalmente se creía
Rhett Butler, mongabay.com
Traducido por Pablo García Chevesich
22/11/2007
Nuevas evidencias sugieren que la colonización de Isla de Pascua
ocurrió después de lo que originalmente se pensaba. La investigación
se publicó esta semana en la revista científica Science. Terry Hunt,
un arqueólogo de la Universidad de Hawaii en Manoa, y un equipo de
investigadores excavaron depósitos arqueológicos en las dunas de
Anakena, el sitio de mejores condiciones para el arribo de canoas en
la isla, encontrando muestras de carbón y frutos de palmera ingeridos
por ratas, ambos datados en el año 1250 D. C. EL descubrimiento
sugiere que la Isla de Pascua no fue habitada antes que el año 1200,
400 a 800 años más tarde de lo que originalmente se estimó.
Hunt decidió reevaluar los resultados previos de carbón radioactivo
publicados para la Isla de Pascua, debido a ciertas inconsistencias en
datos que reflejaban la historia del asentamiento humano. “No
coincidía con lo que todos creían respecto a la cronología de la
isla”, dijo Hunt.
Hunt y el co-autor Carl Lipo, de la Universidad Estatal de California
en Long Beach, aplicaron la aproximación “higiene cronométrica” para
excluir las muestra—como madera antigua y conchas de animales
marinos—conocida por causar imprecisiones en datación de carbón
radioactivo. Los científicos encontraron evidencia para apoyar la
suposición actual de que el asentamiento humano en la isla ocurrió
alrededor de 1200 D. C., fecha que se compara favorablemente con
fechas aplicadas al impacto humano en el medio ambiente de Isla de
Pascua. Hunt dijo que “la evidencia de un poblamiento tardío también
coincide con la imagen emergente de cronologías para la Polinesia”.
Terry Hunt. Foto de Jennifer Crites |
Un poblamiento más tardío apoya la premisa de que el impacto humano en
el medio ambiente jugó un rol clave en la caída de la sociedad de Isla
de Pascua. “Los impactos humanos sobre el medio ambiente, como la
deforestación, comenzó casi inmediatamente, por lo menos en un lapso
de un siglo”, dijo Hunt, agregando que “esto significa que no hubo un
período en el que la gente vivió en armonía con el medio ambiente; no
hubo un período previo de sustentabilidad medioambiental. En ligar de
esto, la gente arribó y su población se incrementó rápidamente,
mientras sus bosques disminuían. La cronología más corta explica mejor
la tradicional historia en cuestión”.
El año pasado Hunt presentó una investigación en la que se argumenta
que las ratas polinésicas introducidas pudieron haber jugado un rol
clave en la deforestación de los 16 millones de palmeras que
sustentaron a la población de la isla. Cuando Isla de Pascua fue
primeramente visitada por europeos en 1722, se apreció un paisaje
estéril sin árboles sobre diez pies en altura. El pequeño numero de
habitantes, cerca de 2000, vivía en un estado de desorden civil y se
caracterizaban por sus cuerpos esqueléticos y mal nutridos.
Virtualmente, no existían otros animales en la isla, sólo ratas y
personas—las que descendían de una gran línea de marineros, los
polinésicos—carecidos de embarcaciones marinas de calidad.
Inexplicablemente, los europeos quedaron mistificados por la presencia
de grandes estatuas de piedra, algunas tan altas que alcanzaban los 33
pies (10 m), pesando 82 toneladas inglesas (75 toneladas métricas).
Incluso más impresionantes eran las abandonadas estatuas que medían y
pesaban 65 pies y 270 toneladas inglesas, respectivamente. Los
antropólogos estuvieron sin pistas por mucho tiempo, frente a cómo
semejante población pudo haber creado y transportado tales enormes
estructuras rocosas con tan pocos recursos. La respuesta recae en el
pasado ecológico de isla de Pascua, cuando la isla no era un lugar
estéril.
