Popular por un tiempo, la marca Hummer de General Motor fue criticada por su falta de eficiencia. Se la dejó de producir.
El mes pasado, el American Council for an Energy Efficient Economy (ACEEE, sigla del inglés para el Consejo de los Estados Unidos para una economía de energía eficiente) hizo pública su primera calificación internacional de eficiencia energética, en la que dio la máxima puntuación al Reino Unido. Con un manejo afinado de datos después de años de calificar a los estados de EE.UU., la organización espera inspirar a las demás naciones a aprender mutuamente de sus políticas efectivas, amén de alentar una “competencia amistosa” que apunte a reducir las emisiones de carbono en el mundo. En la primera posición, el Reino Unido alcanzó un puntaje de 67 sobre 100, seguido por Alemania, Italia y Japón. Como un todo, la Unión Europea empató con China y Australia, y, nueve puntos más abajo, se ubicaron los Estados Unidos con 47 puntos sobre 100. A los EE.UU. le siguieron Brasil, Canadá y, en la última posición, Rusia. El puntaje promedio para las doce economías fue de 54.
Aun cuando la calificación de los EE.UU. fue baja en general, empató en la cuarta posición con el RU y Alemania en materia de eficiencia energética en construcciones, con un puntaje de 17 sobre 23 puntos posibles. El transporte probó ser el área más débil de los EE.UU.; allí sacó el puntaje internacional más bajo, 5 sobre 23, una cifra que señala claramente que la mejora es prioridad.
Pese a que imperó un ambiente relajado en la conferencia de prensa, no hubo forma de pasar por alto que la amenaza del cambio climático ha hecho de la eficiencia energética nacional una inquietud de peso internacional y no ya una preocupación doméstica. Aun así, los oradores Peter Westmacott, diplomático del RU, y Robert Ichord, subsecretario adjunto de la Oficina de recursos energéticos del Departamento de Estado de los Estados Unidos, enfocaron su charla en los beneficios económicos de una mayor eficiencia energética.
Al hablar de las políticas progresistas de su país Westmacott declaró, “en el meollo de ésto, según la perspectiva del gobierno británico, no sólo está el hecho de que [la eficiencia energética] es lo que corresponde hacer… sino que es lógica para los negocios, porque si podemos producir, transportar, y generar calor a menor costo para nosotros y para nuestros productos, somos más competitivos y podemos construir un mundo mejor.”
A su vez, Ichord arrojó luz sobre la disparidad entre los puntajes de eficiencia energética de los EE.UU. y de la UE al informar que los menores costos de energía en los Estados Unidos les permiten mantener su competitividad pese a menores estándares de eficiencia. En comparación, en un país como Alemania los estándares de eficiencia energética probablemente estén inducidos por elevados costos de energía. Ichord continuó diciendo que si los EE.UU. combinan sus bajos costos de energía con una mayor eficiencia se asegurarán el futuro liderazgo de la economía mundial.
Westmacott dio crédito al Departamento británico de energía y cambio climático por el honor de liderar a las mayores economías del mundo en materia de eficiencia energética y expresó la esperanza de que el RU siga siendo un ejemplo para el resto del mundo. “Sesenta y siete es un buen puntaje pero sigue estando lejos del cien,” dijo, antes de lanzarse a describir los nuevos incentivos de corte ecológico que el RU llama el “Acuerdo ecológico.” Además, Westmacott aclamó las Olimpíadas de 2012 en Londres por ser las más sostenibles y ecológicamente responsables en la historia gracias a la eficiencia energética de su aire acondicionado, a estadios reutilizables y a 11.000 unidades impresionantes de vivienda a precios módicos que volverán a usar otras construcciones de la Villa Olímpica.
En lo que toca a los objetivos de eficiencia energética de los EE.UU., Ichord citó el compromiso de reducir la dependencia de las importaciones de petróleo de 45 por ciento a 34 por ciento hasta 2030. No obstante, el logro de tal objetivo se deberá tanto al enorme incremento en la producción doméstica de petróleo que fustigó Obama como al plan que el presidente develó el año pasado de llegar a 54,5 mpg de eficiencia del combustible hasta 2025. Si el objetivo es combatir el cambio climático, el petróleo extraído al interior de las fronteras estadounidenses no libera menos carbono a la atmósfera que el petróleo importado. Durante la mayor parte de su tiempo al micrófono el Dr. Ichord buscó ampliar el punto de mira, subrayando la importancia de un “esfuerzo mundial más extenso” en lugar de abordar las otras áreas en las cuales los EE.UU. van rezagados.
La conferencia terminó en una nota de desafío para el pueblo estadounidense. Cuando se le preguntó a cuáles aspectos de la estrategia energética del Reino Unido debían prestar atención los EE.UU., Westmacott respondió con una pregunta: “¿Por qué es que cuando alquilo un auto con un motor Blue Motion aquí en los Estados Unidos tiene la mitad de la economía de combustible del mismo vehículo, de la misma marca y de la misma capacidad de motor que alquilo en la Unión Europea? El impuesto al combustible lo responde en parte pero si ya se tiene la tecnología y el mismo fabricante promueve lo suyo sin una obvia pérdida en desempeño en Europa, ¿por qué no promueve los mismos motores, que usan combustible con mucha mayor eficiencia, al consumidor estadounidense?”
La eficiencia energética fue definida por Sara Hayes, investigadora sénior en ACEEE y coautora del informe, como “el uso de menos energía para lograr los mismos resultados o mejores. Un país que usa energía eficientemente usa menos energía para lograr o superar sus objetivos, reduciendo costos y polución mientras crea una economía más fuerte y competitiva. Las naciones que usan energía eficientemente preservan los recursos naturales y pueden construir, transportar, proteger y crecer a un menor costo que los países que desperdician sus recursos energéticos.”
Los puntajes de eficiencia energética para cada nación fueron calculados analizando los 25 puntos de datos de los últimos años, incluyendo la presencia de un objetivo de ahorro nacional de energía, una economía de combustible de vehículos, estándares de eficiencia energética para aparatos, consumo de energía en relación al PIB, rendimiento promedio de combustible de los vehículos que transportan pasajeros por carreteras, y energía consumida en relación a la superficie construida de las construcciones residenciales.
Emisiones de combustible fósil de los grandes emisores 1990-2010 (toneladas métricas de C)
Comparación de las emisiones de carbono de seis países importantes. Muchos científicos dicen que el aumentar la eficiencia energética es una de las claves para lidiar con el cambio climático en el mundo.