Árbol talado ilegalmente en Borneo Indonesio. Foto: Rhett A. Butler
En otro golpe a los leñadores ilegales, Australia ha aprobado el proyecto de ley de prohibición de talas ilegales, uniéndose así a Estados Unidos en prohibir la importación de madera talada ilegalmente en otros países. La importación de madera procedente de operaciones ilegales constituye un delito para los intereses australianos, según la nueva legislación. El gobierno australiano calcula que se venden en el país alrededor de 400 millones de dólares de productos de madera ilegal, a menudo como mueble exterior y madera para cubiertas.
“El negocio de la madera ilegal es un negocio que no beneficia a nadie. Pone en peligro puestos de trabajo, pone en peligro la industria de la madera y pone en peligro el medio ambiente” dijo el Ministro de Bosques Australiano, Joe Ludwig, en una declaración.
La ley ha sido impulsada por una amplia coalición de grupos de negocios, medioambientales y organizaciones sociales y religiosas. Vendedores como IKEA, Bunnings, Simmonds Lumber y Kimberly Clark, todos han apoyado la ley, mientras que La Iglesia Unida, Visión Mundial, WWF, Oxfam, La Sociedad para la Vida Silvestre y Greenpeace presionaron en favor de ella.
“(La ley) penaliza un negocio que muchos australianos ya deberían de presumir de que esté prohibido” dijo Reece Turner, activista de Greenpeace Australia-Pacífico. “La tala ilegal, a menudo, lleva consigo robo de tierras, destrucción de parques nacionales y fomenta la corrupción y el abuso de los derechos humanos. Es un gran reto para los países de nuestra región, incluyendo Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Camboya.”
El negocio del mercado negro, que se estima en un valor de 30-100 mil millones de dólares por año, está, a menudo, en manos de organizaciones mafiosas que manejan otras actividades criminales. Señalar la tala ilegal en los países de origen también puede ser extremadamente peligroso ya que es frecuente que activistas y periodistas sean atacados e, incluso, asesinados por intentar parar la tala ilegal en países como Camboya y Brasil.
La nueva legislación ha tenido encarecida oposición por algunos intereses en la tala, incluyendo Alan Oxley, promotor que trabaja para compañías de la industria forestal de Malasia e Indonesia. Oxley, que ganó notoriedad en 2010 por tergiversar las opiniones de la Premio Nobel Wangari Maathai y posteriormente de Frances Seymour, directora de CIFOR (Centro para la Investigación Forestal Internacional) como parte de su campaña de apoyo a los productores de plantaciones, se topó con científicos y especialistas de medio ambiente en el tema.
“Este proyecto de ley ha sufrido una dura oposición en Australia de los grupos de presión pro-desarrollo” dijo el ecologista de la Universidad James Cook y defensor de la ley, William F. Laurance a mongabay.com. “Estoy encantado de ver que el sentido común ha prevalecido”.
La pena por violar el nuevo proyecto de ley en Australia incluye la pérdida de la mercancía, multas de hasta 275.000 dólares a empresas y 55.000 dólares a personas y cinco años de cárcel.
Además de frenar la tala ilegal en el extranjero, los legisladores dicen que el proyecto de ley ayudará también al negocio local. Los leñadores ilegales pueden vender su mercancía mucho más barata que aquellos que acatan la ley, haciendo una difícil competencia al negocio del papel y la madera australianos.
Estados Unidos fue el primer país en aprobar una legislación sobre la tala ilegal con la enmienda de la Ley Lacey en 2008. Desde entonces, la tala ilegal global ha caído un 22 por ciento y muchos expertos dicen que la legislación norteamericana ha jugado un papel importante en el descenso. La legislación sobre la tala ilegal también está prevista que se lleve a cabo en la Unión Europea el próximo año.
“Con este proyecto de ley Australia se convierte en parte de la solución, más que en parte del problema” añadió Laurance.
Turner comentó a Reuters que ahora que Australia ha aprobado la ley “la gran pregunta que nos hacemos es cómo va a hacer el gobierno para asegurarse de que se cumple. Sabemos que compañías e individuos sin escrúpulos continúan importando madera ilegal”.
La aplicación de la ley en Estados Unidos ha causado recientemente un escándalo político tras investigar a la empresa Guitarras Gibson por importar madera ilegal de los bosques lluviosos de Madagascar. La acusación llevó a Guitarras Gibson a lanzar una campaña, apoyada por la industria de la tala en Asia y activistas del Tea Party locales para intentar suavizar la Ley Lacey. Sin embargo, finalmente Guitarras Gibson pagó 350.000 dólares por quebrantar la ley Lacey y se le confiscaron los productos de madera ilegal por un valor de 250.000 dólares.