La Isla de Pascua de tiempos ancestros se encontraba cubierta de una
especie conocida como la Palma de Isla de Pascua, un árbol adecuado
para la construcción de hogares, canoas y el enrejado necesario para
la construcción de tales estructuras. Con la vegetación de la isla,
los aborígenes contaban con leña y los recursos necesarios para la
confección de cuerdas. Mediante el uso de sus pequeñas canoas, la
población de Isla de Pascua vivió en base a una dieta de delfines. Se
desarrolló una estructura social completa, con un Gobierno
centralizado y pastores religiosos.
Fue esta sociedad de Isla de Pascua quien construyó las famosas
estatuas y las posicionó alrededor de la isla utilizando plataformas
de madera y cuerdas provenientes del bosque. La construcción de las
estatuas se realizó entre los años 1200 y 1500 D. C., probablemente
cuando la civilización se encontraba en su mejor momento. Sin embargo,
los análisis de polen revelan que en este período la población arbórea
de la isla declinaba rápidamente debido a una deforestación masiva.
Alrededor del año 1400, la Palmera de Isla de Pascua se extinguió
completamente por causa de su sobre explotación y, argumenta Hunt, las
ratas polinésicas, las cuales redujeron la capacidad reproductiva del
árbol tras consumir sus semillas. En los años siguientes a
desaparición de la palma, pilas ancestrales de basura revelaron que
los huesos de delfines disminuyeron rápidamente. Los isleños, carentes
de madera para construir sus embarcaciones, no pudo volver a cazar el
mamífero en el océano. Consecuentemente, el consumo de aves
terrestres, aves migratorias y moluscos aumentó. Pronto los pájaros
terrestres se extinguieron y el número de aves migratorias se redujo
drásticamente, representando el fin de los bosques de la isla. Ya bajo
una presión antrópica intensa por la obtención de leña y materiales de
construcción, los bosques perdieron sus polinizadores animales y
disipadores de semillas representados por las aves. En la actualidad,
sólo una de las 22 especies originales de aves migratorias anida en
Isla de Pascua.
Con la pérdida de sus bosques, la calidad de vida de los isleños
decreció. Los esteros y reservas de agua potable se secaron. La
productividad de los cultivos disminuyó debido a que el viento, la
lluvia y la radiación solar erosionaron el suelo superficial. El fuego
se transformó en un lujo, debido a la ausencia de madera en la isla, y
se comenzó a utilizar vegetación herbácea como combustible. La
confección de cuerdas para mover las estatuas culminó, por lo que las
estructuras fueron abandonadas. La población comenzó a sentir hambre
por no tener acceso a carne de delfín y tras haber barrido las aves
que habitaban la isla. Mientras la vida empeoraba, el orden social
desapareció, prevaliendo el caos y la desorganización. Los
sobrevivientes formaron bandas y las amargas peleas comenzaron. A la
llegada de los europeos en 1722, casi no quedaban signos de la gran
civilización que alguna vez gobernó la isla, a excepción de las
grandes estatuas de piedra. Sin embargo, éstas también cayeron
víctimas de las bandas que atacaron las estatuas de sus rivales.
Mientras la Guerra tribal redujo la población de Isla de Pascua, Hunt
sugiere que la mayor parte de la depresión ocurrió desde comienzos del
siglo 18, cuando comerciantes alemanes trajeron enfermedades y tomaron
esclavos desde la isla. La investigación en otros lados indica que
enfermedades de “primer contacto”—como tifus, gripe y viruela—
acarrean tasas de mortalidad extremadamente altas, a menudo excediendo
90%. Los primeros comerciantes que arrivaron a la isla probablemente
trajeron dichas enfermedades, las que se dispersaron rápidamente entre
los isleños y la población declinó.
Hoy en día, la Isla de Pascua forma parte de Chile y su pequeña
población se basa en el turismo para sobrevivir. Todo los que queda de
una gran sociedad es unas pocas reliquias de rocas del pasado.
Procesos y Control de la Erosión by Pablo A. García-Chevesich